POR:ANGEL LOMBARDI.
En el proceso político nacional, la figura presidencial y su proyecto personalista hegemónico ha obligado a quienes lo adversan políticamente a intentar diversos modos y posibilidades de alianzas y entendimientos, sobre la base de la fortaleza del adversario y las debilidades partidistas propias. Estos procesos unitarios culminaban en candidaturas que reflejaban muy bien las estrategias de polarización del gobierno. En su momento, Henrique Salas Romer, Francisco Arias Cárdenas y Manuel Rosales reflejaron y expresaron estas realidades dicotómicas.
En estos últimos 12 años las “oposiciones” en la práctica se dividieron en dos visiones y estrategias políticas: el abstencionismo y la participación electoral, hasta que los hechos, a partir del 2007 han convencido a una mayoría opositora a unirse electoralmente y participar en los procesos correspondientes. En este marco se configura la exitosa campaña parlamentaria del 26 de septiembre del 2010 que lleva a un triunfo incuestionable a los adversarios del presidente con un 52% de apoyo.
El 2011 y el 2012 por decisión presidencial se convierten en años electorales y de allí surge el imperativo de una Mesa de la Unidad (MUD) con candidato único, tarjeta única y programa común y en eso se está. Tarea difícil y compleja no exenta de amenazas y dificultades, la principal a nuestro juicio el riesgo del sectarismo partidista y la manipulación de “cogollos” y liderazgos mesiánicos.
No es suficiente la alianza electoral, hay que garantizar que partidos políticos y la sociedad civil desarrollen un proyecto alternativo de gobierno, que recupere el proyecto democrático y un modelo de desarrollo moderno y exitoso. De lo que se trata es de detener esta marcha en retroceso y recuperar un proyecto de sociedad y país inclusivo y reconciliado, en donde las diferencias y las tensiones y las dificultades se asuman dentro del diálogo y la participación.
Se hace imperativo desarrollar un proyecto de participación político amplio de Unidad Nacional Democrática y ello es posible si lo asumimos desde la experiencia que se ha venido viviendo desde el 2007 en adelante, cuando el gobierno pierde el referéndum de la reforma constitucional. En el 2008 con el avance incuestionable logrado en las principales ciudades y estados del país en Alcaldías y Gobernaciones, y en el 2010 con el triunfo parlamentario de la Unidad.
En el 2012 se puede ganar la presidencia de la república y lograr un gran acuerdo de gobernabilidad, siempre y cuando se entienda la necesidad de evitar conductas políticas del pasado y que sin menoscabo del innegable protagonismo de los partidos políticos se hace necesaria y perentoria la participación orgánica de la sociedad civil. Nadie puede sentirse excluido en este gran Acuerdo Nacional de un gobierno que permita relanzar el progresista proyecto democrático del país.
Ángel Lombardi
http://angellombardi.com
Fuente:http://www.noticierodigital.com/2011/05/mud-consenso-y-participacion/
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