POR:TRINO MÁRQUEZ.
El triunfo del chavismo el 16 de diciembre fue categórico. Carece de
sentido tratar de atenuarlo o disminuirlo. El Gobierno se impuso en la
inmensa mayoría de los estados, municipios y parroquias del país. No
cuento las comunas porque todavía estas unidades geográficas no pueden
considerarse pues no aparecen registradas en el mapa levantado por el
CNE.
Otro asunto es explicar esa avasallante victoria sin incurrir en la
autoflagelación y en la autoagresión. En el señalamiento de culpas a la
MUD y a los candidatos, como si la responsabilidad fundamental del
fracaso residiera en su apatía, en su incompetencia, en la tesitura de
su discurso o en la ausencia de una actitud firme y un mensaje nuevo que
seduzca a las masa populares.
Varias son las causas que explican el arrollador éxito del régimen y
el fracaso opositor. Subrayaré solo una: el obsceno ventajismo del que
disfrutaron sus candidatos. Los errores u omisiones en los que
incurrieron los aspirantes opositores son pecados veniales frente al
descarado uso de los recursos públicos por parte de los representantes
del chavismo. El abuso de poder que caracteriza a la autocracia, se
multiplica a la enésima potencia en períodos electorales. No hay exceso
que no cometa con los bienes de la nación. Los aspirantes opositores
enfrentan a un contrincante que cuenta con los recursos de PDVSA,
Corpoelec, el SENIAT, las empresas públicas, la red de emisoras de
televisión y radio del Estado, y, como si esto fuera poco, con el
respaldo incondicional de la mayoría que controla el CNE.
La rueda de prensa concedida por Nicolás Maduro el domingo 16 de
diciembre por la tarde, en la cual llamaba a votar por los aspirantes
del chavismo, fue una demostración del desprecio que los jerarcas del
régimen sienten por los reglamentos electorales y la arrogancia con la
que ejercen el poder. Ese abuso exigía la intervención directa de la
presidenta del CNE exigiendo que cesara de inmediato el atropello. La
señora Lucena guardó un silencio cómplice. Vicente Díaz tuvo que
intervenir para evitar que la arbitrariedad continuara. A los
representantes de la “revolución bonita” y del “amor por la patria” no
les quedó otra opción que acatar la orden del rector de la dignidad.
Cada candidato a gobernador del chavismo se convirtió en un
mandatario adjunto, con un presupuesto paralelo al del gobierno
regional. Los recursos financieros abundaron. A los representantes del
teniente coronel podía faltarles cualquier cosa, menos dinero a manos
llenas. Sus campañas estuvieron acompañadas del reparto de neveras,
lavadoras, televisores, aires acondicionados y alguna que otra vivienda
que servía como señuelo para alimentar la esperanza de los más
necesitados y crédulos. La publicidad inundó hasta los más alejados
rincones de cada entidad federal Al igual que en la campaña
presidencial que culminó el 7-0, el populismo se desbordó.
Mientras que a los procónsules de Chávez les sobraba el músculo
financiero, los nuevos aspirantes y los gobernadores opositores tuvieron
que sobrevivir en medio de restricciones severas. Los recursos
provenientes del Situado Constitucional llegaron tarde o no llegaron.
Los fondos que supuestamente se encontraban en el FIDES, tampoco se les
transfirieron, al igual que los correspondientes a la Ley de
Asignaciones Especiales Las posibilidades de obtener ingresos propios
mediante el cobro de impuestos u otras tasas fueron muy reducidas, pues
las competencias tributarias de las gobernaciones son exiguas. La Ley
de la Hacienda Pública Estatal nunca ha sido aprobada. Los mandatarios
regionales de la oposición debieron encarar solos -sin ningún apoyo de
Miraflores, e incluso con su saboteo- las exigencias reivindicativas
internas y las demandas de sus respectivos estados en todos los órdenes.
En este cuadro se desenvolvieron las campañas de los aspirantes de la
oposición.
En condiciones de equilibrio y transparencia normales, otro gallo
habría cantado. Los resultados, muy probablemente, habrían sido
distintos. La abstención se habría reducido. La gente habría entendido
que votar posee el significado de la defensa y el ataque. Defender lo
que se tiene y conquistar lo que se aspira.
@tmarquezc
Fuente: http://www.noticierodigital.com/2012/12/no-a-la-autoflagelacion/
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