POR:ALEXANDER CAMBERO.
Leopoldo López es acusado por pensar distinto. De querer una
Venezuela en donde quepamos todos. El régimen lo llevó hasta el
reclusorio en su intento de apagar la protesta. Cárcel injusta para un
patriota de verdad.
Quisieron reducir sus sueños en la estrechez del espacio. Está
aislado en una celda de dos por dos metros, con un baño pequeño. Un
grueso enrejado lo separa del patio exterior. Lo tienen incomunicado
como si se tratase de un criminal de la peor especie. Obligándolo a
dormir en el piso para que sienta que está a merced de escarnecedores
despiadados. Frío cemento que no desacelera su corazón arraigado a la
suerte de una nación que reconoce su valor. Tiene restricciones en
visitas, alimentos y cualquier medio para estar informado de lo que
ocurre en cada rincón del país. En concreto: Leopoldo López es un preso
político del régimen. Ellos sostienen que este líder popular es un
adversario temible que hizo temblar al propio Hugo Chávez. Por eso nunca
han dejado de perseguirlo, lo inhabilitaron para impedir que pudiera
enfrentarse con su gigante en el escenario del debate nacional. Es decir
que todo es una cruel venganza. Un hombre con el guáramo suficiente
para salir fortalecido del infierno de Ramo Verde. Alguien que no
negociará sus principios para obtener la comodidad suficiente para vivir
a sus anchas. De esos enmascarados que critican al gobierno, pero que
reciben sus favores en la oscuridad de la desvergüenza.
Los verdaderos criminales cuentan con el beneplácito de su gobierno
revolucionario. Es tan delgada la línea entre el vándalo en moto y aquel
que delinque. Son los dueños de las emboscadas, amantes de las calles
oscuras por donde salen vociferando consignas de rostros encubiertos y
disparos a quemarropa. Los cuerpos represivos del estado les colaboran
de manera subrepticia, si la presión de la opinión pública es fuerte
capturan alguno que será liberado inmediatamente por algún juez
cómplice. En la cárcel gozan de todas las comodidades. Desde allí
trafican con drogas y armas que venden a precios exorbitantes en los
recintos. Muchos de los secuestros y otras actividades delictivas las
dirigen desde la tranquilidad de sus espacios de barrotes de plastilina.
Para el relax de fin de semana tienen discotecas con full alucinógenos,
alcohol y hermosas modelos que montan sus espectáculos en ese reino del
antro. Son los dueños de los penales. Allí se forjan este ejército de
inadaptados y resentidos sociales que después irán en contra de todo
aquello que signifique libertad.
Vivimos el mundo al revés. Los honestos pasan por todas las
humillaciones que se le ocurran al gobierno. Aquellos con la maldad en
el corazón y la muerte en el gatillo están excusados por sus
actividades. Tienen el perdón revolucionario por ser miembros activos de
esta amalgama de vicios que es su revolución podrida, para ellos existe
la complicidad de administradores de justicia convertidos en piezas del
ajedrez del PSUV. Todo es un complot macabro en donde las peores
aberraciones son posibles.
Leopoldo López luchará contra toda esa maraña de intereses. Jueces
insensatos, retardos procesales, testigos falsos y pruebas montadas por
laboratorios cubanos. Afortunadamente un pueblo en la calle tiene la
llave de su celda. Si las protestas continúan con la fuerza de la
opinión internacional, este valiente venezolano saldrá con la frente en
alto. Con las alforjas llenas de dignidad y sueños por cumplir. Las
amarguras solo quedarán en sus recuerdos mientras se reencuentra con su
familia. El país lo espera para seguir escribiendo capítulos de la nueva
patria…
twitter @alecambero
Fuente:http://www.noticierodigital.com/2014/03/la-celda-de-leopoldo-lopez/
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