domingo, abril 12, 2015

"De abismo en abismo"("...Es hora de que todos los venezolanos abran los ojos y dejen de defender un proyecto que se acabó...")


 POR:ENRIQUE CAPRILES.
 
Hace poco decíamos que a partir del mes de abril se sentiría mucho más la crisis en el país, producto de la caída de los precios de petróleo. Porque, como ya sabemos, cada vez hay menos dólares para la importación y los inventarios se estén agotando, por lo que la escasez será aún peor. Esta situación se pudiera haber evitado si el gobierno hubiese tomado medidas a tiempo, pero como ya es su costumbre siguen sin dar señales de cambio, aunque el país se les está viniendo encima.

Los efectos de este modelo fracasado han incidido en que la calidad de vida de nuestro pueblo haya empeorado, la pobreza se agudiza y los avances en inversión social se están erosionando. La Venezuela de hoy transita los caminos de la profunda crisis de los años noventa. Terminaremos al cierre de este año con un producto interno bruto per cápita y de poder de compra similar al que teníamos en 1998 y con niveles de pobreza más altos.

Nuestra economía está en caída libre y eso se siente cuando vamos a los abastos y supermercados. Los anaqueles vacíos y los altos precios son una realidad amarga con la que los venezolanos lidiamos a diario. Ya estamos en abril y no hay cifras oficiales sobre el comportamiento de nuestra economía. Es sencillo, no encuentran cómo maquillarlas, las estadísticas corroborarían la difícil situación que el pueblo está viviendo.

Ante este panorama nada alentador, el gobierno sigue viviendo en un mundo paralelo, completamente desconectado de la realidad. Para muestra un botón, ¿cuántos recursos han destinado solo para que Estados Unidos levante una sanción sobre bienes que están en ese país de un grupo de enchufados? Lamentablemente, mientras las prioridades de los venezolanos son estirar la plata y conseguir la harina para hacer las arepas y el jabón para lavar la ropa, Nicolás y su gobierno se preocupan más por ir a Cumbres y viajar por el mundo, buscando aliados que les den estabilidad en el poder. Ya lo decía el Presidente Chávez y allí vemos a Nicolás haciendo lo que él tanto criticaba, de Cumbre en Cumbre y los países de abismo en abismo.
Ahora nuevamente la novela es con Obama y el Imperio. Y es que el gobierno pretendió transformar el bloqueo de propiedades y la suspensión de entrada al territorio estadounidense de ciertos funcionarios venezolanos, en una “acción intervencionista e injerencista del imperialismo” contra nuestra Venezuela, produciendo una novela de pésima factura, que nunca logró levantar el rating de este gobierno, porque a los venezolanos nos gustan las novelas buenas y ésta estaba plagada de errores de producción y, de paso, sus protagonistas eran pésimos.

¿Cómo es posible que la Asamblea Nacional, el Ministerio Público y la Contraloría se hayan negado a investigar a esos 7 funcionarios? Esa es la doble moral de este gobierno, que se dice humanista y socialista, pero no atiende a nuestro pueblo.
Nicolás y su gobierno sabe que los cacareados logros de la revolución se han esfumado, ya que la pobreza creció en 2013, 6% más.  La única que creció en la región, según la CEPAL. Y alcanzó al 32,1% de la población, cuando el promedio regional es de 28%. Para 2014 siguió creciendo y cubrió 48%, según estudio de las principales universidades del país. Las políticas sociales de reparto de la renta petrolera, las Misiones, languidecen. Solo el 14% de los venezolanos dice estar en una de ellas y apenas el 8,4% de los que viven en pobreza extrema se benefician.

Vemos además, con incredulidad, que este gobierno ha llegado al punto de defender el interés político e ideológico, de la tesis del socialismo y hermandad entre países, por encima del interés nacional y de la defensa de la soberanía. Ellos hablan con agresiva y desafiante retórica de nacionalismo y soberanía, pero no son capaces de defender el interés nacional. Para muestra lo que está ocurriendo hoy en nuestro territorio Esequibo y, más aún, al oeste del mismo, donde una nación extranjera ha otorgado concesiones a transnacionales, no solo en el espacio marítimo de la zona en reclamación, sino también en aguas venezolanas, sin que el gobierno proteste. Eso sí es traición a la Patria.

Es en casos como estos donde hay que defender la soberanía de nuestra Venezuela, con uñas y dientes. No solo está siendo comprometida la reclamación jurídica casi definitiva de nuestro Esequibo, sino además gran parte de la plataforma continental de nuestro estado Delta Amacuro, territorio soberano sin discusión.

Lo que muchos venezolanos no saben es que el Delta del Orinoco es hoy más importante que el Golfo de Venezuela, área donde se realizó la mayor explotación del petróleo en nuestra historia. Hoy buena parte del futuro de nuestra Venezuela y de todo nuestro pueblo depende precisamente de las reservas que tenemos en la Faja del Orinoco, ya que la misma posee inmensos depósitos de hidrocarburos, gas y petróleo. Amén de ser una de las principales reservas de agua dulce de nuestro país.

Es hora de que todos los venezolanos abran los ojos y dejen de defender un proyecto que se acabó, que fracasó y que es una farsa, que siempre ha estado de espaldas al progreso y al futuro del pueblo. Un proyecto que se vendió como una alternativa de cambio, pero que sólo ha dejado miseria y frustración. Es hora de que los venezolanos dejemos atrás el pasado y trabajemos unidos por el cambio, por la transformación del país.

Este año, con las elecciones parlamentarias, tenemos una nueva posibilidad de abrir otra ventana para impulsar los cambios que nuestra Venezuela reclama con urgencia. Hay que vencer el miedo y sonreírle a tiempos mejores, porque sobran razones para unirnos. ¡Qué Dios bendiga a nuestra Venezuela!

 Fuente:http://www.caprilesnoticias.com/index.php/noticias/columna-de-capriles/item/6716

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