lunes, diciembre 14, 2015

"Bienvenidos a la democracia"." Se acabo la eternidadad" ("...el pueblo no solo reaccionó frente a la escasez y la inflación, sino también frente a la corrupción y el abuso, la falta de transparencia y el ventajismo...")






 POR:ALBERTO BARRERA TYSZKA.

Antes del domingo pasado, el chavismo juró que respetaría los resultados electorales y aseguró que la voluntad del pueblo era sagrada. Después del domingo pasado, su actitud y su discurso han cambiado. Ahora los resultados electorales no son tan bolivarianamente legítimos, la voluntad del pueblo no les parece tan voluntad ni tan popular. Quizás todavía no podemos ponderarlo en toda su dimensión, pero el 6 de diciembre ocurrió una hecatombe, una verdadera revolución: el sentido de la alternancia regresó al país.

Desde su triunfo en 1998, Chávez clausuró la idea de la variación política en el imaginario de la sociedad. Decretó que él no había sido elegido para gobernar por un periodo sino para cambiar la historia. Instaló la palabra “revolución” entre nosotros y comenzó a pensarse y a hablar desde la eternidad. Así pasaron casi 17 años. La hipótesis de la alternancia solo era un trámite que había que seguir para mantener cierta legitimidad internacional. Pero mientras, hicieron lo que quisieron. Sin rendir cuentas. Se acostumbraron y terminaron creyendo que el poder era algo natural y para siempre. Este 6 de diciembre una mayoría contundente de venezolanos los bajó de la nube y les dijo: ¡Bienvenidos a la democracia!
Pero la democracia no les gusta. No la toleran. En muy pocos días, han demostrado una soberbia ciega: no logran digerir la derrota y se revuelven sobre sí mismos, rabiosos e impotentes, resistiéndose a escuchar y a entender el mensaje que les ha dado el pueblo: el PSUV es pasajero. También la revolución es provisional.

Lo que hemos visto esta semana es una muestra puntual de los procedimientos del chavismo: ¿se puede decir que están irrespetando el resultado electoral? Pareciera que no. Porque asumen el informe del CNE y se someten a su decisión. Pero, de manera inmediata, mueven toda su maquinaria mediática y comienzan a distribuir sus matrices: que la oposición compró votos, que la población estaba confundida por la guerra económica, que los votantes fueron engañados… para tratar de imponer la tesis de que “no ganó la oposición sino la contrarrevolución”. Volvamos a la pregunta: ¿irrespetan el resultado electoral? No. En realidad, irrespetan la elección en sí misma. Le roban al 6-D su significado. Pretenden despojar a la democracia de su sentido. En realidad, deslegitiman a los votantes. Irrespetan profundamente al pueblo.

“Ganaron los malos”, dicen. Y comienzan a pregonar que tendremos un parlamento “golpista”. Insisten en re-polarizar a un país que está buscando salir de la polarización. Tratan de provocar, buscan que la oposición repita sus errores y refuerce la narrativa chavista. Es una dinámica que permanece en el territorio del delirio: en nombre del pueblo, atacan a los representantes elegidos por el pueblo. En nombre del pueblo, pretenden desconocer la voluntad del pueblo. Su arrogancia no les permite leer lo que ocurre. Todavía no entienden qué pasó el 6-D. Y por eso mismo vuelven a amenazar. Y por eso mismo chantajean, insultan. Repiten el discurso que los llevó al fracaso. Después de lo que han dicho esta semana, si hoy tuviéramos de nuevo elecciones, el oficialismo sacaría todavía menos votos.
 El domingo pasado, el pueblo venezolano expropió la Asamblea Nacional. Le quitó ese espacio a la corporación que ha privatizado el Estado y las instituciones del país. La oligarquía roja patalea porque no quiere perder sus privilegios. Porque no quiere entender que el pueblo no solo reaccionó frente a la escasez y la inflación, sino también frente a la corrupción y el abuso, la falta de transparencia y el ventajismo. Y eso también es un mensaje para la oposición. No se trata de sustituir modelos, de intercambiar sistemas de exclusión. La mayoría del país desea un cambio profundo. El 6-D terminó la fantasía de la revolución perpetua, pero no se inició una vuelta a la fantasía de un supuesto pasado idílico. Ya ninguna de esas dos posibilidades existe. El futuro no le pertenece a nadie. El futuro aún está por inventarse.

 Fuente:
http://www.cesarmiguelrondon.com/opinion-2/el-espacio-de-mis-amigos/bienvenidos-a-la-democracia-alberto-barrera-tyszka/



Se acabó la eternidad

 
 
POR:CÉSAR MIGUEL RONDÓN.
 

  El diario El Impulso, en Barquisimeto, trae hoy un editorial extraordinario en primera página, cuyo título ya dice mucho: “Perdió la elección y los estribos”. Lo hemos comentado en el programa y abundan los artículos sobre cómo la reacción de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y varios jerarcas del régimen, luego de la derrota electoral del 6 de diciembre, ha sido, por decir lo menos, penosa. En ese sentido, magnifico un artículo de Leonardo Padrón, “Maduro, el inmaduro”, o el artículo de ayer de Alberto Barrera en El Nacional.

  Ciertamente, han perdido los estribos. Por ejemplo, esta declaración de Oscar Schémel, director de Hinterlaces: “El 6 de diciembre triunfo el voto castigo no la oposición. El 6 de diciembre presenciamos un voto castigo no un voto a favor de la  oposición, ellos tienen que entender cuál es el significado de la votación”. Explíqueme usted, señor Schémel, ¿usted tiene en su poder la conciencia de los venezolanos? En concreto, palmariamente, hubo un voto a favor de la MUD. Si usted dice que fue un voto castigo y no a favor a de la MUD, ¿por qué no votaron nulo entonces? Pero si le parece delirante la declaración de Schémel, lea la de Mario Silva: “Estamos investigando todo lo ocurrido en las elecciones. Créanme, en este momento estamos es investigando todo desde lo electrónico hasta los votos nulos. Y acuso,  se tiene que investigar si hubo o no hubo fraude”.

  ¡Dios! ¿No se cansaron de decir ustedes que es imposible hacer fraude con las máquinas y el sistema electoral? ¿Como antes no y ahora sí, señor Silva?

  Además, la situación interna parece resolverse a dentelladas. Este personaje llamado Fidel Madroñero ahora responsabiliza a Arias Cárdenas de no escuchar las bases del PSUV. Por si fuera poco, en Konzapata.com leo: “El jefe del partido de Lina Ron culpa a Jorge Rodríguez de la derrota. El líder de UPV le pide al alcalde de Caracas que baje el nivel de prepotencia y lo responsabiliza de lo que le pueda pasar a él y a su familia. Una diferencia que al parecer ha superado los límites del debate político.” 

  En otro portal, Efectococuyo: “Líderes del chavismo critican que se culpe al pueblo por la derrota rojita y llaman a revisar por qué perdieron el 6 de diciembre”. Porque, recordemos, el primero que le echó la culpa al pueblo fue el propio Nicolás Maduro cuando dijo “ustedes votaron contra ustedes mismos”.

Pero donde llega el nivel de delirio mayor es en el caso de José Vicente Rangel, quien se lleva hoy el gran titular en Últimas Noticias: “Conspiración contra el país. José Vicente dijo que Estados Unidos dispuso de miles de dólares para desestabilizar. El periodista indicó que desde el departamento de defensa gringo se creó un centro de información mundial dirigido a Venezuela”. ¿Será ya senilidad? En El Universal le citan: “La oposición debe administrar con prudencia la victoria”. Y dice: “En política las victorias como las derrotas son transitorias y lo que cuenta es el interés nacional”. Una victoria de la MUD tan abrumadora y apabullante que es histórica, ¿es transitoria, Rangel? ¿Y las victorias del chavismo durante 17 años también fueron transitorias?

  Lo que esta de fondo en todo esto, es algo que con mucha certeza apuntó Alberto Barrera en su artículo de ayer. Con la victoria del 6 de diciembre se establece de nuevo la alternabilidad en el poder. ¿Qué significa establecer al alternabilidad en el poder? Que se acabó lo eterno. Que, desde Hugo Chávez, el chavismo ha gobernado  como si fueran faraones, como si fueran a gobernar por muchos años. Hitler también aspiraba a que el Tercer Reich durara mil años. Sabemos que no llegó a la década.

  Pues bien, se acabó la eternidad para el chavismo. Entre muchas otras cosas, eso quedó evidenciado el 6 de diciembre. Ahora, señores chavistas, todos somos mortales y tenemos que vivir con los pies en la realidad.

Fuente:http://www.cesarmiguelrondon.com/opinion-2/editoriales/se-acabo-la-eternidad/#st_refDomain=t.co&st_refQuery=/houYvNBz97

12 comentarios:

Anónimo dijo...

El Nacional @ElNacionalWeb
Fernando Mires: Estamos llegando al fin de la fase madurista del chavismo http://bitly.com/1lHQl0v

Leonardo Padrón ‏@Leonardo_Padron

Otra de Roland Denis, ex funcionario de Chávez, en entrevista a @LaRazon__ : "Los últimos 3 gabinetes del gobierno deben ir a juicio".


"Me asombra mucho la incapacidad de autocrítica que tiene esta jerga que dejó Chávez en el poder", Roland Denis, ex viceministro de Chávez.

Anónimo dijo...

Leonardo Padrón ‏@Leonardo_Padron
Leonardo Padrón Retwitteó Joselit Ramírez

El pueblo eligió una nueva AN con abrumadora votación. Aprendan a respetar eso. Se llama democracia.

Anónimo dijo...

Leonardo Padrón ‏@Leonardo_Padron
En el Zulia culpan a Arias Cárdenas, en Ccs a Jorge Rodríguez, en Anzoátegui a Aristóbulo. Y en todas las quinielas: a Maduro.

Anónimo dijo...

Maduro, el inmaduro

Leonardo Padrón.
Se podría hacer una voluminosa antología de los desafueros verbales de Nicolás Maduro. De hecho, el humor venezolano lo tiene entre sus víctimas predilectas. Seamos justos, en rigor, él pone la materia prima. El resto es colgarlo en la red, masificarlo, convertirlo en asunto viral. Pero más allá de la sonrisa atónita que generan sus torpezas, está lo que eso entraña dado el rol que el personaje ocupa en Venezuela. Se trata del presidente de la República. Hay una majestad implícita en el cargo que hay que corresponder con el discurso y el accionar. Pero Maduro nos ha enseñado de manera vertiginosa a perderle el respeto. Es su hazaña. Nadie más tiene responsabilidad en tal conquista.

La reacción de Nicolás Maduro ante la “aplastante” derrota que sufrió el gobierno (el adjetivo no es mío, es de Pérez Pirela y Juan Barreto) en las elecciones del 6D ha sido una muestra de profunda inmadurez política. Todos esperábamos su discurso luego de la debacle electoral. Suponíamos, al menos, un comedido acto de mea culpa. Una reflexión lo suficientemente atinada que lo llevara a moderar su estridencia, a ejercer la humildad, a aceptar algún error crucial. Pues no. Maduro, como un adolescente malcriado, sin un átomo de pericia política, se ha dedicado –en los ya varios duelos públicos- a lanzar pataletas, gruñir insultos, repetir consignas que ya fracasaron. Si no fuera tan penoso, daría risa. Si no fuera tan preocupante, daría pena

Anónimo dijo...

(Caracas, Venezuela. Redacción Sumarium) – El periodista Rafael Poleo en su columna “Corto y Profundo” publicada en el diario El Nuevo País que “a la MUD le conviene que el Ejecutivo sea excluyente, para que cargue solo con la hambrazón que se intensificará en los próximos meses“.

Asimismo, indicó que para el mes de abril de 2016, “la gente estará manifestando frente a Miraflores” y apuntó que la MUD debe “ocuparse es de sedar a Capriles y decidir la presidencia de la Asamblea Nacional”.

Sostuvo que al Psuv le tocará “reorganizarse para ser el partido de la izquierda, en una oposición que le curtirá y le consolidará como partido popular estable capaz de promover transformaciones“.

A CONTINUACIÓN EL ARTÍCULO ÍNTEGRO:
¿Qué está pasando?

Pasa que hay pánico entre generales a quienes se menciona como autores de diversos delitos, algunos de lesa humanidad -Cabello les ha convencido de que si entregan el poder les cortarán el cuello. Quienes así se sienten amenazados se han atrincherado en Fuerte Tiuna. Maduro se les ha unido no porque esté entre esos presuntos delincuentes sino por lo de los sobrinos, que para su mujer es prioritario.

De hecho, los atrincherados están en rebeldía contra la Constitución. El tono de esa rebelión bajará a medida que la fatiga del auto-aislamiento, las exigencias de la gente y los movimientos de sus enemigos internacionales los vayan convenciendo de que no tienen vida.

Afectados inmediatos son la MUD y el PSUV. La MUD debería seguir adelante hacia el 5 de enero. La oficialidad se negará a atropellar un parlamento que cuenta con activo respaldo mundial. En el PSUV se extenderá el repudio al Grupo de los Diez, esa cúpula que desacreditó el concepto de revolución, dilapidó el legado político de Chávez, espalilló el patrimonio nacional, estigmatizó al partido con su impropia conducta, se ha enriquecido groseramente y teniendo todos los recursos a su disposición por incapacidad ha puesto una tremenda torta electoral.

A la MUD le conviene que el Ejecutivo sea excluyente, para que cargue solo con la hambrazón que se intensificará en los próximos meses. Para abril la gente estará manifestando frente a Miraflores. De lo que debe ocuparse es de sedar a Capriles y decidir la presidencia de la Asamblea Nacional. Al PSUV toca reorganizarse para ser el partido de la izquierda, en una oposición que le curtirá y le consolidará como partido popular estable capaz de promover transformaciones. Que no se deje usar como escudo por quienes han demostrado que no sirven. Todavía tienen sitio en la Historia.

Anónimo dijo...

CarlosRaulHernandez ‏@CarlosRaulHer

Pérez Pirela:"derrotado desempeño económico,no el chavismo". El “como sea” fue un grave error, sonaba a una “pataleta de ahogado”

Anónimo dijo...

SOBRE LA MARCHA
Por ELIDES J. ROJAS L.
Mal pronóstico

Está claro que el gobierno, perdedor por paliza en las últimas elecciones en Venezuela cuando el pueblo escogió 112 parlamentarios de oposición contra 55 de la gente de Chávez, no tiene ninguna intención de trabajar con mínimos acuerdos con la otra parte, ahora mayoritaria. Es decir, que no bastaron 17 años para acabar con el país, falta el remate.
Escuchar a Maduro es la clave para saber para dónde va este barco antes de hundirse. No es lo mismo que Elías Jaua diga que es necesario rectificar ahora, un poco a destiempo, cuando ya el agua llegó un poco más arriba de la nariz o que lo exija Jorge Giordani; un cogestor de la magna obra socialista, que ahora siente que se derrumba el sueño y le da paso a la ruina. No es lo mismo. Este gobierno tiene dos jefes. Lo demás no cuentan. Hasta el año 2013 tenía uno solo, pero se murió. Desde entonces quedó uno de los jefes por mandato divino a cargo de la presidencia y el otro, por ser militar y de los golpistas originarios, siempre en las alturas del poder al lado del comandante fallecido, un jefe de hecho. Maduro y Cabello. Es más, siempre se pensó que ante la inminencia del fallecimiento de Chávez, quien heredaría la silla sería Cabello. No se sabe qué ocurrió ahí, pero el 8 de diciembre de 2012, Chávez le dijo a Venezuela y al mundo que Maduro era el elegido y "se los pido de corazón, voten por Maduro".

La caída de popularidad del gobierno en general ha sido bestial. Chávez era de teflón. Todo le rebotaba. Pero a Maduro no. Es el blanco directo de las críticas y se le atribuye a su pésima gestión la derrota del pasado 6D. Cabello también agarra lo suyo, pero a otro nivel. Y el partido en general, aunque sigue siendo una fuerza importante, ya no es el torpedo nuclear que fue cuando Chávez era el portaaviones invencible. Ni siquiera Chávez pudo con la guerra económica que se inventó el chavismo. Y también perdió en las parlamentarias. Hay que recordar que la esencia de los gritos de combate del oficialismo iban por este tono: voten por la gente de Chávez, Chávez ganará otra vez el 6D, Chávez vuelve el 6 D. Y así por el estilo. De nada valió.


Pero ocurre que el discurso de los jefes grandes no apunta a una rectificación. No existen las tres R del jefe desaparecido. Por eso las posibilidades de una coexistencia entre las dos fuerzas políticas que tratan de imponer su visión de sociedad. Por un lado el comunismo castrista, todo un mundo prehistórico y lleno de controles que a la larga acaban con cualquier país. Y, por la otra, una propuesta apegada a la institucionalidad, lejos de los personalismos mesiánicos, con sus toques necesarios de liberalismo y eliminación de controles, pero con un poderoso énfasis social, dado la peligrosa circunstancia de empobrecimiento en que se encuentra todo el mundo en Venezuela, salvo las cúpulas nueva y viejas.


No es tan complicado saber lo que va a pasar. El Ejecutivo sigue el camino de la ruina, junto a los otros poderes públicos sometidos. Y el Poder Legislativo intentará aplicar correctivos, pero no podrá. Es más, será culpado por lo que pueda ocurrir. En eso es experto el oficialismo. Nadie puede tener éxito sin unidad. Y menos en un país quebrado.

Mal pronóstico.
Twitter: @ejrl

Anónimo dijo...

Fernando Mires: Estamos llegando al fin de la fase madurista del chavismo

Nadie quiere invertir en un país donde las instituciones y las leyes no funcionan, advierte el sociólogo

El historiador y sociólogo chileno Fernando Mires explicó que una de las consecuencias del resultado de las elecciones legislativas en Venezuela es que se salvó al presidente Nicolás Maduro de convertirse en un dictador total, pues el triunfo de la oposición demuestra que este sector también puede representar una parte del Estado a través de la Asamblea Nacional.

Sobre los supuestos de que el oficialismo recibió un voto castigo de sus afectos, Mires aclaró que la inconformidad de la militancia solo se manifiesta a través del voto blanco o nulo y no de los válidos, que son en sí mismos un premio o un castigo.

—¿Cómo evalúa lo que ocurrió en Venezuela el 6-D?

—A partir de ese día la oposición pasa, a través del Parlamento, a ocupar una parte del Estado con una cantidad adicional de atribuciones ejecutivas derivadas de la mayoría calificada obtenida en los últimos recuentos. Se constituye así un Estado dual. Dicho de modo irónico, la oposición ha salvado a Maduro de convertirse en un dictador total. En Venezuela en estos momentos hay dos poderes: uno más instrumental que político (armas, dinero, represión), representado en el Ejecutivo, y otro más político (y social) que instrumental, representado en el Legislativo.

—¿Se está frente al fin del chavismo? ¿Después de la derrota, cuál es su principal desafío?

—Por el momento parece que estamos llegando al fin de la fase madurista del chavismo. Es también el fin de la forma populista de representación política (no hay populismo sin pueblo y sin líder populista). Si el chavismo puede llegar a constituirse bajo otras formas como lo logró el peronismo, es imposible saberlo. La historia del futuro no ha sido escrita todavía.

Anónimo dijo...

Fernando Mires: Estamos llegando al fin de la fase madurista del chavismo

—¿Cree que las elecciones se ganaron por voto castigo o por el trabajo de la oposición?

—Parece que ahí nos topamos con una discusión inútil. Todo voto válido implica un castigo y un premio. Solo el voto en blanco o el nulo, cuando es militante, es castigo. Ahora, pensemos matemáticamente: la oposición en el pasado no bajó de 40%. Ese es su capital constante. Y un 40% de voto no-castigo no es poco. El 20% de capital variable –que no es necesariamente castigo– es el que debe ser mantenido e incluso aumentado.

—¿Cuál es el reto de la oposición para atraer a los chavistas descontentos?

—Reconocerlos como lo que son y no como quisiéramos que sean. Lo peor que se puede hacer es repetir lo que hizo el chavismo con la oposición. Macri, en Argentina, lo aclaró muy bien, le dijo a los peronistas: “Yo no te vengo a pedir el voto. Te respeto a vos como sos. Pero te ofrezco trabajar juntos para resolver problemas comunes”.

—Todo apunta a que la crisis económica se profundizará en 2016. ¿Quién terminará asumiendo el costo, el gobierno o la oposición?

—La crisis no es una cosa en sí. A Maduro se le arrancó la economía por razones políticas. Nadie quiere invertir en un país donde las instituciones y las leyes no funcionan. Solo restableciendo un mínimo de estabilidad y orden político será posible solucionar la economía. Al revés no resulta. La economía no se rige por “modelos” sino por “procesos”. Son dos cosas muy diferentes.

—¿De qué manera inciden los resultados del domingo 6 en la región?

—Después de Argentina, Venezuela se inscribe en el proceso de democratización que se inició en la última década del siglo XX, proceso interrumpido por la aparición de autocracias hegemonizadas por el castro-chavismo. He leído que en Bolivia las encuestas ya no son favorables a la reelección de Morales. La locura del “socialismo del siglo XXl” ha terminado. Quizás para siempre. Pero por otra parte el general Raúl Castro es el último dictador militar del continente. El clamor por elecciones libres en la isla debería ser continental. La oposición venezolana puede y debe ayudar a la oposición cubana a encontrar su camino. Al fin y al cabo la oposición de Venezuela sabe lo que es necesitar de ayuda y no recibirla.

Anónimo dijo...

Jorge Herrera ‏@bra_cero

LA VOZ DL PUEBLO ERA LA VOZ D DIOS CUANDO GANABAN SIN ESCRUPULOS,ahora,q fueron sepultados x un alud d votos;es la voz del imperio

Anónimo dijo...

Américo Martín ‏@AmericoMartin

Oleada chavista pide reconocer la derrota y dejar rotundidades retóricas, Lula pide negociación y se desploma la "guerra" contra amnistia

Anónimo dijo...

Américo Martín ‏@AmericoMartin
Las valientes declaraciones de Héctor Navarro explican,el naufragio de este modelo inmoral. El cambio es urgente. Impedirlo es complicidad
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Américo Martín ‏@AmericoMartin

El pobre Evo confiesa su desconsuelo: Maduro y yo nos sentimos aislados. El sabrá por qué no incluye a Raúl, Tabare y Lula; nosotros sí