domingo, mayo 20, 2007

PARA EL SOCIALISMO DE CHÁVEZ LA EMPRESA ESTÁ FUERA DE BASE


GERARDO REYES / CARACAS

JUAN CARLOS SOLORZANO / Miraflores Press/AP

EL PRESIDENTE Hugo Chávez el 5 de mayo en un encuentro beisbolero entre Cuba y Venezuela, celebrado en una base militar de Caracas. Entre los venezolanos cunde el temor de que, de un día para otro, Chávez cambie las reglas del juego económico.

Cuando el presidente de la empresa se presentó a firmar un préstamo que el estado de Venezuela le había concedido, le abrió la puerta un funcionario del gobierno que, sin saludarlo, le dijo: ``Ser rico es malo, pase adelante''.

Días después el ejecutivo tuvo que firmar en Caracas un formulario en el que debía responder si apoyaría a las misiones sociales del gobierno y si estaría dispuesto a compartir con los empleados el manejo y las utilidades de su empresa.

El empresario, que pidió no ser identificado para este reportaje, respondió afirmativamente a todas las preguntas y a las pocas semanas rechazó el crédito con el pretexto de que lo había recibido muy tarde.

''Era mucho el compromiso por $200,000'', comentó

Experiencias como estas se repiten con mayor frecuencia en Venezuela y son parte de lo que los empresarios de este país llaman ''el cerco a la industria privada'', una serie de medidas y amenazas del gobierno que, según ellos, están deprimiendo en forma alarmante la capacidad de producción del país.

''El industrial vive en un estado permanente de miedo'', dijo a El Nuevo Herald, Agustín Díaz, gerente del Centro de Estudios Económicos y Legales de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria). ``No se puede crecer en un país en el que el gobierno tiene un concepto diferente de propiedad privada al del los empresarios''.

Lo más paradójico para los industriales es que esta situación simultánea de incertidumbre y malestar por las medias del gobierno se produce en momentos en que ninguno de ellos puede quejarse de las ventas o de signos de recesión.

Una encuesta realizada por Conindustria en el segundo trimestre del 2006 muestra que tanto la gran industria como la mediana y la liviana respondieron que su situación es buena. Los niveles de satisfacción no parecen haber cambiado este año.

''Lo que se produce, se vende'', explicó Díaz, quien reconoce la ironía del cuadro económico.

Otro empresario, que pidió mantenerse en el anonimato, explicó que la colisión constante de las buenas noticias de la prosperidad y las malas del gobierno van creando como una doble personalidad en los productores.

''En un momento uno celebra el aumento de las ventas, un pedido grande que le hacen, y al siguiente lo ataca la idea de que esto se va a reventar y vamos a tener que dejarlo todo, perderlo todo'', dijo el industrial.

Esta incertidumbre ha generado diferentes planes de acción entre los empresarios. Están aquellos que mantienen el negocio al día y aprovechan al máximo la bonanza que vive el país así como los créditos del gobierno. Otros, se quedan en el país pero no invierten en el crecimiento de sus compañías porque no creen en el futuro. Algunos cierran por temor a ser sancionados al no cumplir con las exigencias del gobierno en materia de precios, impuestos y niveles de abastecimiento. Y otros siguen al frente del negocio pero invierten sus utilidades en el exterior.

Una nueva modalidad de hombres de negocios se presentó en sociedad la semana antepasada como una fórmula de contraste al pesimismo: la Confederación de Empresarios Socialistas (Conseven), inaugurada en medio de vítores de: ``Uh ah, Chávez no se va''.

Marcos Zarikian, presidente del grupo Eurobuilding, quien integra la directiva de Conseven propuso invertir en obras sociales el dinero que los empresarios ahorran en impuestos, según lo reportó el diario El Nacional, y brindó a los asistentes su ideal del socialismo empresarial con un tono a lo Martin Luther King.

''Tengo un sueño'', dijo Zarikian. ``Quisiera ir algún día por los barrios de Petare [zona marginal al este de Caracas] y verme comiendo en una mesa de un restaurante de lujo con la gente que vive ahí. Quisiera poder compartir en una mesa con un rico y un pobre y que hablemos de una Venezuela posible''.

La confederación afirmó que cuenta con la afiliación de 500,000 empresas, una cifra exorbitante que no ha sido respaldada por documentos.

La capacidad productiva de Venezuela está al tope. Esta coyuntura, que en otros países estimularía una ampliación del sector industrial, en Venezuela no ha tenido el mismo efecto.

De 11,117 establecimientos industriales registrados en 1998, en el 2005 se redujeron a 6,756, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas citadas por Conindustria.

Venezuela ha sido en los dos últimos años el país con más bajo nivel de competitividad del mundo, según la escuela de administración de empresas IMD, con sede en Lausana, Suiza, que publica el Anuario Mundial de la Competitividad.

El gobierno atribuye la reducción de la capacidad industrial a sabotajes y al ambiente de zozobra creado en el país por los grupos que conspiraban contra Chávez.

Pero los industriales tienen una larga lista de amenazas y presiones que, según ellos, no hacen más que desestimular el crecimiento y, en muchos, casos producir el cierre de las industrias. Entre estos factores de presión señalan los siguientes:

• Las amenazas a las garantías de la propiedad privada.
• El ajuste inconsulto del salario mínimo.
• El control de cambios y la penalización del sistema.
• El control de precios.
• Importaciones masivas y exoneración de aranceles para productos que interesan al gobierno.
• Adjudicaciones directas de contratos del Estado.

''Se vive en un limbo'', explicó a El Nuevo Herald Marinella Mata, asesora jurídica de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio de Venezuela (Fedecámaras). ``Antes teníamos más seguridad jurídica. Ahora es el día a día, escuchar los medios, leer la Gaceta Judicial, para conocer los cambios''.

Los empresarios están además nerviosos por proyectos de ley como el que los obliga a conceder a los empleados cuatro horas de la jornada laboral para asistir a cursos de ''formación ideológica'' en el socialismo y el anuncio de Chávez de reducir a 36 horas la jornada semanal de trabajo.

Todas estas clavijas que el gobierno no termina de apretar han tenido como consecuencia, según el gremio industrial, que el sector empresarial se contraiga y no pueda cumplir con la abrumadora demanda de bienes y servicios que existe. Lo que explica el desabastecimiento de productos básicos de la canasta familiar como carne, leche, queso y azúcar.

El gobierno alega que el desabastecimiento se debe al acaparamiento de los comerciantes.

Quizás la ''amenaza'' gubernamental que en los últimos meses ha ocupado más la atención de los empresarios es la llamada ''cogestión'', el modelo mediante el cual los empleados adquieren el derecho de administrar la empresa y participar en las utilidades o ambas cosas al mismo tiempo.

Aunque la cogestión no ha sido reglamentada, el gobierno está creando el ambiente para un posible estreno en la legislación laboral y el propio Chávez ha hecho frecuentes referencias a sus beneficios, cuidándose sin embargo de que no se entienda como una fórmula gradual de expropiación.

En el homenaje que el mandatario rindió la semana antepasada al banquero de Bangladesh y Premio Nobel de la Paz 2006, Muhammad Yunus, conocido como el ''banquero de los pobres'', explicó que en las empresas privadas se adelantan fórmulas de cogestión con trabajadores ''pero hacia un modelo de producción social que contribuya no sólo a beneficiar a sus dueños sino al combate de la miseria y la pobreza'', sin perder su condición de propiedad privada.

Dirigiéndose al banquero venezolano Juan Carlos Escotet quien estaba presente en la ceremonia, el presidente dijo:

``Ahí está Escotet, y él no le teme al socialismo, si no, no estaría aquí''.

Como parte de la campaña oficial para para promover la cogestión, en octubre del 2005 se realizó en Caracas el Encuentro Nacional de Trabajadores hacia la Recuperación de Empresas.

Convocado por la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela (UNT), el congreso analizó experiencias de manejo de fábricas y otras formas de ''ocupación obrera'', según las conclusiones del foro.

''En Venezuela la cogestión es una alternativa al capitalismo'', afirmó en la conferencia el profesor Michael A. Lebowitz, el catedrático extranjero más citado en los últimos meses por los simpatizantes de Chávez.

El conductor del programa oficialista La Hojilla, Mario Silva, dedicó recientemente un largo segmento del programa a leer emocionado apartes de un libro de este profesor de Economía de la Universidad Simon Fraser de Burnaby, Columbia Británica, Canadá, en el cual se explican las nuevas oportunidades históricas que tiene el socialismo en el mundo si se cambia su enfoque.

Lebowitz es el autor del libro Beyond Capital, en el cual plantea que el socialismo es posible si concentra sus esfuerzos en el bienestar del individuo con conciencia colectiva y no en el Estado, que fue lo que determinó el fracaso del modelo en la Unión Soviética.

Al citar en el foro los ejemplos de Alemania y la antigua Yugoslavia, Lebowitz explicó que la cogestión en Venezuela debe de ser una alianza entre los trabajadores de una empresa con la sociedad, pero advirtió que la participación en el paquete accionario de la compañía puede convertir a los obreros en ``propietarios cuyo principal interés es su propio ingreso''.

El análisis de Lebowitz está colmado de preguntas más que de respuestas, dado que reconoce que el proceso de cogestión está sujeto a toda clase de contradicciones que pueden ser usadas por los enemigos de la revolución o crear nuevos enemigos internos.

``Nada hará más infeliz a los enemigos de la revolución bolivariana que el éxito de la cogestión'', concluyó el profesor.

Los empresarios consultados por El Nuevo Herald sostienen que no tienen ningún problema en sentarse a discutir los términos de la cogestión. Pero los atemoriza que un día, sin aviso ni discusión, se enteren de otra medida sorpresa del gobierno imponiendo ese modelo de propiedad y manejo.

''En la industria'', dijo uno de los empresarios, ``el miedo no puede ser una buena materia prima''.


Fuente: el NuevoHerald.com.

2 comentarios:

flor dijo...

Hola Arcangel!

Te cuento que recién ahora te visito (una ingratitud la mía) luego de un comentario que dejaste hace un par de meses.

Realmente me interesa mucho tu espacio. Soy estudiante de ciencias políticas en la uni y estoy abocada a relaciones internacionales, así que tu sitio me vino como anillo al dedo!! JAJA

Quería consultarte si puedo agregarte a mis links, para visitarte seguido. Si sí avisame en mi sitio y gustosa estarás en mi lista de amigos. Por mi parte mi blog es distinto (escribo, más como afición que porque tenga verdadero talento), pero de todos modos sos bienvenido cuando gustes.

Te dejo un abrazo, esperando leerte pronto :)

Arcangel Vulcano dijo...

Flor, gracias por la visita y el comentario. No te preocupes,nada de ingratitud, seguro has estado estudiando mucho, eres ¡bienvenida!

Me alegra tu interés por este tu espacio...Espero que te sea útil, sería muy gratificante.

Por supuesto que puedes agregarme a tus links es un privilegio que me regalas.

Leo tu blog, y pienso que te sobra "gracias a Dios" el talento, te animo a seguir adelante siempre.

Un gran abrazo.