El Presidente Chávez volvió a desenterrar el hacha de la guerra a sólo días del comienzo del nuevo año, dejando entrever su ya recurrente actitud de “dividir para reinar”, insultando impropia y desconsideradamente al Secretario General de La OEA, Dr.José Miguel Insulza; llamándolo destempladamente “insulso y pendejo ”. Asombra no tanto el insulto sino la forma, el escenario que escogió para la afrenta. Lo hizo en el acto de la juramentación de su remozado tren ejecutivo, flanqueado por una "endiosada" y gigantesca imagen de su rostro; rodeado de miles de sus partidarios en el Teatro Teresa Carreño,semejando casi que una "coronación", y apoyado con la transmisión televisiva "en horario para todo público" (sólo él puede decir improperios en los medios de comunicación) a través del canal del estado venezolana de televisión.
No nos preocupa la insinstencia de hablarnos de su proyecto revolucionario socialista (queremos conocerlo) eso ya no logra inmutarnos. Lo que particularmente nos causa asombro, es la actitud hostil del mandatario, su verbo incendiario, su empeño en continuar dividiendo a la sociedad ya no venezolana sino latinoamericana. Nos preguntamos: ¿Si Chávez se permite irrespetar en público al Dr. Insulza, quien representa no a un organismo internacional, sino a todos los Estados integrantes de la Organización de Estados Americanos; que nos espera entonces al resto de los mortales? ¿Qué fue lo que dijo o hizo el Dr, Insulza tan grave como para merecer tan desproporcionada e insultante reacción? ¿Se puede o no, estar de acuerdo con el proyecto personalista y arbitrario que promueve, auspicia y lleva personalmente adelante el jefe del estado venezolano?.Incluso, tenemos derecho a discrepar de lo que diga el Dr.Insulza; en lo personal, no comparto la opinión del Secretario General de la OEA, ni me parece apropiada su injerencia indebida en potestades exclusivas del estado venezolano; ¿los problemas pueden o no discutirse?; ¿pero es necesario crear un clima de desasosiego injustificable, de inestabilidad, más aun cuando se alega contar con una importante mayoría de votos?. ¿No debe acaso un jefe de estado promover el dialogo como vía lógica de entendimiento político con el resto de la sociedad que disiente de sus opiniones?. ¿Deben quienes piensen distinto al jefe de estado entonces ser etiquetados como imperialistas? ¿Nada que sea diferente a sus propuestas o visiones particulares es tolerable, ni aceptable ahora en nuestra sociedad sin correr el riesgo de ser catalogados como enemigos del proyecto personalista del presidente? ¿Con quien puede entonces dialogar este hombre "único y providencial" que parece creerse Hugo Chávez, y que llama "insulso y pendejo” al secretario general de la OEA, sólo con sus incondicionales?.
Creemos que no alarma tanto que se pretenda imponer ya de por si el denominado socialismo del siglo XXI, aprovechando una circunstancial mayoría que tienen obviamente en una Asamblea Nacional elegida en una circunstancia realmente "dudosa", a quienes muchos cuestionan su legitimidad, por considerarla irrita, elegida sin la participación de votantes suficientes (80% de abstención), indispensable para darle sostén político; lo cual ha quedado en evidencia con la alta votación obtenida por la oposición venezolana (38 %), y que significarían al menos una sustancial representación legislativa opositora, que impedirían que el régimen tuviera las dos terceras partes en esa cuestionada Asamblea Nacional. Sino que alarma que se pretenda manipular a la opinión pública haciéndonos creer que el pueblo venezolano eligió no a un presidente basado en una Constitución, que tiene plena vigencia y la cual está obligado a cumplir y hacer cumplir, sino que practicamente habilmente pretende esgrimir que se le dio fue una suerte de "cheque en blanco" para que derrumbe todo el estamento de derecho existente en el país, y haga "caída y mesa limpia" contra todo aquel que no comparta su proyecto político, lo cual más que un error es una aberración, un exceso injustificable, que pareciera esconder su verdadera intención de venganza, contra quienes intentaron derrocarlo.
De antemano alertamos al país, que si esa será la tónica del gobierno, avizoramos tiempos muy borrascosos para "todos", porque dudamos que el resto de la sociedad democrática venezolana se deje someter mansamente a esa inequidad sin reaccionar. “Quien siembra vientos cosecha tempestades” decía mi abuelita materna. No somos adivinos, pero eso es lo que le vemos venir al presidente Chávez si persiste en comportarse como un "enterrador" de la democracia y el necesario dialogo. No se puede deformar y desnaturalizar deliberadamente, convenientemente y a su antojo, el mandato que el pueblo le dio el pasado 3 de diciembre. Si la lectura que el presidente hizo de los resultados fue que debía a “troche y moche” imponerle al resto de la sociedad su visión hegemónica y totalitarista, pensamos que se equivoca garrafalmente. Pensamos seriamente que los 7.300.000 votos que obtuvo en las elecciones, no necesariamente votaron para que se haga lo que se pretende; tenemos una lectura distinta de esos votos.
Nuestra lectura de esas elecciones es otra; que los venezolanos desean en verdad cambios profundos en la sociedad venezolana, pero quieren que esos cambios se hagan respetando la Constitución y las leyes, en un clima de paz, de tolerancia, de convivencia política, no de violencia. Esa violencia también puede ser expresada, como lo está siendo, a través de la intolerancia, la persecución política, la discriminación, mediante la no disimulada actitud de imponer un pensamiento único, por medio de la constitución de un partido único, y a través de la aprobación de una reforma constitucional que imponga la reelección presidencial indefinida como principio y así tratar de instalarse para siempre en el poder valiéndose de una mayoría transitoria, temporal, que no eterna, jamás incondicional.
Estamos seguros de que la inmensa mayoría de los venezolanos que votó por el presidente no quieren humillar, ni mal tratar al resto de sus conciudadanos que sufragaron por el candidato de la oposición (4.300.000 votantes). La inmensa mayoría de los venezolanos no desea ser enemigo de nadie, ni quiere que en Venezuela se instale como norma la censura, ni que se violen los derechos humanos, y menos que se altere el espíritu, propósito y razón de la Constitución Nacional. Los venezolanos deseamos convivir en paz, entre hermanos, sin que se nos convoque constantemente a la confrontación y a las batallas imaginarias que solo están en la mente de nuestro presidente, y quien pareciera estar determinado a empujar su visión particular excluyente y a todo evento, sin medias tintas, sin permitir los naturales matices que deben existir en una sociedad plural y democrática.
Preocupa que se pretenda etiquetar como “pendejos” a todos quienes disentimos del proyecto político del presidente. También alarma, que se emplee discrecionalmente todo el poder del estado para tratar de acallar a esa disidencia. Da la impresión que lo que se intenta es pulverizar todo vestigio de pensamiento adverso. No vemos otra cosa, sino a un jefe de estado vomitando su odio y resentimiento a todos a quienes él considere que están alineados con el imperio norteamericano. Para muestra un botón: El Dr. Insulza a quien promovió ayer abiertamente para el cargo que dignamente ocupa, porque hoy “se atreve” a opinar en contra de su malsana intención de silenciar mediante un artificio jurídico, y su confesa retaliación contra un canal privado de televisión, pues simplemente se le descalifica, se le etiqueta como un “Virrey” del imperio gringo, se le increpa de manera descortés, impropia y por demás desconsiderada; insultándole no sólo en lo personal, sino innoblemente, tratando de golpearlo en lo más sagrado de un ser humano, en su dignidad.
Se le insulta su inteligencia, y se menoscaba su condición y dignidad humana, y su derecho a opinar libremente. Abiertamente, con descaro, sin moderación, con grosera y despiadada actitud grotesca diciéndole: “Insulza, eres un pendejo”. Lo que no añade y es logicamente implícito y deducible es: Eres un “pendejo” porque no piensas como yo. Pero nos advierte tácitamente a “todos”: yo no soy “pendejo”, los "pendejos" son ustedes”, porque yo soy el único inteligente, los demás son unos “pendejos”. Pareciera decirnos el señor presidente: "Es más chico, todos los que no se afilien a mi idea de sociedad socialista son unos “insulsos pendejos” yo soy el más agudo, el mejor, el más grande".
Nosotros le sugerimos respetuosamente al jefe del estado Hugo Chávez: Tenga “prudencia, y humildad” en lo sucesivo, porque estamos seguros que somos más de 4.300,000 “pendejos” que no votamos por usted; recuérdese también de los “pendejos” que se abstuvieron de votar (25%) y que lo están viendo y escuchando; recuérdese igualmente de los “pendejos” que no habían cumplido 18 años para tener derecho a sufragar, y desde luego, recuérdese como es lógico de buena parte de los “pendejos” que votaron por usted y que no le dieron un cheque en blanco para que hiciera con él lo que a bien se le ocurriera discrecionalmente. No olvide nunca lo que le pasó a aquel "Presidente que se sintió como un Rey" que pareció casi que coronarse en ese mismo sitio donde usted habló, recuérdese lo que le ocurrió a escasos días de "coronarse cual Rey arrogante y majestuoso".Por favor piense por un instante, en la marejada humana de "pendejos" que el 11 de Abril aquel, marchó enfurecida hacia Miraflores, con una sola cosa en mente, provocar y forzar su renuncia, "la cual aceptó". No olvide jamás, que nada es más peligroso que provocar innecesariamente a una enfurecida masa amorfa integrada por "pendejos" acorralados, dispuestos a todo por evitar ser reducidos, en vez de auspiciar el dialogo político. Pero sobre todo, recuérdese también de los 27 millones de venezolanos que no seremos incondicionales jamás con nadie, ni eternamente, porque no podemos ser “pendejos para siempre”. Aún más, no olvide nunca que "todos" alguna vez hemos cometido al menos una “pendejada” (sobreseida) pero a fin de cuentas, es nuestra condición humana equivocarnos. “Errar es de humanos y rectificar es de sabios”.
No nos preocupa la insinstencia de hablarnos de su proyecto revolucionario socialista (queremos conocerlo) eso ya no logra inmutarnos. Lo que particularmente nos causa asombro, es la actitud hostil del mandatario, su verbo incendiario, su empeño en continuar dividiendo a la sociedad ya no venezolana sino latinoamericana. Nos preguntamos: ¿Si Chávez se permite irrespetar en público al Dr. Insulza, quien representa no a un organismo internacional, sino a todos los Estados integrantes de la Organización de Estados Americanos; que nos espera entonces al resto de los mortales? ¿Qué fue lo que dijo o hizo el Dr, Insulza tan grave como para merecer tan desproporcionada e insultante reacción? ¿Se puede o no, estar de acuerdo con el proyecto personalista y arbitrario que promueve, auspicia y lleva personalmente adelante el jefe del estado venezolano?.Incluso, tenemos derecho a discrepar de lo que diga el Dr.Insulza; en lo personal, no comparto la opinión del Secretario General de la OEA, ni me parece apropiada su injerencia indebida en potestades exclusivas del estado venezolano; ¿los problemas pueden o no discutirse?; ¿pero es necesario crear un clima de desasosiego injustificable, de inestabilidad, más aun cuando se alega contar con una importante mayoría de votos?. ¿No debe acaso un jefe de estado promover el dialogo como vía lógica de entendimiento político con el resto de la sociedad que disiente de sus opiniones?. ¿Deben quienes piensen distinto al jefe de estado entonces ser etiquetados como imperialistas? ¿Nada que sea diferente a sus propuestas o visiones particulares es tolerable, ni aceptable ahora en nuestra sociedad sin correr el riesgo de ser catalogados como enemigos del proyecto personalista del presidente? ¿Con quien puede entonces dialogar este hombre "único y providencial" que parece creerse Hugo Chávez, y que llama "insulso y pendejo” al secretario general de la OEA, sólo con sus incondicionales?.
Creemos que no alarma tanto que se pretenda imponer ya de por si el denominado socialismo del siglo XXI, aprovechando una circunstancial mayoría que tienen obviamente en una Asamblea Nacional elegida en una circunstancia realmente "dudosa", a quienes muchos cuestionan su legitimidad, por considerarla irrita, elegida sin la participación de votantes suficientes (80% de abstención), indispensable para darle sostén político; lo cual ha quedado en evidencia con la alta votación obtenida por la oposición venezolana (38 %), y que significarían al menos una sustancial representación legislativa opositora, que impedirían que el régimen tuviera las dos terceras partes en esa cuestionada Asamblea Nacional. Sino que alarma que se pretenda manipular a la opinión pública haciéndonos creer que el pueblo venezolano eligió no a un presidente basado en una Constitución, que tiene plena vigencia y la cual está obligado a cumplir y hacer cumplir, sino que practicamente habilmente pretende esgrimir que se le dio fue una suerte de "cheque en blanco" para que derrumbe todo el estamento de derecho existente en el país, y haga "caída y mesa limpia" contra todo aquel que no comparta su proyecto político, lo cual más que un error es una aberración, un exceso injustificable, que pareciera esconder su verdadera intención de venganza, contra quienes intentaron derrocarlo.
De antemano alertamos al país, que si esa será la tónica del gobierno, avizoramos tiempos muy borrascosos para "todos", porque dudamos que el resto de la sociedad democrática venezolana se deje someter mansamente a esa inequidad sin reaccionar. “Quien siembra vientos cosecha tempestades” decía mi abuelita materna. No somos adivinos, pero eso es lo que le vemos venir al presidente Chávez si persiste en comportarse como un "enterrador" de la democracia y el necesario dialogo. No se puede deformar y desnaturalizar deliberadamente, convenientemente y a su antojo, el mandato que el pueblo le dio el pasado 3 de diciembre. Si la lectura que el presidente hizo de los resultados fue que debía a “troche y moche” imponerle al resto de la sociedad su visión hegemónica y totalitarista, pensamos que se equivoca garrafalmente. Pensamos seriamente que los 7.300.000 votos que obtuvo en las elecciones, no necesariamente votaron para que se haga lo que se pretende; tenemos una lectura distinta de esos votos.
Nuestra lectura de esas elecciones es otra; que los venezolanos desean en verdad cambios profundos en la sociedad venezolana, pero quieren que esos cambios se hagan respetando la Constitución y las leyes, en un clima de paz, de tolerancia, de convivencia política, no de violencia. Esa violencia también puede ser expresada, como lo está siendo, a través de la intolerancia, la persecución política, la discriminación, mediante la no disimulada actitud de imponer un pensamiento único, por medio de la constitución de un partido único, y a través de la aprobación de una reforma constitucional que imponga la reelección presidencial indefinida como principio y así tratar de instalarse para siempre en el poder valiéndose de una mayoría transitoria, temporal, que no eterna, jamás incondicional.
Estamos seguros de que la inmensa mayoría de los venezolanos que votó por el presidente no quieren humillar, ni mal tratar al resto de sus conciudadanos que sufragaron por el candidato de la oposición (4.300.000 votantes). La inmensa mayoría de los venezolanos no desea ser enemigo de nadie, ni quiere que en Venezuela se instale como norma la censura, ni que se violen los derechos humanos, y menos que se altere el espíritu, propósito y razón de la Constitución Nacional. Los venezolanos deseamos convivir en paz, entre hermanos, sin que se nos convoque constantemente a la confrontación y a las batallas imaginarias que solo están en la mente de nuestro presidente, y quien pareciera estar determinado a empujar su visión particular excluyente y a todo evento, sin medias tintas, sin permitir los naturales matices que deben existir en una sociedad plural y democrática.
Preocupa que se pretenda etiquetar como “pendejos” a todos quienes disentimos del proyecto político del presidente. También alarma, que se emplee discrecionalmente todo el poder del estado para tratar de acallar a esa disidencia. Da la impresión que lo que se intenta es pulverizar todo vestigio de pensamiento adverso. No vemos otra cosa, sino a un jefe de estado vomitando su odio y resentimiento a todos a quienes él considere que están alineados con el imperio norteamericano. Para muestra un botón: El Dr. Insulza a quien promovió ayer abiertamente para el cargo que dignamente ocupa, porque hoy “se atreve” a opinar en contra de su malsana intención de silenciar mediante un artificio jurídico, y su confesa retaliación contra un canal privado de televisión, pues simplemente se le descalifica, se le etiqueta como un “Virrey” del imperio gringo, se le increpa de manera descortés, impropia y por demás desconsiderada; insultándole no sólo en lo personal, sino innoblemente, tratando de golpearlo en lo más sagrado de un ser humano, en su dignidad.
Se le insulta su inteligencia, y se menoscaba su condición y dignidad humana, y su derecho a opinar libremente. Abiertamente, con descaro, sin moderación, con grosera y despiadada actitud grotesca diciéndole: “Insulza, eres un pendejo”. Lo que no añade y es logicamente implícito y deducible es: Eres un “pendejo” porque no piensas como yo. Pero nos advierte tácitamente a “todos”: yo no soy “pendejo”, los "pendejos" son ustedes”, porque yo soy el único inteligente, los demás son unos “pendejos”. Pareciera decirnos el señor presidente: "Es más chico, todos los que no se afilien a mi idea de sociedad socialista son unos “insulsos pendejos” yo soy el más agudo, el mejor, el más grande".
Nosotros le sugerimos respetuosamente al jefe del estado Hugo Chávez: Tenga “prudencia, y humildad” en lo sucesivo, porque estamos seguros que somos más de 4.300,000 “pendejos” que no votamos por usted; recuérdese también de los “pendejos” que se abstuvieron de votar (25%) y que lo están viendo y escuchando; recuérdese igualmente de los “pendejos” que no habían cumplido 18 años para tener derecho a sufragar, y desde luego, recuérdese como es lógico de buena parte de los “pendejos” que votaron por usted y que no le dieron un cheque en blanco para que hiciera con él lo que a bien se le ocurriera discrecionalmente. No olvide nunca lo que le pasó a aquel "Presidente que se sintió como un Rey" que pareció casi que coronarse en ese mismo sitio donde usted habló, recuérdese lo que le ocurrió a escasos días de "coronarse cual Rey arrogante y majestuoso".Por favor piense por un instante, en la marejada humana de "pendejos" que el 11 de Abril aquel, marchó enfurecida hacia Miraflores, con una sola cosa en mente, provocar y forzar su renuncia, "la cual aceptó". No olvide jamás, que nada es más peligroso que provocar innecesariamente a una enfurecida masa amorfa integrada por "pendejos" acorralados, dispuestos a todo por evitar ser reducidos, en vez de auspiciar el dialogo político. Pero sobre todo, recuérdese también de los 27 millones de venezolanos que no seremos incondicionales jamás con nadie, ni eternamente, porque no podemos ser “pendejos para siempre”. Aún más, no olvide nunca que "todos" alguna vez hemos cometido al menos una “pendejada” (sobreseida) pero a fin de cuentas, es nuestra condición humana equivocarnos. “Errar es de humanos y rectificar es de sabios”.
3 comentarios:
(va sin acentos)
Como decia Facundo Cabral, en su ya memorable segmento humoristico: El presidente, Teniente Coronel Chavez, pertenece a esa clase de pendejos llamado globalista; el que cree que todos los demas somos pendejos.
CHAVEZ
Es prepotente,egolatra
se tiene que hacer lo que el dice
Los insultos son para el una forma de figurar en la prensa
Hermano Vulcano ( a final de cuentas yo soy Dr Sposk, jejejeje ), pedirle prudencia y humildad a Chavez es un ejercicio fútil, ya que ese individuo carece completamente de esas dos condiciones humanas, así como también carece de Gallardía.
Chávez representa esa clase de Venezolanos del perraje que no merece subir en la vida, porque aflorará su máxima condición. El ser Cayapero es algo que no se quita nunca y deviene de nuestra história de mestizaje, miedos y miserias, que dió origen a gentes resentidas por su condición de hispanos de segunda, que cuando consiguen fuerza de grupo, solo actúan con la singularidad de este caudillo ramplón. Otro sí y cuando se ven acorralados, lloran y se arrepienten, y hasta piden clemencia de rodillas como ya lo ha hecho Cávez en varias oportunidades.
Lo del Socialismo resucitado, es digno de estudiar y ver, cuanta culpa tiene el haber dejado de libre transito, al Marxismo académico en todas las instancias de la vida nacional Venezolana. Cosa devenida de la romantica percepción del experimento Cubano. En el cono sur los persiguieron con horrendas dictaduras, pero en Venezuela los perdonaron y allí está el resultado. Devolver la senda democrática a Venezuela, puede costar más victimas y daños que los que costaron las dictaduras sureñas, y todo eso, en un momento de gran esplendor para la humanidad.
Ambos sabemos que la popularidad de chávez obedece a condiciones circunstanciales y de ventajismos del manejo del poder a su antojo. Pero es bueno que se crea en su popularidad, porque cuando llegue el momento, el trancazo será mayor y ojalá la sociedad pueda reaccionar con verdaderos cambios políticos. Lo cierto es que, " No se pueden volver a perdonar ".
Le agradezco su preocupación por la " limpidez " de mis escritos, pero considerelos una cuestión de estilo dirigido a cierto target. Si fueran académicos, llamarían menos la atención.
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