POR:MARTA COLOMINA.
El reino de Atila no sobrevivió. Parece que éste tampoco, ni dentro ni fuera de Venezuela.
De Atila se conoce más por la leyenda que por la historia. La primera nos habla de un bárbaro sanguinario cuya capacidad destructiva se extendía hasta su famoso caballo. Tanta, que donde pisaban equino y dueño “no crecía más la hierba”. La historia relata que fue rey de los hunos, impuso tributo a los emperadores romanos, devastó la Galia y fue derrotado por Aecio en los Campos Cataláunicos. Su reino no le sobrevivió.
Una mirada a la Venezuela de hoy nos recuerda la destrucción que a su paso dejaba el legendario Atila. Basta leer el primer párrafo del importante documento suscrito por 18 destacados economistas esta semana bajo el título “Venezuela necesita cambiar de rumbo” para comprobarlo: “Venezuela se encuentra inmersa en una crisis profunda, económica, social y política, que en 2009 se manifestó a través de la concurrencia de un cuadro de recesión económica, con una caída del 3,3% del producto (5,8% en el cuarto trimestre), que tiende a profundizarse en 2010; alta y persistente inflación; disminución de la producción petrolera y mayor dependencia de los precios del petróleo; creciente desempleo y subempleo; pérdida del poder adquisitivo de los salarios; colapso de las empresas de Guayana; cierre de más de 40% de las empresas manufactureras privadas que existían en 1998, y pérdida de espacios de libertad asociados al desmembramiento de instituciones democráticas fundamentales (&), rápido deterioro del sistema eléctrico nacional, falta de producción de gas para los sectores público y privado, decadencia de la salud social (&), inseguridad desbordada asociada al crimen organizado y narcotráfico, y arbitrariedades políticas y económicas como consecuencia de la carencia de independencia de los poderes públicos para servir a la sociedad”. No olvidan los escándalos de corrupción y fraude manifestados en la quiebra de bancos vinculados a altos funcionarios del régimen, ni los efectos destructores de la devaluación y el asalto a las reservas internacionales.
Chávez ha recibido y dilapidado un billón de dólares -es decir, $ un millón de millones – cantidad ni siquiera alcanzada por la sumatoria de los recursos recibidos por todos los gobiernos anteriores. Revise el lector la enorme lista de obras de infraestructura construidas desde 1959 a 1998 (incluyendo las del sistema eléctrico e hidrológico) y trate de ubicar las construidas durante los últimos once años. Frente al enorme número de puentes, autopistas, centrales eléctricas, represas, viviendas sociales, escuelas y hospitales construidos por la mal llamada cuarta República, usted encontrará “piedras fundacionales”, promesas incumplidas y sí, el nuevo viaducto, porque el anterior se le derrumbó por falta de mantenimiento.
La caída del 5,8% durante el cuarto trimestre de 2009 desvaneció la bravata de que “nuestra economía estaba blindada así el petróleo llegara a $ cero”. Al añadir el impacto de la crisis eléctrica al de las pésimas políticas oficiales, la caída del PIB en el primer trimestre de 2010 podría superar el 6%. Los efectos del control de precios y de los inquisidores rojitos en el sector agroalimentario han generado desabastecimiento, razón por la cual el Gobierno anuncia un aumento de todos los ingredientes de la cesta básica que oscilará ente el 11% y 47%. Venezuela es hoy el tercer país del mundo con mayor inflación. Con la devaluación, el aumento de precios de los alimentos y el dólar permuta inalcanzable, podríamos empatar con Zimbabwe.
Chávez amenaza con expropiar a la agroindustria si no duplica la producción de alimentos y simultáneamente advierte que cerrará las fábricas si no rebajan el consumo de electricidad. ¿Cómo pueden aumentar la producción si tienen que paralizar las máquinas? El resultado es una caída de la producción entre un 30% y un 40%. Estamos en pleno “mar de la felicidad”: Chávez amenaza a los particulares con cortarnos la luz si sobrepasamos los 500 kw hora, así que no podemos usar el aire acondicionado para calmar el calor y tampoco bañarnos porque sobrepasaremos la cuota de agua establecida.
El paso de Atila se ve en todas partes: “Modelo socialista elimina sindicatos y contratos colectivos” titula El Mundo Economía y Negocios, y tres mil personas quedarán desempleadas con el desalojo de la zona industrial de Barquisimeto, justo en momentos en que el desempleo (según cifras oficiales) está por encima del 10%, la tasa de informalidad subió a 43,5%, el empleo en la construcción se redujo al 50% y el desempleo juvenil es del 30%. El reino de Atila no sobrevivió. Parece que éste tampoco, ni dentro ni fuera de Venezuela. Y si no demos una miradita a las encuestas o pregunten a la CIDH de la OEA o al juez de la Audiencia Nacional de España.
mcolomina@gmail.com
De Atila se conoce más por la leyenda que por la historia. La primera nos habla de un bárbaro sanguinario cuya capacidad destructiva se extendía hasta su famoso caballo. Tanta, que donde pisaban equino y dueño “no crecía más la hierba”. La historia relata que fue rey de los hunos, impuso tributo a los emperadores romanos, devastó la Galia y fue derrotado por Aecio en los Campos Cataláunicos. Su reino no le sobrevivió.
Una mirada a la Venezuela de hoy nos recuerda la destrucción que a su paso dejaba el legendario Atila. Basta leer el primer párrafo del importante documento suscrito por 18 destacados economistas esta semana bajo el título “Venezuela necesita cambiar de rumbo” para comprobarlo: “Venezuela se encuentra inmersa en una crisis profunda, económica, social y política, que en 2009 se manifestó a través de la concurrencia de un cuadro de recesión económica, con una caída del 3,3% del producto (5,8% en el cuarto trimestre), que tiende a profundizarse en 2010; alta y persistente inflación; disminución de la producción petrolera y mayor dependencia de los precios del petróleo; creciente desempleo y subempleo; pérdida del poder adquisitivo de los salarios; colapso de las empresas de Guayana; cierre de más de 40% de las empresas manufactureras privadas que existían en 1998, y pérdida de espacios de libertad asociados al desmembramiento de instituciones democráticas fundamentales (&), rápido deterioro del sistema eléctrico nacional, falta de producción de gas para los sectores público y privado, decadencia de la salud social (&), inseguridad desbordada asociada al crimen organizado y narcotráfico, y arbitrariedades políticas y económicas como consecuencia de la carencia de independencia de los poderes públicos para servir a la sociedad”. No olvidan los escándalos de corrupción y fraude manifestados en la quiebra de bancos vinculados a altos funcionarios del régimen, ni los efectos destructores de la devaluación y el asalto a las reservas internacionales.
Chávez ha recibido y dilapidado un billón de dólares -es decir, $ un millón de millones – cantidad ni siquiera alcanzada por la sumatoria de los recursos recibidos por todos los gobiernos anteriores. Revise el lector la enorme lista de obras de infraestructura construidas desde 1959 a 1998 (incluyendo las del sistema eléctrico e hidrológico) y trate de ubicar las construidas durante los últimos once años. Frente al enorme número de puentes, autopistas, centrales eléctricas, represas, viviendas sociales, escuelas y hospitales construidos por la mal llamada cuarta República, usted encontrará “piedras fundacionales”, promesas incumplidas y sí, el nuevo viaducto, porque el anterior se le derrumbó por falta de mantenimiento.
La caída del 5,8% durante el cuarto trimestre de 2009 desvaneció la bravata de que “nuestra economía estaba blindada así el petróleo llegara a $ cero”. Al añadir el impacto de la crisis eléctrica al de las pésimas políticas oficiales, la caída del PIB en el primer trimestre de 2010 podría superar el 6%. Los efectos del control de precios y de los inquisidores rojitos en el sector agroalimentario han generado desabastecimiento, razón por la cual el Gobierno anuncia un aumento de todos los ingredientes de la cesta básica que oscilará ente el 11% y 47%. Venezuela es hoy el tercer país del mundo con mayor inflación. Con la devaluación, el aumento de precios de los alimentos y el dólar permuta inalcanzable, podríamos empatar con Zimbabwe.
Chávez amenaza con expropiar a la agroindustria si no duplica la producción de alimentos y simultáneamente advierte que cerrará las fábricas si no rebajan el consumo de electricidad. ¿Cómo pueden aumentar la producción si tienen que paralizar las máquinas? El resultado es una caída de la producción entre un 30% y un 40%. Estamos en pleno “mar de la felicidad”: Chávez amenaza a los particulares con cortarnos la luz si sobrepasamos los 500 kw hora, así que no podemos usar el aire acondicionado para calmar el calor y tampoco bañarnos porque sobrepasaremos la cuota de agua establecida.
El paso de Atila se ve en todas partes: “Modelo socialista elimina sindicatos y contratos colectivos” titula El Mundo Economía y Negocios, y tres mil personas quedarán desempleadas con el desalojo de la zona industrial de Barquisimeto, justo en momentos en que el desempleo (según cifras oficiales) está por encima del 10%, la tasa de informalidad subió a 43,5%, el empleo en la construcción se redujo al 50% y el desempleo juvenil es del 30%. El reino de Atila no sobrevivió. Parece que éste tampoco, ni dentro ni fuera de Venezuela. Y si no demos una miradita a las encuestas o pregunten a la CIDH de la OEA o al juez de la Audiencia Nacional de España.
mcolomina@gmail.com
1 comentario:
Al parecer Chávez quiere que la planta crezca sin echarle agua.
Adelante y éxito.
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