Por: Margaret Talev y William Douglas
Con una nueva ley divisiva en Arizona que no hace más que echar más leña al fuego, el debate nacional sobre inmigración ha vuelto a cobrar fuerza, y el presidente Barack Obama, que le pidió el viernes al Congreso que presione para buscar una "amplia reforma de inmigración'', advirtió que la falta de una acción federal no hará sino alentar ‘‘esfuerzos mal encaminados'' como los de Arizona.
Con una nueva ley divisiva en Arizona que no hace más que echar más leña al fuego, el debate nacional sobre inmigración ha vuelto a cobrar fuerza, y el presidente Barack Obama, que le pidió el viernes al Congreso que presione para buscar una "amplia reforma de inmigración'', advirtió que la falta de una acción federal no hará sino alentar ‘‘esfuerzos mal encaminados'' como los de Arizona.
Se desconoce, sin embargo, si el Congreso y el gobierno de Obama están preparados para actuar antes de las elecciones de noviembre o simplemente discutir el tema.
El viernes Obama calificó la ley de Arizona como "mal encaminada''. La nueva ley estatal, que la gobernadora Jan Brewer firmó el viernes, enviará a la policía local a detener e interrogar a las personas sobre su permanencia en el país y crear castigos por violaciones de inmigración.
Brewer, republicana que se enfrenta a unas reñidas elecciones primarias, afirmó que su decisión "no fue de ninguna manera fácil de tomar'' pero concluyó que podría hacerse sin violar los derechos civiles, y era el paso que debía darse "mientras trabajamos para solucionar una crisis que no creamos, y que el gobierno federal se ha negado a resolver''.
Obama declaró que la medida subraya por qué el Congreso necesita aprobar una reforma nacional de inmigración lo antes posible. "Si continuamos sin actuar a nivel federal -declaró el Presidente-, seguiremos viendo esfuerzos mal encaminados por todo el país''.
"Seguramente todos estamos de acuerdo que es algo inaceptable que en nuestro país vivan de forma ilegal 11 millones de personas'', afirmó Obama el viernes en una ceremonia de naturalización para 24 miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que tuvo lugar en la Explanada Sur de la Casa Blanca.
El Presidente indicó que la legislación de Arizona amenaza "con socavar las nociones básicas de justicia que como estadounidenses todos aprecian, así como la confianza entre la policía y las comunidades, algo que resulta crucial para mantenernos a salvo''.
Obama reveló que le ordenó a su gobierno, incluido el Departamento de Justicia, estudiar el impacto de la ley en los derechos civiles de los ciudadanos norteamericanos.
Sin embargo, en el Capitolio, la agenda legislativa ya está llena para todo el verano, y discutir algo tan controversial como una ley de inmigración parece poco probable. La agenda incluye reformas en la regulación financiera, un proyecto de ley sobre la energía y el clima, y una confirmación a la Corte Suprema. Después del Día del Trabajo en septiembre, los legisladores laborarán en los preparativos de campaña para las elecciones de noviembre.
Según los sondeos de opinión, la mayoría de los norteamericanos quieren que sus líderes se enfoquen en la economía y los empleos. Los hispanos, sin embargo, el grupo de votantes de más rápido crecimiento, quiere que se haga algo sobre la inmigración.
El reverendo Samuel Rodríguez, presidente de la Conferencia Nacional Hispano Cristiana, declaró que de acuerdo con las encuestas los hispanos se sentían decepcionados por la inacción del Presidente hasta la fecha tras su promesa de impulsar una legislación, y también "una apatía potencial sobre el Partido Demócrata'' este otoño por los hispanos.
Obama se comprometió a reformar las leyes de inmigración como candidato presidencial en el 2008, pero no ha lidiado con el problema durante su primer año en la Casa Blanca.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario