Justo cuando aumenta el
registro de muertes y se percibe la consternación por todas partes,
llama la atención la respuesta de Nicolás Maduro (NM) a la pregunta de
la periodista de CNN sobre su descanso. Dijo que cada noche duerme
tranquilamente, como un niño.
Mientras muchas familias de este expaís están sumidas en un terrible padecimiento por la cosecha de muertos, heridos, secuestrados, detenidos y maltratados de estos días, el primer responsable de cuanto ocurre aquí declara que goza de paz y un gran sosiego que le permiten comportarse como un niño, bailar a la misma hora del entierro de los asesinados o impulsar con todos los recursos unos carnavales dirigidos a borrar las huellas de la muerte en revolución.
¿Pero se aparta este intento de esconder la muerte del proceso que ha definido y determinado la historia de este expaís? Aquí la muerte se exhibe como actora permanente e indispensable en nuestras más variadas situaciones.
Esta es una historia que reiteradamente ha jugado, traficado y negociado con la muerte. Más aún, es el signo de la historia de una humanidad que aún no se ha hallado a sí misma. Y en ese marco hay que repensar nuestro acontecer. A esta sociedad no sólo se le ha impuesto la muerte sino que se le ha acostumbrado a vivir en su seno y bajo sus coordenadas. Y esa es nuestra mayor tragedia en tanto colectivo-pueblo.
En la medida en que avanza nuestra deformación industrial, económica, social y material, aumenta nuestra condición de simples sobrevivientes. Y eso hay que advertirlo para examinar las palabras de NM. ¿Cómo es eso de que mientras este expaís vive una tragedia de tan altos decibeles, el supuesto jefe de Estado duerme tranquilamente?
¿Para él y su gobierno esta situación no es un problema? ¿Lo único que importa es cumplir con las metas fijadas para que avance el socialismo del siglo XXI? A esta hora hay que concluir que para este gobierno la prioridad es cumplir con el mandato del golpista-presidente (GP) y comandante eterno: hacer la revolución por encima de todos los obstáculos, sin detenerse en los sacrificios necesarios.
En un principio, tal y como lo postuló el GP, se avanzaría por el camino de la paz y el entendimiento, pero si esto no ocurre, se acudiría a la vía de la fuerza y la imposición.
El decir del GP fue constante y determinante: esta revolución es pacífica pero armada y violenta. Quienes acepten los lineamientos impuestos tienen garantizada la sobrevivencia. Quienes actúen en forma contraria recibirán las penas más duras, hasta la muerte si fuese necesario.
Las revoluciones no pueden conciliar con quienes se declaran sus enemigos. Ante ellos hay que actuar como el padre Libertador y dar continuación a la Guerra a Muerte. Matar en nombre y por la propia revolución, que en el fondo va a producir "la mejor suma de felicidad posible".
En esta dirección se apela a la institución de la muerte y se cuenta por millares los caídos en una independencia que poco tiene que ver con beneficios de un colectivo-pueblo que ve postergadas una vez más sus reivindicaciones sociales y económicas.
Pero este sigue siendo el esquema que rige nuestro proceso social y por ello hoy estamos ante una situación en la cual, al lado de la pena de muerte, convive el festejo de la misma.
En efecto, mientras se producía la noticia de la tragedia de los muertos, se convocaba los carnavales más alegres de todos los tiempos porque al pueblo no se le pueden quitar sus fiestas, ni sus tradiciones. Por encima de la muerte debe prevalecer el circo, el engaño, el festejo. Matar, en todo caso, se impone como un deber patriótico y revolucionario.
Las posibilidades son muy claras: o defiendes la patria socialista-revolucionaria-comunalista del siglo XXI, o estás del lado de la contrarrevolución y quedas sujeto a la aplicación de la pena de muerte. Y cada opositor debe saber que se juega la vida.
Por lo pronto, dadas las normas de convivencia exigidas por quienes controlan el respeto a los DDHH, se aplica penas selectivas sin dejar de crear condiciones, para aumentar el número de contrarios o enemigos que puedan ser ejecutados. La revolución para ser verdadera tiene que matar. Dividir la población entre militantes del amor socialista y el odio imperial.
Esta es la trampa tendida a quienes no militan en el oficialismo ni en las oposiciones. Es la parte mayoritaria, que incluye la clase media, sobre la cual se lanza permanentes amenazas y limitaciones dada su inclinación hacia la forma de vida capitalista y de libre mercado.
Por ello, lo inmediato y mediato para este proceso es ejercer un mando-poder cada vez más amplio y significativo. Y para lograrlo se utiliza todo tipo de presión, ofertas, negociaciones y cualquier otra forma que contribuya a ocultar los límites estratégicos del proyecto.
Por tanto, a partir de los sucesos del 12F-14, cuando se producen los primeros muertos de esta contienda, se actúa simultáneamente en dos planos. Uno para desmoronar y destruir todo lo que tenga que ver con oposición. Y otro, una convocatoria por la paz, instrumentando unas tales condiciones que se hermanarían a un diálogo sincero y productivo.
Antes del 12/02/14 se había iniciado un diálogo con todos los alcaldes y gobernadores de oposición y luego, dado el clima de violencia, se repliegan y ponen condiciones. Exigen el respeto a la Constitución, libertad de los presos políticos, justicia en los casos de los recientes asesinatos, fin a la escasez, enfrentar la inseguridad y trasmitir ese diálogo en cadena nacional.
Mientras, NM sigue su llamada prédica de paz a la vez que pide a los colectivos, a la fuerza armada irregular, enfrentar y disolver "las candelitas", es decir, las guarimbas. En algunos estados, como en el caso San Cristóbal, se militariza la ciudad. Se habla de paz pero se convoca a la marcha de los comuneros para mostrar que el comunalismo sigue a paso de vencedores.
Las oposiciones, por su parte, no exhiben plan o voluntad alguna para enfrentar y detener el modelo del fracasado socialismo que aquí se quiere vender como socialismo. Se limitan a actuaciones que llevan implícito el sello de reconocimiento del adversario y la disposición para el diálogo de paz, si se cumplen sus condiciones.
Nadie puede decir hoy que se desconocen los planes de esta llamada revolución. Tampoco se levantan voces que se le opongan. Y esto significa que si no se vence de raíz este proyecto, habrá que resignarse a sobrevivir bajo su égida-hegemonía. La otra actitud, la opositora radical y frontal conduciría indefectiblemente a los más altos territorios de la muerte.
¿Y qué hacer entonces ante este terrible y dramático cuadro? La salida de la paz-conciliación, con desaparición incluida del proyecto socialista, queda descartada. La revolución petrolero-socialista debe permanecer por decisión de la politiquería interna y su correspondiente cúpula-burocracia, que se beneficia, y los componentes internacionales que obtienen iguales privilegios.
Ante esta realidad ¿habrá que caer, de manera invariable, en la violencia que conduzca a una confrontación que implique una gran cosecha de muertes?
Volvemos, una vez más, sobre la propuesta que tiene como punto de partida la organización consciente del pueblo colectivo, de la fuerza social con miras a producir el desplazamiento del imperio socialista del siglo XXI montado a punta de violencia-masacre y renta petrolera.
Por lo pronto, estamos y seguimos en dirección a un tiempo de guerra y muerte, que no sabemos hasta dónde nos puede llevar en el camino de la destrucción instaurado en este expaís ¿Seguirá Maduro en su sueño tranquilo? ¡Qué historia amigos!
Mientras muchas familias de este expaís están sumidas en un terrible padecimiento por la cosecha de muertos, heridos, secuestrados, detenidos y maltratados de estos días, el primer responsable de cuanto ocurre aquí declara que goza de paz y un gran sosiego que le permiten comportarse como un niño, bailar a la misma hora del entierro de los asesinados o impulsar con todos los recursos unos carnavales dirigidos a borrar las huellas de la muerte en revolución.
¿Pero se aparta este intento de esconder la muerte del proceso que ha definido y determinado la historia de este expaís? Aquí la muerte se exhibe como actora permanente e indispensable en nuestras más variadas situaciones.
Esta es una historia que reiteradamente ha jugado, traficado y negociado con la muerte. Más aún, es el signo de la historia de una humanidad que aún no se ha hallado a sí misma. Y en ese marco hay que repensar nuestro acontecer. A esta sociedad no sólo se le ha impuesto la muerte sino que se le ha acostumbrado a vivir en su seno y bajo sus coordenadas. Y esa es nuestra mayor tragedia en tanto colectivo-pueblo.
En la medida en que avanza nuestra deformación industrial, económica, social y material, aumenta nuestra condición de simples sobrevivientes. Y eso hay que advertirlo para examinar las palabras de NM. ¿Cómo es eso de que mientras este expaís vive una tragedia de tan altos decibeles, el supuesto jefe de Estado duerme tranquilamente?
¿Para él y su gobierno esta situación no es un problema? ¿Lo único que importa es cumplir con las metas fijadas para que avance el socialismo del siglo XXI? A esta hora hay que concluir que para este gobierno la prioridad es cumplir con el mandato del golpista-presidente (GP) y comandante eterno: hacer la revolución por encima de todos los obstáculos, sin detenerse en los sacrificios necesarios.
En un principio, tal y como lo postuló el GP, se avanzaría por el camino de la paz y el entendimiento, pero si esto no ocurre, se acudiría a la vía de la fuerza y la imposición.
El decir del GP fue constante y determinante: esta revolución es pacífica pero armada y violenta. Quienes acepten los lineamientos impuestos tienen garantizada la sobrevivencia. Quienes actúen en forma contraria recibirán las penas más duras, hasta la muerte si fuese necesario.
Las revoluciones no pueden conciliar con quienes se declaran sus enemigos. Ante ellos hay que actuar como el padre Libertador y dar continuación a la Guerra a Muerte. Matar en nombre y por la propia revolución, que en el fondo va a producir "la mejor suma de felicidad posible".
En esta dirección se apela a la institución de la muerte y se cuenta por millares los caídos en una independencia que poco tiene que ver con beneficios de un colectivo-pueblo que ve postergadas una vez más sus reivindicaciones sociales y económicas.
Pero este sigue siendo el esquema que rige nuestro proceso social y por ello hoy estamos ante una situación en la cual, al lado de la pena de muerte, convive el festejo de la misma.
En efecto, mientras se producía la noticia de la tragedia de los muertos, se convocaba los carnavales más alegres de todos los tiempos porque al pueblo no se le pueden quitar sus fiestas, ni sus tradiciones. Por encima de la muerte debe prevalecer el circo, el engaño, el festejo. Matar, en todo caso, se impone como un deber patriótico y revolucionario.
Las posibilidades son muy claras: o defiendes la patria socialista-revolucionaria-comunalista del siglo XXI, o estás del lado de la contrarrevolución y quedas sujeto a la aplicación de la pena de muerte. Y cada opositor debe saber que se juega la vida.
Por lo pronto, dadas las normas de convivencia exigidas por quienes controlan el respeto a los DDHH, se aplica penas selectivas sin dejar de crear condiciones, para aumentar el número de contrarios o enemigos que puedan ser ejecutados. La revolución para ser verdadera tiene que matar. Dividir la población entre militantes del amor socialista y el odio imperial.
Esta es la trampa tendida a quienes no militan en el oficialismo ni en las oposiciones. Es la parte mayoritaria, que incluye la clase media, sobre la cual se lanza permanentes amenazas y limitaciones dada su inclinación hacia la forma de vida capitalista y de libre mercado.
Por ello, lo inmediato y mediato para este proceso es ejercer un mando-poder cada vez más amplio y significativo. Y para lograrlo se utiliza todo tipo de presión, ofertas, negociaciones y cualquier otra forma que contribuya a ocultar los límites estratégicos del proyecto.
Por tanto, a partir de los sucesos del 12F-14, cuando se producen los primeros muertos de esta contienda, se actúa simultáneamente en dos planos. Uno para desmoronar y destruir todo lo que tenga que ver con oposición. Y otro, una convocatoria por la paz, instrumentando unas tales condiciones que se hermanarían a un diálogo sincero y productivo.
Antes del 12/02/14 se había iniciado un diálogo con todos los alcaldes y gobernadores de oposición y luego, dado el clima de violencia, se repliegan y ponen condiciones. Exigen el respeto a la Constitución, libertad de los presos políticos, justicia en los casos de los recientes asesinatos, fin a la escasez, enfrentar la inseguridad y trasmitir ese diálogo en cadena nacional.
Mientras, NM sigue su llamada prédica de paz a la vez que pide a los colectivos, a la fuerza armada irregular, enfrentar y disolver "las candelitas", es decir, las guarimbas. En algunos estados, como en el caso San Cristóbal, se militariza la ciudad. Se habla de paz pero se convoca a la marcha de los comuneros para mostrar que el comunalismo sigue a paso de vencedores.
Las oposiciones, por su parte, no exhiben plan o voluntad alguna para enfrentar y detener el modelo del fracasado socialismo que aquí se quiere vender como socialismo. Se limitan a actuaciones que llevan implícito el sello de reconocimiento del adversario y la disposición para el diálogo de paz, si se cumplen sus condiciones.
Nadie puede decir hoy que se desconocen los planes de esta llamada revolución. Tampoco se levantan voces que se le opongan. Y esto significa que si no se vence de raíz este proyecto, habrá que resignarse a sobrevivir bajo su égida-hegemonía. La otra actitud, la opositora radical y frontal conduciría indefectiblemente a los más altos territorios de la muerte.
¿Y qué hacer entonces ante este terrible y dramático cuadro? La salida de la paz-conciliación, con desaparición incluida del proyecto socialista, queda descartada. La revolución petrolero-socialista debe permanecer por decisión de la politiquería interna y su correspondiente cúpula-burocracia, que se beneficia, y los componentes internacionales que obtienen iguales privilegios.
Ante esta realidad ¿habrá que caer, de manera invariable, en la violencia que conduzca a una confrontación que implique una gran cosecha de muertes?
Volvemos, una vez más, sobre la propuesta que tiene como punto de partida la organización consciente del pueblo colectivo, de la fuerza social con miras a producir el desplazamiento del imperio socialista del siglo XXI montado a punta de violencia-masacre y renta petrolera.
Por lo pronto, estamos y seguimos en dirección a un tiempo de guerra y muerte, que no sabemos hasta dónde nos puede llevar en el camino de la destrucción instaurado en este expaís ¿Seguirá Maduro en su sueño tranquilo? ¡Qué historia amigos!
@ablancomunoz / abm333@gmail.com
Fuente:http://www.eluniversal.com/opinion/140314/maduro-de-verdad-duermes-tranquilo
3 comentarios:
Desesperanza
¿Cómo no va a sentirse asfixiada una inmensa parte de la población venezolana?
GERARDO BLYDE | EL UNIVERSAL
Conforme a las últimas mediciones, por primera vez en muchos años la mayoría de nuestro pueblo se encuentra desesperanzado. Un 75% piensa que Venezuela está mal y que su situación personal también es mala. Lo que resulta más alarmante es que el 58% de los encuestados dijo no tener ninguna esperanza de que la situación del país mejore a futuro. Aun cuando el venezolano haya considerado en el pasado que la situación del país y su situación personal no eran buenas, siempre conservaba la esperanza de que a futuro esto se revirtiera. Esta es la olla de presión sobre la cual estamos todos montados, cuyas causas no ha querido o no ha podido -por falta de capacidad- atenderse por quienes hoy ejercen el poder.
Un amigo me señalaba algunos de los hechos recientes que considera como puntos de quiebre para que la desesperanza se haya apoderado de tantos venezolanos. A esos les agregaré otros.
Una causa muy relevante la constituye la inseguridad. La vida y los bienes de los venezolanos no son protegidos por el Estado. Los órganos de administración de justicia lucen incapaces de cumplir su función primordial: impartir justicia para acabar con la impunidad. Se muestran muy activos cuando se trata de persecuciones políticas y nada eficientes para sancionar a los delincuentes que azotan a todos los venezolanos. Mientras haya impunidad, el delito seguirá creciendo. Los delincuentes que asesinan, roban, extorsionan o secuestran saben bien que en su mayoría nunca serán encarcelados. Esto también lo sabe la población venezolana sin distingo de posición económica o parcialidad política.
Un punto de quiebre muy importante en esta materia fue el asesinato de la actriz Mónica Speers y su esposo, frente a su pequeña hija. Ese asesinato no solo conmovió a toda la población, sino que le puso un rostro conocido por todos de lo que a diario sucede en nuestro territorio a miles de venezolanos que no tienen tal notoriedad pública, pero cuyas vidas también se apagan en manos del hampa.
El Gobierno respondió y convocó a reuniones de seguridad en todos los estados, para tratar de bajarle la intensidad a la reacción popular que se aterró con lo sucedido. Sin embargo ese esfuerzo no es suficiente mientras no se produzcan acciones judiciales contra la impunidad. A esto se suma la percepción muy generalizada de que el propio Gobierno tiene grupos delincuenciales armados a su servicio, lo que no le da ninguna esperanza de mejoría a futuro.
A esto se le une la profunda crisis económica que ha traído la inflación más grande del continente y el desabastecimiento de productos esenciales (medicinas y alimentos entre otros). El Gobierno respondió con el Dakaso y luego con una ley de control de las ganancias. Estas medidas efectistas electoralmente en diciembre, terminaron de agotar rápidamente las existencias y ya en enero el desabastecimiento era peor que antes. Quien hoy tiene que llevar a casa la alimentación de su familia busca desesperadamente los productos para medio cumplir. Pero peor aún si se tiene un enfermo en la familia, ni las medicinas otrora más comunes se encuentran en los anaqueles de las farmacias del país.
El pueblo sabe que no es con una ley de control de ganancias que los productos van a reaparecer, ni es con más intervención del Estado en el comercio y la economía que el mercado se va a abastecer. La desacertada actuación del Gobierno aumenta la desesperanza del venezolano.
Desesperanza
¿Cómo no va a sentirse asfixiada una inmensa parte de la población venezolana?
GERARDO BLYDE | EL UNIVERSAL
Ningún estudiante hoy tiene la certeza de que al graduarse tendrá un empleo que le asegure el inicio de su vida profesional. Nuestros jóvenes han perdido la ilusión de que mediante el propio esfuerzo podrán labrarse un futuro en nuestra patria. Sus padres, que con mucho esfuerzo lo dan todo para que sus muchachos estudien y progresen, tampoco ven un futuro claro para ellos. Políticas colectivistas retrógradas aplicadas desde el Gobierno han acabado con millones de empleos y miles de empresas. Solo las más grandes aún resisten la embestida del Estado. Quienes sí han prosperado han sido los "empresarios de papel" que se han enriquecido como nunca en nuestra historia mediante la manipulación cambiaria y el negocio de comisión sin generar ni producción ni riqueza.
Si hoy no se tiene garantizada la vida, si tampoco existe garantía alguna para brindar seguridad alimentaria o de salud y si nuestros jóvenes no ven garantizado su futuro, ¿cómo no va a sentirse asfixiada una inmensa parte de la población venezolana? Unos hoy protestan, muchos callan, mientras el Gobierno responde con cadenas diarias, silencio a los medios y represión. No le arriendo la ganancia.
gblyde@gmail.com / @GerardoBlyde
Monólogo es lo que proponen
...osan gestionar que Colegio de Periodistas participe en Conferencia de Paz
ALBERTO JORDÁN H. | EL UNIVERSAL
En este mes de manifestación de descontento, el régimen Castro- comunista que padecemos impone grandes acosos al constitucional derecho a la información. No hay discurso del legatario (co)mandante en el cual no se ataque la fundamental garantía.
Para la SIP informar se ha convertido en acto de Oposición. Censura, hostigamiento y agresiones contra comunicadores; bloqueo a la señal del canal de noticias NTN24, suspensión de permisos de trabajo a periodistas del exterior y limitación de acceso a las divisas para que la prensa pueda importar papel y otros insumos. Estadística gremial indica que desde el 12 de febrero han sido agredidos 103 comunicadores. De ellos 23 fueron despojados de sus equipos por cuerpos de seguridad y colectivos armados.
Y ante la intensificación de atropellos, osan gestionar que Colegio de Periodistas participe en Conferencia de Paz, tal denominan al diálogo que se demanda en el mundo, comenzando por el Papa Francisco. Ignoran que organismos públicos niegan la recepción de las denuncias.
"Vengan a sentarse, cobardes", concreta Nicolás Maduro la invitación a los adversarios "hipócritas, fariseos" y ya promete dar "lección moral histórica a toda la burguesía mediática para que se arrepienta de lo que está haciendo".
Mientras reiteran tal convocatoria, la ministra de Información anuncia juicio al diario ABC de Madrid y a su corresponsal venezolana; siguen agresiones a periodistas, con amenaza de tortura y violación a una colega por efectivos de GN; clausura de diarios por falta de papel; tribunal cumple orden del ascendido capitán Diosdado Cabello y dicta medida cautelar contra Tal Cual y el columnista Carlos Genatio. Monólogo es lo que proponen.
Jordanalberto18@yahoo.com
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