viernes, junio 06, 2008

¿Cómo vencer a Chávez en las regionales?

POR:ARCANGEL VULCANO.
El fallecido expresidente venezolano Dr Luis Herrera” solía repetir un refrán popular, para ejemplificar el bajo nivel de dificultad de algún problema que debía enfrentar: “Eso es más fácil que echarle un tiro al piso”; pero como contra partida, para describir el alto nivel de esfuerzo que debería imprimirse para superar algún evento muy difícil, también repetía el siguiente refrán no menos sugestivo: “Eso es más difícil que matar un burro a pellizcos”.

Si debiéramos aplicar alguno de estos refranes populares, no podríamos emplear ninguno de los dos, para lograr describir adecuadamente el nivel de dificultad que tendrá para la oposición democrática, el importante desafío que constituye encarar con reales posibilidades de victoria frente al poderoso aparato comunicacional de que dispone abusivamente el Sr Chávez y su partido PSUV, en el próximo evento electoral venezolano, para elegir a gobernadores y alcaldes.

En condiciones normales ganarle las elecciones regionales al Sr Chávez, a su partido y a sus candidatos a gobernadores y alcaldes debería ser más fácil que echarle un tiro al piso; pero ya sabemos que las condiciones actuales no son nada normales.

Tampoco podríamos asegurar que ganarle las elecciones a Chávez es imposible, por lo que de ninguna manera sería aplicable el refrán de que sería más difícil ganarle que "matar un burro a pellizcos", porque está demostrado que Chávez no es invencible, sino que es perfectamente derrotable como se demostró el pasado dos de diciembre.

¿Entonces cómo deberíamos calificar el nivel de dificultad del asunto en cuestión? Acaso responderíamos, con la tristemente célebre respuesta ambigua que diera el Sr ex presidente Carlos Andrés Pérez en alguna lamentable ocasión: “Eso no es ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario”.Por supuesto que no.

Para respondernos estás interrogantes tampoco preferimos adoptar la prudente decorosa actitud que suelen asumir los veteranísimos directores técnicos de los equipos de fútbol de alto nivel internacional, cuando deben encarar una final de campeonato, y en las ruedas de prensa previas al evento, ante las naturales preguntas de los avezados reporteros, al requerirles frente a las cámaras, si pueden dar su opinión sobre el posible resultado del partido, o adelantar algún pronóstico del partido, suelen responder usualmente más o menos de este modo tan diplomático: “Respetamos profundamente al rival, estos partidos de campeonato son siempre muy difíciles, en una final como esta nos jugamos la vida, no hay mañana, debemos echar el resto hoy; venimos a hacer nuestro trabajo con gran ilusión; daremos todo de nosotros para ganar, el equipo anda muy bien, aunque tenemos algunas bajas por las lesiones y las ausencias por acumulación de tarjetas; pero el equipo está muy unido, los jugadores están concentrados, se encuentran al tope de su nivel; venimos a buscar un buen resultado, el objetivo es llevarnos el título y la copa de vuelta a casa; somos once contra once; esperemos que el arbitro esté a la altura del compromiso, que sea justo e imparcial y que no incida en el resultado; deseamos brindar un buen espectáculo; hemos trabajado muy duro para esto y la afición se merece el campeonato; vamos a ver que pasa, la pelota es redonda, mucha suerte a todos…"

El proceso electoral del próximo 23 de noviembre no será desde luego, ni remotamente idéntico a un partido por la final de un campeonato de fútbol, pero resulta curioso constatar como se asemejan inverosímilmente ambas situaciones, lo decimos por lo impredecible de los resultados, porque como ya sabemos en política uno más uno no es igual a dos.

La respuesta a la interrogante anterior, para nosotros es complejísima: El próximo evento electoral venezolano no es ni fácil, ni difícil, sino impredecible, es igual al comportamiento de un tiburón blanco, nunca se sabe si te va a atacar, a morder o tocar, ni por donde vendrá, o si se irá despavorido. Pero como quiera que no estamos calibrando el nivel de dificultad del evento electoral para la oposición, sino preguntándonos ¿Qué debería hacer la oposición venezolana para intentar vencer en las elecciones regionales al Sr Chávez y su partido? Es hora de que finiquitemos el asunto esencial que dio origen al título de este artículo, y lo haremos así:

Lo primero que debería hacer el liderazgo de la oposición venezolana para intentar ganarle al Chavismo en las elecciones regionales, es comprender claramente el alcance e importancia del inmenso desafío al cual se enfrenta hoy; jamás deberían ni por asomo entonces subestimar a su poderoso adversario, por lo que deberían estar a todo evento conscientes de que compiten con un adversario formidable, dispuesto a “venir con todo” –“vamos con todo” ha confesado- para imponerse.

La oposición por eso debe asumir, que no compite en condiciones “normales” ni siquiera semejantes a las anteriores, porque Chávez, junto a partidarios y sus candidatos, se estarán jugando esta vez a Rosa Linda, y como lo han confesado vendrán “con todo”, lo cual debe leerse literalmente sin medias tintas; venir con todo en política, es “con todo”; simplemente interprétese con todo su poder y multimillonarios recursos disponibles, de toda índole, incluyendo el uso abusivo de todos los bienes del estado, mediante el descarado peculado de uso que ejercen delictivamente desde el gobierno sin escrúpulos, sin límites, ni restricciones, sin medidas. Lo cual se dice fácil, pero hay que ver la descomunal y brutal ventaja que significa para unos aspirantes a Gobernadores y alcaldes del partido del gobierno, que puedan usar sin restricciones ni castigos en su provecho político, toda la logística estatal, que incluye, dinero a manos llenas, infraestructura, bienes muebles e inmuebles en general, vehículos de transporte, aéreo, terrestre y marítimo (distintas aeronaves, aviones de pasajeros, de carga, militares, helicópteros, autobuses, busetas, camiones, camionetas y automóviles, embarcaciones de gran y pequeño calado, buques, fragatas, lanchas etc) se trata de un ejercito muy bien dotado, al cual habrá que vencer, sin igualar ni remotamente sus portentosos recursos.

A la vista de toda la sociedad venezolana, Chávez emplea en las diferentes actividades proselitistas y políticas, que despliega como Jefe del Gobierno ejerciendo paralelamente el cargo de Presidente de su partido PSUV, realizando inmoral y delictivamente, la grosera y cínica promoción de todas las gestiones proselitistas de su partido, ejecutando una constante, brutal e interminable campaña publicitaria y propagandística de su gestión de gobierno y su proyecto político excluyente, en desmedro de los derechos del resto de las organizaciones políticas que integran el amplio espectro plural que forman parte de la sociedad venezolana, colocadas en abierta desventaja comparadas con el partido del gobierno. Sin embargo, se pueden tener todas esas ventajas, y aún perder como perdieron el 2 de diciembre. El gobierno, sin duda esperimenta un notable desgaste y desprestigio, habrá que sacar provecho de eso.

Está a la vista ante el mundo y todos los venezolanos, que Chávez, con el visto bueno del servil CNE, con la complicidad, anuencia y complacencia del resto de los poderes públicos obligados según la Constitución y las leyes a supervisarlo, fiscalizarlo, restringirlo, impedírselo, denunciarlo, enjuiciarlo y castigarlo, realiza la más desproporcionada propaganda de su gobierno, con recursos económicos del estado y desde lugares públicos pertenecientes a todos los venezolanos, pero que disfruta exclusivamente, manteniéndoselos vetados al resto de la sociedad.

Es grosera la actitud del gobierno, porque las distintas actividades proselitistas y propagandísticas que realiza Chávez a través de todos los medios de comunicación, televisivos, radiales e impresos que son propiedad del estado, le otorgan una sinigual ventaja. Dispone a su libre albedrío de teatros, estadios, avenidas, plazas públicas, hipódromos, cosos deportivos, domos, canchas, locales y cuanto sitio requiera a discreción (El teatro Teresa Carreño, el teatro Municipal, el Poliedro de Caracas, el Domo bolivariano, etc).Chávez se encadena por todos los medios de comunicación del país, para promover sus causas políticas, cuando le da la gana y el CNE bien gracias.Lo hace impunemente a la vista de todo el mundo; pero olvida que el pueblo está sopesando sus abusos, calibrando su peculado, sufriendo con gran impotencia e indignación sus excesos e imposiciones, eso hay que saberlo usar en su contra -hay muchas maneras- hay que desnudarlo junto a sus candidatos, asociarlos, como lo que son, unos abusivos arbitrarios que cometen juntos sin medidas ni escrúpulos peculado de uso, con el visto bueno del CNE, en provecho de su parcialidad política.Hay que denunciarlos ante la opinión pública nacional e internacional a ellos y al displicente e indiferente CNE.

La oposición debe tener muy clara la idea de que para Chávez este proceso electoral será una cuestión de vida o muerte, no se trata de una competencia más, se trata de la supervivencia del mal llamado proceso revolucionario, que según todos los indicadores y encuestas de mayor prestigio, se encuentra en serio riesgo de ser derrotado y enviado al estercolero de la historia por la mayoría del pueblo venezolano.

El liderazgo auténtico de los distintos factores de la oposición venezolana, frente a esta abrumadora realidad, no debería distraerse un segundo en disputas estériles y subalternas, no debe perder tiempo en ventilar situaciones insignificantes comparadas con el grave riesgo y las terribles amenazas a que se enfrenta toda la nación. Debe privilegiar lo esencial y darle prioridad absoluta al interés supremo y vital del país.

Deben tener plena conciencia de que aquí está en juego el destino de nuestro sistema democrático, el orden democrático, que están en riesgo el estado de derecho, las libertades y derechos consagrados en nuestra Constitución en virtud de las confesas intenciones totalitarias del régimen. No puede haber otra prioridad que la defensa de esos principios y la urgente atención de todos para enfrentar exitosamente esas amenazas; por lo que se requiere que los principales dirigentes opositores con reales condiciones de liderazgo colectivo, entiendan de una vez y sin pretextos, que Venezuela toda necesita que asuman con grandeza de espíritu, la infinita responsabilidad de unir a la nación en torno a un proyecto político alternativo al decadente chavismo, que constituya una esperanza de cambio posible. Es vital para alcanzar tal objetivo, conducirse con gran amplitud y deponer actitudes egoístas, diferir mezquindades y estúpidas apetencias, para que prevalezca la unidad de propósitos, más que la unidad en torno a candidaturas con real opción ganadora.

Es importante desde luego, poder lograr la unidad a la hora de presentar las candidaturas, pero más aún lo es, que los candidatos sean muy buenos, al menos, los que las regiones y comunidades consideren con mejores credenciales y condiciones personales para representarse ante los electores con dignidad y con reales posibilidades de ganar las elecciones.

Es preciso por otra parte, que la oposición asimile la pesada realidad, que indica que una cosa fue el proceso electoral del referéndum revocatorio del pasado 2 D, y otro asunto muy distinto es el proceso electoral para elegir gobernadores y alcaldes. Que no se confundan jamás ambos eventos, porque no son asimilables, ni pueden fusionarse, son enteramente de naturaleza y propósitos diferentes.

Se requiere comprender, que el 2 D, aunque sirvió para derrotar la propuesta de reforma constitucional de Chávez y su proyecto socialista, esa derrota no se le puede endosar automáticamente ni alegremente a los gobernadores y alcaldes oficialistas. No hay que olvidar que muchos de ellos, tuvieron una actitud muy discreta en las elecciones que desaprobaron la propuesta de reforma constitucional. Algunos gobernadores tuvieron una actitud de brazos caídos, y no participaron de la campaña, otros se hicieron los desentendidos, incluso varios llegaron a trabajar tras bastidores para derrotar las pretensiones de reelección del imperator desobedecido. Ahora la situación es otra, y estarán en juego sus liderazgos locales, por eso no hay que dudar en que defenderán sus feudos con los dientes. Es por lo que sería un gravísimo error de cálculo político de la oposición, considerar que se puede calcar íntegramente el mismo escenario producido el 2D.

Por otro lado la oposición desventajosamente, adolece de grandes carencias, y debe sin pretexto corregirlas todas oportunamente. Varios de sus partidos están prácticamente desmantelados, muchos de sus militantes desempleados; estar en la oposición tanto tiempo se asemeja a atravesar un desierto sin cantimplora; mientras que, como ya hemos dicho, los militantes del oficialismo andan buchones, disponen de dinero sin límites, por eso se ven aparentemente eufóricos, festivos, sonrientes, pero visiblemente preocupados porque sienten el rechazo silente del pueblo; pero se consuelan porque andan ufanados por gloriosas y pasadas victorias paseando en sus camionetotas, con sus equipotes de sonido perifoneando a todo volumen pregonando las supuestas bondades de la revolución por todas partes frente a la miseria y necesidades del pueblo acogotado por el hambre, y sus problemas jamás resueltos por el obstentoso y mentiroso régimen; eso surte un efecto muy nocivo, que se suele devolver como un bumerang; pero no evita el también desmoralizante fenómeno que sufren algunos de los cuadros de la oposición, que se encuentran desmotivados, pelando y no son papas, sin la conducción de un liderazgo carismático eficaz que los logre orientar, entusiasmar y movilizar. La oposición sin pretextos, deberá al menos hacer pronto, vital contrapeso efectivo a esos fenómenos, si en verdad quiere ganar las elecciones. El liderazgo no se mendiga el liderazgo se conquista, llegó la hora de hacerlo; líderes hay, así que es su momento de conquistar la voluntad del pueblo; se dice fácil, pero es muy difícil, pero hay que hacer política de la buena, por todas partes, en la calle, con la gente, no queda otra; hay que ir casa por casa, a conquistar corazón por corazón, persona a persona, cara a cara, lo demás es paja.

Es preciso realizar una campaña electoral con gran contenido, con mensajes claros, precisos, sin ambiguedades, debe ser una campaña envolvente, festiva, que acreciente el ánimo y devuelva la emoción de los partidarios de la oposición,pero también de los independientes, que incluya a los sectores disidentes desencantados del oficialismo, y que presente propuestas alternas que el electorado nacional encuentre creíbles, viables, posibles, esperanzadoras, que entusiasmen y motiven a apoyar a los candidatos opositores, que los induzca a participar activamente saliendo de sus cómodas posiciones de ostracismo, y abandonen la apatía, se integren a la campaña electoral, que los mueva a votar y a defender su voluntad.

Para tales fines, es indispensable salirse del ya tradicional esquema de polarización; hay que dejar de centralizar los mensajes en el ataque a la gestión de Chávez, e iniciar una agresiva campaña de ataque al asfixiante centralismo dirigida hacia la defensa de la descentralización, la autonomía, la regionalización. Centrarse a su vez, en plantear y discutir como temas de campaña los problemas comunales, locales, específicos que padecen las comunidades. De tal manera que, deberían privilegiarse como temas de campaña los denominados problemas cotidianos. Es preciso centrar la campaña en temas como la inseguridad personal; el gravísimo incremento de los asesinatos por el hampa desatada; la ausencia de políticas de prevención y control delictivo; la falta de dotación en los distintos centros de salud; igualmente, temas como el de las carencias en los centros de educación pública; la falta de vivienda; el deterioro de los servicios públicos (apagones eléctricos, interrupción o carencia del servicio de agua potable, la acumulación de basura por el pésimo servicio de aseo urbano,la carencia de vigilancia policial, etc); las promesas incumplidas de los gobernadores y alcaldes, etc, pero presentando respuestas, propuestas y soluciones reales, no bastan la denuncia pueril y vacía, porque la gente se cansó de diagnósticos, se requieren ofertas concretas y creíbles, no promesas infundadas electoreras, no hay que ofrecer nada que no sea posible cumplirle al pueblo, porque ese pueblo ahora sabe mucho.

La oposición no debe cometer el error de centrar su campaña electoral en la figura de Chávez, no debe dejar encasillarse en la difusión constante de la imagen del Sr Chávez, porque las elecciones no son para elegir presidente de la república, sino para escoger gobernadores y alcaldes. Hay que hacer críticas, precisamente a los gobernadores que buscan su reelección, e identificar a los candidatos del PSUV como los del fracasado continuismo y exponerle al pueblo lo que se necesita hacer para cambiar eficazmente las desventajas.

La oposición, debe organizarse, prepararse suficientemente para encarar vigorosamente, atenuando sus falencias, el proceso electoral propiamente, antes, durante, y después de las votaciones. Debe asumir, que la campaña publicitaria en los medios es importante, pero más lo es la calidad y la contundencia del mensaje, aunque nunca es suficiente; por tal motivo, debe organizar, entrenar y adiestrar apropiadamente a sus distintos activistas, militantes y simpatizantes de forma políticamente profesional, para hacer la campaña, vigilar, controlar el proceso y así lograr cuidar eficazmente los votos en las mesas y asegurarse un diáfano resultado, minimizar e impedir cualquier posibilidad de fraude, y de producirse estar preparada y dispuesta a revertirlo.

Para lograr tales fines, debe también saber poder recaudar, reunir, aglutinar, y distribuir óptimamente caudalosos recursos económicos y logísticos para apertrechar, dotar suficientemente, adecuadamente y oportunamente a sus dirigentes, activistas, militantes y simpatizantes durante toda la campaña electoral, y especialmente, el día de las elecciones en que se requerirá más de ellos, sin escatimar en gastos, porque el adversario los tiene a manos llenas, por lo que no puede darse el lujo de ir en desventaja a la hora de disponer de la logística para ejecutar y facilitar la movilización y transporte de sus potenciales electores. No deberían haber entonces pretextos, ni excusas, ni justificaciones, ni lamentaciones, a la hora de encarar con óptimas posibilidades el día de las elecciones regionales. Y que después no se digan frases tan impotentes como estas: “Así cualquiera gana, perdimos porque ellos tenían más recursos, compraron conciencias”-los mismos pretextos de siempre- Que el gobierno tiene plata para gastar y botar, es verdad, pero eso deberá estar dentro de los cálculos siempre, eso es válido, es una realidad, el gobierno los tiene y punto, hay que saber y poder contrarrestarlo teniéndolos también y ya. De tal manera que, o se reúnen los suficientes recursos de toda índole, se prevén los gastos necesarios con antelación suficiente, o la oposición irá a la contienda electoral en minusvalía frente al poderosísimo taimado e inescrupuloso adversario.

De por si, lograr todo lo anteriormente ya sería muy importante para que la oposición se presentara a la contienda electoral con real opción y posibilidades ciertas de obtener éxito frente a un inescrupuloso rival que juega con ventajas y las cartas marcadas; sin embargo, con todo y eso, existen como en cualquier actividad humana otros elementos como el azar y el subjetivo, como en cualquier deporte ; además esto es una competencia, y el otro equipo también juega, trabaja, realiza sus lógicas actividades; no debe esperarse ganar por errores del contrario sino por méritos propios. Jamás deberá esperarse que los electores salgan espontaneamente a votar, hay que motivarlos, empujarlos, casi que llevarlos de la mano, buscarlos, esperarlos, transportarlos, como dicen en popularmente hablando, a la gente hay que carretearla al centro electoral para que vote, hacer lo que solían denominar, operaciones arrastre, galope, mosca etc.
Hay también que saber plantear y hacer los contrastes ante el pueblo, con apoyo de la campaña bien diseñada y ejecutada.Está demostrado que la mayoría de la gente no vota porque alguien sea de izquierda o de derecha, sino porque el candidato le gusta y punto, porque lo visitó en su casa, porque lo escuchó hablando en un discurso que le agradó,porque lo ayudó a resolver algún problema, porque le facilitó los medios para superarse, porque lo encuentra dinámico, porque su imagen es el de alguién que le ayuda, pero jamás porque sea hombre o mujer, joven o viejo, católico o musulmán, creyente o ateo, gordo o flaco, blanco o negro, atractivo o poco agraciado, sino porque se identifica con sus acciones y ellas tienen un efecto directo en su vida, en la de su entorno, en el de los demás. Los candidatos deben gustar (ese es el trabajo político), y esa es la tarea del indio; allí está el elemento subjetivo humano. Usted puede desear ser un político exitoso, tener dinero suficiente para encarar los gastos de su campaña,disponer de logística adecuada, en fin, tener y disponer de todo en lo que se refiere a lo físico ("vamos con todo"), pero si usted no le llega en el alma a su electorado,lo convence para que vote y le facilita los medios para que lo haga con seguridad, si no logra conmover, persuadir, llegar a gustarle a la gente, y encima ayudarlos desinteresadamente -sin esperar nada a cambio, sólo por ser útil- si no sabe ni puede resolver los problemas de sus electores no tendrá opción de ganar jamás una elección; y que conste que no es un problema de marketing político, de lucir muy agraciado y risueño en afiches, ¡no!, no se trata de lucir muy atractivo, sino de llegarle muy hondo en el sentir de los integrantes de su comunidad, trabajando sinceramente por ella y solucionando sus problemas, si no lo comprende y lo hace así, mejor dedíquese a otra cosa, porque llegará detrás de la ambulancia cuando postule su nombre para un cargo.
En el fútbol por ejemplo, a veces se pierde un partido imposible de perderse en el papel por algún imponderable, un hecho impredecible que nadie podía imaginarse ni anticipar. Se puede perder por un penalti a última hora; por error del portero; por autogol; porque el arbitro estaba parcializado; o tal vez, porque la pelota no quiso entrar, o pegó en el palo; nos hicieron trampa; el arbitro anuló un gol, porque decidieron que hubo posición adelantada sin serlo, o porque expulsan a un jugador estrella sacándole tarjeta roja injustamente (inhabilitaciones). A veces los partidos también se suspenden por lluvia, por forfait, o en virtud de alguna irregularidad denunciada ante la mesa técnica por un reclamo que prospera; los partidos se ganan y pierden jugándolos, con o sin trampa, igualmente gallardamente de tú a tú, y así ganan no siempre los mejores. Deberían desde luego ganar, quienes anoten más goles, eso sería lo ideal, pero no siempre es así (Pregunténselo a Octaviano Mejias en Trujillo).
Hay siempre que recordar que la pelota es redonda, y para poder jugar al fútbol deberán siempre haber dos equipos, de lo contrario no existiría ningún juego posible, sería todo, menos un partido, lo deseable es que ganen los que hagan mejor su trabajo para satisfacción del público, y que jamás terminen los juegos en tángana; para tales fines, existen las buenas reglas del juego, los buenos árbitros, los excelentes jugadores, lamentablemente hay también muchos integrantes del hermosísimo espectáculo del fútbol que normalmente se comportan como caimanes jugando una pésima caimanera.
En el próximo evento electoral para elegir gobernadores y alcaldes, los venezolanos de buena voluntad que integramos la mayoría, no deberíamos permitirle a ningunos de los competidores, que lo conviertan algunos “irresponsables” en una caimanera. Para tal fin, como en el fútbol, es preciso que todos los equipos políticos que juegan el gran partido de la democracia, exijan a las autoridades que estén a la altura del alto nivel de la difícil contienda, so pena de demándarselo ante la justicia; que paguen las consecuencias si incurren en manejos irregulares deliberados.

A los árbitros (CNE) hay que insistirles hasta la saciedad que sean absolutamente imparciales, apegados a las leyes que rigen el juego democrático, y que decidan con equidad, justicia y total transparencia. Advertirles, que jamás olviden que el gran público asistente al partido democrático, agolpado en las multitudinarias masivas graderías, los está fijamente observando, muy sigilosamente, los están viendo con lupa, binoculares y filmando sus ejecutorias con millones de videograbadoras para detallar por intermedio de repeticiones en cámara lenta sus sentencias. Si no cumplen con su deber que sepan que algún día serán juzgados. Que se atengan a las consecuencias.

A los competidores hay que decirles, que jueguen la contienda con absoluta limpieza, apegados siempre a las normas del juego, sin proferirse mutuamente ofensas ni zancadillas, sin darse patadas, que realicen su trabajo con gallardía y que muestren su calidad.

Al público hay que insistirle de la suprema importancia de que cívicamente, civilizadamente, serenamente, participe activamente en el evento democrático, prestigiándolo, legitimándolo, concurriendo al estadio democrático, a la taquilla a hacer la cola, a comprar la entrada, de forma por demás masiva, y que apoye a su equipo preferido, manteniendo siempre una actitud respetuosa del rival, ocupando su valioso e indispensable rol de aupar, alentar y disfrutar del maravilloso juego democrático, para al final, aceptar el resultado cívicamente cualquiera que este sea.
Todo eso, para que siempre podamos disfrutar juntos de nuestro deporte preferido, que en definitiva es, el de convivir todos en paz, como hermanos, trabajando unidos por las causas del progreso colectivo, ejerciendo la libre decisión de escoger a qué equipo apoyar, dirimiendo nuestras naturales diferencias pacíficamente, democráticamente, electoralmente, constitucionalmente, a veces como ocurre en el duro fragor propio de una cancha de fútbol durante un partido de campeonato. Lo ideal sería, que luego de la dura competencia nunca nadie saliera en camilla lesionado directo al hospital, sino que independientemente de que nuestro equipo preferido gane o pierda, regresemos a casa disfrutando la victoria o resignándonos a la derrota, pero siempre con irresistibles ganas de volver al estadio para encarar otro partido, a disfrutar del mejor deporte, el que más nos agrada, el de el trabajo por el bienestar general del país, a pesar de la contienda febril sin dar ni pedir cuartel; porque la pelota siempre será redonda, por lo menos en el fútbol. La política, es otra cosa.

2 comentarios:

Manuel Miranda dijo...

Excelente amigo!!

Fundamentalmente entiendo que la oposicion debe dejarse de pendejadas y elegir a sus mejores hombres.

Hasta ahora, a pesar de las dificultades, veo al chavismo mas cohesionado que la oposicion.

Arcangel Vulcano dijo...

Gracias colega y amigo Manuel Aramis Miranda.

La oposición debe hacer desde luego muchas cosas, entre ellas, "dejarse de pendejadas" como dices.Elegir a sus mejores hombres y mujeres como sugieres; aunque como hemos expresado eso no bastaría...

Discrepo de tu opinión sobre la cohesión del chavismo.Es simple, el proceso interno los dejó muy divididos (ejemplo: Trujillo); además las verdaderas cifras -que conocemos, porque se filtran por ellos mismos- los desnudan ante el país, han sufrido un descalabro electoral. Imagínate amigo, que no votaron ni un tercio de los inscritos en el PSUV. De ser así, es obvio que el Sr Chávez ha perdido su antigua capacidad de convocatoria, ya no moviliza eficazmente ni a su propia gente.Ellos lo que tienen es mucha plata y propaganda pero el pueblo está arrechísimo.La oposición debe hacer lo correcto para sacra provecho de ello, pero eso no es sencillo, hay que saber como hacerlo.

Como hemos dicho, en condiciones normales, ganarles las elecciones regionales debería ser más fácil que echarle un tiro al piso, pero las condiciones no son normales como hemos explicado en detalles y ejemplos.

El punto es, ¿qué debería hacer la oposición para vencer a Chávez, cómo hacer para contrarrestar y neutralizar el gran poder que en política da el dinero y el manejo de sus recursos de toda índole?
Aunque suene pragmático, es simple, tener también dinero suficiente para poder si no igualarlo, poder competir con cierto nivel óptimo de recursos suficientes,para hacer al menos una buena campaña...

La cosa no es sencilla...

Por cierto que ayer el equipo de fútbol, la selección nacional venezolana derrotó 2 goles por cero al pentacampeón mundial Brasil por primera vez en la historia en Bostón.

Se dice fácil, pero hubo que hacer muchas cosas para logra tamaña azaña, unas de ellas, fue dejar de ser pendejos, pero también aprender a jugar fútbol del bueno de igual igual, respetando al aquilatado rival, pero haciendo lo propio, metiéndoles dos goles que valen oro.

Definitivamente no hay imposibles ni en la política ni tampoco en el fútbol, pero hacen falta tipos como Maldonado y Vargas dispuestos a asumir el liderazgo de su equipo, a jugar fútbol del grande y a lo grande, de calidad, y atreverse a tocar la gloria y meterle los goles a cualquiera...eso no pasa todos los días...pero pasó ¿o no? es posible, no hay imposibles, nunca digas jamás... no es ni fácil, ni difícil, pero es probable, e impredecible...

Recuerda que siempre repetimos que la pelota es redonda...¿Recuerdas la Copa América? Te dijimos que cualquiera podía ganar, que Brasil era Brasil. Cada partido es distinto; por eso repetimos que hemos visto mucho gigante envanecido caido, en el fútbol y también en la política, pero hay que jugar los partidos, que se ganan y se pierden, pero siempre habrá un resultado sorpresivo, por eso es que hablamos de lo impredecible...

Un gran saludo.