lunes, julio 12, 2010

Las diez claves del Mundial de Sudáfrica.



Las diez claves del Mundial

El periodista Diego Torres elabora un decálogo a modo de balance con críticas y elogios a los aspectos más importantes de la cita futbolística.


Ahora que todo ha acabado, solo queda hacer balance de lo sucedido. El vendaval mediático y festivo que la selección española ha generado no ha hecho más que empezar. Durante días, semanas, el mundo hablará de La Roja como la reinvención del fútbol mundial, y en España esa fiebre perdurará mucho más tiempo. Mientras toda la euforia se desata, se celebra y se diluye con la vuelta a la realidad, Diego Torres, uno de los enviados de EL PAÍS junto a José Sámano, Ramon Besa, Luis Martín, Cayetano Ros o el fotógrafo Alejandro Ruesga que regresan hoy de Sudáfrica, ha elaborado en Eskup un decálogo de claves para resumir las virtudes y las carencias de la cita mundialista, tanto deportivas como sociales.


El primer lugar de ese ranking lo encabeza una de las consignas que han hecho a España campeona del Mundo. La selección ha sabido absorber lo mejor del fútbol del siglo XIX, el "fútbol asociación", donde el grupo es siempre más importante que lo individual, y el resultado colectivo prima sobre los destellos de las grandes estrellas. No solo España logró rescatar la vieja corriente futbolística. Lo hicieron otros (Holanda, Uruguay, Chile...) y la mayoría obtuvo su premio.


En segundo lugar, siguiendo con el hilo del "fútbol asociación", Torres recuerda que desde 1970, el ganador no juega "de memoria y al toque". La Alemania de 1974 y la Argentina de 1978 jugaron, en opinión del periodista, "muy bien", pero el fútbol que ha desplegado España en Sudáfrica, de principio a fin, les vuelve superiores.


La tercera posición del ránking tiene que ver con un artículo que hoy publica el diario titulado "Las multinacionales no golean ". Las grandes marcas deportivas (Nike, Adidas, Umbro...) apostaron por los grandes rostros del fútbol mundial para reforzar su imagen corporativa con spots, pero, tal y como se recoge en el reportaje, "hay algo salvaje en el fútbol que le vuelve hostil al control externo". El marketing no pudo con el deporte, y Kaká (Nike), Cristiano (Nike), Messi (Adidas), Rooney (Umbro), Ribery (McDonalds) o Fernando Torres (El Corte Inglés) no han podido las altas expectativas que sus patrocinios les habían confiado.


La armonía de España es el cuarto pilar en la lista de Torres. Como una orquesta perfecta, sin desatinos ni desafinados, el equipo de Vicente Del Bosque mantuvo el mismo compás durante todo el torneo, cuando la derrota ante Suiza pedía en la prensa un crescendo o cuando la ansiedad del gol que no llegaba exigía piano en sus músicos. "Jugó tan bien como equipo que los individuos se fundieron en la combinación. La figura española no fue un hombre", analiza el redactor.
Iker Casillas acapara dos puestos. En la quinta posición, Diego Torres hace memoria y no encuentra una fotografía de un capitán llorando al levantar la copa de campeones. Según Torres, las lágrimas de Casillas dignificaron su liderazgo y engrandecieron aún más la gesta española. Un motivo de alegría que refleja la honestidad, la humildad y la generosidad de una generación entregada al fútbol colectivo que supo romper moldes y espantar fantasmas de un pasado tan desafortunado y reciente como lacerante.

Sobre Iker Casillas recayó una lluvia de elogios tanto por Vicente Del Bosque como por Van Marwijk, seleccionador de Holanda. Ambos técnicos coinciden en el sexto apartado en la frialdad del guardameta del Real Madrid para aplacar una llegada de Robben al área española: la parada que decidió la final. Por eso, por detener un penalti ante Uruguay o sacar los guantes contra Alemania, Casillas fue elegido el mejor portero del Mundial.


Y como el fútbol de un equipo empieza en la cabeza de su entrenador, la clave número siete está dedicada a ellos. Según Diego Torres, "el Mundial ha castigado a los técnicos presuntuosos que creen que la gestión de los recursos humanos está por encima de los humanos", en alusión a otro ránking personal de seleccionadores cuya imagen primó sobre el protagonismo de sus jugadores y que encabezan Maradona, Dunga, Doménech y Capello.

En octava posición, el contraste del personalismo. Si el campeonato ha castigado el engreimiento de algunos entrenadores, ha premiado la innovación táctica y la inteligencia de otros. No todos han conseguido su premio, como es el caso de Bielsa, pero Del Bosque, que encabeza la lista de premiados, Joachim Löw, artífice de una Alemania renacida, Tabárez, uno de los héroes de Uruguay, Martino o Bielsa, sí son ejemplos del fútbol al servicio del equipo.

Y después de lo deportivo, en la novena y décima posición, lo social. La clave número nueve es una crítica a Johanesburgo, una ciudad "malvada, sucia y elitista" a ojos de Diego Torres, que mancha un país "agradable" como es Sudáfrica.

Tal afirmación se completa con el último punto: la mentira. Para el periodista, "la FIFA y Shakira han vendido que este ha sido el Mundial de África. Es mentira...", afirma Torres, que especifica que el Mundial fue el de los africanos "ricos". Un mundial de discriminación y escenarios artificiales en el que el "99.9 por ciento de los africanos no pudieron comprar una entrada barata".


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