viernes, abril 11, 2014

El diálogo del heredero del garfio del Capitán Naufrago.




“Flotando sobre las aguas turbulentas del océano, acechados por escualos, dialogando con su tripulación y sobrevivientes del naufragio”.

POR: ARCANGEL VULCANO.


El legatario, dueño del circo, títere del sainete montado por su autor intelectual y vetusto pirata mayor del caribe, el temporal heredero del garfio del “Capitán Naufrago”, sumergido en el abismo del océano, víctima de sus propios errores, excesos, torpezas y calamidades, obligado a dialogar con su errática, mal herida, agonizante tripulación y sobrevivientes, intentando salvarse en medio de un turbulento océano de dificultades, plagado de escualos de todas las especies, está a penas flotando en medio de la espantosa y tenebrosa función nocturna, mostrándole muy débil y torpe. En sus cantinfléricas peroratas, esta vez terminó de hundirse aún más en el pestilente fango de sus falencias.

Aunque es evidente la velada intención del portador temporal del garfio, al pretender ganar tiempo, en su vano intento por sobrellevar los nefastos resultados de la catástrofe que precipitó hacia el abismo el destartalado buque seudo revolucionario, también lo es que todo escenario que sirva para terminar de desenmascararlo para mostrarlo tal cual es, debía ser aprovechado. Lo más resaltante del gris episodio, es lo muy desgastado y debilitado que está el legatario, y pareciera que no sabe que hacer con el garfio oxidado. El fantoche, junto a los tripulantes y sus secuaces, actuando oprobiosamente se ha quedado desnudo frente al mundo, sin poder esgrimir argumentos ciertos para justificar la brutal represión desatada inmoralmente contra los indefensos sobrevivientes que flotan a la deriva, protestando en contra de los desastrosos y nefastos resultados del hundimiento y naufragio.

Las recientes actuaciones de algunos de los maltrechos sobrevivientes tripulantes y pasajeros, desesperadamente aferrados sobre los restos del naufragio del buque escarlata seudo revolucionario, flotando sin salvavidas, nadando contra corriente sobre las tibias y cálidas aguas del caribe, acechados por las bestias de las profundidades y muy mal heridos, sedientos, deshidratados, hambrientos e intentando en vano parar las hemorragias de sus sangrantes heridas, provocadas por el pavoroso tsunami que azotó y arrojó al bergantín “rojito” contra los filosos y cortantes arrecifes, provocando el hundimiento y conocido triste final del Capitán Garfio, obligado al final de sus trágicos padecimientos a cederle su pesado y oxidado garfio al más desangelado de sus tripulantes subalternos.

El Almirante Mayor del Porta aviones de la MUD, nos pareció que cumplió su decoroso papel de iniciar nadar contra las altas olas; tal vez le faltó mayor contundencia. Pero sin dudas hizo lo indispensable, cumpliendo su tarea de comenzar la aproximación a la costa; pero se nota que nadó con dificultad y a contra corriente; es probable que el peso de tantas responsabilidades a cuestas le dificultan sus brazadas; pero como viejo lobo del mar al final logró sujetarse a uno de los remos que quedaron flotando a la deriva,

Vimos muy contundentes las brazadas del Capitán General del viejo trasatlántico Blanco, quien lució como un experimentado esgrimista, fino espadachín, pirata consumado en mil batallas. Centró sus fuerzas en temas esenciales, restregándoles a los secuaces del sucesor en la cara valientemente, la evidente y flagrante “violación de la Constitución" y el uso indebido y delictivo de la Fuerza Armada Nacional. Dijo lo que todos los sobrevivientes del naufragio desearían gritarle “al heredero del garfio” encadenado al palo mayor nacional: “La palabra revolución no está en la Constitución Nacional, y la Fuerza Armada Nacional no debe estar al servicio de ninguna parcialidad política sino de toda la Nación”, estás violando la Constitución Nacional y debes cumplirla, no mostrárnosla. Además, le aseveró al naufrago mayor en sus bigotes: “Usted es quien decide que hacer para ayudarnos a salir de este naufragio, usted es el principal responsable, usted decide”. Sus poderosas remadas hacia la orilla no tienen desperdicio. ¡Zorro viejo! es este bucanero de alta mar. El heredero del garfio del capitán naufrago no podrá ignorarlo jamás. Por fin alguien con agallas, le expelió en sus narices con claridad, lo que requiere y necesita hacer sin demora: remar entre todos juntos hacia la orilla sin ser engullidos vivos por los escualos devoradores.


El Cacique descendiente de nobles y recios indígenas, el forjador de hierro, Jefe de la nave azul y negro, gladiador de acero, acostumbrado a navegar en las encrespadas y caudalosas aguas del turbulento océano sindical, el sempiterno obrero, nos pareció muy preciso, calificando el desastre del barco, muy comedido, fue uno de los que debió iniciar la remada. Nos preguntamos: ¿Si le hubiera correspondido hablar después de oír al bucanero ex  de Aragua, con apellido de Prócer, qué arpón usaría?

El Almirante de la nave Larense, sin duda es muy elocuente, pero a estas alturas del fatídico naufragio nos luce suplicante y muy dramático. Habla como si tuviera el exclusivo “secreto único”, la panacea de la crisis sin retorno que hundió el barco, cuando sabemos que también hay otras posibles “salidas”, como la renuncia del legatario, que es una viable solución para llegar a la costa seguros, y que cada día es más probable poder despojarlo del garfio del capitán, posibilidad que ya comienza a considerar la herida tripulación del legatario. Pero el navegante de la tierra del golpe tocuyano, con el agua haciéndole estragos en sus bigotes, en medio del peligroso océano, les pide a los náufragos, rodeados de fieras marinas acechándoles, muy histriónico, pronuncia su frase trasnochada como si hubiera descubierto el agua tibia: " o dialogamos o nos matamos"; nos recuerda al inefable y tristemente célebre Ministro de la Defensa del buque hundido, quien afirmó en aquella inolvidable noche de los cuchillos largos:"Todo está absolutamente normal".

El Capitán General del Gran buque “Miranda” parecía muy enojado, contrariado, cariacontecido, como si actuara obligado por las circunstancias, tal vez no tenía más remedio. Chapoteando y tragando agua salada, al verlo sufrir sus padecimientos recordamos es al preso del calabozo militar, que está robustecido moralmente en su celda de dignidad y decoro. El mirandino, se dispuso a remar al final de la noche oscura, cuando los sobrevivientes duermen. Debe estar lamentando su falta de tabaco en la vejiga.

El Capitán General del gran barco zuliano, usando un novedoso reloj, muy cumplidor, por ceñirse a la necesidad de nadar juntos hacia la costa del tema económico, que es sin dudas la principal causa de la tragedia. Le increpó al Zar del petróleo, y le estremeció con el codo  hasta por debajo del paladar.

El Capitán General de la nave Amarilla y Negra, al principio chapaleó muy acertado, por ofrecer el pésame a los familiares de las víctimas; pero nos lució histriónico -por decir lo menos- y cada vez que lo vemos nos recuerda su programa televisivo. Acartonado, sin naturalidad. Nada en piloto automático.

El Capitán del barco  Verde nos recordó el estilo grandilocuente del superdotado jefe socialcristiano en sus tiempos juveniles; intentó adornarse usando un lenguaje desgastado para la ocasión. Aunque sus chapaletas son significativas.

El Cacique mayor del buque del Amazonas, demostró por qué tuvo razón al brincar a tiempo la talanquera. Nos pareció muy positiva su hazaña.Este es un experimentado guerrero.

La chapoteada de agua para espantar a los escualos y demás fieras marinas más llamativa, la hizo el pirata subalterno del palo mayor del buque Libertador, quien con su peculiar sonrisa de hiena, irónicamente intenta sin lograrlo contrarrestar las mortíferas dentelladas de las blancas pirañas, que terminaron devorándolo vivo.

El vigía encapuchado de la nave Central, nos lució desgastado, repitiendo lamentos de ahogado, inoportuno para la ocasión considerando que les ha estallado un espantoso motín flotando a la deriva que los amenaza con hundirlos al abismo.

El desconcertante pirata del acorazado de Anzoátegui critica la hipocresía de los sobrevivientes al sostener su presunta verdad. Pero ya sabemos que no hay verdades absolutas como dijo Kant. Cae en el remolino del ridículo.

El pirata mayor del oro negro, sin dudas nos confirma, que encarna el poder detrás del trono. Es el tripulante más aventajado del régimen y principal responsable del desastre colectivo. Era esperable su comedia de "Alicia en el país de las maravillas"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

TIEMPO DE PALABRA
"La protesta permanece, ya nadie se desmarca de ésta ni de un diálogo genuino"
CARLOS BLANCO | EL UNIVERSAL

El diálogo que no ha sido...
No hubo diálogo. Hubo debate y lo ganó ampliamente la representación opositora que asistió. Desde la elocuencia de Henry Ramos Allup hasta la parquedad documentada de Omar Barboza, que le dijo a Rafael Ramírez el tipo de fracaso monumental del cual era responsable. La gestualidad de los dueños del poder demostraba con profusión que sólo saben hablar en cadena cuando nadie los contradice o les responde, y que quedan colgados de sus frases hechas, refranerías y lugares comunes en el momento en que se requiere dialéctica argumental. No es que no saben hablar sino que no saben de qué ni cómo, cuando de debatir se trata.

El gobierno tuvo que aceptar esta situación porque está con el agua al cuello. La calle, la protesta encendida, lo obligó a buscar oxígeno con un diálogo que, hasta el momento, no es tal, aunque pudiera ocurrir en la medida en que se apuntara a resultados específicos como los que el movimiento estudiantil y diferentes voceros democráticos han planteado. Los del gobierno es claramente una patraña; dialogar implica negociar, ceder, cambiar, rectificar, sobre todo del lado de quienes ejercen el poder, y sus voceros ya han dicho que no están dispuestos a "ceder", y sólo han cedido -sentarse a un debate ante las cámaras de televisión- porque la calle los ha puesto en ese brete. Si este encuentro inicial se encaminara al diálogo no sería sobre la base de desmontar la protesta sino de acentuarla en los términos democráticos y no violentos que sus dirigentes han planteado; ya se sabe de sobra que al régimen se le obliga por la acción ciudadana y no por la potencia de los razonamientos, por más contundentes que sean.

El procerato rojo maniobra. Busca ganar tiempo para salirse de la asfixia que le han producido sus propios gases tóxicos, la represión y las muertes de las cuales es autor. Aparenta diálogo y busca que las diferencias en la oposición se transformen en división. Por tanto, resulta un contrasentido que algunos dirigentes opositores que asistieron al debate y que acusan a otros dirigentes de la oposición de ser los responsables, por radicales, de las protestas, no asuman que si así fuera, esos radicales les habrían permitido el escenario del debate que ganaron. Si María Corina, Leopoldo López, Antonio Ledezma y los demás dirigentes fuesen "los culpables" del levantamiento que hay en el país también lo serían de haber obligado al gobierno a sentarse con el otro sector de la oposición en cadena nacional, parte del cual ha condenado las protestas que despejaron el camino para decirle unas cuantas cosas a Maduro y su séquito.

Es claro que el gobierno y algunos miopes quieren que las diferencias en la oposición se transformen en ruptura entre los "sensatos" y los "exagerados". Sin duda, le haría más fácil al gobierno la represión contra los dirigentes de #lasalida, Leopoldo López y Voluntad Popular, María Corina y Antonio Ledezma, y también en contra de los estudiantes independientes y de los líderes populares que protestan, pero sería un negocio suicida; los "sensatos" quedarían sin base social significativa a merced del régimen que en ese preciso instante evaporaría estos amagos conversatorios. No hay que olvidar en estos días de abril lo que hizo Chávez después que los militares que le pidieron la renuncia -"la cual aceptó"- lo repusieron: diálogo y mareo, mareo y diálogo, hasta que se sintió fuerte y mandó todo al diablo. Luego de las elecciones municipales de diciembre pasado, hubo un par de reuniones con algunas intervenciones sólidas y otras lamentables, pero cuando el poder sintió que las piernas no le temblaban, volvió a las andadas hasta que la protesta iniciada el 12 de febrero le paró el trote.

Anónimo dijo...

TIEMPO DE PALABRA

CARLOS BLANCO | EL UNIVERSAL

La situación ahora es diferente. La protesta permanece, no hay dirigentes que se desmarquen abiertamente de ésta, no hay quienes se opongan a un diálogo genuino, existen exigencias compartidas y los resultados se verán en los próximos días.



LA DIVISIÓN DEL GOBIERNO. Las fisuras en el régimen florecen, son graves y crecientes. Las diferencias entre los miembros del cogobierno rojo se hacen cada vez más evidentes, especialmente entre Maduro y Cabello, en un pleito en el que el otro factor, el general Rodríguez Torres, se aleja unos centímetros para no ser salpicado. La intervención incoherente de Diosdado Cabello en la reunión comentada no refleja sólo un problema conceptual sino también político; posiblemente todos quieran impedir cualquier amago de diálogo, pero además el Capitán quiere sustraerle todo poder a Nicolás mediante el procedimiento de marcarle la pauta con medidas, desafíos y agresiones que no le consulta.

Esa división al interior del poder rojo aunque viene de lejos, de la decisión sucesoral que salvo Maduro todos sus pares consideran como absurda, se ha incrementado en la medida en que las bases chavistas y niveles importantes de la dirección media, muestran signos de impaciencia por la tragedia económica y la descomposición política. En los corrillos del poder se comentan, ya con algún descaro, las tratativas para que una transición que reemplace al que funge ahora de jefe se realice pronto dentro de los próceres rojos, hacia los más moderados, antes que el poder se desplace a los que consideran de "derecha", es decir, los opositores más firmes.



LA VERDAD ANDA EN COMISIÓN. La designación de la Comisión de la Verdad en la Asamblea es otro capítulo no por grotesco, menos importante dentro de las estratagemas oficiales. América Latina tiene experiencia en la materia. Una comisión de esa naturaleza no puede estar integrada por los victimarios y, sin duda, sus miembros deben llenar requisitos éticos para la sociedad en su conjunto. El proceso de establecer lo que se denomina "la verdad", requiere que las víctimas o sus relacionados hablen directamente; además, demanda el establecimiento de reparaciones, tanto simbólicas y morales, como pecuniarias y judiciales. Su nacimiento y desarrollo es en extremo complejo y no puede ser decidida ni su composición ni su operación por uno de los principales inspiradores de las agresiones perpetradas contra los demócratas.



LA PRUEBA. La prueba de todo este proceso se medirá en resultados. Así como el gobierno tuvo que buscar un burladero para aparentar diálogo, en el cual salió corneado, así buscará otros. Por esta razón los motivos de la protesta nacional en marcha se mantienen. La necesidad del reemplazo constitucional del régimen se mantiene. El papel de los dirigentes políticos y de los estudiantes que así piensan es sólido. De todos modos, ahora que los dirigentes democráticos, tanto los que las apoyaban como los que se les oponían respaldan las protestas, se puede decir que la agenda de demandas al gobierno se ha vuelto compartida hoy por toda la oposición. La unidad tiene extrañas formas de florecer, pero florece.

www.tiempodepalabra.com

Twitter @carlosblancog

Anónimo dijo...

La oposición arrasa

Por Carlos Alberto Montaner

A Nicolás Maduro le salió muy mal la primera ronda de conversaciones en el palacio de Miraflores. No sólo de consignas vive el hombre. Él, su gobierno, y media Venezuela, por primera vez debieron (o pudieron) escuchar en silencio las quejas y recriminaciones de una oposición que representa, cuando menos, a la mitad del país.

El revolucionario es una criatura voraz y extraña que se alimenta de palabras huecas. Era muy fácil declamar el discurso ideológico socialista con voz engolada y la mirada perdida en el espacio, tal vez en busca de pajaritos parlantes o de rostros milagrosos que aparecen en los muros, mientras se acusa a las víctimas de ser fascistas, burgueses, o cualquier imbecilidad que le pase por la cabeza al gobernante.



El oficialismo habló de la revolución en abstracto. La oposición habló de la vida cotidiana. Para los espectadores no dogmáticos el resultado fue obvio: la oposición arrasó.



Es imposible defenderse de la falta de leche, de la evidencia de que ese pésimo gobierno ha destruido el aparato productivo, de la inflación, de la huida en masa de los venezolanos más laboriosos, de las pruebas de la corrupción más escandalosa que ha sufrido el país, del saqueo perpetrado diariamente por la menesterosa metrópoli cubana, del hecho terrible que el año pasado fueron asesinados impunemente 25 000 venezolanos por una delincuencia que aumenta todos los días.



¿Por qué Maduro creó esa guarimba antigubernamental en Miraflores? ¿Por qué pagó el precio de dañar inmensamente la imagen del chavismo y mostrar su propia debilidad dándole tribuna a la oposición?



Tenía dos objetivos claros y no los logró. El primero era tratar de calmar las protestas y sacar a los jóvenes de las calles. El “Movimiento Estudiantil” –la institución más respetada del país, de acuerdo con la encuesta de Alfredo Keller—había logrado paralizar a Venezuela y mostrar las imágenes de un régimen opresivo patrullado por paramilitares y Guardias Nacionales que se comportaban con la crueldad de los ejércitos de ocupación y ya habían provocado 40 asesinatos.



El segundo objetivo era reparar su imagen y la del régimen. Las encuestas lo demostraban: están en caída libre. Ya Maduro va detrás de la oposición por unos 18 puntos. Lo culpan (incluso su propia gente) de haber hundido el proyecto chavista y de ser responsable del desabastecimiento y de la violencia. Casi nadie se cree el cuento de que se trata de una conspiración de los comerciantes y de Estados Unidos. La inmensa mayoría del país (81%) respalda la existencia de empresas privadas. Dos de cada tres venezolanos tienen la peor opinión del gobierno cubano.



Ese fenómeno posee un alto costo político internacional. Ciento noventa y ocho parlamentarios sudamericanos de diversos países, encabezados por la diputada argentina Cornelia Schmidt, se personaron ante la Corte Penal Internacional de La Haya para acusar a Maduro de genocidio, torturas y asesinatos. Eso es muy serio. Puede acabar enrejado, como Milosevic.





Anónimo dijo...

La oposición arrasa

Por Carlos Alberto Montaner

Ser chavista sale muy caro. Lo comprobó el candidato costarricense José María Villalta. Esa (justa) acusación lo pulverizó en las urnas. En una encuesta realizada por Ipsos en Perú se confirmó que el 94% del país rechaza a Maduro y al chavismo. Eso lo sabe Ollanta Humala, quien hoy pone una distancia prudente con Caracas. Ni siquiera al popular Lula da Silva le convienen esas amistades peligrosas. Sólo Rafael Correa, quien padece una notable confusión de valores y no entiende lo que son la libertad y la democracia (en Miami se empeñó en defender a la dictadura de los Castro), insiste en su inquebrantable amistad con Maduro.



La oposición, como dijo Julio Borges, va a seguir en las calles y, por supuesto, continuará dialogando con el régimen. ¿Hasta cuando? Hasta que suelten a los presos políticos, incluidos los alcaldes opositores, restituyan sus derechos a María Corina Machado y Leopoldo López. Hasta que el régimen renuncie al tutelaje vergonzoso e incosteable de La Habana, configure un Consejo Nacional Electoral neutral y le devuelva la independencia al Poder Judicial. Hasta que el gobierno desista de la deriva comunista y admita que los venezolanos no quieren “navegar hacia el mar cubano de la felicidad”. En definitiva, hasta que celebren unas elecciones limpias, con observadores imparciales y se confirme lo que realmente quiere el pueblo: que se vayan Maduro y sus cómplices.