En Venezuela existen actualmente dos preocupantes visiones divergentes en el seno de la oposición para explicarse lo ocurrido con el resultado electoral. Un grupo minoritario sin “liderazgo visible”, que a todo evento pretende justificar la derrota alegando que existió un fraude electoral avalado y cohonestado por Manuel Rosales, Teodoro Petkoff, Julio Borges, Leopoldo López y la mayoría de su comando de campaña, para permitirle a Chávez reelegirse, legitimarse y facilitarles a sus adversarios cómplices, la coexistencia pacífica a riesgo de perderlo todo, si no accedían voluntariamente a reconocer la derrota opositora, lo cual insinúa la deshonestidad de ese trío “presunto negociador” a espaldas del país, que los convertiría no sólo en unos “traidores”, sino que también en unos “cobardes interesados” únicamente en sobrevivir políticamente, a costa de lo que sea. Otro grupo, liderado por Rosales y Petkoff, aparentemente “mayoritario”, que aunque reconocen el abierto y descarado ventajismo del régimen, y las condiciones adversas en las cuales se vieron obligados a participar en un proceso electoral que sabían difícil de ganar, que admiten haber sido vencidos por el presidente, y alegan una victoria política, esperanzados en lograr articular a futuro a la oposición unida con posibilidades de éxito a largo plazo, retomando los espacios perdidos, cedidos al chavismo, con el objetivo de continuar en la lucha democrática, y que supondría construir una nueva mayoría, que impediría las pretensiones chavistas, que sirvan de muro de contención al proyecto expansionista y hegemónico revolucionario. No nos pronunciaremos por el momento, ni a favor ni en contra de estas posturas; seguramente en el futuro la verdad saldrá a flote, estaremos dispuestos a opinar al respecto. “No hay verdades absolutas”.
Cualquiera sea el desenlace de este gravísimo dilema que enfrenta la oposición, es evidente que el éxito en política se mide por los resultados, tal y como me aseveraba un veteranísimo dirigente político. A la luz de los resultados obtenidos, debemos comenzar por admitir que el presidente reelecto Hugo Chávez ha logrado un relativo éxito en su ya dilatada actividad política, desplegada desde que irrumpió en la escena política venezolana. No haremos aquí un ejercicio de narración de su historia como dirigente, no es nuestra intención; sin embargo, desde nuestra óptica -tal vez parcializada- haremos un esfuerzo por explicar sin condicionamientos ideológicos, lo que consideramos ha sido la estrategia exitosa de Chávez.
La estrategia principal de Hugo Chávez se sustenta en varios ejes, uno sin duda es un eje estratégico esencialmente político, que descansa en la ideologización y control político de toda la sociedad, previa toma absoluta del foro legislativo nacional por excelencia, como lo es La Asamblea Nacional (que controla absolutamente), para al mismo tiempo ejercer su influencia política y control del resto de los poderes públicos del estado, como el Poder Judicial, el Poder Moral y el Poder Electoral ; igualmente aplica un constante reclutamiento y adoctrinamiento militante, de partidarios políticos, persiguiendo el fortalecimiento disciplinado de su partido (MVR, obtuvo 4.700.000 votos) y el resto de organizaciones que lo respaldan,(Podemos, Patria Para Todos, Partido Comunista de Venezuela, MEP, UPV, y muchos otros) financiándolos sin ningún pudor y sin medida, suministrándoles toda clase de recursos económicos, la indispensable y adecuada logística, previa eliminación del financiamiento legal a los partidos políticos tradicionales de la oposición, facilitando su declive y condenándolos a su disolución por asfixia económica, provocando deliberadamente su disolución, liquidación o neutralización, y de la vieja desacreditada dirigencia política opositora, para pulverizarla, o reducirla,(los ha estigmatizado como los culpables de todos los males del pasado), basándose paralelamente en una efectiva y agresiva táctica de comunicación sistemáticamente repetida, para lincharlos moral y éticamente ante el país, exponiéndolos al escarnio y al desprecio público, mediante mensajes de difusión masiva muy bien estudiados y articulados, campaña publicitaria realizada con los recursos del estado, que ha sido permanentemente ejecutada sin vacilación, es de realización sucesiva.
Un eje estratégico, cívico militar. Desarrollado milimétricamente para desmantelar los antiguos comandos naturales e institucionales de La Fuerza Armada Nacional, y sustituirlos por individualidades incondicionales, adoctrinados en su proyecto revolucionario; garantizándose así el poder de fuego, la fuerza represiva o disuasiva indispensable disponible a su mando incuestionable (es comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional, era ambiguamente también presidente y candidato presidencial), en caso de serle necesario aplicar la represión, ante cualquier intento de insurrección popular, desestabilización, o eventual protesta de la oposición civil; acompañado de la sistemática conformación de milicias mercenarias armadas de sus partidarios incondicionales, integradas por reservistas; guerrillas pro bolivarianas; para militares urbanos, y de grupos de choque al estilo miliciano mercenarios; encarnados en míticas facciones ; algunos civiles empleados de entes públicos, muy violentos agavillados seguidores de convictos y confesos activistas políticos, personajes convertidos en oráculos, que deciden quien es revolucionario y quien contrarrevolucionario, o traidor a la patria (andan armados amenazantes desplazándose en poderosas motos de alta cilindrada, por la vía publica, disponibles para intimidar o agredir a quien decida su líder); y otros de menor renombre, que parecieran operar auspiciados, promovidos y financiados sin ninguna vergüenza por el gobierno, a plena luz y con la presunta complacencia de los órganos del poder público, que inexplicablemente mantienen un silencio cómplice; como el Fiscal General de la República; el defensor del Pueblo y el Contralor General de la República; y presuntamente con la notoria omisión del Tribunal Supremo de Justicia, quienes lucen impotentes, inertes, y parecieran ciegos, sordos y mudos al ignorar esos temas tan delicados, que afectan la paz de la población y amenazan la normalidad democrática, abusos estos, que están a la vista de toda la opinión pública, y ocurren con el asombro de la ciudadanía indefensa e impotente, que ve como estos grupos operan sin ninguna restricción policial o militar de los cuerpos de seguridad del estado. Esto como es obvio, acompañado también de una política de armamentismo muy agresiva, compra y dotación de armas descaradamente para dotar a grupos que no son militares profesionales; importación de fusiles, helicópteros y aviones a Rusia, realizada sin ningún escrúpulo, ni justificación o necesidad; por el contrario, empleada para la guerra psicológica y la difusión del temor, dirigida a la población civil y contra sus adversarios en particular.
Así como un eje estratégico, que denominaremos de sustentación y financiamiento económico, combinado con una táctica legislativa evidente, que le ha permitido controlar todas las divisas extranjeras mediante una ley que restringe la libre compra y circulación de dólares, usándolo como arma política, (como premio y castigo). Dicen que en la política quien controla el poder del dinero tiene la primera opción. Igualmente, Chávez ha logrado reformar la Ley del Banco Central de Venezuela, para permitir que el ente emisor antiguamente impedido por la ley, le otorgué los caudalosos recursos de la renta petrolera directamente, esto supone que el gobierno ha tenido también a su disposición las anteriormente restringidas reservas en dólares del banco Central de Venezuela, mediante una indebida presión que ejerció convenientemente con la aparente displicencia de todos los diputados de La Asamblea Nacional, quienes le han dado sostenimiento, y respaldo legislativo para controlar a su antojo, y sin ningún control o restricción, los multimillonarios recursos económicos que le han posibilitado desplegar todas sus acciones, dirigidas en primer lugar a sostenerse en el poder -ya consumado- y en segundo término, en sus planes confesos de expansión revolucionaria en todo el continente americano, y en los distintos escenarios mundiales en los que interviene abiertamente sin ningún miramiento.
El más delirante de los ejes estratégicos, sería el denominado geopolítico internacional, desarrollado con la tutoría de la internacional comunista, la vieja izquierda internacional y su liderazgo histórico, sus tutores de mayor rango y experiencia , que según confesó él mismo “no estaba muerta sino de parranda” y que vuelve por sus fueros persiguiendo su recuperación, en América Latina. Consiste en primer lugar, en el empleo de las riquezas petroleras venezolanas para contribuir con sus causas e ideales políticos e ideológicos, y combatir contra el “Imperio Norteamericano Capitalista salvaje”; así como en lograr la efectiva expansión de su proyecto revolucionario socialista ya develado (en Bolivia, Ecuador, Uruguay, Argentina, Brasil, Nicaragua ya están posicionados). Es el más ambicioso de los ejes estratégicos, y el cual desarrolla con mayor “frenesí”, ya que el presidente pareciera estar persuadido por la ambición política de expandir su revolución al exterior; inexplicable e injustificable, si consideramos que los problemas internos que agobian a la mayoría de la población venezolana, parecen agravarse. A veces, Chávez luce incapaz en sus posibilidades de resolverlos, quedó en evidencia en la campaña electoral. Existen demasiados problemas internos pendientes por resolver, luego de 8 largos años de gobierno, y con tantos recursos económicos invertidos en el exterior y en propaganda; pareciera excesivo e injustificable su obseción de expansión revolucionaria continental.
Chávez ha sabido fríamente calcular y medir adecuadamente los tiempos, sopesar los riesgos, evaluar los escenarios posibles, ha sido audaz, para determinar apropiadamente las fases en las que ha debido implementar la estrategia, y ejecutar sus tácticas de corte estalinistas leninistas castristas y militaristas. Su estrategia consiste esencialmente en dividir a la sociedad venezolana aplicando tácticas políticas camufladas basadas en el estilo castro comunista, a la vieja usanza de las tácticas estalinistas leninistas aplicadas en la vieja Rusia (fomenta el odio entre los pobres y los ricos valiéndose de las desigualdades), para intentar imponer su proyecto político socialista muy personalista y autocrático, de ser posible por la vía democrática, dándole apariencia legal, pero de ser necesario e indispensable por cualquier otra vía,incluso la del enfrentamiento armado con quienes considera la rancia oligarquía conservadora; cualquiera sea el precio que hubiera que pagar, su lema es prestado, poco original (patria o muerte venceremos). Ha confesado abiertamente sus deseos, nos ha dicho lo que aspira y quiere ejecutar, también nos ha expresado con toda claridad cómo lo hará, o mejor dicho, como pretende hacerlo, qué es lo que aspira hacer a futuro para eternizarse en el poder. Sería por la vía de una reforma constitucional impuesta por su irrita e incondicional Asamblea Nacional monocolor, que consagraría la reelección indefinida (amenaza de la campaña contra la oposición si se retiraba de la contienda) como principio constitucional. “Amanecerá y veremos”, porque “una cosa piensa el burro y otra quien lo arrea”, decían los viejos de la comarca.
Mientras Chávez ha ido ejecutando con pasmosa frialdad su ya develada estrategia mediante sus tácticas taimadas, apoderándose de todo el control del poder del estado para usarlo sin escrúpulos contra la sociedad democrática indefensa; pacientemente ganando terreno conquistando sagazmente a los desposeídos, a los pobres, quienes son mayoría -queramos o no reconocerlo- y también a los ricos oportunistas; asfixiando sistemáticamente a la sociedad democrática, quitándole espacios a la oposición política que ha sido combatida inescrupulosamente mediante todo el poder desmedido del aparato gubernamental ventajista del estado, puesto al servicio de un caudillo y de su proyecto político hegemónico; conculcándonos progresivamente legítimos derechos constitucionales a los ciudadanos; alguna dirigencia “terca y torpe” de la oposición venezolana de nuevo en trámites de divorcio y echándose mutuamente la culpa de la derrota; en vez de tener una actitud adecuada para enfrentarlo, incurre sin proponérselo en el error estratégico de volver a dividirse, cae en la táctica del maniobrero exitoso.
Chávez es un maestro en el juego de la guerra psicológica, la emplea y la seguirá desplegando sin ningún rubor, aplica el axioma maquiavélico de “dividir para reinar”; él sabe que cuenta con el 46% del respaldo en el país, también que buena parte del resto lo adversa, la oposición unida obtuvo el 29%, por eso no descansa ni descansará para seguir dividiendo a la sociedad y por ende a sus oponentes; ya logró que un porcentaje importante de votantes se abstuviera de votar en su contra (25%), sumado a la oposición representan el 54%. Chávez consigue así siempre prevalecer sobre sus adversarios, lo hace intimidando, discriminando, aplica las tácticas del terror político sin ningún escrúpulo, lo hizo en PDVSA con la campaña de discriminación brutal de su servil Ministro contra sus trabajadores, y lo hizo sin inmutarse en los Ministerios y en todos los organismos públicos, aplicó y aplicará la intimidación a través de las infamantes listas Tascón, Maisanta, y también fomentó el miedo entre los votantes que prefirieron abstenerse por reservas con las emblemáticas capta huellas.
Su estrategia ha sido exitosa, en virtud del resultado electoral reciente, ganó en todos los estados del país, ha logrado consolidar su proyecto político denominado como revolucionario, posee una red de militantes políticos envidiable, que moviliza a su antojo, los recursos económicos y logísticos para desplegarla a sus anchas, organización suficiente, apoyo militar, carisma innegable, un verbo encendido con tintes nacionalistas y patrioteros, con un estilo de oratoria hipnotizante, Chávez es dicharachero, arrogante, casi grotesco, emplea un lenguaje coloquial y directo, mantiene ese vínculo afectivo irrompible con sus partidarios y la gente sencilla del pueblo, a través de los medios de comunicación, es percibido casi como una estrella de rock, un artista más popular que cualquier astro del celuloide, es el centro de atención para todos, se emplea eficazmente con una política de comunicación agresiva y ambiciosa que ideo logiza, y difunde toda clase de mensajes subliminales a las masas; creó la televisora Tele sur de señal abierta, modernizó a venezolana de televisión, la dotó de equipos y tecnología de punta, expandió su señal; ha auspiciado nuevas televisoras del estado y múltiples redes de radio emisoras comunitarias, que difunden sus mensajes y le son afectas y agradecidas; creó Petro-América; ha fortalecido y consolidado el sistema de las emblemáticas misiones sociales, que ni la oposición se atreve a cuestionar; en fin, ha desplegado y blindado su proyecto político derrotando en “todos los terrenos” a sus ya extenuados opositores. En verdad Chávez es un “adversario formidable”. Ante un individuo así, capaz de hacer lo que él, pienso honesta y sinceramente, que la oposición en vez de estar cayendo en ese terreno de las inconvenientes mutuas acusaciones, debería estarce es preguntando: ¿Será que la mayoría de la gente como que prefiere a Chávez? ¿A la gente como que le gusta Chávez? ¿Que hacer para vencerlo democráticamente? (Este será el tema del próximo análisis)
¿En la unidad opositora no se han puesto a pensar, que Chávez como que ha ganado desde hace tiempo, que viene ganando y quitándoles terreno poco a poco; y que las razones de su “relativo éxito” no son tan simples; que las causas de su poder político alcanzado y hoy consolidado son diversas y combinadas; han caído en cuenta que lo logrado por él, no se trata únicamente de un “fraude” continuado, sistemáticamente planeado y ejecutado con pasmosa frialdad, que su influencia marcada y decisiva en la sociedad es real, efectiva y directa; que su acción política ha sido desplegada constante y exitosamente, que Chávez es un individuo “trabajador incansable”, un “animal político habilidoso”, dotado de especiales condiciones para la dificilísima actividad política, que los supera en muchas habilidades que ustedes no tienen (los intimida, le temen), o no ejercitan hace rato por omisión, inacción y ostracismo; y que los ha vencido por los sucesivos y recurrentes errores, por su incapacidad manifiesta de articular una contra estrategia, adecuada que implemente también tácticas exitosas que logren vencerlo? Les diré algo más: nadie por extraordinario que sea o pretenda ser es invencible, sólo Dios lo es; pero, “que culpa tiene la estaca si el sapo salta y se ensarta”.
Cualquiera sea el desenlace de este gravísimo dilema que enfrenta la oposición, es evidente que el éxito en política se mide por los resultados, tal y como me aseveraba un veteranísimo dirigente político. A la luz de los resultados obtenidos, debemos comenzar por admitir que el presidente reelecto Hugo Chávez ha logrado un relativo éxito en su ya dilatada actividad política, desplegada desde que irrumpió en la escena política venezolana. No haremos aquí un ejercicio de narración de su historia como dirigente, no es nuestra intención; sin embargo, desde nuestra óptica -tal vez parcializada- haremos un esfuerzo por explicar sin condicionamientos ideológicos, lo que consideramos ha sido la estrategia exitosa de Chávez.
La estrategia principal de Hugo Chávez se sustenta en varios ejes, uno sin duda es un eje estratégico esencialmente político, que descansa en la ideologización y control político de toda la sociedad, previa toma absoluta del foro legislativo nacional por excelencia, como lo es La Asamblea Nacional (que controla absolutamente), para al mismo tiempo ejercer su influencia política y control del resto de los poderes públicos del estado, como el Poder Judicial, el Poder Moral y el Poder Electoral ; igualmente aplica un constante reclutamiento y adoctrinamiento militante, de partidarios políticos, persiguiendo el fortalecimiento disciplinado de su partido (MVR, obtuvo 4.700.000 votos) y el resto de organizaciones que lo respaldan,(Podemos, Patria Para Todos, Partido Comunista de Venezuela, MEP, UPV, y muchos otros) financiándolos sin ningún pudor y sin medida, suministrándoles toda clase de recursos económicos, la indispensable y adecuada logística, previa eliminación del financiamiento legal a los partidos políticos tradicionales de la oposición, facilitando su declive y condenándolos a su disolución por asfixia económica, provocando deliberadamente su disolución, liquidación o neutralización, y de la vieja desacreditada dirigencia política opositora, para pulverizarla, o reducirla,(los ha estigmatizado como los culpables de todos los males del pasado), basándose paralelamente en una efectiva y agresiva táctica de comunicación sistemáticamente repetida, para lincharlos moral y éticamente ante el país, exponiéndolos al escarnio y al desprecio público, mediante mensajes de difusión masiva muy bien estudiados y articulados, campaña publicitaria realizada con los recursos del estado, que ha sido permanentemente ejecutada sin vacilación, es de realización sucesiva.
Un eje estratégico, cívico militar. Desarrollado milimétricamente para desmantelar los antiguos comandos naturales e institucionales de La Fuerza Armada Nacional, y sustituirlos por individualidades incondicionales, adoctrinados en su proyecto revolucionario; garantizándose así el poder de fuego, la fuerza represiva o disuasiva indispensable disponible a su mando incuestionable (es comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional, era ambiguamente también presidente y candidato presidencial), en caso de serle necesario aplicar la represión, ante cualquier intento de insurrección popular, desestabilización, o eventual protesta de la oposición civil; acompañado de la sistemática conformación de milicias mercenarias armadas de sus partidarios incondicionales, integradas por reservistas; guerrillas pro bolivarianas; para militares urbanos, y de grupos de choque al estilo miliciano mercenarios; encarnados en míticas facciones ; algunos civiles empleados de entes públicos, muy violentos agavillados seguidores de convictos y confesos activistas políticos, personajes convertidos en oráculos, que deciden quien es revolucionario y quien contrarrevolucionario, o traidor a la patria (andan armados amenazantes desplazándose en poderosas motos de alta cilindrada, por la vía publica, disponibles para intimidar o agredir a quien decida su líder); y otros de menor renombre, que parecieran operar auspiciados, promovidos y financiados sin ninguna vergüenza por el gobierno, a plena luz y con la presunta complacencia de los órganos del poder público, que inexplicablemente mantienen un silencio cómplice; como el Fiscal General de la República; el defensor del Pueblo y el Contralor General de la República; y presuntamente con la notoria omisión del Tribunal Supremo de Justicia, quienes lucen impotentes, inertes, y parecieran ciegos, sordos y mudos al ignorar esos temas tan delicados, que afectan la paz de la población y amenazan la normalidad democrática, abusos estos, que están a la vista de toda la opinión pública, y ocurren con el asombro de la ciudadanía indefensa e impotente, que ve como estos grupos operan sin ninguna restricción policial o militar de los cuerpos de seguridad del estado. Esto como es obvio, acompañado también de una política de armamentismo muy agresiva, compra y dotación de armas descaradamente para dotar a grupos que no son militares profesionales; importación de fusiles, helicópteros y aviones a Rusia, realizada sin ningún escrúpulo, ni justificación o necesidad; por el contrario, empleada para la guerra psicológica y la difusión del temor, dirigida a la población civil y contra sus adversarios en particular.
Así como un eje estratégico, que denominaremos de sustentación y financiamiento económico, combinado con una táctica legislativa evidente, que le ha permitido controlar todas las divisas extranjeras mediante una ley que restringe la libre compra y circulación de dólares, usándolo como arma política, (como premio y castigo). Dicen que en la política quien controla el poder del dinero tiene la primera opción. Igualmente, Chávez ha logrado reformar la Ley del Banco Central de Venezuela, para permitir que el ente emisor antiguamente impedido por la ley, le otorgué los caudalosos recursos de la renta petrolera directamente, esto supone que el gobierno ha tenido también a su disposición las anteriormente restringidas reservas en dólares del banco Central de Venezuela, mediante una indebida presión que ejerció convenientemente con la aparente displicencia de todos los diputados de La Asamblea Nacional, quienes le han dado sostenimiento, y respaldo legislativo para controlar a su antojo, y sin ningún control o restricción, los multimillonarios recursos económicos que le han posibilitado desplegar todas sus acciones, dirigidas en primer lugar a sostenerse en el poder -ya consumado- y en segundo término, en sus planes confesos de expansión revolucionaria en todo el continente americano, y en los distintos escenarios mundiales en los que interviene abiertamente sin ningún miramiento.
El más delirante de los ejes estratégicos, sería el denominado geopolítico internacional, desarrollado con la tutoría de la internacional comunista, la vieja izquierda internacional y su liderazgo histórico, sus tutores de mayor rango y experiencia , que según confesó él mismo “no estaba muerta sino de parranda” y que vuelve por sus fueros persiguiendo su recuperación, en América Latina. Consiste en primer lugar, en el empleo de las riquezas petroleras venezolanas para contribuir con sus causas e ideales políticos e ideológicos, y combatir contra el “Imperio Norteamericano Capitalista salvaje”; así como en lograr la efectiva expansión de su proyecto revolucionario socialista ya develado (en Bolivia, Ecuador, Uruguay, Argentina, Brasil, Nicaragua ya están posicionados). Es el más ambicioso de los ejes estratégicos, y el cual desarrolla con mayor “frenesí”, ya que el presidente pareciera estar persuadido por la ambición política de expandir su revolución al exterior; inexplicable e injustificable, si consideramos que los problemas internos que agobian a la mayoría de la población venezolana, parecen agravarse. A veces, Chávez luce incapaz en sus posibilidades de resolverlos, quedó en evidencia en la campaña electoral. Existen demasiados problemas internos pendientes por resolver, luego de 8 largos años de gobierno, y con tantos recursos económicos invertidos en el exterior y en propaganda; pareciera excesivo e injustificable su obseción de expansión revolucionaria continental.
Chávez ha sabido fríamente calcular y medir adecuadamente los tiempos, sopesar los riesgos, evaluar los escenarios posibles, ha sido audaz, para determinar apropiadamente las fases en las que ha debido implementar la estrategia, y ejecutar sus tácticas de corte estalinistas leninistas castristas y militaristas. Su estrategia consiste esencialmente en dividir a la sociedad venezolana aplicando tácticas políticas camufladas basadas en el estilo castro comunista, a la vieja usanza de las tácticas estalinistas leninistas aplicadas en la vieja Rusia (fomenta el odio entre los pobres y los ricos valiéndose de las desigualdades), para intentar imponer su proyecto político socialista muy personalista y autocrático, de ser posible por la vía democrática, dándole apariencia legal, pero de ser necesario e indispensable por cualquier otra vía,incluso la del enfrentamiento armado con quienes considera la rancia oligarquía conservadora; cualquiera sea el precio que hubiera que pagar, su lema es prestado, poco original (patria o muerte venceremos). Ha confesado abiertamente sus deseos, nos ha dicho lo que aspira y quiere ejecutar, también nos ha expresado con toda claridad cómo lo hará, o mejor dicho, como pretende hacerlo, qué es lo que aspira hacer a futuro para eternizarse en el poder. Sería por la vía de una reforma constitucional impuesta por su irrita e incondicional Asamblea Nacional monocolor, que consagraría la reelección indefinida (amenaza de la campaña contra la oposición si se retiraba de la contienda) como principio constitucional. “Amanecerá y veremos”, porque “una cosa piensa el burro y otra quien lo arrea”, decían los viejos de la comarca.
Mientras Chávez ha ido ejecutando con pasmosa frialdad su ya develada estrategia mediante sus tácticas taimadas, apoderándose de todo el control del poder del estado para usarlo sin escrúpulos contra la sociedad democrática indefensa; pacientemente ganando terreno conquistando sagazmente a los desposeídos, a los pobres, quienes son mayoría -queramos o no reconocerlo- y también a los ricos oportunistas; asfixiando sistemáticamente a la sociedad democrática, quitándole espacios a la oposición política que ha sido combatida inescrupulosamente mediante todo el poder desmedido del aparato gubernamental ventajista del estado, puesto al servicio de un caudillo y de su proyecto político hegemónico; conculcándonos progresivamente legítimos derechos constitucionales a los ciudadanos; alguna dirigencia “terca y torpe” de la oposición venezolana de nuevo en trámites de divorcio y echándose mutuamente la culpa de la derrota; en vez de tener una actitud adecuada para enfrentarlo, incurre sin proponérselo en el error estratégico de volver a dividirse, cae en la táctica del maniobrero exitoso.
Chávez es un maestro en el juego de la guerra psicológica, la emplea y la seguirá desplegando sin ningún rubor, aplica el axioma maquiavélico de “dividir para reinar”; él sabe que cuenta con el 46% del respaldo en el país, también que buena parte del resto lo adversa, la oposición unida obtuvo el 29%, por eso no descansa ni descansará para seguir dividiendo a la sociedad y por ende a sus oponentes; ya logró que un porcentaje importante de votantes se abstuviera de votar en su contra (25%), sumado a la oposición representan el 54%. Chávez consigue así siempre prevalecer sobre sus adversarios, lo hace intimidando, discriminando, aplica las tácticas del terror político sin ningún escrúpulo, lo hizo en PDVSA con la campaña de discriminación brutal de su servil Ministro contra sus trabajadores, y lo hizo sin inmutarse en los Ministerios y en todos los organismos públicos, aplicó y aplicará la intimidación a través de las infamantes listas Tascón, Maisanta, y también fomentó el miedo entre los votantes que prefirieron abstenerse por reservas con las emblemáticas capta huellas.
Su estrategia ha sido exitosa, en virtud del resultado electoral reciente, ganó en todos los estados del país, ha logrado consolidar su proyecto político denominado como revolucionario, posee una red de militantes políticos envidiable, que moviliza a su antojo, los recursos económicos y logísticos para desplegarla a sus anchas, organización suficiente, apoyo militar, carisma innegable, un verbo encendido con tintes nacionalistas y patrioteros, con un estilo de oratoria hipnotizante, Chávez es dicharachero, arrogante, casi grotesco, emplea un lenguaje coloquial y directo, mantiene ese vínculo afectivo irrompible con sus partidarios y la gente sencilla del pueblo, a través de los medios de comunicación, es percibido casi como una estrella de rock, un artista más popular que cualquier astro del celuloide, es el centro de atención para todos, se emplea eficazmente con una política de comunicación agresiva y ambiciosa que ideo logiza, y difunde toda clase de mensajes subliminales a las masas; creó la televisora Tele sur de señal abierta, modernizó a venezolana de televisión, la dotó de equipos y tecnología de punta, expandió su señal; ha auspiciado nuevas televisoras del estado y múltiples redes de radio emisoras comunitarias, que difunden sus mensajes y le son afectas y agradecidas; creó Petro-América; ha fortalecido y consolidado el sistema de las emblemáticas misiones sociales, que ni la oposición se atreve a cuestionar; en fin, ha desplegado y blindado su proyecto político derrotando en “todos los terrenos” a sus ya extenuados opositores. En verdad Chávez es un “adversario formidable”. Ante un individuo así, capaz de hacer lo que él, pienso honesta y sinceramente, que la oposición en vez de estar cayendo en ese terreno de las inconvenientes mutuas acusaciones, debería estarce es preguntando: ¿Será que la mayoría de la gente como que prefiere a Chávez? ¿A la gente como que le gusta Chávez? ¿Que hacer para vencerlo democráticamente? (Este será el tema del próximo análisis)
¿En la unidad opositora no se han puesto a pensar, que Chávez como que ha ganado desde hace tiempo, que viene ganando y quitándoles terreno poco a poco; y que las razones de su “relativo éxito” no son tan simples; que las causas de su poder político alcanzado y hoy consolidado son diversas y combinadas; han caído en cuenta que lo logrado por él, no se trata únicamente de un “fraude” continuado, sistemáticamente planeado y ejecutado con pasmosa frialdad, que su influencia marcada y decisiva en la sociedad es real, efectiva y directa; que su acción política ha sido desplegada constante y exitosamente, que Chávez es un individuo “trabajador incansable”, un “animal político habilidoso”, dotado de especiales condiciones para la dificilísima actividad política, que los supera en muchas habilidades que ustedes no tienen (los intimida, le temen), o no ejercitan hace rato por omisión, inacción y ostracismo; y que los ha vencido por los sucesivos y recurrentes errores, por su incapacidad manifiesta de articular una contra estrategia, adecuada que implemente también tácticas exitosas que logren vencerlo? Les diré algo más: nadie por extraordinario que sea o pretenda ser es invencible, sólo Dios lo es; pero, “que culpa tiene la estaca si el sapo salta y se ensarta”.
2 comentarios:
Análisis acertado. Un poco tremendista hacia el lado de Chávez, pero lo acepto como “la bofetada” que todos cuantos le oponemos deberíamos propinarnos en este instante. Acuérdate que del lado de la oposición no son mochos, ni tampoco bisoños en la lucha política. Acuérdate que todo tiene una razón de ser. Acuérdate que es fácil liderar cuando se dispone de recursos groseramente descomunales; en ese caso, los errores no se ven y si se ven se omite la critica de los mismos, tanto por tirios como por troyanos. Acuérdate de la aparente condición psicológica - mental de Chávez, según la cual, de ser cierta, no permitiría que ninguna de las tácticas democráticas, además del ejercicio ético de la política, sea inútil para detenerlo. Insisto, las condiciones no son tan estables y favorables como aparentan para Chávez, pudiéramos estar en presencia de un “ídolo de barro”. Tal vez su megalómana insistencia en un “proyecto socialista / comunista” en el ámbito continental, añada el peso necesario para que colapse sobre sus propios pies. Esperamos futuros análisis con tu visión de como combatirlo efectivamente de modo democrático.
Parecen es cojos peleando con un pulpo.Idolo es ídolo, no importa que sea de barro, es quien siempre contesta el teléfono en Miraflores y el que firma con la manita zurda los cheques.Imagínate si él es de barro, los otros como que se volvieron polvo hace tiempo, porque no ven luz.Gran saludo.
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