domingo, septiembre 05, 2010

"Una mirada a América del Sur"(...Pues Venezuela suplantará al capitalismo con el comunismo...")





POR:SIMÓM ALBERTO CONSALVI.




Vale la pena darle una mirada a los países de América del Sur para apreciar mejor lo que sucede en Venezuela, y de cómo se le impone un rumbo que es ajeno a todos los otros. Que fatalmente nos pone y nos pondrá en una situación de inferioridad y dependencia como nación y Estado.

Fijaremos la mirada en Brasil por su proyección, por la proximidad de la elección (octubre 3), y porque el partido de Gobierno está inscrito en las ideas socialistas, sin abandonar el pluralismo, y privilegiando a Brasil como Estado con un destino global.

Dilma Rousseff no había sido candidata a ningún cargo electivo. No sabía lo que era pronunciar un discurso en una esquina, ni darle un beso en la mejilla a un desconocido. Cierto que tuvo experiencia como guerrillera y prisionera política de la dictadura, y como dato interesante, tampoco había militado en el Partido de los Trabajadores.

En pocas palabras, la candidata improbable a la presidencia de Brasil. Improbable porque no tenía ni liderazgo ni proyección partidista.

Quizás tampoco ella abrigó la ambición de ser jefe de Estado. Lula, no obstante, contra la “sabiduría convencional”, pensó que era quien debía sucederlo en el poder.

La había designado jefe de la Casa civil (o ministra de la presidencia), y como burócrata se identificó estrechamente con el Presidente.

Fue clave en el ejercicio de la maquinaria estatal, y, sobre todo, en el desarrollo de los problemas sociales del Gobierno.

El debut de Dilma como candidata fue contradictorio. Dio algunos pasos en falso, hasta que se familiarizó con las exigencias de la campaña. Contó con la cooperación del candidato oposicionista, José Serra, que inició su campaña elogiando a Lula por los resultados del Gobierno, y a veces, era más entusiasta que la propia Dilma. Ahora, a semanas de la elección, nadie duda de quién sucederá a Lula. Una sucesión relativa. Lula estará allí, sin que esto signifique que el poder será una tienda de gignoles.

Rousseff recogerá los frutos de la economía en expansión de Brasil. Los analistas estiman que en poco tiempo, será la quinta mayor economía del mundo. Pero no hay que esperar el futuro, porque la gente votará por el presente. La economía de Brasil es una de las más sólidas y prósperas del mundo. Pero, paralelamente, la lucha contra la pobreza ha sido tan ejemplar como exitosa. 30 millones de pobres ascendieron a la clase media.

Brasil no “cultiva” los pobres, los estimula y les abre caminos para que dejen de serlo.

El PIB crece tan rápido como el de China, 8,9%. Las inversiones extranjeras no tienen destino más preferente. Brasil es el mayor receptor de inversiones extranjeras, seguido por Chile, México, Colombia y Argentina.

La inversión extranjera se estima en 100.000 millones de dólares en 2010 en la región. Las exportaciones brasileñas se encuentran entre las 20 más grandes del mundo. Brasil tiene 200.000 millones de dólares en reservas, garantía de los pagos de los bienes que importa, pero al mismo tiempo signo de solidez.

Como si para lograr grandes metas del desarrollo fuera necesario contar con fuentes propias de energía, la buena fortuna se las dio inesperadamente a Brasil. Las enormes reservas de petróleo submarino descubiertas en los últimos años significarán una referencia energética en el mundo.

Responsablemente, los brasileños han debatido y decidido cómo y en qué prioridades serán invertidos los recursos fiscales producidos por el petróleo. No dejarán nada al azar, ni a la aventura.

Los estudios especializados muestran a Brasil como un país comprometido en la creación de un millón de empleos, en profundizar la lucha contra la pobreza, en mantener un estado financiero equilibrado, en el incremento del comercio y de las inversiones, con una inflación bajo control. La candidata Rousseff está a favor de la disciplina fiscal en Brasil.

Podemos mirar a los otros países de América del Sur: Colombia, Chile, Perú, Surinam. Ecuador, Uruguay, Guyana, Argentina, Paraguay, Bolivia, incluso. Como Brasil, buscan la solidez de sus economías, las inversiones extranjeras, la producción y el comercio. Todos buscan ser más ricos.

Venezuela es el único país suramericano que le ha declarado la guerra al capitalismo. Y el único que apuesta a su destrucción. Mientras el capitalismo exista, sostiene el presidente Hugo Chávez Frías, no será posible conquistar la felicidad.


De modo que combatirá el capitalismo en los más remotos rincones del mundo. ¿Pero, qué hacer con los vecinos de América del Sur? El discurso heroico del Presidente de la República no deja lugar a dudas. No habrá tregua, ni armisticio, ni paz con el capitalismo.

No importa que en esta guerra perdamos la vida, que el país se arruine, que el hambre nos aniquile, que la sed nos mate, que la oscuridad vuelva a reinar como en la Edad de Piedra.


Pues Venezuela suplantará al capitalismo con el comunismo. Triste destino jugar al tonto de la familia.


sconsalvi @el-nacional.com


1 comentario:

Isa dijo...

¡Muy buen post! ¡Muy buenas las caricaturas! Y creo que Brasil está enseñando "a pescar a sus gentes", en lugar de darles dinero, porque este...¡se acaba! Sin embargo, si uno aprende la manera cómo poder salir adelante, entonces podemos decir que...¡sí se puede!
Saludos.