miércoles, marzo 02, 2011

"Dictadores en pánico"




POR:CHARITO ROJAS.


Yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros. Judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados. No queremos odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia las miserias y las matanzas.

Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado, sentimos muy poco.

Más que máquinas necesitamos más humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros.

Ahora mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oírme, les digo: no desesperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano.

El odio pasará y caerán los dictadores, y el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así, mientras el Hombre exista, la libertad no perecerá.

Soldados: No os entreguéis a esos que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir. Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina. Vosotros no sois ganado, no sois máquinas, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo los que no aman odian.

Soldados: No luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. En el capítulo 17 de San Lucas se lee: “El Reino de Dios no está en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos los hombres…” Vosotros los hombres tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre y hermosa y convertirla en una maravillosa aventura.

En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Pero bajo la promesa de esas cosas, las fieras subieron al poder. Pero mintieron; nunca han cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres, sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar al mundo. Para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia.

Luchemos por el mundo de la razón. Un mundo donde la ciencia, el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad. Soldados, en nombre de la democracia, debemos unirnos todos. ¡Miren para arriba! Las nubes se están levantando, el sol está rompiendo. Estamos saliendo de la oscuridad hacia la luz. Estamos llegando a un nuevo mundo donde los hombres se elevarán por encima de su odio y brutalidad. El alma del hombre le ha dado alas y por fin está empezando a volar. Él está volando en el arcoíris – a la luz de la esperanza – en el futuro, ese futuro glorioso que le pertenece a usted, a mí y a todos nosotros. Miren para arriba. ¡Miren para arriba!

Éste es el genial discurso de Charlie Chaplin en su película de 1940, El Gran Dictador. Y nunca ha estado más vigente. Lo comparto con ustedes (gracias a la buena amiga que me lo envió) porque el mundo en estos momentos se sacude de los grandes dictadores. Esos hombres que en nombre de independencia, antiimperialismo y unción divina, se apoderan por décadas de los países y de los seres humanos que lo habitan, haciendo infelices a sus pueblos para disfrutar ellos de la gran felicidad de todos los dictadores: permanecer en el poder a costa de sangre y dolor.

Llegó la hora de la caída de los grandes dictadores: de los que llegaron por golpes de Estado, de los que se han reelegido con un antifaz constitucional, de los que creen que gobiernan en nombre de Dios o de Alá. Pueblos indignados sacaron a los gobernantes de Túnez y de Egipto. Muammar Gaddafi está pronto a sentir el odio que ha levantado en los libios sus 42 años de atropellos. Siguen en la lista Robert Mugabe, de Zimbabwe, con 31 años en el poder; Omar El Bashir, de Sudán, con 22 años en el poder; Teodoro Obiang, de Guinea Ecuatorial, con 32 años en el poder; Yoweri Musereni, de Uganda, con 25 años en el poder; Alí Abdullah Saleh, de Yemen, con 21 años en el poder. Debería estar temblando Aleksander Lukashenko, de Bielorrusia, quien permanece desde hace 17 años en la Presidencia de Bielorrusia (llamada “la última dictadura europea”) y Kim Il Jong, el dictador de Corea del Norte desde hace 17 años. Por no hablar de ese dictador momificado que se llama Fidel Castro, que sigue gobernando a través de su hermano Raúl, después de haber destruido a Cuba durante 50 años continuos.

La revista Foreign Policy, respetada en los ámbitos políticos internacionales, hizo una lista que suma 40 dictadores que gobiernan por medios autocráticos a más de 1.900 millones de habitantes del planeta. En la lista aparecen golpistas, reyes y presidentes de origen electoral pero que han torcido las leyes de sus países para reelegirse a perpetuidad. Y lamentablemente, Venezuela está en esa lista. En el puesto 17.Al mundo le llegó la hora de cambiar esa realidad en que un hombre somete a otros por la fuerza, utilizando las armas y los recursos del Estado que pertenecen a todos. Llegó la hora del pánico para las dictaduras y de la justicia para los pueblos.

Charitorojas2010@hotmail.com
Twitter:@charitorojas



Fuente:http://www.noticierodigital.com/2011/03/dictadores-en-panico/

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