POR:TEODORO PETKOFF.
El martes en la noche, en una más de sus insoportables cadenas de campaña electoral, Chávez decretó homologar todas las becas universitarias desde los 200 bolívares de hoy hasta el nivel de los 400 bolívares que reciben los alumnos de la Universidad Bolivariana.
Prometió, además, atender las exigencias de mejorar y ampliar los comedores universitarios así como el transporte de esas casas de estudio.
En ningún momento se refirió a la huelga de hambre que protagonizan estudiantes universitarios en distintos sitios del país, pero, mire qué casualidad, entre las reivindicaciones reclamadas por los huelguistas, sobresalen esas tres. De modo que las decisiones anunciadas por Chávez no pueden ser separadas de la corajuda iniciativa de los muchachos y muchachas, así como de algunos profesores, que lanzaron la huelga de hambre y que ya han alcanzado un primer resultado concreto.
Aunque no lo reconoció abiertamente, implícitamente Chacumbele debió admitir que enfrenta a un adversario cuya determinación y coraje una vez más le doblaron el brazo. La política antiuniversitaria del régimen ha sufrido un nuevo revés.
Todavía quedan problemas pendientes, entre ellos el nada pequeño de las remuneraciones de profesores y empleados, pero la dramática imagen de los jóvenes que se cosieron los labios indica que estos jóvenes están dispuestos a ir muy lejos en su compromiso con la universidad democrática, autónoma, tolerante y abierta hacia el país que todos amamos. Desde aquí saludamos y respaldamos su valentía y su espíritu de sacrificio.
Por otro lado, Chacumbele insiste en el cerco a las universidades. En ese empeño no ceja, así se vea obligado a hacer concesiones. Sabedor de que entre profesores y alumnos su respaldo es nimio está apelando a enfrentar a una parte de los empleados y obreros de las universidades con sus autoridades rectorales. Así, de pronto grupos de trabajadores “toman” el Consejo Universitario de la UCV el martes pasado, reclamando la satisfacción de sus reivindicaciones.
Deliberadamente se hacen los locos ante la circunstancia de que el problema es precisamente que esas autoridades no pueden atender los compromisos económicos con sus trabajadores porque el gobierno ha congelado desde hace tres años los presupuestos universitarios y no hay plata con la cual atender las reivindicaciones económicas ni de profesores ni de empelados y obreros. El “patrono” de estos trabajadores no es el Consejo Universitario.
El verdadero “patrono” es el gobierno y es a éste a quien hay que reclamarle. La burda tentativa de atacar a las autoridades rectorales, como si estas fueran responsables de las carencias económicas de las universidades, pretende desviar la atención sobre el verdadero responsable. Las universidades no tienen más ingresos que los del presupuesto nacional.
Si el gobierno no cumple con su deber, las universidades no tienen de dónde sacar el dinero que les niega Chacumbele. Lo que plantean los “tomistas” del martes pasado es un truco para dividir la lucha de los universitarios.
Fuente: “Tal Cual”
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1 comentario:
Fausto Masó
El triunfo de Franklin Brito
Algún día le harán un homenaje nacional a Franklin Brito. Su ejemplo cambió la historia. Obstinado hasta la temeridad, en una lucha que no llamaba demasiado la atención los primeros tiempos, realizó la asombrosa hazaña en Venezuela de llegar hasta las últimas consecuencias. Y hasta más allá de ellas, porque ahora cientos de jóvenes también se lanzan a huelgas de hambre y le propinan tres derrotas a Hugo Chávez. Miraflores ha cedido en tres ocasiones a las demandas estudiantiles: archivó la ley de universidades, les concedió beneficios procesales a presos políticos y el propio Presidente prometió en estos días igualar las becas estudiantiles de todas las universidades. Signo de los tiempos, los estudiantes piden que presente esas promesas por escrito, no confían, con razón, en los anuncios presidenciales.
Han sido tres rotundas derrotas para Chávez, a pesar de que los medios oficiales lanzaran una campaña infame contra los huelguistas. No les sirvió de nada la calumnia del famoso cachito que se comía un supuesto huelguista. El país les creyó más a los estudiantes que al oficialismo.
El Gobierno mostró debilidad, no encontró argumentos para enfrentar a los estudiantes. Chávez se asustó; si moría un estudiante los otros no se desanimarían, continuarían en la huelga porque por todo el país otros estudiantes se incorporaban a la huelga, algo que llamó mucho la atención en América Latina.
Al ceder frente a los huelguistas, Chávez gana tiempo, le quita presión a la protesta. Esta vez él no ha colocado el tema en la agenda pública. Además, los estudiantes que dirigían la huelga demostraron sensatez, coraje e inteligencia, sabían el riesgo que corrían sus compañeros, no estaban jugando.
Los estudiantes han derribado gobiernos en América Latina. Ahora en Venezuela presenciamos el nacimiento de un movimiento nacional con líderes frescos. El próximo paso será la alianza entre trabajadores y estudiantes, algo inevitable.
¿Qué pasará si obreros y estudiantes coordinan sus protestas, si mañana los estudiantes marchan en defensa de las reivindicaciones laborales? Venezuela es hoy un polvorín, después de doce años de gobierno chavista los salarios de los empleados públicos y trabajadores de las empresas estatizadas desaparecen ante una brutal inflación, desatada por Jorge Giordani. Cada vez que el Gobierno expropia alguna empresa adquiere un problema sindical; esas empresas dejan de producir, no cuentan con recursos para financiarse, dependen en adelante del presupuesto nacional. La inflación, entonces, acogota al propio Gobierno, víctima de la política económica y de la ceguera ideológica.
Los trabajadores de Sidetur, Pdvsa, las cementeras, las plantas de aluminio, han visto el éxito de los estudiantes, los imitarán. Se aproximan tiempos difíciles para Hugo Chávez. ¡Curioso socialismo enfrentado con los estudiantes y la clase obrera!, pensarán en el resto de América. Desconcertado, Chávez sólo multiplica las cadenas de radio y televisión, provoca así cansancio entre sus seguidores. Los estudiantes lo tienen loco.
El estribillo que usaba el chavismo ahora le encaja perfectamente al Máximo Líder. No sabe qué hacer Chávez con los estudiantes.
Estos jóvenes idealistas no tienen miedo y aparecen por las cuatro esquinas del territorio nacional. Una alianza de estudiantes, trabajadores e intelectuales se perdería de vista. Franklin Brito no murió en vano.
fausto.maso@gmail.com
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