domingo, abril 20, 2014

"Maduro: miente, que algo queda"

 
 
POR:MARTA COLOMINA.
A medida que aumenta la inseguridad, represión contra estudiantes y opositores, escasez de divisas, alimentos, medicinas, agua y hasta bombonas de gas en un país cuyo desgobierno alardea de las mayores reservas petroleras del mundo, Maduro incrementa sus mentiras y pretende ocultar realidad tan estallante a través de la hegemonía mediática oficial, de férrea censura a la radio y TV privadas, y con la carencia de papel, a los medios impresos.

Emulando la práctica goebbelsiana de repetir mil veces una mentira hasta convertirla en una "verdad" aceptada, Maduro y sus huestes pretenden convencernos de que no existe violencia represiva, ni muertes causadas por sus cuerpos de seguridad y los sanguinarios paramilitares financiados por su gobierno, sino que los criminales y violentos son los estudiantes. La historia del preescolar presuntamente incendiado en Chacao con 93 niños adentro, repetida hasta la saciedad por los acólitos rojos, no es tal. El colegio está en remodelación (no hubo, ni hay niños adentro, informa una colega). Tan falsa es la versión, que las imágenes mostradas por Maduro en cadena el lunes 14, no corresponden al preescolar, sino al humo y fuego producido por las bombas lacrimógenas disparadas por la GN en plaza Francia, según prueban videos divulgados con anterioridad. Mienten también al repetir que los estudiantes queman "universidades", al referirse a la Unefa (custodiada por cuerpos de seguridad) fue asaltada y quemada por encapuchados durante la sospechosa y facilitadora ausencia de sus vigilantes. Son sus grupos armados los que han destruido y quemado espacios universitarios y agredido gravemente a los estudiantes. Otra de las mentiras rocambolescas de Maduro es la de que habrían "talado 5 mil árboles par ser utilizados en barricadas y guarimbas". Varios biólogos consultados (EU-02-04-2014) dudan de la tala: "si se colocaran 5 mil árboles en fila con una separación de 20 metros cada uno, se cubriría una recta de unos 100 kms, equivalente a ir de Caricuao a Petare cuatro veces". La Red de Organizaciones Ambientales de Venezuela publicó un comunicado rechazando el "uso político-partidista que el Gobierno le ha dado al tema ambiental". El mismo tratamiento carente de credibilidad han recibido las cifras oficiales dadas por el INE sobre desempleo, pobreza y otros.

Pero donde las mentiras oficiales batieron récord fue en la carta suscrita por Maduro y remitida al The New York Times (TNYT), con el fin de frenar las crecientes críticas contra su gobierno emitidas por políticos y medios de EEUU. Maduro dice haber "construido un movimiento democrático y participativo que ha asegurado que tanto el poder y los recursos sean distribuidos de manera equitativa a nuestro pueblo". Este "cuento" fue creído en el exterior cuando Chávez era visto como un Robin Hood que robaba a los ricos, para dárselo a los pobres, aunque la verdad verdadera es que de la gigantesca corrupción surgieron los "boliburgueses" que saquearon las reservas internacionales y bienes públicos, que nos condujeron a la ruina y escasez actuales. Con la última devaluación el salario mínimo apenas llega a $60, y no alcanza ni para la 5ª parte de la canasta alimentaria. Maduro toma cifras de la ONU y del BM de 2007 -en el que disminuyó la pobreza- inventa otras y omite informes recientes del PNUD, en los que el país incumple las metas del Milenio. El FMI y el BM prevén que Venezuela tendrá el peor desempeño económico de la región en 2014, año que, a pesar de la bonanza petrolera, está financiando el gasto con devaluación.

Dice Maduro al TNYT que "hemos creado emblemáticos (... ) programas de salud accesibles a todos los habitantes de nuestro país". Veamos titulares que lo desmienten: "Cadivi redujo en 21.3% la asignación de divisas al sector salud"; "hay más de 4 mil pacientes que esperan por una intervención quirúrgica" (en el JM de Los Ríos 650 niños con cardiopatías esperan cirugía); "93.204 enfermos no reciben tratamiento por falta de medicinas"; "están agotadas más de 140 medicinas básicas usadas en hospitales y clínicas, entre ellas las de tratar tumores": "cerca de 150 mil venezolanos fueron afectados por epidemias por falta de controles sanitarios". Todo eso ocurre mientras el gobierno está gastando más de $500 millones en perdigones y lacrimógenas para reprimir y asesinar a los estudiantes; dilapidó $300 millones en aviones para uso del régimen de los Castro; sigue regalando a Cuba 120 mil barriles diarios de crudo y unos $12 mil millones año.

Este "diálogo" lleno de embustes en carta de Maduro al TNYT continuará la próxima semana con delirios tales como "creo profundamente en el derecho de asociación y en la protesta pacífica". Y ahora una de vaqueros.

mcolomina@gmail.com

Fuente: http://www.eluniversal.com/opinion/140420/maduro-miente-que-algo-queda

2 comentarios:

Anónimo dijo...


El derecho de rebelión: natural, histórico y constitucional



Llámase “derecho natural” el que se deriva de nuestra naturaleza humana, siendo por consiguiente universal, anterior y superior al ordenamiento jurídico. Es culturalmente una creación de la doctrina cristiana y un valor fundamental de la civilización occidental.



Llámase “derecho histórico” al que se han dado los pueblos como fundamento de su independencia, soberanía o autonomía al proclamarla y luego lo han incorporado como valor supremo de la Nación. Es, por consiguiente, un derecho preconstitucional y también supra-constitucional.

Llámase “derecho de rebelión” al que tienen los pueblos contra el invasor extranjero como también contra los gobernantes de origen ilegítimo (no democrático) o que teniendo origen legítimo (democrático) han devenido en ilegítimos durante su ejercicio. Este derecho autoriza la desobediencia civil y el uso de la fuerza con el fin de derrocarlos.

¿Además del “derecho natural” de rebelión que tenemos todos, según la doctrina cristiana, es también en Venezuela un “derecho histórico”? Indudablemente lo es. Venezuela nace, como país independiente y soberano, con una rebelión. La rebelión se produjo el 19 de abril de 1810. Fue una rebelión civil, con apoyo militar, que tomó forma jurídica el 5 de julio de 1811 con estas palabras recogidas en el acta: “los derechos que tiene todo país conquistado para recuperar su estado de propiedad e independencia.” Los sucesos de 1810-1811 crearon el derecho histórico de rebelión contra la invasión, ocupación o dominio del extranjero. Su categoría de derecho natural e histórico de los venezolanos está expresada en la cinta izquierda del escudo nacional. El derecho de rebelión para recuperar la independencia es, pues, preconstitucional (porque precede a la primera Constitución de 1.811). Luego la rebelión cívico-militar de 1830 (encabezada por Páez), que rompió con Colombia y creó la República de Venezuela, le dio valor supraconstitucional a este derecho, cuando está en juego la soberanía.

La cinta derecha del escudo nacional enaltece a la rebelión cívico-militar de los federalistas quedando así reconocida para siempre la rebelión como un “derecho histórico” de los venezolanos, preconstitucional y supraconstitucional. En el propio escudo nacional tenemos a la rebelión como derecho y deber. Ya no sólo contra la ocupación extranjera y para recuperar la independencia, sino también contra las formas de Estado y de gobierno que no respondan a la voluntad popular. Así, pues, cuando honramos el escudo, estamos honrando a la rebelión como un derecho histórico.

Desde 1958 celebramos el 23 de enero como la victoria de la rebelión cívico-militar contra la dictadura. Es una ratificación de la rebelión como un “derecho histórico” de los venezolanos. Ya no sólo contra el extranjero y contra el desconocimiento de la voluntad popular, sino además contra la tiranía, ilegítima por su origen fraudulento o ilegítima por su violación de la Constitución y de los derechos humanos, como por su perpetuación mediante el subterfugio de la reelección indefinida, negación del principio republicano por excelencia que es la alternancia en el poder.

Anónimo dijo...



El derecho de rebelión: natural, histórico y constitucional
Dr.PITIT DA COSTA
Desde 1999 el gobierno celebra el 4 de febrero, día de la fallida rebelión militar de 1992. No fue contra el invasor extranjero, que no lo había. No fue contra el modelo de Estado y forma de gobierno, ya que por el contrario se había iniciado el regreso al Estado Federal con la elección de los gobernadores. No fue contra la tiranía, porque el origen del gobierno no fue un fraude electoral ni en su desempeño violó la Constitución y los derechos humanos. Se invocó otro motivo: corrupción y mal gobierno.

Tenemos, pues, que el derecho natural e histórico de rebelión, pre y supraconstitucional, ya estaba justificado antes de la Constitución de 1999 por estos motivos y bajo estas circunstancias: 1) Para recuperar la independencia y soberanía cuando el país esté bajo el dominio de una potencia extranjera (1810-1811) y, más aún, cuando la misma pretenda la fusión o integración en un solo Estado (1830); 2) Para recuperar el sistema republicano, cuya negación es la reelección indefinida (el texto original sólo permitía la reelección inmediata por una sola vez, lo cual ya contradecía la tradición constitucional de no-reelección inmediata) y la centralización del poder, negación del Estado Federal (1859); 3) Para recuperar la libertad y la democracia cuando se trate de una tiranía, sea por su origen ilegítimo (fraude electoral o calidad de inelegible) o sea por la violación de la Constitución o de los derechos humanos(1958); y, 4) Para que rija el bien común cuando el gobierno es ineficiente y corrupto, máxime si ha arruinado al país y empobrecido al pueblo (1992).

En base a estos cuatro supuestos del derecho natural e histórico de rebelión es que debemos interpretar su consagración como derecho constitucional en el Art. 350 de la Constitución con estas palabras: “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos.”