Este es un artículo, basado en la obra del reverendo sacerdote católico José Francisco Corta (1.962) titulada “Frente al Comunismo Ateo”, realizo en parte una reseña contextual con nuestro particular aporte personal. Si encuentran alguna similitud con la actual circunstancia vivida en Venezuela, confieso sinceramente que no es una mera casualidad.
Sostenía el reverendo Corta: “Si el Comunismo es “peste”, “falsa redención”, “veneno” y “duro yugo”, como dicen los Sumos Pontífices, ¿Por qué avanza tanto?, ¿cuál es el secreto de su éxito? ”. He aquí varias razones, que consideramos esenciales para respondernos:
En virtud de que el Comunismo es una escuela prodigiosa de arribismo, y hay muchos degenerados que quieren subir muy alto, sin importar los medios. Para un grupo de seres ambiciosos y resentidos, frustrados en sus ideales de poder por otros medios, el Comunismo les resulta una carrera muy provechosa. De ahí “el frenesí” de no pocos inescrupulosos “revolucionarios” por transitar esa vía. Igualmente, en su gran mayoría, ellos no poseen caracteres comunes, sino que son seres normalmente muy curtidos en las dificultades de la vida, usan sus mejores talentos para trabajar en el avance de la revolución. Tan expandido mecanismo de propaganda y agitación no podría desplegarse, si no estuvieran conduciéndolos “líderes” muy bien dotados y espectacularmente ambiciosos.
El éxito, por medio de la venganza y aplastamiento de algunos explotadores del pueblo, le brindan grandes posibilidades a la revolución comunista. El odio fomentado con gran despliegue de audacia es cómo un fuego encendido junto a gasolina, que puede auspiciar enormes explosiones sociales. Varias de las ejecuciones a inocentes indefensos, llevadas a cabo por fanáticos adoctrinados y enfurecidos, practicadas en distintas partes del mundo en revueltas sociales, dirigidas por comunistas, han provenido de provocar artificialmente las iras populares. La humanidad ha sido testigo de esas absurdas venganzas populares encausadas por sus líderes, que tienen un poderoso impacto en las muchedumbres, que son usadas como instrumento de lucha. Es mil veces más sencillo empujar a las masas enardecidas al bandidaje, el saqueo, al despojo de los acaudalados, es simple alentar el odio hacia la denominada oligarquía, provocar reacciones de venganza hacia los etiquetados como explotadores, el odio hacia los capitalistas. La tesis del paredón petrifica de temor a los inocentes y exalta las bajas pasiones de los manipulados desposeídos, las masas que son presa de los mensajes de sus líderes benefactores, quienes han venido a salvarlos de tantas injusticias. Definitivamente el empleo del terror es sin duda la principal arma de lucha que emplean los comunistas para conquistar adeptos y fanáticos seguidores.
El espejismo de algunos éxitos rojos en la ciencia, economía y tecnología bélica ha conmovido la fe de no pocos intelectuales. El poderío militar, los proyectiles continentales, las bombas atómicas, el haber llegado a ser superpotencias, son éxitos que tienen perfecta explicación en la grandeza material de imperios como el Soviético (ya caído), como China, y Corea del Norte. Rusia hoy día continúa agazapada, y discretamente sigue ejerciendo su maléfica influencia entre los pueblos democráticos, sin disimularlo, negociando toda clase de armamento bélico que fomentan las guerras fraticidas entre los pueblos.
Las luminosas ofertas que encandilan, y que realizan los comunistas para conquistar y reclutar ingenuos adeptos. Su Santidad el Papa Pío XI, exclama como causa del despliegue comunista: “Es a base de engaño como triunfan”. Para captar la atención popular, se infiltran en todas partes, en los gremios, en los sindicatos, se relacionan con los obreros (el proletariado), los campesinos, los estudiantes, los profesores universitarios, los maestros, los militares, los profesionales, los artistas, los comerciantes; llegando a adquirir un perfecto conocimiento de lo que el pueblo percibe, desea, y a lo que aspira. En un primer momento, durante la etapa de captación, fingen preocuparse por sus intereses, por eliminar los atropellos ciertos, producidos por los explotadores, ofrecen erradicarlos y obtener una justa repartición de las riquezas. Se apersonan como los salvadores, los Mesías del pueblo. Auspician y fomentan deliberadamente los conflictos laborales, aupando el anti norteamericanismo, atizando el anticapitalismo y el antiimperialismo, verdadera razón –de acuerdo a ellos- de todas la calamidades; propician hasta el paroxismo el odio contra los ricos. Consiguen varios éxitos y reivindicaciones para el pueblo. En consecuencia, obtienen prestigio, fama de que trabajan sinceramente por el beneficio colectivo.
“Una vez que ellos han llegado a conquistar el sentimiento popular, pueden enderezar al pueblo hacia metas las más espantables. En momentos de desesperación, hábilmente provocados por los mismos comunistas, los pueblos exasperados se hacen aliados aun del mismo diablo. El Comunismo no trata de resolver los problemas obreros, pero sí de aprovecharse del malestar social para enrumbar al pueblo a la revolución” (José Francisco Corta). Y según atinada reflexión de Maquiavelo, “los hombres son tan simples y tan débiles, que el que quiera, encuentra fácilmente cándidos”. Decía muy bien Monseñor Ancel: “No nos hagamos ilusiones. La mayor parte de las personas, no admiten una teoría porque sea verdadera, sino porque les agrada. Es una miseria humana, pero es casi universal”. Las masas, sacudidas por expertos agitadores, no temen en arrojarse a los abismos de degradación en períodos de crisis, hambre, huelgas y miseria. Los comunistas conocen muy bien la técnica de las promesas deslumbradoras, que no van a cumplir.
Las multitudes se encuentran muy propensas a caer en la trampa de la ideología comunista por la proliferación de la pobreza, de su miserable estado de abandono, en la que han caído, como consecuencia del fracaso de muchos regímenes de inspiración aparentemente liberal, por la aplicación de políticas económicas inhumanas, que han fracasado al no llenar las inmensas expectativas que generaron entre densos sectores de la población paupérrimos, desencantados, y olvidados a su suerte, por políticos y líderes demagogos, inmorales, corruptos seudo democráticos, que prefirieron aplicar políticas macroeconómicas neoliberales, explosivas y hambreadoras, siguiendo al pie de la letra las reglas capitalistas del mercado, sacrificando a sus pueblos a las más espantosas privaciones, y convirtiéndolos en caldo de cultivo para que dirigentes comunistas disfrazados de demócratas, muy populistas, aún peores que aquellos, los conviertan en objetos de sus ambiciones, entrampándolos con el odio comunista, para usarlos a favor de la expansión y despliegue de sus proyectos políticos. Decía Pío XI al respecto: “No hay que maravillarse de que en un mundo tan hondamente descristianizado se desborde el error comunista”. En un medio tan descristianizado, los comunistas obtienen con mayor facilidad cualquier clase de connivencia cómplice de individuos proclives al delito; sus importantes logros son causa fundamentalmente de serias traiciones, fraguadas por sujetos deshumanizados, que no se sonrojan cuando les toca venderse al mejor postor, quienes son presas fáciles en razón de su codicia o por su cobardía.
La publicidad sagaz y habilidosa es otro de los eficaces mecanismos de adoctrinamiento, ideologización y reclutamiento comunista. Esta propaganda es inescrupulosamente mal intencionada; obstinadamente pertinaz, despiadadamente permanente, interminable, y arteramente optimista. El Papa Pío XI la calificó así: “Propaganda verdaderamente diabólica, cual el mundo tal vez jamás ha conocido”, “propaganda dirigida desde un solo centro”; “adaptada habilísimamente a las condiciones de los diversos pueblos”; “que dispone de grandes medios económicos, de gigantescas organizaciones, de congresos internacionales, de innumerables fuerzas bien adiestradas”; “que penetra poco a poco en todos los medios aun en las poblaciones más sanas”.
La silenciosa pero artera conspiración internacional, realizada por buena parte de la prensa mundial no católica, otorga, facilita y permite una importante contribución al Comunismo internacional; porque hace silencio cómplice de sus planes y atrocidades. Su santidad El Papa Pío XI sostenía que esa conspiración del silencio “está apoyada por varias fuerzas ocultas, que desde hace tiempo tratan de destruir el orden social cristiano".
En Venezuela pareciera estarce desarrollando progresivamente un plan milimétricamente fraguado, nos lo presentan edulcorado como socialismo del siglo 21, pero que sistemáticamente siembra el odio entre las clases sociales y fomenta la división entre los venezolanos para implementarnos un sistema de corte realmente comunista por etapas, por fases, previa inoculación peligrosísima del mortal y diabólico virus del odio entre hermanos de un mismo pueblo; pareciera que estuviéramos entrampados por el odio comunista, y siendo víctimas de un gran engaño. Estamos entrampados por el odio táctico comunista, que sólo le beneficia al "instigador".
Sostenía el reverendo Corta: “Si el Comunismo es “peste”, “falsa redención”, “veneno” y “duro yugo”, como dicen los Sumos Pontífices, ¿Por qué avanza tanto?, ¿cuál es el secreto de su éxito? ”. He aquí varias razones, que consideramos esenciales para respondernos:
En virtud de que el Comunismo es una escuela prodigiosa de arribismo, y hay muchos degenerados que quieren subir muy alto, sin importar los medios. Para un grupo de seres ambiciosos y resentidos, frustrados en sus ideales de poder por otros medios, el Comunismo les resulta una carrera muy provechosa. De ahí “el frenesí” de no pocos inescrupulosos “revolucionarios” por transitar esa vía. Igualmente, en su gran mayoría, ellos no poseen caracteres comunes, sino que son seres normalmente muy curtidos en las dificultades de la vida, usan sus mejores talentos para trabajar en el avance de la revolución. Tan expandido mecanismo de propaganda y agitación no podría desplegarse, si no estuvieran conduciéndolos “líderes” muy bien dotados y espectacularmente ambiciosos.
El éxito, por medio de la venganza y aplastamiento de algunos explotadores del pueblo, le brindan grandes posibilidades a la revolución comunista. El odio fomentado con gran despliegue de audacia es cómo un fuego encendido junto a gasolina, que puede auspiciar enormes explosiones sociales. Varias de las ejecuciones a inocentes indefensos, llevadas a cabo por fanáticos adoctrinados y enfurecidos, practicadas en distintas partes del mundo en revueltas sociales, dirigidas por comunistas, han provenido de provocar artificialmente las iras populares. La humanidad ha sido testigo de esas absurdas venganzas populares encausadas por sus líderes, que tienen un poderoso impacto en las muchedumbres, que son usadas como instrumento de lucha. Es mil veces más sencillo empujar a las masas enardecidas al bandidaje, el saqueo, al despojo de los acaudalados, es simple alentar el odio hacia la denominada oligarquía, provocar reacciones de venganza hacia los etiquetados como explotadores, el odio hacia los capitalistas. La tesis del paredón petrifica de temor a los inocentes y exalta las bajas pasiones de los manipulados desposeídos, las masas que son presa de los mensajes de sus líderes benefactores, quienes han venido a salvarlos de tantas injusticias. Definitivamente el empleo del terror es sin duda la principal arma de lucha que emplean los comunistas para conquistar adeptos y fanáticos seguidores.
El espejismo de algunos éxitos rojos en la ciencia, economía y tecnología bélica ha conmovido la fe de no pocos intelectuales. El poderío militar, los proyectiles continentales, las bombas atómicas, el haber llegado a ser superpotencias, son éxitos que tienen perfecta explicación en la grandeza material de imperios como el Soviético (ya caído), como China, y Corea del Norte. Rusia hoy día continúa agazapada, y discretamente sigue ejerciendo su maléfica influencia entre los pueblos democráticos, sin disimularlo, negociando toda clase de armamento bélico que fomentan las guerras fraticidas entre los pueblos.
Las luminosas ofertas que encandilan, y que realizan los comunistas para conquistar y reclutar ingenuos adeptos. Su Santidad el Papa Pío XI, exclama como causa del despliegue comunista: “Es a base de engaño como triunfan”. Para captar la atención popular, se infiltran en todas partes, en los gremios, en los sindicatos, se relacionan con los obreros (el proletariado), los campesinos, los estudiantes, los profesores universitarios, los maestros, los militares, los profesionales, los artistas, los comerciantes; llegando a adquirir un perfecto conocimiento de lo que el pueblo percibe, desea, y a lo que aspira. En un primer momento, durante la etapa de captación, fingen preocuparse por sus intereses, por eliminar los atropellos ciertos, producidos por los explotadores, ofrecen erradicarlos y obtener una justa repartición de las riquezas. Se apersonan como los salvadores, los Mesías del pueblo. Auspician y fomentan deliberadamente los conflictos laborales, aupando el anti norteamericanismo, atizando el anticapitalismo y el antiimperialismo, verdadera razón –de acuerdo a ellos- de todas la calamidades; propician hasta el paroxismo el odio contra los ricos. Consiguen varios éxitos y reivindicaciones para el pueblo. En consecuencia, obtienen prestigio, fama de que trabajan sinceramente por el beneficio colectivo.
“Una vez que ellos han llegado a conquistar el sentimiento popular, pueden enderezar al pueblo hacia metas las más espantables. En momentos de desesperación, hábilmente provocados por los mismos comunistas, los pueblos exasperados se hacen aliados aun del mismo diablo. El Comunismo no trata de resolver los problemas obreros, pero sí de aprovecharse del malestar social para enrumbar al pueblo a la revolución” (José Francisco Corta). Y según atinada reflexión de Maquiavelo, “los hombres son tan simples y tan débiles, que el que quiera, encuentra fácilmente cándidos”. Decía muy bien Monseñor Ancel: “No nos hagamos ilusiones. La mayor parte de las personas, no admiten una teoría porque sea verdadera, sino porque les agrada. Es una miseria humana, pero es casi universal”. Las masas, sacudidas por expertos agitadores, no temen en arrojarse a los abismos de degradación en períodos de crisis, hambre, huelgas y miseria. Los comunistas conocen muy bien la técnica de las promesas deslumbradoras, que no van a cumplir.
Las multitudes se encuentran muy propensas a caer en la trampa de la ideología comunista por la proliferación de la pobreza, de su miserable estado de abandono, en la que han caído, como consecuencia del fracaso de muchos regímenes de inspiración aparentemente liberal, por la aplicación de políticas económicas inhumanas, que han fracasado al no llenar las inmensas expectativas que generaron entre densos sectores de la población paupérrimos, desencantados, y olvidados a su suerte, por políticos y líderes demagogos, inmorales, corruptos seudo democráticos, que prefirieron aplicar políticas macroeconómicas neoliberales, explosivas y hambreadoras, siguiendo al pie de la letra las reglas capitalistas del mercado, sacrificando a sus pueblos a las más espantosas privaciones, y convirtiéndolos en caldo de cultivo para que dirigentes comunistas disfrazados de demócratas, muy populistas, aún peores que aquellos, los conviertan en objetos de sus ambiciones, entrampándolos con el odio comunista, para usarlos a favor de la expansión y despliegue de sus proyectos políticos. Decía Pío XI al respecto: “No hay que maravillarse de que en un mundo tan hondamente descristianizado se desborde el error comunista”. En un medio tan descristianizado, los comunistas obtienen con mayor facilidad cualquier clase de connivencia cómplice de individuos proclives al delito; sus importantes logros son causa fundamentalmente de serias traiciones, fraguadas por sujetos deshumanizados, que no se sonrojan cuando les toca venderse al mejor postor, quienes son presas fáciles en razón de su codicia o por su cobardía.
La publicidad sagaz y habilidosa es otro de los eficaces mecanismos de adoctrinamiento, ideologización y reclutamiento comunista. Esta propaganda es inescrupulosamente mal intencionada; obstinadamente pertinaz, despiadadamente permanente, interminable, y arteramente optimista. El Papa Pío XI la calificó así: “Propaganda verdaderamente diabólica, cual el mundo tal vez jamás ha conocido”, “propaganda dirigida desde un solo centro”; “adaptada habilísimamente a las condiciones de los diversos pueblos”; “que dispone de grandes medios económicos, de gigantescas organizaciones, de congresos internacionales, de innumerables fuerzas bien adiestradas”; “que penetra poco a poco en todos los medios aun en las poblaciones más sanas”.
La silenciosa pero artera conspiración internacional, realizada por buena parte de la prensa mundial no católica, otorga, facilita y permite una importante contribución al Comunismo internacional; porque hace silencio cómplice de sus planes y atrocidades. Su santidad El Papa Pío XI sostenía que esa conspiración del silencio “está apoyada por varias fuerzas ocultas, que desde hace tiempo tratan de destruir el orden social cristiano".
En Venezuela pareciera estarce desarrollando progresivamente un plan milimétricamente fraguado, nos lo presentan edulcorado como socialismo del siglo 21, pero que sistemáticamente siembra el odio entre las clases sociales y fomenta la división entre los venezolanos para implementarnos un sistema de corte realmente comunista por etapas, por fases, previa inoculación peligrosísima del mortal y diabólico virus del odio entre hermanos de un mismo pueblo; pareciera que estuviéramos entrampados por el odio comunista, y siendo víctimas de un gran engaño. Estamos entrampados por el odio táctico comunista, que sólo le beneficia al "instigador".
5 comentarios:
Excelente Vulcano. Demoledor y terrorífico cuadro, muy a propósito del anuncio del partido socialista único. Comparando el estado de la republica con el cuerpo humano, el sistema inmune de la nación esta debilitado. Los anticuerpos democráticos, creados y reforzados por cuarenta años, son el factor que aun les obliga ( a esos pertenecientes a la “internacional del odio”) a inocular el veneno en fases. Se me asemeja esta locura, a la que en otras circunstancias y contexto histórico, ocurrió en la Alemania nazi. En el fondo, espero que la grandeza que anida en el corazón de cada venezolano, no permitirá que el horror se instale en nuestra amada patria.
Elijah ¿Anticuerpos democráticos insinuas?.
El Padre José Francisco Corta propuso en su obra "Frente al Comunismo Ateo" una solución más eficaz, nos dejó este testimonio invalorable para la lucha, que no dudo en recomendar leer a todos quienes desean combatir a la amenaza Comunista en todo el mundo:
"La única solución integral al problema comunista es: Un cristianismo integral con justicia social, como remedio de la miseria económica; con organización económica mundial; con religión y ascesis más severa.Por eso es esencial:
1)Necesidad de la religión. Los ricos egoístas, cuando vean venir al Comunismo, ordinariamente, o se escaparán a otros países para seguir gozando de sus riquezas, o ayudarán a los satélites rojos por miedo y cobardía para que no sean molestados; posición esta última completamente ilusoria, porque no lo lograrán. Un rico egoista tiene demasiado lastre que perder; difícilmente se aprestará a la lucha. Cuando sea despojado de todo, entonces si puede llegar a ser un elemento valiosísimo, si al mismo tiempo se penetra de espíritu cristiano.
El estado actual del mundo es un reto a la justicia, porque mantiene a millones de personas en situación infrahumana. Pero la justicia social no se realizará de modo permanente sin la base de la religión. ¿De que sirve una doctrina social perfecta, si no se lleva a la práctica? Sin reforma interior del hombre, como la practica del Cristianismo, no se querrá cumplir la doctrina social. Para imponer la justicia permanentemente, es preciso exigir grandes sacrificios a los ricos y a los pobres, a los civiles y a los eclesiáticos. Sin una ascesis severa, como la que enseña el Cristianismo, no se harían esos sacrificios.
2)Necesidad de criterios fijos. Nada de compromisos con el Comunismo.Quien analiza el marxismo leninista a la luz de la razón y de la teología, se persuade de la prudencia de la Iglesia, al declararlo como sistema intrínsecamente perverso. No podía ser de otro modo. Según esto, la más eficaz forma de vencerlo es la obediencia absoluta a la Iglesia.
A los ingenuos (que no faltan), hay que recordarles que el Comunismo es idéntico en todas partes, rabiosamente antirreligioso; aunque tome a veces tácticas despistantes. Para hacer la revolución marxista-leninista, hay que atropellar los principios de la justicia y de la razón y la moral de la Iglesia, esto es evidente.
No es posible aceptar compromisos y colaboración con un feroz adversario, que está freneticamente empeñado en su triunfo a todo evento y en el odio al catolicismo.Nada de transigencias con el Comunismo. Creer en la solución contraria es crreer poder apaciguar a lo que no es susceptible de apaciguamiento.
La táctica comunista normalmente consiste en llevar a los católicos al diálogo en un terreno extra religioso para derrotarlos allí. Es una táctica peligrosísima. Por lo tanto, la idea diretriz en la defensa católica debe ser: recusar absolutamente el dejarse llevar a un terreno, en donde la batalla está ya perdida de antemano. Hasta que los perseguidores no hayan encontrado la excusa que deseaban, no comenzarán la batalla.
Primero quieren el dialogo, luego la dialéctica, el círculo de estudios y las mesas redondas (o cuadradas). Más tarde se pasará de la dialéctica a la división, y de la división a... caualquier cosa.
En territorios dominados por los rojos, esta táctica les ha dado avances insospechados y traiciones muy valiosas. Comenzar y continuar el dialogo es prenuncio de catástrofe. No colaborar con ellos en frentes peligrosos es consejo muy sabio.No ser demasiado imprudentes. Siempre conviene el asesoramiento oportuno, ir despacio y con mucha cautela, tomando las medidas preventivas.
3) La gran fuerza insobornable es la conciencia cristiana.
Ninguna ideología, ningún sistema, ninguna fuerza humana, tiene en sí misma vigor tan grande para oponerse eficazmente a la expansión de la idea comunista. Unicamente la verdad cristiana puede vencerla definitivamente. Fundar nuestras esperanzas sobre otras bases, es para nosotros, cristianos, una deserción y una traición.
La única fuerza verdaderamente intransigente e insobornable es la consciencia católica, asistida por la gracia de Dios.Todas las demás barreras humanas, levantadas contra el Comunismo (respeto a la persona humana, libertad, democracia, propiedad, etc...) pueden, dado el momento, claudicar y sucumbir ante la fuerza diabólica del marxismo. La única fuerza capaz de resistir a la fiera roja es la fe cristiana.
Se puede con todo énfasis que a mayor intensidad de vida religiosa del pueblo, la fuerza de resistencia contra el Comunismo es también mayor. De donde se deduce que por aquí es donde hay que comenzar la lucha contra el marxismo, afianzando primero la vida religiosa del pueblo.
El Doctor Federico Schwartz expresaba admirablemente este mismo pensamiento: "La tragedia de nuestro acercamiento al peligro comunista en el mundo, consiste en que pretendemos vencerlo por un medio casi enteramente materialista". Este error, muy frecuente entre políticos, es funestísimo. Una resistencia materialista contra el Comunismo podrá suscitar Numancias, o Nurembergs, o suicidios hitlerianos, o batallones de muerte, que a su vez sembrarán odios seculares, pero no traerán la paz cristiana y duradera.
5) Necesidad del influjo de la Iglesia.Por lo dicho se puede colegir la necesidad de esta fuerza decisiva. Si un pueblo o una nación quiere combatir eficazmente al Comunismo, debe asociarse con la Iglesia, fortalecerla y acrecentarla, y verá enseguida los grandes prodigios de la gracia y de heroísmo en los ciudadanos. Este pueblo no morirá.
Si los dirigentes de las naciones se persuadiesen del inmenso poder moralizador del mesnaje de Cristo nuestro Señor Jesús, de su Iglesia, y de la irresistible mística que Ella sabe infundir en los momentos más decisivos y heroícos de la vida ciudadana, no dudarían en ayudarla. La unión de la Iglesia con los ciudadanos podría traer efectos de alcances insospechados.En la medida en que la Iglesia actue en nuestro medio unida a las causas legítimas de los pueblos, en la defensa de sus derechos junto a los ciudadanos practicantes del cristianismo, será imposible la instauración del comunismo totalitario.
6) Necesidad de la oración y penitencia. "El mal que hoy atormenta a la humanidad -decía PíoXI- tampoco podrá ser vencido, si no se acude a una santa e insistente cruzada universal de oración y penitencia. esta especie de demonios no puede ser lanzada sino por la oración y el ayuno".El militante cristiano funda su esperanza principalmente en Dios; por eso necesita orar, necesita pedir a Dios el auxilio que le falta, necesita rogar a Dios con más intensidad y sinceridad por sí mismo, para ponerse en humildad y confianza bajo la protección divina.
Los ateos no crreen en la eficacia de la oración; para ellos, la oración no es más que una sacrílega pérdida de tiempo.
Hay que activar la vida espiritual de cada uno por medio de la frecuencia de los sacramentos, fuentes de gracias muy necesarias, y reavivar la vida espiritual del pueblo cristiano con oración en común para implorar misericordia, fuerza y luz. Hay que avivar la fe de nuestros criatianos demasiado formalista, y externa. La piedad activa y personal es hoy más necesaria que nunca. "Quien no vive verdadera y sinceramente según la fe que profesa -nos amonesta Pío XI-, no podrá sostenerse mucho tiempo, hoy que tan fuertemente sopla el viento de la lucha y de la persecusión, sino que se ahogará miserablemente en este nuevo diluvio que amenaza al mundo"
La penitencia es el complemento necesario de la oración. Para los sacerdotes, la penitencia se concreta en una vida voluntariamente más pobre, en un nivel de vida, alimentación, vestido, alojamiento conforme con el pueblo con el cual viven.Los que han sabido desprenderse a tiempo de lo superfluo, un día comprenderán la eficacia de la pobreza evangélica.
"Un sacerdote verdadera y evangélicamente pobre y desinteresado hace milagros de bien en medio del pueblo,como un Don Bosco,un San Vicente de Paul, un cura de Ars, un Cottolengo, y tantos otros"
El Comunismo no resistiría mucho tiempo en una cristiandad, en la que el Sermón de la Montaña fuera la Regla real de vida. Tales cristianos y tales sacerdotes salvaguardan la fe de grandes multitudes. Su Santidad El Papá, Los Cardenales, los Arzobispos, las legiones de Sacerdotes y fieles, como antiguamente los Santos Mártires, desafían a los modernos perseguidores y sotienen el espíritu de otros millones de cristianos.
7) Arma decisiva y absoluta contra el Comunismo: La Caridad. Con mucha razón afirmaba Pío XII, hablando de las conferencias de San Vicente de Paúl, que "La ascéptica de la caridad es segura", que "el Apostolado de la Caridad es irresistible". Donde reina el amor a los enemigos, el Comunismo tiene que fracasar. La Caridad no quiere vencer a los comunistas humillándoles y odiándoles, sino amándolos y bendiciéndolos. Esta es la mayor victoria: vencer el mal a fuerza de bien, haciendo el bien a los que nos aborrecen, rogando por los que nos maltratan, bendiciendo a los que nos maldicen.
8) El origen de por qué hoy las masas enloquecidas van detrás del Comunismo, hay que ponerlo en la miseria económica en que viven. Los hombres de las favelas y de los ranchos llevan humanamente una vida de miserias. Si tuvieran fe firme y esperanza viva, aun en la desgraciada situación en que pasan su triste existencia, todavía podrían soportar esos hondos sufrimientos con paciencia y resignación. El Comunismo se presenta como solución de esos males, pero no los resolverá,sino los agravará mucho más, como lo hemos visto en la historia en otros países esclavos de regímenes fracasados.
Pero las masas, se han alejado de Dios progresivamente, y como efecto de este apartamiento se han vuelto tristes e infelices: han perdido la esperanza, y esconden un profundo vacío interior, experimentan una infelicidad desgarradora, nada los alienta, ningún ideal espiritual lográ estimularlos, van a la deriva sin rumbo, sin fe, ni ideal, y se hunden cada vez más en el aparente escape de "comamos, bebamos y alegrémosnos, porque mañana moriremos".
Hay hombres y mujeres que buscan algo absoluto, que dé significado a sus vidas sin rumbo. En su desesperación se decidirán por un absoluto falso. Los extremos, a que van los hombres con este absoluto falso, son uno de los fenómenos más aterradores de nuestro tiempo. Estos hombres han visto en el Comunismo una causa, en donde alistar todas sus energías físicas e intelectuales.
Los comunistas, como todos los hombres, están destinados a ser hijos de Dios; pero como sujetos inconformes, que se enrolan en movimientos fatales, se desvían voluntariamente de la vida.Los infelices, en la mejor de las hipótesis, no dejan de ser unos ilusos, unos equivocados que caminan hacia su ruina. Sin norte, ni rumbo fijo, se dirigirán tristemente hacia su perdición. La culpa principal es de ellos mismos, y también de otros ciegos, guías de ciegos.
Mientras un comunista persista en su interna determinación marxista, será un ser condenado al fracaso más doloroso. Sin amor y sin esperanza, su catástrofe final no tardará en llegar. Nunca es demasiado tarde para ellos, mientras vivan en este mundo. El único que los puede aún salvar, no es otro, sino el que lleva el glorioso nombre de SALVADOR, que es Jesús.
La Iglesia tiene una oportunidad magnifica de contrarrestar el debilitamiento progresivo de la religión en la sociedad. No basta enseñar y comprender los principios sociales de la Iglesia. Pero por ahí hay que comenzar.
Precisa la práctica humilde del Evangelio en su grado más heroico, sublime y santo. Ahí está la solución integral.
PORQUE NO SE HA DADO OTRO NOMBRE EN LA TIERRA,
POR EL CUAL EL HOMBRE PUEDA SER SALVADO:ESE NOMBRE ES JESÚS.
9)La solución más radical y segura: Héroes y Santos.
Uno se espanta al leer a Lenin exigiendo sacrificios heroicos por la causa de la revolución comunista. Y a ¿nombre de qué y de quién? -Así por ejemplo, escribe en uno de sus folletos: "La dictadura del proletariado es necesaria, y la victoria sobre la burguesía es imposible sin una lucha prolongada, tenaz, desesperada, a muerte, una lucha que exige serenidad, disciplina, firmeza, inflexibilidad y una voluntad única". -Uno debe ser capaz -escribía en otra ocasión el mismo Lenin- "de hacer toda clase de sacrificios, para para superar el más grande de los obstáculos a fin de sistemáticamente, obstinadamente, insistentemente, pacientemente, propagar y agitar en... instituciones, uniones aún las más reaccionarias"-"Si sois incapaces de adaptaros a las condiciones, si no estáis dispuestos a arrastraros de panza sobre el fango, entonces no sois revolucionarios, sino charlatanes. Yo no me propongo hacer esto, porque me gusta hacerlo, sino porque no hay otro modo, porque la historia no se ha desarrollado tan bien ordenada a nuestros deseos, de manera que la revolución madure simultánea en todo el mundo".
Se podrían citar innumerables textos de Lenin, en los cuales exhortaba a tomar las medidas más violentas, a hacer los ascrificios más enérgicos. Solamente hombres desalmados pueden lanzar centenares de miles de soldados a la muerte más estúpida y necia, como arrojaron los comunistas chinos en la guerra de Corea.
Uno no puede menos de espantarse de que en el mundo haya voluntades tan freneticamente perversas como las que obligaban a centenares de millones de chinos a establecer las terribles comunas populares. Los milagros de Stalingrado y otros tienen también el mismo origen diabólico.
Ante esas voluntades gigantes, fanáticamente obstinadas, si no se contraponen otros espíritus igualmente enérgicos y en gran número, el Comunismo es incontenible. No es cosa fácil encontrar hombres tan crueles y tan imperiosos como Lenin y Stalin, y es mucho más difícil aún que el fanatismo que ellos infundieron pueda perdurar por mucho tiempo.
¿Que hubieran hecho ellos, si estuvieran de su parte la verdad, la justicia, la gracia de Dios, y el triunfo seguro?
"La vida religiosa de nuestro país -vuelve a escribir Michel-, sobre todo en ciertas regiones, era inmensa y viva. Y lo es todavía. Mucho se ha hecho entre nosostros por el reino de Dios; lo sabemos. Pero lo que lamentábamos después de ser deportados (cuando veíamos cómo los lobos sembraban el estrago entre nuestras ovejas sin que pudiéramos emprender nada eficaz por defenderlo), es el no haber preparado suficientemente a nuestros fieles (a nuestros buenos fieles), para los tiempos heroicos, que requerían Santos auténticos".
Muchas consecuencias se infieren de estas últimas palabras, sobre nuestra reforma propia, sobre los métodos de educación pastoral. Se necesitan heroes y santos para vencer.
¿Elijah que te parecen estos "anticuerpos contra el Comunismo" que sugirió Francisco Corta? .Feliz Navidad.
(sin acentos)
?Quieres decir que el trabajo en los barrios de los sacerdotes, durante la democracia, fue intil o insuficiente? o ?sera la venganza de Lefevre, con su teologia de la liberacion, en plena accion en el pais mas rico de hispanoamerica?
Quiero decir exactamente lo que he dicho.Pienso que en Latinoamérica se ejecuta milimetricamente un proyecto político de expansión comunista camuflado como socialista democrático (edulcorado), en medio de condiciones óbtimas para que floresca. Por motivo de que la miseria y probreza en que régimenes corruptos anteriores sumergieron irresponsablemente a nuestros pueblos, convirtiéndolos en caldo de cultivo para ello.Venezuela y sus caudalosos recursos es desde luego parte clave en la realización de este proyecto, de allí que sea una flror apetecible para quienes comandan ese plan hegemónico.En medio de ese dantesco panorama, he sugerido con humildad, lo que creo debe hacerse para intentar frenar, detener y vencer esas maquinaciones nocivas para nuestros pueblos.Tal vez no sea demasiado tarde para intentarlo; además de que ya hemos visto de lo que es capaz de hacer el libertario pueblo venezolano cuando ve amenazados sus legítimos derechos; creeme, no hay hombre por importante o poderoso que sea o se crea, capaz de entrampar o doblegar para siempre a este indómito gigante que es el pueblo venezolano, más tarde o más temprano el gigante dormido se quitará la venda de los ojos que le impiden ver el eñgaño al que ha sido sometido habilmente, despiertará y se levantará extremeciéndolo todo, para hacer lo que quiera y necesite hacer.
Y cuando despierte Venezuela, ¡despierta América!
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