POR:JULIO CÉSAR PINEDA.
En los próximos días esperamos la reacción de Washington ante una de las peores crisis atómicas.
Definitivamente las dictaduras y los gobiernos autoritarios necesitan de las guerras, del militarismo y de las amenazas para concentrar el poder y para eternizarse, el régimen comunista de Corea del Norte con su nueva bomba atómica y sus misiles así lo esta demostrando.
Hoy el Noreste de Asia y la Comunidad Internacional se encuentran en una situación límite por la compleja exhibición del poderío nuclear de Pyongyang al margen del derecho y la responsabilidad internacional. El régimen de Kim Jong-il ha renunciado a la negociación y a la diplomacia de su programa bélico nuclear por la ayuda económica y energética. Es lógica la actitud de la Comunidad Internacional y en especial de los negociadores a seis bandas: Rusia, Estados Unidos, China, Japón y las dos Coreas, en la condena unánime a nivel bilateral y en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU. Es posible que el dictador enfermo quiera asegurar su sucesión en uno de sus hijos como lo hizo su padre Kim il-Sung provocando no sólo a Seúl y a Tokio sino a sus antiguos aliados Beijín, Moscú y especialmente a Washington con su nuevo presidente Barack Obama, todos esperan sanciones eficaces contra Corea del Norte y su dictador. El presidente Obama no tomará una acción militar pero coordinara con los demás jefes de Estado sanciones ejemplares, no aceptarán el chantaje de Pyongyang y el sector fascista militar que oprime a cuatro millones de coreanos. El acceso a la tecnología nuclear es un derecho consagrado en los tratados internacionales y en las constituciones nacionales, pero desde Hiroshima y Nagasaki en Agosto de 1945, el átomo tanto por la fisión como por la fusión debe ser controlado internacionalmente. En nuestro continente Brasil y Argentina tienen grandes desarrollos nucleares al igual que treinta Estados soberanos, todos bajo la vigilancia del Organismo Internacional de Energía Atómica que desde 1957 tiene su sede en Viena y dentro de las grandes líneas del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares de 1968. Desgraciadamente ni la OEIA ni la ONU tienen la fuerza coercitiva para impedir que gobiernos irresponsables como es el caso de Corea del Norte y quien sigue sus pasos Irán, desvíe el uso pacifico del átomo hacia lo militar.
Desde la presidencia de Clinton se le fueron otorgando concesiones al programa nuclear de Pyongyang con sus reactores y sus misiles además del uranio enriquecido. El punto de mayor optimismo fue cuando Pyongyang cerró el centro nuclear de Yongbyon con la destrucción de algunas torres de enfriamiento. Corea del Sur contribuyo a bajar la tensión promoviendo ayuda económica y financiera y lanzando un programa a largo plazo de reunificación de la península como sucedió en Alemania después de la caída del Muro de Berlín. Pero todo ha sido inútil.
Corea del Norte en 1981 adquirió misiles soviéticos SCUD-B con alcance de 340 Km., se los propuso a Irán por apoyo financiero, posteriormente elaboró el misil Rodong 1 con alcance de 1.300 Km y a partir de 1990 la serie Taepodong, con alcance superior hasta 3.000 Km. El pasado 5 de abril fracasó con su satélite Kwangmyongsong 2 pero demostró su capacidad misilística. Ese día para el presidente Barack Obama fue una sorpresa y una preocupación la acción de Corea del Norte. El Presidente ha enunciado una nueva doctrina estratégica nuclear fundamentada en la disposición a reducir su inmenso arsenal nuclear y prohibir ensayos y acumulación de uranio enriquecido.
Fue lo que le hizo afirmar “por una curiosa situación histórica la amenaza de guerra mundial nuclear ha disminuido, pero el riesgo de un ataque nuclear se ha incrementado porque algunos países han adquirido esas armas, prosiguen ensayos y trafican secretamente materiales nucleares, la tecnología para fabricar bombas se ha incrementado”.
Por esto es por lo que frente a Corea del Norte y frente a Irán Washington tomará medidas severas pero lo hará con el consenso de las grandes potencias y particularmente con los miembros del Consejo de Seguridad, no ha invocado la doctrina del ataque preventivo. En los próximos días esperamos su reacción y la de sus aliados ante una de las peores crisis atómicas. El dilema para rusos, chinos, japoneses y coreanos continúa siendo, cómo obligar a un país a olvidar sus ambiciones nucleares cuando las sanciones son ineficaces y cuando una acción militar pudiera ser demasiado riesgosa. Este es el punto más difícil en el laberinto estratégico nuclear de Corea del Norte y también de Irán.
1 comentario:
Con tu texto he aprendido muchas cosas, gracias
te agradezco las palabras tan hermosas y sinceras que has dejado en mi humilde blog.
Un besito Rosrio
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