Por Juan Carlos Zapata
No hay argumentos en el chavismo. Se enredan en la explicación, mientras el país observa la realidad que cambia
Quedó en evidencia. No hay hegemonía. El viernes lo adelantamos Se percataron de que no tenían los votos. Y sin votos no hay hegemonía. Por eso Chávez salió en campaña. Pero no pudo. No pudieron remontar. El chavismo se estancó en 5 millones de votos.
La oposición democrática ya no puede ser llamada escuálida. El voto opositor subió en todas las regiones. Y se consolidó donde es gobierno. Pero además, después de 11 años, se ganó en Caracas. Mejor señal que ésta no hay. Los encuestadores se equivocaron en el pronóstico de los 45 y 50 diputados para la oposición. Resultaron ser más de 60. Mas no se equivocaron en lo del voto nacional. Siempre se asomó como una tendencia firme. Y el resultado es que los millones de votos han quedado repartidos a bloques iguales. La oposición reclama el 52% de la torta. Lo cual resulta más preocupante para la hegemonía chavista.Chávez ha dicho que no y saca cuentas con la suma de los circuitos. Y aún así, la diferencia a favor del chavismo no supera los 400.000 votos, pese al ventajismo, pese la cirugía electoral, pese al gran derroche de recursos. 400.000 votos es nada. Este no es un argumento en labios de Chávez.
Se nota un voto castigo en particular hacia Rafael Ramírez y PDVSA. Un voto castigo por Pudreval. Un voto castigo por las expropiaciones, por las confiscaciones, por la política petrolera. La victoria arrolladora de la oposición en Zulia y Anzoátegui así lo confirma. En el equipo de Ramírez ya se habla de cambios en PDVSA. Se temía por una derrota en Zulia pero nunca a esos niveles. Pero en el equipo de Pablo Pérez sí manejaban la proyección desde hace un mes: hay 8 diputados seguros y hay 5 peleados. Eso decían, y el pronóstico terminó siendo certero. A las 8 de la noche del domingo, el equipo de Pérez calculaba 10 diputados a favor. Se le acabó la diputación a Mario Isea, el perseguidor de Mario Isea, el que tapó la investigación de Pudreval. El Zulia produce otro líder.
Hay otro voto castigo en la frontera. El pueblo del Táchira contra el bloqueo económico y el hostigamiento hacia su gobernador. Ni gobierno paralelo rojo, ni presión e insultos políticos de parte del presidente Chávez paralizaron la gestión de César Pérez Vivas. Por el contrario, lo que paralizó al Táchira fue el bloqueo comercial de Chávez en la frontera. Todo se le revirtió. Casi lo pierde todo. Lo adelantamos hace un mes en Crónica Roja. De casualidad Iris Varela. Pero ni Ricardo Sanguino la tuvo fácil, pese a que Chávez viajó a La Grita, le rezó al Cristo, y prometió, hizo muchas promesas. En Táchira los rojos lucieron perdidos. Demasiado tarde Chávez trató de acomodar el comercio fronterizo. Cambió jefe político, al derrotado Rafael Ramírez por el neoderrotado canciller, Nicolás Maduro. Lomagno Flores enrtendió su momento y lanzó consigna apropiada: Por una frontera libre.
Queda demostrado que la ingeniería electoral no es suficiente. Gana Chávez la Asamblea Nacional perdiendo el espectro político. El lánguido discurso de Aristóbulo Istúriz en la madrugada. El mensaje escueto de Chávez. El silencio de los grupos que por el contrario las veces en que ganaron han hecho fiesta patria. Todo eso demuestra que al chavismo no le gustó el resultado. Mantienen el control en la Asamblea pero al frente hay una alternativa de millones de votos.
Y en el mismo frente otra realidad. La incongruencia entre votos en contra y diputados a favor. Por más que se explique siempre quedará allí el detalle. Y ese es el aspecto que más analizan los expertos internacionales. Ayer, por ejemplo, mientras desayunaban en el Hotel Pestana, los diputados españoles del PP resaltaban el punto. La incongruencia ya le da vueltas al mundo. Y de allí la polémica anoche con la periodista en la rueda de prensa en el Palacio de Miraflores.
Lo de Lara resultó en sorpresa. Sin embargo confirma dos aspectos. El PPT fue víctima también de la cirugía electoral que favoreció al PSUV. Y también este resultado ha sido expresión de que el voto opositor no quiere expresiones intermedias. Se acaba el mito del centro. Ya se cuestionaban los nini y otras especies.A la oposición le estalla en la cara otra realidad. La dispersión del mensaje terminó afectando la campaña. No solo fue la cirugía electoral, no solo el ventajismo, sino también los errores propios, las propuestas diversas y a veces contradictorias, confundieron y alejaron votantes. Se pierde el diputado indígena por la división. Y la unidad no terminó siendo un mensaje contundente. Los afiches y la propaganda en radio, prensa y tv parecían más una sopa de letras que un plan electoral.
De hecho, se aprende tan poco de la experiencia que viene Julio Borges y lanza a destiempo la candidatura presidencial del gobernador Henrique Capriles Radonsky. Tal vez para quemarlo. Quién sabe.
El PSUV es el partido más grande del país. Quién lo duda. La oposición viene de la dispersión a la unidad. No obstante el PSUV va de la unidad a la los problemas. En la próxima Asamblea Nacional se verán las caras las tendencias. Chávez cometió el error de inclinarse hacia el extremo confiado en la victoria total. No fue así. Otros van a cobrar. En lo interno, por supuesto.
Fuente:http://www.comdinero.com/
3 comentarios:
Nelson Bocaranda Sardi
Runrunes
28 Septiembre, 2010
Alto
LECCIONES. Los resultados del domingo tienen muchas lecturas y enseñanzas. El dividir al país con odios y marcando la contienda electoral como un enfrentamiento entre socialismo y capitalismo, entre Cuba y EEUU, entre dictadura y democracia, llevó a la polarización que se llevó en los cachos a los ni-ni, a los ex miembros del proceso, a los pusilánimes, a los que jugaron a la división de las fuerzas democráticas y a los negociantes -que hay más de los que se sabe- con los dineros del Gobierno que se siguen vendiendo como “puros”. Aunque por esas trampas rojitas la nueva Asamblea no arrancará hasta enero, permitiendo al régimen usar estos tres meses para desbocarse en su afán comunista, le tocará trabajar por la reconciliación del país y por sacar adelante leyes pendientes que promuevan los derechos y que no los cercenen, como ha sido lo cotidiano en la actual legislatura. Hay demasiadas deudas con la población, como la reforma de la seguridad social, para seguir perdiendo el tiempo en medio de la profunda crisis económica, una recesión y la hipoteca del ingreso petrolero a China, que nos dejará sin el dinero contante por el petróleo tras haberle entregado a Chávez los $20 mil millones para su proselitismo y demagogia en la elección del domingo y para la que le tocará en la presidencial de 2012. Para esa tiene mucho dinero represado. Ya el comandante no podrá seguir tildando a la oposición de escuálida, pues ya son la mayoría en votos. Tampoco proclamar con gritos y ofensas a los cuatro vientos “¡No volverán!”, pues ya volvieron y estarán dentro del Palacio Legislativo. Tendrán los opositores que darle las gracias a Fidel Castro por haber explicado que el llamado” socialismo del siglo 21″ no es más que un comunismo disfrazado y por ratificar que el modelo cubano no sirve ya ni para Cuba. El no tener la mayoría calificada el chavismo en la Asamblea le da un respiro al país pues les costará mucho seguir la senda roja establecida para calcarse la desacreditada experiencia del “mar de la felicidad”. La corrupción desatada en todos los órdenes y dependencias cívico militares, con los maletines viajeros y las toneladas de alimentos podridos, añadida a las deficiencias eléctricas y a las principales angustias del venezolano como son la inseguridad, la delincuencia armada e inmoral y los más de 123 mil muertos en 11 años, fueron el empuje a las urnas, electorales para llegar al 65% de participación. El abandono de muchas de las misiones, la inflación y alto costo de la vida, las deudas con los empleados públicos, las expropiaciones y la guerra contra la cerveza, el alcohol, la televisión, las novelas y hasta el sexo pasaron factura. Lo mismo el acoso y embargo a los gobernadores, alcaldes y estados opositores. Señales que deben ser atendidas.
Roberto Giusti
El voto salvó al voto
28 Septiembre, 2010
Ahora que perdió la mayoría puede dejarse seducir por la tentación de darle un palo a la lámpara
La estrategia de usar la democracia para liquidarla, esgrimida por Chávez a lo largo de los últimos 11 años no sólo dejó de funcionar, sino que este domingo la decisión popular, demostró cómo es posible salvar la democracia a través de uno de sus instrumentos básicos: el voto.
Gracias a una elección en apariencia poco trascendente como la de diputados al Parlatino, pero liberada de la ley electoral y sus estratagemas para darle mayoría a la representación de una minoría, se puso de manifiesto la realidad política del país y ésta no es otra sino que Chávez (46%) perdió, ante la MUD y otros partidos de oposición (52%), por 400 mil votos.
Lo demás es maquillaje y ventajismo, elementos que le permitieron al PSUV, que en Miranda sacó 200 mil votos menos que la MUD, obtener el mismo número de diputados. Con todo, el objetivo de hacer prevalecer un sistema fundamentado en una Asamblea controlada desde el Ejecutivo, la preeminencia de un solo pensamiento, de un solo partido, un Estado monolítico y sobre esa construcción el supremo mandatario condenado a convertirse en soberano perpetuo, resulta una quimera y un imposible mientras permanezcan instituciones democráticas como la del voto.
Ese solo atributo republicano se convirtió en el gran obstáculo capaz de frenar una incontenible mancha roja que amenazaba con cubrirlo todo y así se mostraba el mapa político del país, luego de la defección de la oposición en el 2005, cuando un poderoso Chávez ocupaba el escenario y la oposición no tenía, para hacerle contrapeso, sino dos gobernaciones aisladas. Cinco años después la mancha ha retrocedido, el paisaje es multicolor, el poder regional, mal que bien, es compartido y el Legislativo, con nuevos huéspedes y talante contestatario promete, eso sí, enconadas luchas en contra del autoritarismo “democrático” y el totalitarismo en ciernes. Todo eso se logró luego de votaciones en el 2006, 2007, 2008, 2009 y 2010.
Pero lo que viene no será fácil porque si antes Chávez no debía forzar la barra para irse apropiando del país ante una aprobación popular mayoritaria y ferviente, ahora, cuando los suyos se alejan y quienes permanecen con él no ocultan la decepción, sí puede estar dejándose seducir por la tentación de darle un palo a la lámpara. Tiene a su disposición un amplio menú de opciones que le permitirían guardar ciertas formas jurídicas en una nueva intentona de demolición institucional, máxime cuando hasta enero puede utilizar a la moribunda Asamblea con esa finalidad. Claro, también podría recobrar algo de sensatez, comprender que ya su tiempo pasó, retirarse a un conuco con el cual dice soñar a orillas del Arauca, estimular la sucesión y/o dejar en paz al nuevo país que se está abriendo paso a fuerza de votos. Pero eso, sospechamos, es sólo vana ilusión.
rgiusti@eluniveresal.com
martes 28 de septiembre de 2010El
Nacional (Editorial) "La caída esperada" 28/09/2010
Si de algo debe estar avergonzado el jefe de los bolivarianos es el haberse pavoneado por todas las ciudades de Venezuela, y por algunas capitales de Suramérica, proclamando que él era la representación máxima del pueblo venezolano y que, como tal, tenía como misión acabar con la burguesía apátrida. Pues ni lo uno ni lo otro, porque las elecciones parlamentarias ocurridas este domingo dejaron muy claro que el chavismo no es la fuerza mayoritaria entre los votantes de este país y que la fantasiosa burguesía que el comandante dice combatir tiene, al menos, unos seis millones de votos.
De forma que en Venezuela existe hoy, por obra de la revolución chavista, la más grande burguesía de América Latina. Del otro lado, el pueblo se ha achicado de manera alarmante porque, como viene ocurriendo en los tres últimos comicios (dos ganados por la oposición y uno por el oficialismo) el apoyo de los seguidores de la revolución va de capa caída, al punto de que el Presidente ordenó aprobar una ley electoral en función de sus exclusivos intereses partidistas con miras a evitar una debacle, tal como ocurrió.
La ley diseña los circuitos electorales de una manera arbitraria, tomando en cuenta para agruparlos sólo las fortalezas de su organización y las de su único aliado, el Partido Comunista.
Pero ni esa argucia de baja estofa le sirvió este domingo porque, si bien obtuvo más diputados a la Asamblea Nacional que el bloque opositor, no logró sacar más votos, con lo cual la trampa que había ideado lo puso más al descubierto tanto nacional como internacionalmente.
El hecho fundamental de que los votantes les hayan dado más votos a sus adversarios políticos que a sus candidatos hizo enmudecer al Presidente por 24 horas, porque lo que estaba en juego era su caudal electoral. Como nunca antes, el mandatario se montó en una apuesta de gran calibre en unas elecciones parlamentarias que, por lo general, deben manejar sus alfiles. Pero era tal su preocupación por el clima de deterioro oficialista que mostraban las encuestas que se metió de lleno en la campaña, cometiendo con ello uno de sus más graves errores políticos de los últimos años.
De hecho, ese era el sueño de la oposición para poder matar dos pájaros de un tiro y medirse por interpuestos candidatos con el verdadero jefe, a quien ya se le notaban signos de gran debilidad en las barriadas populares. Sus simpatías en las urbanizaciones de clase media hace años que no existen. De manera que la batalla se concentró en esos sectores de obreros y trabajadores informales que están siendo víctimas de la inseguridad, del desempleo y de la inflación.
Ciego por su prepotencia y sus aires de grandeza, el Presidente cometió el error de convertirse en el blanco central de la campaña, con afiches gigantes y marchas en todas las ciudades. Y lo peor, con repetidas y fastidiosas cadenas en la televisión. De manera que él mismo cavó su fosa. No hay otro perdedor.
Actualidad Opinión política venezolana Editorial El Nacional
política+venezolana, actualidad
Publicar un comentario