POR:LAUREANO MÁRQUEZ.
Me puse a fantasear con la idea de cómo sería nuestra situación si, de repente, estuviésemos enfrascados en dos conflictos bélicos simultáneamente: una invasión a Honduras y una guerra con la hermana república. Lo primero que tendríamos que negociar con esta última es que no se interrumpa el intercambio comercial que tanto nos beneficia a ambos.
Tendríamos que tener horarios de batallas y horarios de comercio en la frontera. En las treguas, lógicamente, los soldados venezolanos visitarán Cúcuta para comprar carteras y chaquetas de cuero para sus novias, madres y hermanas.
Tendríamos que tener horarios de batallas y horarios de comercio en la frontera. En las treguas, lógicamente, los soldados venezolanos visitarán Cúcuta para comprar carteras y chaquetas de cuero para sus novias, madres y hermanas.
La demanda de combustibles para los tanques de guerra colombianos propiciaría un mercado negro en el cual nuestra Guardia Nacional, con certeza, tendría activa participación para venderles a los militares colombianos gasolina con sobreprecio.
Claro que, al venderle combustible nuestro a Colombia, comenzará a escasear, como ha sucedido, del lado nuestro, con lo cual nuestros tanques quedarían varados, perdemos la guerra, el Golfo y el estado Zulia, que pasa a ser colombiano y Carmona su gobernador.
Mientras tanto, nuestra Fuerza Aérea inicia un intenso bombardeo sobre Tegucigalpa y el Palacio de Gobierno de Micheletti. Nuestras tropas invadirían Honduras por Nicaragua y nuestros barcos bloquearían las costas.
Probablemente, por confusión, nuestra Armada tomaría Belice, que nadie sabe que está por ahí y la anexa a Honduras. Superada esta confusión inicial entramos en Honduras y restituimos a Zelaya con sombrero y todo. Tendríamos que disolver inmediatamente el Congreso de Honduras y su Tribunal Supremo.
Interviene la OEA, pero Chaderton dice que ahora sí se justifica el golpe, toma todos los argumentos de las sesiones anteriores y los voltea… Insulza queda convencido de que hay golpes buenos y malos.
Como seguramente todos los funcionarios, dirigentes del PSUV y parlamentarios oficialistas estarán, dando el ejemplo, en la primera línea de fuego, descuidan Caracas y la oposición fascista y golpista aprovecha la situación y da un golpe a Chávez. Éste busca ayuda en Honduras y se gasta en un solo día 80 mil dólares en camisas rojas en la devastada Teguci galpa. Zelaya se arrecha por los gastos y porque el otro quiere estar por encima de él y mandarlo.
Decide expulsarlo del país, pero como las tropas venezolanas están en Honduras, Chávez le da un golpe a Zelaya, lo fusila y se queda como Presidente de Honduras, llama a Micheletti como vicepresidente, rompe relaciones con Venezuela y expulsa a todo su personal diplomático en ese país, mientras afirman que no tolerarán ninguna intervención de potencia extranjera y menos de Venezuela con su chequera de petrodólares.
Chaderton vuelve a la OEA y logra convencer a Insulza de que había que sacar a Zelaya del poder con los argumentos de antes de Micheletti.
Esta historia continuará…
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