lunes, junio 18, 2007

ESTUDIANTES ¡ALERTA!

Carlos Blanco // Tiempo de palabra

"Cada vez que Chávez está con el agua al cuello llama al diálogo. Nadie debe engañarse"

Estudiantes ¡Alerta!

La insurgencia del movimiento estudiantil ha sido fulgurante, pero está asediada de peligros. Se demostró que cada sector tiene su tiempo, su ritmo y sus motivos. Así ha sido y así será. El crecimiento de la resistencia frente al régimen de Chávez es progresivo y se da por oleadas. Grupos sociales, sectores políticos o individualidades se desprenden del campo magnético oficialista; se mantienen neutrales por un tiempo y luego se suman a la disidencia. También hay franjas de ciudadanos que habían estado desentendidos del conflicto; por alguna circunstancia particular se alertan y se adhieren a la protesta. Y están, por supuesto, los que desde tiempo atrás vienen enfrentados a la vorágine chavista. Ahora es la hora de los estudiantes, lo cual ha dado a la lucha por la libertad frescura, nuevos enfoques y gran vigor.

Peligro de la Grandilocuencia. Este movimiento estudiantil incorpora varias esperanzadoras novedades. La primera de las cuales es que es inatacable para el esquema oficial. No tiene "pasado"; no tiene dirigentes veteranos y, por tanto, frágiles por algún flanco; tiene un lenguaje que va directamente al corazón del asunto cuando demanda libertad de expresión, de manifestación, y, más allá, libertad, sin apellidos; ésa, que engloba a todas las libertades.

Sin embargo, esa inmensa y hermosísima lucha puede ser desvirtuada por varios flancos, algunos inesperados. Uno de los más importantes es no entenderla como parte de un proceso del cual es elemento esencial. La idea de que hay una ruptura histórica mayúscula, o que es una de las tres grandes rebeliones juveniles desde 1928 hasta la fecha, puede no sólo ser un buen deseo sino la colocación de un peso demasiado elevado sobre un movimiento que comienza. Falta tiempo, faltan acontecimientos y cierta maduración histórica, para colocar en su adecuada perspectiva lo que este alzamiento reclama como sus méritos y sus títulos. Es una rebelión por la libertad, que no es poca cosa, y puede ser mucho más; pero, todavía no se sabe hasta dónde llegará. Ya tiene en su haber un hecho definitivo: la incorporación de la juventud en la lucha contra Chávez.

Nada de malo tienen los reconocimientos a líderes como Yon Goicoechea y Stalin González, junto a los demás que se han destapado, llenos de inteligencia, asidos a un lenguaje cristalino, y capaces de sonreír en medio de los desafíos que portan. Con todo, colocarlos como los líderes de la oposición, los que darán cuenta del régimen en los próximos tiempos, no es una perspectiva que los ayuda sino que los desborda. No porque no puedan serlo, sino porque hoy no lo son.

Tratarlos como los jefes de la resistencia los coloca en la situación de hablar como los jefes políticos habituales. Deben responder sobre marxismo y socialismo, derechos constitucionales y confiscaciones, propiedad privada y situación internacional, gobierno y oposición, derecha e izquierda, historia y futuro. Por esta vía, se les banaliza, y, con la mejor de las voluntades, se les sobreexpone y se corre el riesgo de quemarlos. Claro que son factores frescos en un ambiente político envilecido; pero, precisamente por esa circunstancia no deberían dejarse zarandear hasta convertirse en un elemento más del árido paisaje comunicacional del país.

La Estrategia del Gobierno. El movimiento estudiantil y juvenil fue brutalmente reprimido los días 27, 28 y 29 de mayo. Después, el gobierno cambió su estrategia. Lo hizo, porque la repulsa a su acción fue generalizada, unida al masivo descontento por el cierre de RCTV. También dio un viraje porque tiene miedo cerval a que se embochinche el panorama para la Copa América. Hay una razón adicional y muy esencial: cada vez que Chávez está con el agua al cuello llama al diálogo. Nadie debería engañarse a estas alturas con tales requiebros, meras tácticas destinadas a ganar tiempo. El envoltorio de ovejas no es suficiente para ocultar las pistolas al cinto. Recibirlos en el TSJ y en la Asamblea es parte del embeleco; por fortuna, dejaron a Cilia con los crespos hechos en la ocasión de la emboscada.

En estos días, el diálogo tiene otros ingredientes tramposos. El primero, es la insólita equiparación entre un movimiento estudiantil genuino y masivo, crítico del gobierno, con otro movimiento estudiantil que no existe, fantasmal y oficialista. En Venezuela, por este tiempo, hay un movimiento en la calle dirigido por los jóvenes de las universidades; a este genuino levantamiento se le ha querido contraponer otro que es totalmente espectral, que tiene "dirigentes" pero no dirigidos.

Lo que existe son líderes estudiantiles reales en contraposición con un grupo de miembros del oficialismo, algunos inteligentes y de buenos modales, varios con la condición de empleados públicos, que ostentan la particularidad de que no representan a ningún movimiento estudiantil sino al gobierno. No son estudiantes vs estudiantes, sino estudiantes vs gobierno. Por esto, los debates son tan asimétricos, unos estudiantes genuinos, que emergen de la base estudiantil, frente a unos dirigentes políticos cuya función es la política y trabajan a tiempo completo con el gobierno y para el gobierno. No hay más que ver a los falsos dirigentes estudiantiles ir a la Fiscalía para que "investiguen" al portal Noticiero Digital. Ya se sabe que el propósito ya expresado por algunos próceres oficiales es que cierren ese medio.

La otra táctica gubernamental es el chantaje a los dirigentes estudiantiles: si hablan con los dirigentes políticos de la disidencia entonces son de "oposición" y son "políticos", por tanto, dejan de ser criaturas adorables para convertirse en esperpentos falsarios. El propósito, por claro, no deja de ser perverso: se trata de dividir y de impedir la necesaria comunicación entre todos los que se enfrentan al régimen. Un Estado policial como el venezolano, usa todos los recursos para averiguar vida y milagros de aquéllos a quienes les interesa controlar o chantajear, de allí que cualquier contacto o reunión con dirigentes políticos se convierta en prueba de la carencia de inocencia y de buenos propósitos de los líderes estudiantiles.

El Futuro. Los estudiantes ya han dado el paso para participar en la batalla por la libertad que es, vístase como se vista, contra el régimen de Chávez. Han incorporado la juventud, han añadido nuevos temas, suman nuevo lenguaje y tácticas novedosas. Lo hacen con maestría; lo hacen muy bien. Su propia experiencia los conducirá a toparse con el rostro más sombrío del gobierno, cuando éste abandone esa especie de juego de gárgaro, de tente-allá disfrazado de "diálogo".

El movimiento estudiantil es político porque desafía al poder; sus dirigentes cumplen funciones políticas porque conducen ese desafío; y comienzan a verle las fauces políticas a un régimen cuyo único sentido es perpetuarse, a la brava, en el poder.

Fuente: www.eluniversal.com. carlosblancog@cantv.net

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