CHAVEZ ASECHADO POR CUERVOS Y ROEDORES

En los últimos días en Venezuela ha reaparecido el fantasma del magnicidio, y ha sido el mismísimo presidente Hugo Chávez quien lo ha sacado del baúl. Cobra fuerza desde el gobierno la tesis de que algunos enemigos del líder revolucionario, desesperados ante el avance incontenible de los planes del mandatario nacional, quien desataría definitivamente un proceso de expropiación muy virulento y agresivo en los próximos meses contra sectores económicos privados muy importantes y poderosos, como la banca, y por eso habrían decidido desatar los mil demonios y atentar contra la vida del primer mandatario nacional, lo cual sería absolutamente deplorable, porque se desataría un desastre de dimensiones impredecibles en todo el país. En verdad, pensamos que el asesinato del presidente resultaría catastrófico para todos, por lo cual rechazamos todo intento de magnicidio contra el presidente Chávez. ¡Que Dios nos agarre confesados!, si en mala hora para la nación llegaran a perpetrar tan nauseabundo crimen, semejante disparate, tan cruel atrocidad.

Desde el oficialismo siempre se ha etiquetado erróneamente a la oposición como la culpable de estas pretensiones irracionales. Sin hacer distinciones, se ha metido de forma genérica a toda la oposición en un mismo saco, ignorando el hecho vital de que existe ciertamente un denso sector oposicionista democrático y pacífico, que ha demostrado hasta la saciedad su apego a las reglas del juego democrático, que incluso, defienden sólidamente la idea de respetar y sostener legítimamente al presidente en el poder, durante los seis años para los cuales ha sido electo por el pueblo, en las recientes elecciones. Sin embargo, torpemente el gobierno se ha empeñado en evitar el dialogo con ese sector oposicionista, sin advertir que tal vez, ellos serían su mejor garantía de equilibrio institucional, de estabilidad política en el país, y su mejor seguro de vida.

Preocupa y se sospecha, que sectores opositores radicales provengan del mismo gobierno. Para nadie es un secreto, en virtud de las más recientes revelaciones que han realizado partidarios incondicionales del presidente como Lina Ron, y muchos otros de igual relevancia, que dan cuenta, de que “algunos” sectores conformados por importantes dirigentes y personeros partidarios del gobierno, ahora que el presidente habría radicalizado sus posturas y movido bruscamente el timón del barco hacia un rumbo distinto al que esperaban y deseaban, presuntamente estarían en desacuerdo con perder sus privilegios, espacios, prebendas, cuotas de poder, y el botín conquistados; por lo que estarían viendo seriamente amenazados tales beneficios, de allí que insinúan que ellos estarían entre otros, pensando también desesperados presuntamente en asesinar al mandatario.

En política todo es posible y nada nos sorprende, son muchísimas las hipótesis que se difunden, muchas de ellas irresponsables e insustentables por irracionales y disparatadas, sin embargo, el jefe del estado debería estar muy alerta ante estas asechanzas que nos afectan directamente a todos los venezolanos.

Las presiones a las que está sometido un jefe de estado, son muchísimas y variadas, a veces solemos cometer el exceso de olvidar que un presidente también es un ser humano. Nada justificaría el odio irracional hacia cualquier ser humano por equivocado que esté, nada justificaría el magnicidio como solución política, simplemente porque jamás lo sería realmente.

Sin dudas, el líder del proceso revolucionario se enfrenta a peligrosas asechanzas,a una terrible encrucijada en la que pareciera haberse colocado él solo, sin la ayuda de nadie; es muy peligroso el juego que está jugando, en su ya larga dilatada carrera política. Y no debería jamás ignorar, que muchos de los dirigentes que se dan golpes de pecho por su proyecto político, no son sinceros, ni están en su feudo rodeándolo por causa de sus mismos ideales, sino que cercándolo para valerse de su confianza, aprovechándose de las mieles que da el poder.

Para lograrlo les ha bastado con ejercer ese viejo oficio que es la adulancia, pero han tenido mucha ayuda, porque nada es más inútil para un líder político, que congraciarse con “algunos” adulantes roedores, que solo persiguen hacerse del tesoro nacional, y que él mismo ha colocado en puestos de comando, porque los necesita para hinchar su ego y cumplir sus planes. Chávez ha cometido un grave pecado, servirse de sus aduladores para usarlos en sus secretos, pero también para vanagloriarse de los propios delirios de grandeza, tal vez, es que necesita de la adoración servil de sus seguidores, como si de respirar se tratara.

Hoy sus adoradores de ayer lo colocan entre la espada y la pared, poniéndole condiciones para estructurar su partido socialista unido. Sabe que los necesita en La Asamblea Nacional y en otros lugares claves, para aprobar su reforma constitucional e imponer la tesis de la reelección indefinida; pero el máximo Capitán se podría estar enfrentando en su propio barco a un complot, a un motín, porque ha supuesto equivocadamente, que “algunos” de sus jurados partidarios serían incondicionales para siempre sin exigir la garantía del disfrute de sus premios por sus gloriosas batallas, sin advertir el peligro latente e inminente de que podrían convertírsele de la noche en la mañana, de ser unos mansos pajaritos bulliciosos que cantaban en coro muy enjauladitos todos, en crueles cuervos que le sacarían los ojos a pesar de haberlos criado.

Tal vez, el verdadero poderoso y mortal enemigo del presidente, no esté precisamente en la oposición a la que tanto ha calumniado inútilmente como asesina, criminal y golpista, sino precisamente lo tenga muy cerca, allí mismito como dicen en el llano barinés, y lo lleve a bordo de pasajero o en la tripulación, dentro de su propio barco revolucionario, y tal vez, desde hace años, sin notarlo, ni sospecharlo, ni advertirlo siquiera, y que ahora por fin ha sacado a relucir el diente de oro de sus fauces, y mostrado el filo resplandeciente de sus cuchillos, en el preciso instante en que han comprendido que el rumbo que lleva el buque revolucionario no conduce hacia aguas calmadas y llanas, en la plácida orilla paradisíaca prometida antes del viaje, donde gozarían de sus tesoros de batallas gloriosamente libradas junto al aguerrido, prometedor y seductor capitán, sino que se han visto amenazados por su heroico gendarme engolosinado con sus delirios de grandeza, que intenta conducirlos a todos hacia una tempestuosa tormenta, con rumbo fijo hacia un gigantesco remolino que amenaza con absorberlos y tragárselos sin remedio.

Ante tales vientos borrascosos y huracanados, ya algunos roedores presurosos comenzaron a aferrarse a las pocas maderas sueltas que han conseguido, se aferran con todas las fuerzas de sus pesuñas, para no caerse al agua sin llevar al menos consigo algún queso, ante la posibilidad de un penoso naufragio, pero es posible que los puñales estén ocultos abordo en los camarotes, muy bien escondidos y disimulados, para presumiblemente ser usados en caso que les fuera indispensable retomar el timón para girarlo de nuevo hacia estribor.Pero parecería que los cuervos estuvieran parados muy alto en el mástil mayor, tal vez aguardando sigilosos, mirando hacia abajo moverse revoltoso al capitán, para decidir si le sacan los ojos, o si prefieren aferrase durísimo a la madera, para esperar mejores migajas que comer, o volar lejos si es que el barco llegara a naufragar. ¿Esos feos y negros cuervos quién los trajo, quién los alimentó, quien los dejó pararse en el mástil, llegaron solos, o los trajeron? Queda a la libre interpretación, pero lo cierto es, que ese viejo adagio que dice: “Cría cuervos y te sacarán los ojos” es lapidariamente lamentable, para quien se dedique torpemente a cometer semejante error, sin advertir sus nocivas consecuencias.