POR:ARCANGEL VULCANO
A propósito de la actual crisis política que se ha desatado en la hermana República de Honduras, con motivo del conocido arresto del Presidente José Manuel Zelaya es indispensable realizar hoy día algunas reflexiones.
Nos llama muchísimo la atención que sea precisamente alguien como el Sr Presidente Hugo Chávez quien sea el que califique hoy día de trogloditas a "algunos" militares quienes apresaron al Presidente Zelaya. Lo decimos porque es precisamente él quien el 4 de febrero del año 1.992 ejecutó un sangriento y “troglodita” golpe de estado contra un presidente legítimamente electo por los venezolanos como sin duda también lo era entonces el Presidente Carlos Andrés Pérez, quien por cierto, nunca ha sido santo de nuestra devoción.
Defendemos a todo evento la democracia, la convivencia pacífica, abogamos siempre por la lucha política civilizada, el diálogo político indispensable constructivo, y la resolución de las naturales diferencias de los pueblos por la vía electoral, constitucional y democrática; pero también por la preservación del estado de derecho, el respeto de las Constituciones y de las leyes.
Apelamos siempre de buena fe, a la intervención decisiva y firme de los organismos internacionales, tales como la ONU, la OEA, la Unión Europea, etc. Exigimos siempre, el respeto a la Carta de las Naciones Unidas, así como también la Carta Democrática Interamericana.
Rechazamos que se asuman hipócritamente posiciones ambiguas de acuerdo a las conveniencias políticas.
Repudiamos, condenamos y deploramos siempre la violencia empleada para dirimir los conflictos políticos entre los pueblos hermanos, y mayormente la detestamos cuando es usada como arma de lucha política, provenga de donde provenga.
Para nosotros, son trogloditas sin excepciones, todos los militares que para justificar sus actuaciones violentas, sin importar cuales tendencias ideológicas defiendan, independientemente que sean de derecha, de centro, o de izquierda, y lo que los iguala son precisamente el empleo ilegal que hacen de la fuerza, el mal uso de las armas que les han confiado legalmente sus pueblos inocentes, para garantizar la vigencia de los derechos, las Constituciones, las leyes, el estado de derecho, la democracia, la libertad, la defensa de los derechos ciudadanos y la paz.
Lo lamentable es que se esté institucionalizando la violencia y el empleo de las armas en manos de esos militares felones, usados y manipulados indiscriminadamente por “algunos” dirigentes políticos irresponsables y ambiciosos ubicados en ambos bandos en conflicto, en la lucha fraticida que mantienen por alcanzar o mantenerse en el poder político.
Vemos con gran pena, tristeza y decepción, como de lado y lado, ambos bandos político ideológicos en su irracional confrontación por prevalecer, atendiendo a la defensa de sus particulares intereses políticos, justifican las felonías, conspiraciones, los golpes de estado, las muertes y la sangre derramada, de ayer y de hoy, en nombre de la defensa de sus supuestos nobles ideales, de sus sacrosantas causas democráticas o revolucionarias.
Ambos bandos irracionales, porque han perdido toda cordura, nos transmiten desconfianza y producen un natural repudio y rechazo. Principalmente aquellos, que hoy se rasgan las vestiduras ante el mundo, cuestionando los golpes militares, llamando gorilas golpistas a quienes los practiquen como unos groseros trogloditas, cuando en realidad son también auténticos trogloditas, intentando en vano –claro está- darnos hipócritas lecciones de moral, que por demás no tienen moral, aunque hoy se den golpes de pecho ante el mundo, tratando de mostrarse como impolutos, puros, demócratas, defensores de la Constitución, de las instituciones y de las leyes; cuando en realidad son unos bárbaros trogloditas violadores de todas las normas civilizadas.
En mi tierra, dicen los más viejos del lugar esta sabia frase:”La salsa que es buena para el pavo es buena para la pava”. Llamemos las cosas por su nombre, trogloditas, gorilas, militares felones, son todos aquellos quienes usen las armas para dar un golpe de estado. Vemos que un golpista consumado califica como trogloditas a aquellos que hoy dieron un golpe, es decir “cachicamo diciéndole a morrocoy conchudo”.Entonces, es muy simple, entre trogloditas estamos. La maldición gitana reza: “Entre abogados te veas”, hoy día, esa maldición, podríamos asumirla así: “Entre trogloditas te veas”. Que cada troglodita del mundo mismo, ponga sus barbas en remojo. "Con la vara que miden, serán medidos," trogloditas.
A propósito de la actual crisis política que se ha desatado en la hermana República de Honduras, con motivo del conocido arresto del Presidente José Manuel Zelaya es indispensable realizar hoy día algunas reflexiones.
Nos llama muchísimo la atención que sea precisamente alguien como el Sr Presidente Hugo Chávez quien sea el que califique hoy día de trogloditas a "algunos" militares quienes apresaron al Presidente Zelaya. Lo decimos porque es precisamente él quien el 4 de febrero del año 1.992 ejecutó un sangriento y “troglodita” golpe de estado contra un presidente legítimamente electo por los venezolanos como sin duda también lo era entonces el Presidente Carlos Andrés Pérez, quien por cierto, nunca ha sido santo de nuestra devoción.
Defendemos a todo evento la democracia, la convivencia pacífica, abogamos siempre por la lucha política civilizada, el diálogo político indispensable constructivo, y la resolución de las naturales diferencias de los pueblos por la vía electoral, constitucional y democrática; pero también por la preservación del estado de derecho, el respeto de las Constituciones y de las leyes.
Apelamos siempre de buena fe, a la intervención decisiva y firme de los organismos internacionales, tales como la ONU, la OEA, la Unión Europea, etc. Exigimos siempre, el respeto a la Carta de las Naciones Unidas, así como también la Carta Democrática Interamericana.
Rechazamos que se asuman hipócritamente posiciones ambiguas de acuerdo a las conveniencias políticas.
Repudiamos, condenamos y deploramos siempre la violencia empleada para dirimir los conflictos políticos entre los pueblos hermanos, y mayormente la detestamos cuando es usada como arma de lucha política, provenga de donde provenga.
Para nosotros, son trogloditas sin excepciones, todos los militares que para justificar sus actuaciones violentas, sin importar cuales tendencias ideológicas defiendan, independientemente que sean de derecha, de centro, o de izquierda, y lo que los iguala son precisamente el empleo ilegal que hacen de la fuerza, el mal uso de las armas que les han confiado legalmente sus pueblos inocentes, para garantizar la vigencia de los derechos, las Constituciones, las leyes, el estado de derecho, la democracia, la libertad, la defensa de los derechos ciudadanos y la paz.
Lo lamentable es que se esté institucionalizando la violencia y el empleo de las armas en manos de esos militares felones, usados y manipulados indiscriminadamente por “algunos” dirigentes políticos irresponsables y ambiciosos ubicados en ambos bandos en conflicto, en la lucha fraticida que mantienen por alcanzar o mantenerse en el poder político.
Vemos con gran pena, tristeza y decepción, como de lado y lado, ambos bandos político ideológicos en su irracional confrontación por prevalecer, atendiendo a la defensa de sus particulares intereses políticos, justifican las felonías, conspiraciones, los golpes de estado, las muertes y la sangre derramada, de ayer y de hoy, en nombre de la defensa de sus supuestos nobles ideales, de sus sacrosantas causas democráticas o revolucionarias.
Ambos bandos irracionales, porque han perdido toda cordura, nos transmiten desconfianza y producen un natural repudio y rechazo. Principalmente aquellos, que hoy se rasgan las vestiduras ante el mundo, cuestionando los golpes militares, llamando gorilas golpistas a quienes los practiquen como unos groseros trogloditas, cuando en realidad son también auténticos trogloditas, intentando en vano –claro está- darnos hipócritas lecciones de moral, que por demás no tienen moral, aunque hoy se den golpes de pecho ante el mundo, tratando de mostrarse como impolutos, puros, demócratas, defensores de la Constitución, de las instituciones y de las leyes; cuando en realidad son unos bárbaros trogloditas violadores de todas las normas civilizadas.
En mi tierra, dicen los más viejos del lugar esta sabia frase:”La salsa que es buena para el pavo es buena para la pava”. Llamemos las cosas por su nombre, trogloditas, gorilas, militares felones, son todos aquellos quienes usen las armas para dar un golpe de estado. Vemos que un golpista consumado califica como trogloditas a aquellos que hoy dieron un golpe, es decir “cachicamo diciéndole a morrocoy conchudo”.Entonces, es muy simple, entre trogloditas estamos. La maldición gitana reza: “Entre abogados te veas”, hoy día, esa maldición, podríamos asumirla así: “Entre trogloditas te veas”. Que cada troglodita del mundo mismo, ponga sus barbas en remojo. "Con la vara que miden, serán medidos," trogloditas.
2 comentarios:
HOLA MUY BUENO EL COMENTARIO, LA SARTEN LE DIJO AL CAZO APARTATE QUE ME TIZNAS, ESTE ES OTRO REFRAN DE MI ZONA, TODOS LOS REFRANES TRABAJAN, UN SALUDO DE JOSE LUIS
Muchas gracias amigo Pepe, un fraternal saludo.
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