POR:SIMÓN ALBERTO CONSALVI.
Mientras el jefe del Estado venezolano responsabilizaba al "maldito imperio" de la crisis política de Honduras, el presidente Manuel Zelaya le solicitaba una audiencia a la secretaria de Estado, Hillary Clinton, "porque el país más poderoso de la tierra tenía que intervenir en Honduras". La cita se dio de inmediato. Zelaya viajó a Washington y, como por arte de magia, convino en reunirse con el presidente interino Roberto Micheletti en Costa Rica, con los buenos oficios del mandatario Oscar Arias.
Lo que debió haber hecho el secretario general, José Miguel Insulza, 24 horas después de la destitución de Zelaya, lo intenta ahora el presidente Arias. Además de haber permanecido indiferente durante meses, mientras el Presidente hondureño violaba la Constitución al convocar un referéndum para abrirse el camino de la reelección, Insulza se convirtió en una especie de rehén de los exaltados presidentes de la Alianza Bolivariana reunidos en Managua. En vez de viajar a Honduras como generalmente lo hacen los secretarios generales, indagar y conocer la realidad, e informar al Consejo Permanente sobre todas las piezas del rompecabezas, Insulza se convirtió en eco del jupiterismo que lanzaba rayos y centellas contra quienes habían asumido el poder en Tegucigalpa. Cuando viajó finalmente, lo hizo como portador de un ultimátum y no como el mediador a que su cargo lo obligaba.
Ni el ultimátum ni las amenazas bélicas hicieron mella en Honduras. Los poderes del Estado, el Legislativo y el Judicial, el Tribunal Electoral, las Fuerzas Armadas institucionales, la Iglesia, todos estaban y están contra Zelaya.
Como aquellos personajes de Saramago que hubieran perdido la visión, e ignoraran lo sucedido, los presidentes intentaron peripecias tan disparatadas como la de acompañar a Zelaya en su frustrado aterrizaje en Tegucigalpa. Uno se pregunta qué extraños pensamientos (si hubo alguno) pasaban por la mente de los mandatarios. ¿Imaginaron, acaso, qué habría ocurrido si al llegar los hubiesen retenido? Habría sido un episodio sin precedentes, pero a eso se expusieron la señora Kirchner, Fernando Lugo y Rafael Correa.
Dios los alumbró y Zelaya se aventuró solo, indebidamente acompañado por el presidente de la Asamblea General de la ONU organismo que poco caso le presta a estas crisis que, siendo sandinista y nicaragüense, consideró oportuno hacer el viaje. Así, entre fiascos y amenazas, invocaciones al imperio para que interviniera, a Barack Obama para que restituyera a Zelaya, las cartas bajo la manga de los presidentes de la Alianza Bolivariana se enredaron de tal modo que olvidaron que desde Contadora y el Grupo de Apoyo los latinoamericanos habíamos conquistado el privilegio de resolver nuestras crisis sin la intervención de Estados Unidos.
Un cambio sustancial en las relaciones de América Latina con Estados Unidos y con el mundo tuvo lugar entonces, con la creación del Mecanismo de Consulta y Concertación o Grupo de Río. Violentos, contradictorios y confusos, ignorantes de los procesos políticos y de la historia de nuestras regiones, el presidente destituido apeló al imperio, mientras el otro lo culpaba. Elocuente ejemplo de que no saben lo que quieren ni adónde van. Que el asunto es maldecir e inculpar.
Si alguien se manejó con prudencia, sagacidad y cautela en esta ocasión fue el "maldito imperio". No cayó en provocaciones, no se precipitó, Obama y Clinton dijeron e hicieron lo que tenían que hacer. Responsabilizar a Estados Unidos de la crisis hondureña como lo ha hecho el Presidente de Venezuela es una arbitrariedad y una demostración de que acusa sin fundamento. Se metió en honduras e intervino en Honduras, y al lado de Raúl Castro le prometió el bloqueo al pequeño país. Sus amenazas contribuyeron a enardecer a los civiles y a los militares de la tierra de Morazán, muy mentado estos días.
Al asumir el presidente Arias el papel de mediador, la OEA queda al margen. Las negociaciones son más o menos previsibles: adelanto de elecciones para septiembre, amnistía para que Zelaya regrese a su país sin temores de retaliaciones políticas. No obstante, el propio secretario general de la OEA tiró una piedra en el camino de Arias, al poner como condición sine qua non el retorno de Zelaya al poder.
La experiencia de una crisis que osciló entre lo cómico y lo trágico, deja, sin embargo, frutos de gran significación. Los secretarios generales no deben ser reelegidos, su primer periodo se traduce en complacencias indebidas; que se elijan por seis u ocho años, de modo que tengan autonomía.
La Carta Democrática Interamericana adquiere cada vez más vigencia. Las constituciones se pueden violar, el Estado de Derecho puede ser objeto de alteraciones, los derechos humanos vulnerados, la libertad de expresión reprimida, la propiedad privada negada.
Todo eso es posible, todo eso sucede en Venezuela. Pero todo eso es provisorio. No tiene sustentación ni en la realidad ni en la carta fundamental. Así está escrito.
1 comentario:
En verdad no podemos soslayar que lo mas apasionante para el biografo de SIMON ALBERO CONSALVI es el hablar de Politica y vaya el apasionamiento conque lo hace. Por su edad no puedo esperar mas de El; los tiempos han cambiado mucho y el conservadurismo lo agarro para no soltarlo nunca mas.
Fijense que la narracion que hace con lo ocurrido en HONDURAS puede hacernos creer que el entramado expuesto por El es el correcto.
SIMON ALBERTO CONSALVI:
1.-EE.UU condeno el golpe de Estado pero no pidio la RESTITUCION INMEDIATA DE ZELAYA A LA PRESIDENCIA, era obvio que ZELAYA enfrentara esa situacion y escuchar de las instancias superiores del pentagono una postura mas coherente(se corroboro como ambigua).
2.-ZELAYA acepto el "dialogo" pero sin condicionar lo establecido por la O.E.A, O.N.U, GRUPO DE RIO, S.I.C.A, PARLAMENTO EUROPEO, ALBA, etc, vale decir, no negociar con el gobierno de facto y establecer la retoma pacifica del Poder usurpado por los criminales.
3.-INSULZA no tenia en agenda ir a HONDURAS para plantear un dialogo, su mision era decirle a los golpistas que permitieran a ZELAYA terminar su mandato, porque ese fue el pronunciamiento de la O.E.A.
4.- La oligarquia hondureña en contumacia con los militares han violado, ante los ojos de todo el mundo, la Constitucion hondureña en sus Art. 2 y 3.
5.- Es logico que todos esos poderes que mencionas esten en contra de ZELAYA, dado que los mismos derivan del viejo esquema de la representatividad.
5.-Los presidentes que intentaron acompañar a ZELAYA, lo hacen por el espiritu de solidaridad que en tus tiempos de canciller nadie asomaba ese espiritu.
6.- Lo de ESCOTTO, tiene el mismo fundamento del punto 5.
7.-¿Que hicieroN los cancilleres y presidentes de tu pasado historico cuando los gobiernos democraticos del hemisferio eran invadidos o derrocados con la venia de los EE.UU?.
8.-Los EE.UU siempre van a intervenir en la politica de America Latina, hoy lo hace mas peligrosamente, manejando un doble discurso. El hecho de que ZELAYA vaya a EE.UU no significa que tenga que hacer genuflexion. El sabe que desde alla se pudieran estar tejiendo hilos para mantener a los golpistas en el poder.
9.-No estes tan optimista si crees que el gobierno de facto va a durar hasta noviembre. El art. 3 de la Constitucion de HONDURAS habla de la no obediencia a un gobierno devenido por la fuerza y eso es , precisamente, lo que el pueblo hondureño hace, RESISTIR PACIFICAMENTE hasta tanto sea restituido su Presidente legitimamente elegido.
No creo que las fuerzas militares tengan el suficente valor para masacrar a todo un pueblo que pide a gritos cambios profundos para andar por caminos de libertad y grandeza.
Saludos a los administradores del BLOG EPICENTRO HISPANICO por cederme este espacio, me disculpan lo prolijo de mi comentario, pero era necesario...gracias. Atte. GUILLERMO MELENDEZ.
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