POR:CARLOS BLANCO/TIEMPO DE PALABRA.
Washington asume el papel de mansa paloma, Chávez no oculta su injerencia en Honduras.
Entre Honduras y Curiepe. Chávez se ha convertido en el principal factor para otorgar legitimidad al derrocamiento de Zelaya. Cada vez que amenaza con intervenir más de lo que lo ha hecho en Honduras, añade simpatías a Micheletti. Mientras la Casa Blanca asume el papel de mansa paloma y se mueve de puntillas, Chávez no oculta ninguna de las extremidades hundidas en Honduras.Ahora el rostro del intervencionismo no es Washington sino Caracas; al prestidigitador barinés se le comienzan a ver el pelaje, los gestos y los gruñidos clásicos de los gorilas. Si se dejan de oír sus juramentos en el Aventino y sus raros delirios sobre el Chimborazo, lo que queda son los tics de los salvadores de la patria, más de la estirpe de los generales golpistas de la historia latinoamericana que de los próceres civiles que los combatieron.
El golpe se disuelve. La presencia del régimen venezolano es tan fuerte en la crisis hondureña que, como reacción, una cierta dosis de estabilidad (aunque sea ilusoria y breve) parece acompañar a las nuevas autoridades, salvo por la insurrección bombástica a la que ha llamado el ex presidente. Lo más significativo es que la idea de golpe clásico se ha comenzado a disolver en la opinión internacional y una cierta comprensión se inicia alrededor de las motivaciones de las instituciones que sacaron en pijamas a Zelaya.Este proceso va a tener muy importantes implicaciones en América Latina, a pesar de que los organismos internacionales sigan en el intento de hacer retornar a Zelaya a su cargo presidencial, lo cual tal vez podrían lograr.
El alto perfil de la intervención chavista progresivamente vuelve comprensible, para muchos, aceptable, para algunos, y deseable para otros, la expulsión de un presidente electo que viole la Constitución política de su país. Se vuelve a aquella tesis debatida en Venezuela según la cual un mandatario con legitimidad de origen puede perder ésta en el ejercicio del poder.
No es la primera vez que ocurre en la región, pero sí es la primera vez que la comunidad internacional se alinea de manera tan homogénea en contra de la deposición de un presidente; aunque hay grupos sociales y políticos que se han vuelto “comprensivos”, por no decir indulgentes con la forma de eyectar a Zelaya.
El extraño caso venezolano. En Venezuela ha ocurrido algo que debería estudiarse con más profundidad. La mayoría de los partidos y de los dirigentes de oposición salió a condenar “el golpe” en Honduras; mientras que se puede constatar que una vasta simpatía hacia ese acontecimiento recorrió las filas de la disidencia de a pie. Se aprecia una disonancia entre la opinión de arriba y la de abajo.
Ninguna de esas dos reacciones se refiere, en realidad, a Honduras sino a Venezuela. El síndrome de la culpabilidad se ha apoderado de una parte significativa de la dirección opositora que se siente compelida con frecuencia a aclarar que no es golpista, como respuesta al discurso oficial que la acusa y la mantiene prisionera de la racionalidad chavista. Los verdaderos golpistas, los del Gobierno, acusan a sus opositores de tales; inexplicable chantaje que provoca aquellas aclaratorias compulsivas. En el fondo es que no se han revelado, analizado ni digerido, los entretelones de la breve huida de Chávez en abril de 2002. Así como el Gobierno vive obsesionado porque un día le volverá a llegar una manifestación a Miraflores para sacar a Chávez del poder; así viven obsesionados muchos dirigentes opositores en dar pruebas de profilaxis antigolpista.En la calle, sin embargo, pareciera que las opiniones son otras, y se muestran partidarias de una solución hondureña al autoritarismo rampante e incontenible del Gobierno. Hay quienes critican tal posición y la consideran producto de una derechización de sectores ciudadanos, deseosos de soluciones a punta de pistola; deslizamiento que, sin duda, se ha producido en ciertos casos. Sin embargo, hay niveles de la sociedad que no se han derechizado, pero han llegado a la convicción de que Chávez no podrá ser reemplazado en ningún caso a través de elecciones, porque éstas no son ni han sido libres y limpias, y que cuando de todas maneras las pierda el Gobierno, desconocerá a los funcionarios electos, como ha ocurrido con los gobernadores y alcaldes electos en noviembre de 2008.
El proceso hondureño, discutido en clave venezolana, es lo que se mueve en el debate que tiene lugar en América Latina, invadida por la bacteria redentora con la que el bolivarianismo la ha infectado.
¿Cómo se detiene esto? La atiplada y brutal expresión de Rafael Ramírez, el capataz de Pdvsa, según la cual no es admisible que en la industria existan trabajadores que no sean chavistas y menos que tengan posiciones en la dirección sindical, es clave en la comprensión del grado de bestialidad del régimen. La lista de Tascón, como mecanismo de exclusión, fue tan condenada socialmente que Chávez tuvo que hacer un giro demagógico después de haberla empleado hasta la saciedad, y llamó a enterrarla. Mostraba, entonces, un resto de pudor. Lo que este miserable de Ramírez ha hecho es exhibir que ya el pudor ni siquiera importa; la hoja de parra ha sido desechada y sin la menor turbación las hetairas andan mostrando sus partes, rojitas como las de los mandriles, y putrefactas como la de los fascistas.
Es muy difícil convencer a un trabajador disidente del chavismo o a un obrero de Guayana de que llegará un momento cuando Chávez, derrotado en unas elecciones libres y limpias, abandonará el poder para regresar a sus viejas experticias en la cantina apureña o en las caimaneras barinesas. Es lo que ha pasado en Curiepe: ante la ausencia de ley, el hecho puro, fáctico, de la fuerza; si la GN la emplea, los ciudadanos también.
Es la misma tragedia que tiene lugar con la ofensiva contra los medios de comunicación privados. No es que en algún momento futuro van a ser tomados por el Gobierno; la cuestión es que ya mismo, con los solos anuncios hechos, han sido desestabilizados internamente. Con directivos, dueños, periodistas y trabajadores en general envueltos en una larga e incierta despedida.
El resultado de esta situación es que la Venezuela democrática está sometida a una ofensiva implacable, sin que una contienda electoral limpia parezca posible, y sin que una salida hondureña parezca deseable o viable, sea porque se la repute de golpe de Estado, sea por la dificultad de tener enfrente a la comunidad internacional aunque, al final y como Dios, ésta aprieta pero no ahorca. Más bien suena como si la salida tendrá sabor local, sabor a Curiepe.
De todos modos, subsisten las preguntas: ¿Será que el régimen de Chávez se estabilizó y se vacunó contra cualquier trastabilleo? ¿O será que la vorágine represiva indica que se incendió la pradera, pero el viento cambió de dirección, y le comenzó a quemar el trasero a los paladines rojos? ¿Será Curiepe un signo de los cielos o un fuego fatuo?
3 comentarios:
Ah caramba! otro que sueña y se inventa una de vaqueros. Me imagino que CARLOS BLANCO solo le interesa oir informaciones sesgada y friamente calculadas lo cual colma sus expectativas en cuanto al futuro del "regimen chavista". Carlos Blanco es de los que se creyeron("ingenuidad fingida") que la guarimba de CURIEPE, ordenada por el gobierno de Miranda, era una reaccion popular semejante a la iniciada en GUARENAS, en febrero de 1989, que dio origen al CARACAZO y debilito los estamentos de poder del gobierno entreguista de CARLOS ANDRES PEREZ. No mi estimado CARLOS, el pueblo no acompaña ese tipo de actitud, como la ocurrida en CURIEPE. Curiepe es un pueblo noble, pacifico, de tradiciones, que dio su mayoria de votos al proceso revolucionario. La salida en HONDURAS tendra sabor a CARACAS, como un 13 de abril cuando todo un pueblo se volco a las calles a pedir la RESTITUCION CONSTITUCIONAL DEL PRESIDENTE CHAVEZ cuyo gobierno estaba en manos de un gobierno de facto, tal como acontece a HONDURAS...amanecera y veremos.....saludos.....ATTE. GUILLERMO MELENDEZ.
Los Militares de Honduras
Las Fuerzas Armadas de Honduras han actuado de una manera muy curiosa en el episodio de la destitución del presidente Manuel Zelaya Rosales. Curiosa actuación, decimos, porque luego de su decidida y eficiente intervención, los Militares de Honduras regresaron a sus cuarteles, no se aprovecharon de la crisis, y dejaron en manos de los civiles el escenario político, Nacional e Internacional.
Los Militares de Honduras, guiados por su conciencia y bajo la dirección de las de las legítimas autoridades constitucionales de su Nación, procedieron a someter a las escoltas presidenciales y conducir fuera del País al desbocado Zelaya, en una acción policial tendiente a evitar dislocaciones y alteraciones del orden público. El presidente había violado reiteradamente la Ley y la Constitución; se encontraba en estado de rebelión frente a los Poderes constitucionales, y estaba siendo manejado desde el exterior para lesionar grave y profundamente las instituciones de su País, poniendo en grave peligro la vida de los hondureños.
¿Por qué actuaron de esa manera tan curiosa si sabían que Hugo Chávez y su Corte de mantenidos los iban a insultar para luego llamarlos a imitar sus felonías? ¿Por qué actuaron así?
Los Militares de Honduras actuaron así porque no querían que siguiera la siembra del odio social en su pueblo.
Los Militares de Honduras actuaron así porque no querían que un mandatario extranjero, Hugo Chávez o Fidel Castro, manejara a su Presidente.
Los Militares de Honduras actuaron así porque la Economía de su País se estaba destruyendo, anunciando desempleo, pobreza, escasez y hambre para su pueblo, bajo el espejismo de la “ayuda” petrolera.
Los Militares de Honduras actuaron así porque no querían que su Patria siguiera siendo territorio de paso de la droga.
Los Militares de Honduras actuaron así para proteger la vida de los civiles, a riesgo de las suyas.
Los Militares de Honduras actuaron así porque no querían tener en sus unidades y cuarteles un comisario castrista que los vigilara y dirigiera.
Los Militares de Honduras actuaron así porque en su Constitución, como en todas las nuestros países, están consagradas sus obligaciones de proteger sus fronteras soberanas, sus instituciones y la vida de sus conciudadanos.
Los Militares de Honduras actuaron así, en fin, por dignidad y orgullo patrio.
¿Qué opinarán de todo esto los Militares de Venezuela? ¿Seguirán en “honduras”?
Caracas, 19 de julio de 2009
Luis Betancourt Oteyza
LA ACTUACION DE LOS MILITARES EN HONDURAS.
Pensar que los militares en HONDURAS, los de ALTO RANGO, han actuado a motus propio causa verdadera risa. Decir que ellos previnieron el caos y actuaron apegados a la Constitucion para luego encuartelarse, solo se le ocurre a alguien que ha seguido los sucesos por los medios que la ultraderecha maneja. Los militares en HONDURAS actuaron bajo las ordenes del COMANDO SUR de los EE.UU, desde su base militar de PALMEROLA-HONDURAS. Los oficiales de HONDURAS, muchos de ellos recibieron y reciben entrenamiento de la ESCUELA DE LAS AMERICAS, instancia de formacion militar para tumbar gobiernos y eso esta demostrado en documentos desclasificados de EE.UU. La alta oficialidad de HONDURAS no estudian los contextos poiticos como para planificar una destitucion forzada a menos que reciban instrucciones del COMANDO SUR en contubernio con la OLIGARQUIA HONDUREÑA. Es curioso oirle a alguien decir que los militares actuaron asi para evitar el odio entre hondureños, ¿acaso el pueblo hondureño ha vivido en PAZ luego de las actuaciones de estos criminales?. Los militares actuaron asi porque no tienen conviccion propia y prefirieron dejar "la conduccion" del pais a unos civiles que se han perpetuado en el poder por generaciones. Los militares de HONDURAS(alto rango) no tienen una vision de pais, persisten y apoyan la idea de que HONDURAS siga siendo un trspatio de los EE.UU. No creo que la oficialidad media aguante mucho la manera de pensar de estos "gorilas" libres y confesos. En VENEZUELA la mayoria de la oficialidad ALTA Y MEDIA acom pañan al pueblo en sus luchas y han conformado una verdadera dupla civico-militar que esta atenta ante cualquier aventurero que quiera golpear nuestra Constitucion Bolivariana que en esencia esta consustanciada con la verdadera participacion popular o ciudadana.....saludos....ATTE. GUILLERMO MELENDEZ.
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