POR:MARIANELA SALAZAR.
Chávez podrá desmentir una y mil veces sus vínculos con organizaciones terroristas como las FARC y la ETA, continuar negando las denuncias, pero no podrá salvarse de responder a las graves imputaciones cuando sea desalojado del poder y sea conducido hasta el banquillo de los acusados en una corte internacional penal, como La Haya. Los dos etarras detenidos la semana pasada en España que confesaron haber recibido entrenamiento en Venezuela, entre julio y agosto de 2008, señalaron como sus instructores a Arturo Cubillas y José Lorenzo Ayestarán, dos etarras con orden de detención internacional cursada por el juez Velasco, de la Audiencia Nacional Española, que ha sido deliberadamente incumplida por el Gobierno venezolano. Chávez se niega a extraditar al etarra Arturo Cubillas, a pesar de su terrible prontuario criminal porque es una ficha muy colaboradora del “proceso”. En cuanto a José Lorenzo Ayesterán, en marzo de este año cayó preso en Francia junto al número uno de ETA, trabajó varios años en frigoríficos de pescado en Cumaná y Güiria puerta de salida de la droga hacia Europa y en 2006 estuvo a punto de obtener la nacionalidad venezolana. En mi columna del 25 de junio de 2008 denuncié que el etarra Arturo Cubillas dictaba ideología militar en la Escuela de Operaciones Especiales del Ejército, en Fuerte Cocollar, estado Sucre, a funcionarios civiles que fueron insertados como oficiales activos en la Fuerza Armada. Posteriormente se descubrió que “el profesor” Cubillas no sólo daba clase de ideología a capitanes y mayores venezolanos en Cocollar, sino que también dictaba cursos más avanzados de armas y explosivos nada más y nada menos que a los guerrilleros del bloque Caribe de las FARC, según consta en el auto judicial del juez Velasco.
Cantan fino
Cantan fino
Chávez ha puesto en duda las delaciones de los dos etarras que aseguran que Cubillas y Ayestarán fueron los instructores en Venezuela, pero en España el Ministerio Público sabe que cuando los etarras testifican “confiesan cosas ciertas”, según lo revelaron a la agencia Efe. El Gobierno venezolano también sabe que si Cubillas es extraditado podría negociar con la DEA y delatar operaciones de ETA en Venezuela, con grupos terroristas en el Medio Oriente y la narcoguerrilla.
Reconocerá también que estuvo junto al líder de las FARC, Iván Márquez, preparando en terrorismo urbano a paramilitares hondureños para desestabilizar Honduras. Chávez podrá apelar a sus argumentos pueriles, dirá que los etarras cantan en una orquesta contra la revolución bolivariana, que también son parte de una conspiración internacional, podrá reírse de la justicia española y de la solicitud formulada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo para que Rodríguez Zapatero rompa relaciones con Venezuela, pero la justicia en España o en La Haya reirán de último.
Nido de etarras
No es un secreto para nadie que en el Ministerio de Agricultura y Tierras, institución clave para adelantar el socialismo agrario y destruir el aparato productivo, hay un grupo de funcionarios que implementan políticas de confiscación de tierras que pertenecen a la población etarra en Venezuela. El más buscado por Interpol en el país, Arturo Cubillas, fue director de la Oficina de Administración y Servicios de ese despacho; y su esposa, Goizeder Odriozola, fue directora general del Despacho de la Presidencia de la República cuando estaba al frente Elías Jaua. Goizeder ha sido reseñada recientemente por la prensa cuando tapó la cámara de Globovisión, mientras el vicepresidente Jaua le metía un empujón al periodista Jhonny Ficarella.
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