martes, febrero 26, 2008

"El Mago" ("Chávez...pretende conducirnos con su visión mágica de la realidad...")


POR: EDGAR CHERUBINI LECUNA.

Antropólogos y etnólogos como Wilson, Schaden y Eliade, han estudiado el mito de la búsqueda del Paraíso y el de la Tierra de la Abundancia Eterna en las culturas indígenas de Suramérica, así como el papel fundamental de sus chamanes. En un capítulo sobre los Guaraníes de Brasil, Mircea Eliade (The Queso) comenta: “Los chamanes, obedeciendo a sus sueños y visiones conmueven a sus tribus con relatos, en especial el de la búsqueda de la Tierra de la Abundancia Eterna, para lo cual convencen a los suyos de renunciar a toda actividad profana y que dancen día y noche en vez de salir a trabajar a los conucos, prometiéndoles que las cosechas crecerán solas, que la comida, en vez de escasear, llenará sus chozas, y que los azadones removerán la tierra por sí mismas, que las flechas saldrán solas a cazar para sus dueños y capturarán muchos animales”.

Recientemente alguien escribió sobre la dificultad que han tenido algunos escritores y periodistas latinoamericanos de convencer a sus editores que sus crónicas no tratan temas de ficción, sino por lo contrario, que reflejan y narran los hechos tal cual suceden por estas tierras. Quizás el concepto más atinado para describir y tratar de entender nuestras realidades, atribuido al escritor Alejo Carpentier, sea el de “Realismo Mágico”. Esto viene a colación, a propósito del programa “Aló Presidente” emitido el tercer domingo de febrero y que incluyó en su superproducción sobrevuelos en helicóptero por la región de los llanos occidentales. El Presidente, ya en tierra, rodeado de sus guardaespaldas y actores de reparto vestidos de rojo, presentes en el set saturado de cámaras de televisión, con un dejo de sorpresa remarcado por el primer plano que hacía que su rostro ocupara toda la pantalla, se preguntaba en voz alta y con pausas que anunciaban su enojo, el por qué, durante su recorrido aéreo, no había visto rebaños de ganado en esos pastizales eternos, ni surcos de arado que se perdieran en el horizonte, ni miles de hectáreas de cosechas listas para la recolección. Ese día, por un instante, una manigua de pensamientos le impidió continuar despejando la pica hacia ninguna parte que venía abriendo desde hacía horas, días y años ante un país invisible detrás de las cámaras de su revolución mediática. Se produjo un intenso silencio luego de su pregunta, algo insólito estaba sucediendo, pues poco tiempo atrás, en una visita relámpago a esa zona luego de una de sus visiones sobre el “desarrollo endógeno”, él había impartido órdenes precisas y claras: ¡que la tierra produjera sus cosechas! ¡Que las vacas dieran leche y parieran becerros!, pero fuerzas invisibles impedían que de la cornucopia del escudo nacional manaran los alimentos y frutos de esta tierra de gracia, generosa y pródiga: vacas, leche, becerros, pollos, caraotas, café, maíz. Volvió en sí, y entre risitas, guiños y chanzas, increpó con un aire malhumorado al responsable del “Ministerio del Poder Popular para la Cornucopia”, un tal Loyo: “!...Loyo, cuál es el rollo!” exclamó el Presidente esta vez haciéndose el cándido. El Primer Chamán, que otrora hacía que el sol saliera todos los días por el oriente, se mostraba consternado por la pérdida de sus poderes mágicos. Su estribillo o mantra del “desarrollo endógeno”, de la “agricultura endógena”, de los “ejes de desarrollo”, sus cantos de ordeño en cadena nacional, sus órdenes dictadas en un programa anterior en esa misma región, no habían producido efecto alguno en los campos y potreros. Las danzas ceremoniales, sacrificios humanos e invocaciones con las que el piache mantenía el flujo de las estaciones de abundancia no estaban trabajando a su favor. Mencionar a viva voz sus deseos no significaba materializarlos. Sintió que se le agotaban los artificios. Ese día, desde el aire, vio la realidad, un paisaje desolado, una tierra de nadie, yerma, arrasada. Los remanentes que quedaban en el país, de gente e infraestructura agrícola y ganadera, desarrollo sabio y lento de quienes se ocupaban por generaciones de producir de la tierra, fueron suplantados definitivamente por un modelo de desarrollo instantáneo, ¨mágico” como es el del petróleo, que tiene “la fuerza de un mito”, provoca la ilusión de lo milagroso, además de comprar voluntades y conciencias en todas partes. El crecimiento exponencial de las importaciones, que los expertos sitúan para este año en 50 mil millones de dólares, es anunciado como un logro mágico de su gobierno, cuando vemos al Presidente a la semana siguiente en pleno trueque de barriles de petróleo por quintales de avena y, como un prestidigitador que luego de un gesto hace aparecer un conejo, mostrar eufórico a su pueblo en cadena nacional a los barcos arribar a puerto cargados de vacas provenientes de Brasil, con carne de Argentina, con cochinos de Nueva Zelanda, caraotas de China, o leche de Bielorusia. Nos remite por analogía a lo que Bryan Wilson descubrió entre los aborígenes de Nueva Guinea: el “Cargo cult” o “culto a los cargueros”. “Los nativos, al ver que los europeos llegaban en barcos cargados de mercancías, pensaban que eran los espíritus de sus antepasados que les traían regalos, por lo que dejaban de trabajar y se iban a los puertos a esperarlos y a realizar ceremonias y danzas ante los enormes cascos panzudos repletos de provisiones, convirtiéndose en un verdadero culto a los barcos que atracaban en el puerto” (Magic and the Millenium).

En Venezuela nos hemos alejado de las certezas y hemos construido una “cultura del milagro”. Nadie como Cabrujas supo retratar los espejismos del populismo a través del símil de un Estado conducido por un brujo, un chamán o un mago: “¿De dónde sacamos nuestras instituciones públicas? ¿De dónde sacamos nuestra noción de Estado? De un sombrero, de un rutinario truco de prestidigitación. Un candidato que no nos prometa el Paraíso es un suicida. ¿Por qué? Porque el Estado no tiene nada que ver con nuestra realidad. El Estado es un brujo magnánimo”.

Volviendo al tema del chamán, éste encarna una cosmogonía con la que envuelve y comanda a la tribu a través de ceremonias y cultos, que unifican las mentes en la exploración de una dimensión invisible, mítica. En la Venezuela de hoy, encontramos que el Estado, las instituciones, la nación entera con sus riquezas y sus recursos, se encuentran encarnados en un solo hombre, el Presidente Chávez, quien pretende conducirnos con su visión mágica de la realidad hacia un nuevo milenarismo, convertiendo a la economía rentista y al país importador en un culto mágico donde él, a través de las pantallas de televisión, es el oficiante.

El antropólogo Fernando Coronil (El Estado Mágico), afirma que “el estado venezolano cautiva mentes. El público, sujeto al encantamiento, ni participa ni internaliza los argumentos: es conquistado, subyugado, arrastrado por el flujo persuasivo de la retórica. El estado tiende a deslumbrar mediante las maravillas del poder, no a convencer mediante el poder de la razón. Con la fabricación de deslumbrantes proyectos de desarrollo que engendran fantasías colectivas de progreso, lanza sus encantamientos sobre el público y también sobre los actores, se apodera de sus sujetos al inducir la condición de receptividad para sus trucos de prestidigitación: un estado mágico”.

Asistimos, perplejos, a la mayor elaboración en nuestros años de historia como nación, de la taumaturgia y la deificación de un Estado petrolero absolutista y rentista, que “ejerce el poder de forma teatral” y que, mediante el despliegue espectacular de los medios, impone su presencia en todos los espacios físicos y espirituales del país y su gente, “un estado que trata de conquistar, no de persuadir”, a través de sus prestidigitadores, vestidos antes con chaquetas a cuadros y, ahora, con uniformes militares y boinas rojas. “Pero, sucede que la magia alude a una realidad extraordinaria, pero también a una representación selectiva de elementos que provoca una ilusión, mediante invisibles manipulaciones apoyadas en la distracción y la diversión. Como la historia, la magia pende entre la ficción y los hechos, entre los trucos y la verdad” (Coronil).

Pese al fracaso y el desacierto en todos los órdenes de su gobierno debido entre otras, a la deificación del Petro-Estado rentista, a la ausencia de una visión coherente del desarrollo, a la carencia de políticas públicas sustentables, al despilfarro, a la ineficacia, y en especial al desatino mesiánico, nos encontramos frente a un prestidigitador, lenguaraz y astuto, que insiste en cautivar a su público con los mismos trucos una y otra vez. El saltar, sin orden ni concierto, de un tema a otro, sin fijarse en ninguno en concreto es lo que más ha utilizado para desconcertar a los menos educados y a los menos informados, mientras mueve sus dedos habilidosos para sacar la carta oculta, el ramillete de flores de plástico o la paloma del sombrero antes vacío. Los supuestos planes y soluciones a las urgentes necesidades de los venezolanos, se ven sepultados por un alud de trivialidades, chistes y anécdotas irrelevantes. Por hablar en exceso, deja ver un flanco que mucho daño le hace a su show y que ya su audiencia no traga: lo que evade, lo que omite, los temas y las respuestas que la gente está esperando escuchar, la imposibilidad de mostrar obras, hechos concretos, realidades, en vez de fantasías. Parafraseando a Woody Allen, podríamos elaborar un retrato de este ilusionista y sus circunstancias: “Ante una multitud perpleja, el mago hizo un gesto y desapareció el hambre, hizo otro gesto y desapareció la injusticia, hizo otro gesto desapareció la delincuencia, hizo otro gesto y todos estuvieron felices y aplaudieron. Entonces, de entre la multitud, apareció un hombre virtuoso, habló de certezas con sabiduría y realismo. Al primer gesto que hizo, desapareció el mago”.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿“El derrumbe”?
Angel Lombardi

Martes, 26 de febrero de 2008


Pareciera el empeño de Chávez anticipar su salida del gobierno. La soberbia combinada con la ignorancia es una receta infalible para perder el poder; así sucedió con Cipriano Castro, ese antecesor tan querido por el caudillo.
Nadie creía en el colapso de la Unión Soviética y cayó como un castillo de naipes; implosionó, desde sus propias entrañas. Así pareciera ser con el actual régimen.

Diversas informaciones se acumulan y se filtran: en las fuerzas armadas la inquietud es creciente y el rechazo mayoritario a las políticas gubernamentales de las “ayudas multimillonarias” a gobiernos “amigos” del exterior. Igualmente les preocupa la presencia de “milicianos” cubanos, 30.000 aproximadamente. También se habla de unos 10.000 “fundamentalistas” o guardias de la revolución iraníes y otros grupos, entrenados en subversión urbana y actos terroristas (FARC, ETA, etc), además de la guerrilla de las llamadas Fuerzas Bolivarianas de Liberación, operando en nuestra frontera. Otro ingrediente que produce mucho ruido e inquietud, como es obvio, en nuestras fuerzas armadas es la difícil, compleja y riesgosa situación con Colombia.

En el sector oficialista y en el gobierno las contradicciones y las confrontaciones tienden a generalizarse, como fue el caso de la salida intempestiva de Vielma Mora del SENIAT, quien se opuso a utilizar el arma impositiva contra la Polar y Globovisión.

La superintendencia de bancos (SUDEBAN) aparentemente también se negó a actuar retaliativamente con un banco de capital mayoritariamente español.

Tascón denuncia la corrupción en el gobierno concretamente en el MINFRA y señala al hermano de Diosdado Cabello; este responde descalificando a Tascón y acusándolo de agente del imperialismo.

En PDVSA las aguas se enturbian y se vuelven cada vez más tormentosas con un Ministro Ramírez alzado, presuntamente, gracias a la cantidad de cosas inconvenientes que sabe y que no acepta renunciar ni que lo renuncien ignominiosamente. Da la impresión que cada ministro anda por su lado y el gobierno languidece en la corrupción y en la ineficacia, en la retórica reiterada y vacía del presidente.

Todo lo dicho anteriormente pudieran resultar simples especulaciones de prensa y de medios de comunicación alimentados por un afán oposicionista, pero como quiera que sea, el pueblo en su sabiduría dice que cuando el río suena es porque piedras trae, de allí que todo estos rumores pudiendo ser eso simples rumores no dejan de llamar la atención sobre un panorama político de contradicciones crecientes en el seno del gobierno y el oficialismo.

En un país de régimen parlamentario el cuadro descrito obligaría al gobierno a dimitir y a llamar a elecciones anticipadas; en el caso venezolano de régimen presidencialista, el gobierno tiene todavía cinco años por delante para rectificar, reconciliar y gobernar; que racionalmente sería lo deseable y lo más conveniente para todos; lamentablemente no es así, Chávez está ciego y sordo y pareciera empeñado en precipitar el fin de su gobierno; todavía tiene un respaldo importante, entre el 35% y 38% según las encuestas serias, si continua bajando este respaldo en el desgobierno, el país político entraría otra vez en tiempos de constituyente como único recurso político racional para enfrentar la profunda crisis institucional, política, económica y social que crece y nos acosa casi de manera fatalista.

rector@unica.edu.ve

Anónimo dijo...

1

Regresó José Rojas al Ministerio de Finanzas y empezó de una con las notas estructuradas que tanto le gustaban. Los banqueros amigos de José, pues los tiene y muy buenos, están de lo más contentos. Emisiones de 150 millones de dólares son asignadas sin competencia alguna. No hay baremo. No hay licitación. No hay subasta. Sin concurso. Directamente. A dedo. José no quiere que su nombre aparezca para nada. No quiere cargos.

Despacha desde la oficina de Rafael Isea y ha designado un buen grupo de altos funcionarios. José estuvo muy ligado al Banco de Venezuela. Sería inconveniente que las notas estructuradas fueran compradas en su mayor parte por el banco español. José le reporta directamente al presidente Chávez. Dicen en los pasillos de Miraflores que quieren verle el hueso a Tobías Nóbrega. Los enemigos del portugués, que son los mismos de Tascón, fueron desplazados de las arcas nacionales cuando Tobías fue ministro. Nelson Merentes los mantuvo igualmente a distancia. Los andan cazando.

2.

Las declaraciones de Farruco Sesto son vergonzosas. Se ha convertido en el más musculoso “jaletis” del Presidente. Recuerdo que en las discusiones en el PPT, en relación con la candidatura de Chávez, Farruco denostaba del Presidente. Lo tildaba de “militarcito conspirador”, le decía “golpista antidemocrático”, se opuso hasta el final al apoyo electoral. Ahora luce abyecto en su actitud laudatoria. Su pasión encomiástica es penosa. Su arrodillamiento panegírico luce desproporcionado. Está bien que haya cambiado de opinión y que los cargos que ha detentado le hayan modificado el alma, pero a tales niveles luce falsa. Engañosa. La última carta pública a Joan Manuel Serrat habla por sí sola. En su manía de hacerse notar con el Presidente es capaz del ridículo internacional más sonado. Juzguen por ustedes mismos…

Y por último ¿sabes una cosa?: si algún funcionario público pudiera cometer un mal acto, esa persona no sería precisamente el presidente Chávez. Nunca él. No va con su naturaleza. Amigo, permíteme que te llame de esa manera porque de verdad lo eres, aunque no lo sepas. Tus canciones, la imagen de tu sencillez y tranquilidad de espíritu, así como la referencia del compromiso tuyo con una visión incluyente del mundo, han sido algo importante en mi vida, somos, por así decirlo, de la misma camada. Pues yo nací en octubre y tú en diciembre de 1943. Viejos camaradas, uno de ellos sin conocer al otro, luego te fui siguiendo a lo largo de estos cuarenta y tantos años, comprando casi todos los discos que sacabas y asistiendo a tus conciertos, junto a ese otro gran amigo y camarada (aunque él tampoco lo sepa) que se llama Joaquín Sabina. Aún siendo ministro del poder popular para la Cultura, no hice ningún esfuerzo por saludarte ni por hacerme notar. Tampoco estuve en los lugares preferenciales. En ese momento yo era únicamente un espectador agradecido por el hermoso regalo que nos estaban dando Serrat y Sabina.

3.

Tascón y Cabellón. Tascón no es para nada mocho. La encerrona que le preparó Diosdado Cabello no funcionó como esperaban.

Tascón tocó con el pétalo de una rosa al poder en su estado puro. Al centro del poder político y partidista.

Imagínense cuando “el gocho” enfile no los pétalos sino los obuses y cohetes. Como no pudieron engañar a la gente en relación a su expulsión del Psuv, que era falsa de toda falsedad, tuvieron que desmentirse y apelar a la Asamblea Nacional para aplicarle una sanción. Se le vio la costura a la pelota. Hay intocables dentro del gobierno y dentro del partido. De verdad que todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros.

¿A quién se parece más Carlos Kauffman? ¿A Tascón. A Diosdado. A Iris Varela. A Lina Ron. A Jesse? Dígalo usted mismo. Compárelos sin miedos. Sin titubeos. Su respuesta le dirá hacia dónde va el asunto este que llaman “gobierno”.

La triple R está como la bebida aquella… “caballito frenao”.

De lo uno y de lo otro
EDUARDO SEMTEI ALVARADO
El Mundo

Anónimo dijo...

¡Este Chávez!
Febrero 26, 2008 por ticogil

Artículo Original publicado por Fernando Londoño el 18Feb2008.

“Si nunca vuelven las oportunidades perdidas, no tendrá Venezuela lágrimas para verter por las que perdió en estos años en los que Hugo Chávez despilfarró la mayor bonanza petrolera de su historia, y acaso la última para esta generación. Nunca ha sido tan pobre la nación hermana como ahora, cuando debió ser más rica“.

Cuando pudo convertirse en una potencia en los biocombustibles, para abrirle alternativas a una riqueza petrolera, inmensa pero que fatalmente se agotará; cuando pudo crear un polo de desarrollo industrial gigantesco, para penetrar en su provecho el cercano mercado de los Estados Unidos; cuando pudo ser el centro del desarrollo energético, tecnológico y ambiental de América Latina; cuando pudo situarse a la cabeza del enriquecimiento humano de este continente, Venezuela ha malgastado cuanto le dio la Providencia en todas las torpezas, los excesos y las corruptelas de este dictador de opereta.

Los viejos dictadores, con todas sus equivocaciones y violencias, eran cuando menos eficaces. Como para aplacar su conciencia y justificar su triste paso por la vida de los pueblos, dejaban puentes y caminos y puertos y canales. Pues ni eso le quedará a Venezuela cuando haga el balance de estos tiempos calamitosos.

Chávez es un personaje extraño. Nació dotado de una mecánica verbal apenas comparable con la de Fidel Castro, con una cierta habilidad para mimetizarse entre el follaje de los resentimientos y los odios colectivos, de modo que parezca, a primera vista, el reparador de antiguas injusticias.

Tiene la excelente memoria de los resentidos y el histrionismo de unos cuantos de los payasos que extrañas circunstancias hicieron poderosos. Talento medianísimo, ilustración inferior, inexistentes los frenos morales, ambición que lo desborda, carece también de cualquier rigor para la autocrítica. En suma, que es un sujeto de alta peligrosidad.

Cualquiera podría suponer lo que ocurriera el día que vinieran a disposición de una persona así cuarenta mil millones de dólares por año. Giovanni Papini dedicó una de sus obras inmortales -El Libro de Gog- a una hipótesis semejante. Pero las extravagancias fabulosas de este rico sin fronteras, terminaban por ser inofensivas. Chávez es como Gog, pero en perverso y en torpe. El otro era ingenioso y en el fondo bonachón.

La peligrosidad de Chávez no es hipotética. Ecuador la está pagando, pues que con el dinero del petróleo venezolano se instauró allá otra dictadura de pésimo pronóstico, la de Correa, cuyos costos a nadie escapan; está acabando con Bolivia, apoyando a Evo Morales, cuyo menor defecto es el de cocalero actuante y confeso; a Nicaragua le instaló por segunda vez un matón corrompido; demoró la transición en Cuba, mediante la transfusión de cinco mil millones de dólares por año, que los venezolanos pagan, adoloridos y pacientes; le ha tendido la mano a los “pingüinos” argentinos, con la friolera de más de diez mil millones de dólares en bonos que el mercado mundial aborrece; y Perú y México tienen la amarga experiencia de haberse sentido al borde de sendos abismos chavistas.

Pero ahora, más desesperado que nunca, vuelve a poner sus ojos en Colombia. Porque su situación interna es catastrófica. Cuando no hay comida en los mercados, cuando ya la oposición se sabe mayoría y el pueblo está dispuesto a batirse por Globo Visión, sólo le queda un conflicto internacional. Que no será con los Estados Unidos, pero que sí puede ser con Colombia. A un sujeto como Chávez no le queda lejos nada. Hitler, al que se parece tanto, invadió Polonia y después se metió en Rusia.

Chávez no tiene con qué invadirnos, pero se muere de ganas de ensayar sus aviones rusos y de precipitar la más infame e irracional de las guerras. Este Chávez, no es un valiente. Lo demostró cierto 4 de febrero. Pero sí es un loco, como lo demuestra todos los días. Y un loco megalómano, con plata en la chequera y juguetes letales, demasiado para lo que nos merecemos, nosotros y nuestros queridos hermanos venezolanos.

Anónimo dijo...

Venezuela: País en bancarrota
Febrero 22, 2008 por edumartinez

ENTREVISTA DE JOAQUIM IBARZ, CORRESPONSAL DEL DIARIO “LA VANGUARDIA” DE BARCELONA CON DOMINGO ALBERTO MAZA ZAVALA, EX-DIRECTOR DEL BANCO CENTRAL DE VENEZUELA EL PASADO 11/02/08.
“Venezuela vive una situación crítica por la prolongada escasez de alimentos. En este país nunca habíamos pasado una situación tan grave de falta de productos indispensables, como la leche y los huevos”, afirma Domingo Maza Zavala, quien fue director del Banco Central de Venezuela (BCV) desde 1994 hasta hace unos meses.

Considerado la voz económica más autorizada de Venezuela, Zavala afirma: “La carestía de alimentos no se resolverá a corto plazo. El desabastecimiento no es estacional ni obedece a la especulación como dice el Gobierno, es un problema estructural”.

¿Cómo faltan alimentos en un país con tanta riqueza?

Chávez quiere que el Estado crezca más y tenga mayor peso. Ha creado un llamado sector social de la economía, a base de comunidades, grupo de trabajadores, cooperativas. Fincas y empresas industriales que estaban en la producción han pasado a manos del Gobierno por una vía arbitraria. Estas fincas y empresas dejan de producir. al pasar a estas manos. No hay sentido de Estado. El movimiento cooperativo es ficticio. Las cooperativas se forman con gente sin organización y sin la menor voluntad de trabajo. Los subsidios se malgastan. Sin seguridad personal y jurídica nadie invierte. La producción se ha derrumbado y aumenta la población y la demanda.


¿Qué hace Venezuela con los ingresos del petróleo?

Los recursos petroleros han permitido subsidiar a los sectores populares. Pero el aumento de los ingresos sociales no se ha correspondido con un aumento de la producción, lo que provoca la escasez aguda de alimentos y que tengamos la inflación más alta de América Latina. El subsidio no está sustentado en una contribución real de los beneficiados al producto nacional.

¿Los subsidios han eliminado la pobreza?

No. Ahora hay más pobres que antes. Los subsidios los mantienen en la pobreza. Chávez da dádivas, pero no crea puestos de trabajo ni construye viviendas. Hay más pobres que antes porque prolifera la gente que vive del Estado sin contribuir a la riqueza social. La gente se acostumbra a cobrar sin trabajar, confía en recibir ingresos gratuitos, sin esfuerzo, lo que trae cierta descomposición moral. Personas que antes trabajaban han dejado de hacerlo porque reciben un subsidio gratis. Se ha creado la mentalidad de ‘el Estado debe sostenerme porque soy copropietario del petróleo’. He oído decir ‘para qué vamos a trabajar si tenemos petróleo’, que trabaje el extranjero.

¿Qué pasará si desciende el precio del petróleo?

Si el barril del petróleo baja a 70 dólares, algo posible, el gasto del Estado no podría sostenerse y la política social de Chávez se derrumbaría. El crecimiento del gasto público es insostenible.

¿Aumenta el gasto público?

Al comienzo del mandato de Chávez el gasto público era de 15.000 millones de dólares anuales, ahora es de unos 80.000 millones. Según cifras de la OPEP, Venezuela produce unos 2.500.000 barriles de petróleo diarios, es casi nuestra única fuente de divisas. El consumo interno aumentó a 800.000 barriles. Y se regalan 100.000 a Cuba. Como máximo podemos exportar 1.700.000 diarios. A 70 dólares serían 43.400 millones de dólares al año. En importaciones el año pasado se consumieron 44.000 millones de dólares. Y en importaciones indirectas otros 6.000 millones. Este año las importaciones no bajarán de los 50.000 millones. Si añadimos el servicio de la deuda externa, con el petróleo a 70 dólares no se podrán afrontar todos los pagos.

¿De dónde va a salir lo restante?

De las reservas internacionales de 33.000 millones de dólares, las operativas no llegan a 25.000 millones, para seis meses de importaciones.

¿Creció la deuda externa?

Chávez la ha triplicado. La deuda externa es de unos 67.000 millones de dólares. Cuando llegó al poder la deuda era de 20.000 millones. Además, hay que sumar la deuda interna que emite títulos en deuda externa. La compañía estatal petrolera PDVSA tiene graves dificultades. Y encima Chávez le encarga tareas que no le corresponden, como proyectos sociales, compra y venta de alimentos, servicios de salud. Esto pone de relieve la incapacidad administrativa del Gobierno. Esas tareas corresponden al gobierno. PDVSA debe encargarse de producir y vender petróleo en buenas condiciones, lo que no está ocurriendo. Dependemos más que nunca del petróleo.

¿Habrá un estallido social?

A corto plazo no lo creo, pero si la escasez se acentúa, como todo parece indicar, puede haberlo. El propio ministro de Agricultura dice que se requieren ocho años para lograr un equilibrio alimentario. En ocho años ya estarán muertos los niños y ancianos.

¿Hay tanta corrupción en el Gobierno como se dice?

La corrupción con Chávez tiene características propias. Los nuevos corruptos son empresarios, militares, funcionarios, políticos, que reciben contratos, prebendas, beneficios en proporciones mucho mayores que en el pasado. Lo más grave es que no traducen en obras el dinero público que reciben. Roban rápido y son muy ostentosos. En ese sector son usuales grandes camionetas que cuestan 200.000 dólares. Corrupción sin obras, sin control. La contraloría (fiscal de cuentas) es inexistente. La Asamblea Nacional no controla nada.

Entrevista publicada en el diario “LA VANGUARDIA” de Barcelona el día 11/02/08.