POR: ELIDES J. ROJAS L.
Las señales más claras del tan anunciado socialismo aparecen por todas partes
Las señales más claras del tan anunciado socialismo aparecen por todas partes
A casi diez años de esta mezcla de guerra asimétrica diaria contra el imperio con robadera patriótica al descampado, ya el proceso ha logrado avanzar lo suficiente en materia de doctrina, ideología y ética como para afirmar que existe y se consolida una poderosa cultura propia del socialismo del siglo XXI.
Usted podrá ir a cualquier país del mundo y de ninguna manera encontrará las señales que hacen de Venezuela el pichón de superpotencia que el Gobierno, con sus patrones de excelencia, se empeña en construir. Y va bien. Demasiado bien.
La comida del venezolano es conocida internacionalmente como la dieta ONU. Caraotas de Estados Unidos, arroz de China, Carne de Argentina, pollos de Brasil, azúcar de Centroamérica, leche de Colombia. La revolución logró que el pabellón, plato emblema del nacionalismo más acendrado, se prepare con la más amplia y rica muestra de integración comercial.
La comida del venezolano es conocida internacionalmente como la dieta ONU. Caraotas de Estados Unidos, arroz de China, Carne de Argentina, pollos de Brasil, azúcar de Centroamérica, leche de Colombia. La revolución logró que el pabellón, plato emblema del nacionalismo más acendrado, se prepare con la más amplia y rica muestra de integración comercial.
La política de desarrollo endógeno impulsada desde Miraflores por la élite del pensamiento socioeconómico moderno, también marca hitos históricos en esa carrera indetenible hacia el desarrollo. Estos genios de a caballo y todo, se plantearon construir la pista de pruebas para vehículos más grande del mundo y lo lograron sin mucho esfuerzo. Colas interminables, huecos, megahuecos, grietas, desniveles, derrumbes, puentes en forma de arco y sin defensa y asfaltados irregulares son parte de la nueva ingeniería revolucionaria. Cientos de miles de carros importados se traen con la única idea de someter a prueba la calidad manufacturera de las odiadas transnacionales. Miles de camionetotas asiáticas, adecuadas para caminos difíciles, conforman la flota ministerial. Los carros importados son más socialistas, parece ser la línea orientadora del maestro.
En esta etapa de la revolución, siempre en fase de transición como la cubana, se acentúa la jerga típica de estos complejísimos procesos de cambio en medio de imaginarias luchas titánicas contra gigantescos imperios.
Ahora se vive así. Desabastecimiento, niples, bombas, policías en plan insurgente y terrorista, mentiras, manipulaciones, cadenas y más cadenas, promesas renovadas, gigantescos proyectos que nunca arrancaron ni arrancarán, las mismas caras en puestos clave, corrupción y ladronismo jamás castigado. Hambre, desempleo, basura, desidia, abandono, amenazas, pleitos, doble discurso, absolutismo, control tarifado de los poderes públicos, delincuencia y criminalidad. Mercales y Mercalitos, Pdval y Pdvalitos, racionamiento, colas y más colas. Fincas improductivas, pero rescatadas. Nuevos ricos agazapados, maletas voladoras forradas de dólares, coca en el desayuno, ser rico es malo, guerrilleros hermanos, cubanos hasta en la sopa. Fidel y Raúl. Evo, Daniel y Correa.
Nueva cultura. Nuevo hombre.
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