Luego de presenciar en Caracas la descomunal manifestación de respaldo contundentísima, que escenificaron los venezolanos el pasado sábado cuatro del corriente, marchando junto al candidato presidencial de la “Unidad Opositora Nacional”, Manuel Rosales cual si fuera un “Forest Gump” moderno a la venezolana; atravesando a pie y de punta a punta la ciudad capital en un recorrido de 26 kilómetros, recorriendo autopistas, avenidas y calles en un impresionante despliegue de colorido multicolor, de extraordinario y desbordante entusiasmo, de optimismo contagioso, de alegría, y bullicio colectivo atronador ; luego de semejante demostración de despliegue, de fuerza y capacidad de movilización de esta multitudinaria masa humana, de más de setecientas mil personas, según cálculos conservadores que estiman sus organizadores; quedó en el ambiente general en el país un sabor de victoria contagioso que se extiende como pólvora por todas partes. El oficialismo ha quedado paralizado, sin capacidad de reacción, este fenómeno reciente dejo un eléctrico espasmo que está transmitiéndole seguramente al huésped del Palacio de Gobierno en Miraflores un denso escalofrío por toda la columna vertebral, que le habrán hecho palidecer, al observar las imágenes transmitidas por la televisión a toda Venezuela por distintas estaciones.
Esta contundente manifestación popular del sábado no sólo han hecho reverdecer las esperanzas opositoras de conquistar una victoria electoral frente a Hugo Chávez, sino que la han colocado al nivel de poderoso adversario, de real amenaza, para las pretensiones continuistas del líder revolucionario. Podríamos asegurar que el “fenómeno Manuel Rosales” visto y vivido el sábado en Caracas y repetido en Barquisimeto el domingo 5, deberíamos bautizarlo como “el fenómeno Forest Gump Rosales”. Porque el candidato de la “Unidad Opositora Nacional Manuel Rosales”, ha logrado realizarle y reunirle una manifestación apoteósica, brutal, al régimen jactancioso de Chávez en su propio patio trasero, y así lograr enrarecerle el juego electoral al caudillo llanero en su propio terreno, el de las mayorías populares, que pareciera ya no le son afectas incondicionalmente; en donde se sentía más fuerte, allí mismito en la sede del poder en Venezuela en Caracas.
El “FOREST GUMP MANUEL ROSALES”, así lo bautizamos algunos respetuosamente, cuando lo vimos desprevenidos, pasar raudo, incansable y veloz, marchando junto a una “marejada humana”, con un gentío verdaderamente espeluznante, de gente espontánea de todas las clases y colores, integrantes de distintas agrupaciones políticas y sociales, personas trajeadas con todos los colores, apertrechados con banderas multicolores, armados de ilusión, coraje y esperanza; “Manuel Rosales Forest Gump ” nos transmite la sensación de aparente ingenuidad, pero al mismo tiempo de gran capacidad de reacción, como aquel mítico personaje de la laureada película Forest Gump, quien parecía no quebrar un plato pero al final quebraba la vajilla completa; aparentaba no tener las condiciones para ser un gran atleta, y terminaba siendo un aventajado deportista que solía correr más fuerte que los más entrenados; excelente soldado; inigualable campeón de ping pon;, y de paso, exitoso empresario camaronero;, y como si esto fuera poco, tierno y extraordinario padre y ciudadano; es decir, que parecía lento pero era más rápido que todos los demás; todo a costa de su presunta ingenuidad e inocencia. Alguien a quien solían subestimar pero que a punta de constancia, trabajo, lucha, honestidad, espíritu indoblegable y muchas ganas de hacer las cosas siempre bien como le dictaba su conciencia, a todo evento lograba al final salir favorecido y airoso, por obra gracia providencial, como que si lo ayudara Dios, o tal vez la ausencia de maldad en sus actuaciones; así vimos a Manuel Rosales en la marcha gigantesca del sábado en Caracas, cual si fuera el mismísimo “FOREST GUMP” y hubiera atravesado la ciudad entera caminando con una multitud acompañándole, que luego se detuviera en Petare un ratito, se volviera hacia la gente que lo seguía, y ante un fascinado público expectante, para decirles lo que menos esperaban de él, porque apartando el breve discurso que pronunció, al final les dijo la verdad sincera: “MUCHAS GRACIAS AMIGAS Y AMIGOS LOS QUIERO MUCHO, Y ME VOY A CASA. Y se bajó de la tarima, subió en su auto y se fue a alguna parte. Créanme, ¡que fenómeno!, se marchó dejando a todos los asistentes adorándolo, amándolo a rabiar, como se ama a un ser sincero e inofensivo como FOREST GOUMP, ¿será que ya estaban cansados de tantas palabras ofensivas y de discursos amenazantes y maratónicos, de aquel otro personaje ?.
Esta contundente manifestación popular del sábado no sólo han hecho reverdecer las esperanzas opositoras de conquistar una victoria electoral frente a Hugo Chávez, sino que la han colocado al nivel de poderoso adversario, de real amenaza, para las pretensiones continuistas del líder revolucionario. Podríamos asegurar que el “fenómeno Manuel Rosales” visto y vivido el sábado en Caracas y repetido en Barquisimeto el domingo 5, deberíamos bautizarlo como “el fenómeno Forest Gump Rosales”. Porque el candidato de la “Unidad Opositora Nacional Manuel Rosales”, ha logrado realizarle y reunirle una manifestación apoteósica, brutal, al régimen jactancioso de Chávez en su propio patio trasero, y así lograr enrarecerle el juego electoral al caudillo llanero en su propio terreno, el de las mayorías populares, que pareciera ya no le son afectas incondicionalmente; en donde se sentía más fuerte, allí mismito en la sede del poder en Venezuela en Caracas.
El “FOREST GUMP MANUEL ROSALES”, así lo bautizamos algunos respetuosamente, cuando lo vimos desprevenidos, pasar raudo, incansable y veloz, marchando junto a una “marejada humana”, con un gentío verdaderamente espeluznante, de gente espontánea de todas las clases y colores, integrantes de distintas agrupaciones políticas y sociales, personas trajeadas con todos los colores, apertrechados con banderas multicolores, armados de ilusión, coraje y esperanza; “Manuel Rosales Forest Gump ” nos transmite la sensación de aparente ingenuidad, pero al mismo tiempo de gran capacidad de reacción, como aquel mítico personaje de la laureada película Forest Gump, quien parecía no quebrar un plato pero al final quebraba la vajilla completa; aparentaba no tener las condiciones para ser un gran atleta, y terminaba siendo un aventajado deportista que solía correr más fuerte que los más entrenados; excelente soldado; inigualable campeón de ping pon;, y de paso, exitoso empresario camaronero;, y como si esto fuera poco, tierno y extraordinario padre y ciudadano; es decir, que parecía lento pero era más rápido que todos los demás; todo a costa de su presunta ingenuidad e inocencia. Alguien a quien solían subestimar pero que a punta de constancia, trabajo, lucha, honestidad, espíritu indoblegable y muchas ganas de hacer las cosas siempre bien como le dictaba su conciencia, a todo evento lograba al final salir favorecido y airoso, por obra gracia providencial, como que si lo ayudara Dios, o tal vez la ausencia de maldad en sus actuaciones; así vimos a Manuel Rosales en la marcha gigantesca del sábado en Caracas, cual si fuera el mismísimo “FOREST GUMP” y hubiera atravesado la ciudad entera caminando con una multitud acompañándole, que luego se detuviera en Petare un ratito, se volviera hacia la gente que lo seguía, y ante un fascinado público expectante, para decirles lo que menos esperaban de él, porque apartando el breve discurso que pronunció, al final les dijo la verdad sincera: “MUCHAS GRACIAS AMIGAS Y AMIGOS LOS QUIERO MUCHO, Y ME VOY A CASA. Y se bajó de la tarima, subió en su auto y se fue a alguna parte. Créanme, ¡que fenómeno!, se marchó dejando a todos los asistentes adorándolo, amándolo a rabiar, como se ama a un ser sincero e inofensivo como FOREST GOUMP, ¿será que ya estaban cansados de tantas palabras ofensivas y de discursos amenazantes y maratónicos, de aquel otro personaje ?.
5 comentarios:
Todo es muy esperanzador; lo único que a mí me preocupa es la capacidad de hacer trampa del gobierno, con todos los poderes secuestrados y con gente sin escrúpulos dirigiendo el CNE; ¿o es que tendrán escrúpulos y dejarán que sea la voz del pueblo la que mande con su voto? ¿De verdad tiene posibilidades Rosales, o sólo e sun espejismo d ela esperanza?
No sé, tú tienes más datos porque estás allá.
saludos
En primer lugar debo decirte que tu narración del hecho ha dejado en mi una grata impresión. Fanático como soy de esa película, no pudo estar mejor el símil. En segundo lugar, parece que tu interpretación es por demás correcta. Lo que nos pasa a todos, y con esto me dirijo también a Juan Carlos, es que no podemos creer que las cosas vayan a salir así, tan “democráticas”, especialmente porque el comportamiento histórico del “chavismo” ha sido el propio del “guapetón” que arrebata sino no gana. Sin embargo, me parece, que estamos por presenciar una lección histórica. Solo espero que el presidente, actué como debe de actuar y desoiga a ese entorno representante de la “internacional del odio”... a lo mejor nuestro “Forrest”, toca también su corazón. Recuerden que el mensaje de la película rezaba que: “el amor lo puede todo”.
Juan Carlos y Elijah ¡que alegría!;posibilidades reales tiene Rosales,lo que no parece tener es el respaldo de buena parte del país que aún se mantiene atado a la abstención.Sinceramente, creo que si Chávez gana no será precisamente por el "mito del fraude", sino porque la abstención lo favorecería; aunque debo advertir que a Chávez le puede salir el "tiro por la culata", porque habiendo jugado siempre a la abstención, su propia base política erosionada podría también abstenerse. El verdadero desafío de Rosales y la oposición es lograr conectarse con ese país abstencionista, desesperanzado, que reciente a la vieja elite que gobernó en la cuarta república, eso quedó desmantelado; en verdad el régimen la tendría más fácil para ganar las elecciones si hubiera hecho una buena gestión y no se hubiera distraido en expandir la revolución al exterior,(la situación es critica) esto le ha producido un drenaje de respaldo lento pero progresivo. Si Rosales no logra conectarse con los sectores populares, que aún se sienten esperanzados por el líder carismático que es chávez -una especie de Robin Hood salvador benefactor de los desposeídos- si no logra seducirlos en torno a un nuevo programa creíble, olvídense que pueda ganar las elecciones. No amigos, no son espejismos, son realidades políticas.La realidad es que Chávez baja lentamente pero Rosales sube también muy lentamente; me explico, a la campaña de Rosales le ha faltado ese extra que lo conecte definitivamente con esos gruesos sectores populares "desencantados de todos", por eso está aún abajo de Chávez; sim embargo, el gobierno no tiene ni cinco millones de votos probables, creo que son menos, pero para que Rosales gane debe mover al menos seis millones de votos y creo que en este momento lamentablemente no los tendría. Ahora que, falta tiempo de campaña, todo es posible, podría ser que Rosales concrete sus planes si logra producir algún cambio, un giro en su mensaje para llegar a la gente másefectivamente; que ocurriera algún evento impactante que reviertiera las tendencias,pero hoy la victoria de Rosales luce menos probable que la de Chávez,en este instante aunque parezca contradictorio. Finalmente,pienso que si Chávez gana con un precario 36 % de los votos de 16 millones de electores inscritos, y Rosales logra movilizar solamente a la oposición unida cautiva, a votar, y si la abstención logra un porcentaje cercano al 45%, sumando los porcentajes de Rosales el país adverso a Chávez sería mayoritario, y el Presidente no las tendría todas consigo aún ganando. Porque cuesta imaginar que con ese resultado Chávez pudiera imponer un régimen socialista. Si se da este escenario, chávez estaría obligado a frenar su proyecto socialista ante el resultado precario, por el gran riesgo de que se le desestabilice el país; y dedicarse por fin a gobernar hacia adentro para aprovechar la nueva oportunidad.Son algunas conjeturas que suelo hacerme; pero "en la política uno más uno no es dos"; todo puede suceder, incluso lo menos probable, un imprevisto, un evento absolutamente de fuerza mayor. Un gran saludo a ambos.
Hermano, me ha encantado tu recuento de ese día, la emoción contagiosa con la que lo has armado y además la metáfora con Forrest Gump es definitivamente feliz.
Además te quería agradecer enormemente tus palabras y tu apoyo. Yo soy de los que aún se asombra por las conexiones sólidas y esenciales que a veces estos medios tecnológicos también son capaces de crear entre la gente.
Va un abrazo, nos estamos leyendo.
Hermano, gracias por tus estimulantes palabras, me alientan a continuar.Sigue adelante.Un gran abrazo poeta.
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