La lucha de la oposición democrática en Venezuela contra el régimen autoritario, militarista y castro chavista será de largo aliento. En la oposición están ya conscientes de esta realidad, la lucha continúa después del 3 de diciembre. Incluso en el supuesto de que la oposición derrote a Chávez en las elecciones presidenciales del próximo 3 de diciembre, con un candidato presidencial exitoso, pudieran estarce enfrentando a una situación atípica, es decir, con un Chávez fuera del gobierno pero con unas instituciones “secuestradas” por el sector oficialista que hoy ejerce los cargos de las principales instituciones del Estado. Imagínense por ejemplo a una Asamblea Nacional con una mayoría absolutamente chavista enfrentada con un Presidente que haya derrotado a Chávez; ya visualizamos a un ex presidente Chávez torpedeando la labor del gobierno que lo haya derrotado en el 2.006.
Este escenario podría producirse, lo cual supone presagiar que en Venezuela continuará por mucho tiempo la situación de permanente conflictividad política, y constante inestabilidad, los venezolanos vivirán los próximos años instantes verdaderamente cruciales, las aguas sociales estarán turbulentamente encrespadas durante largo tiempo, la sociedad venezolana deberá sortear grandes dificultades y conflictos antes de lograr un clima de verdadero sosiego colectivo. Los venezolanos se están enfrentando actualmente a una grave crisis de identidad, ya no saben que son, ni que han sido, ni que quieren ser, y pugnan duramente para que emerja un proyecto de país compartido en instantes en que se les trata de imponer un modelo político que les resulta ajeno, extraño, y delirante. Tal vez el próximo presidente se deberá enfrentar a la necesidad de disolver la Asamblea Nacional y convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para lograr recuperar la democracia confiscada a la nación.
De tal manera que en la política no hay verdades absolutas, “todo es posible”, particularmente ya nada nos sorprende de esta situación política que vivimos; nos encontramos con que la realidad puede cambiar de un momento a otro. Es perfectamente posible derrotar a Chávez en las próximas elecciones presidenciales. La verdad es que la mayoría de los venezolanos rechazan a Chávez por su manera violenta de ser , de actuar y de pensar, aunque es evidente que ha logrado articular un movimiento político de relativo respaldo que lo apoya incondicionalmente y que en virtud del manejo hábil que de la situación de crisis social, que ha podido aprovechar, al irrumpir como un mecías salvador de la patria, hasta ahora ha sacado importantes dividendos políticos de ello, lo cual lo convierten en un sujeto poderoso pero no invencible, es más, ya ha sido derrotado varias veces, pero ha podido prevalecer a pesar de sus sonados fracasos. Lo ha logrado por haber sabido y podido imponer el ritmo favorable a los acontecimientos políticos, pero no tiene por qué ser siempre así, ahora está en su peor momento político, es vulnerable a pesar del poder desmedido que maneja, en virtud de los resultados magros de su gestión administrativa y el rechazo que produce su estilo violento de actuar. Es verdad que hay gente que lo idolatra ciegamente, pero también es cierto que provoca un efecto contrario en buena parte de la población que ya no tolera su actitud arrogante, su inaceptable estilo estridente de dirigirse al país y su permanente desafío de confrontación con el resto de la población que no lo apoya.
Chávez es perfectamente derrotable electoralmente si la mayoritaria oposición que lo adversa hiciera lo adecuado; pero en la competencia política gana quien mejor sepa articular y ejecutar una estrategia eficaz. Particularmente consideramos que para la oposición venezolana debería ser viable que no fácil, derrotar a Chávez en unas elecciones presidenciales, porque sería entonces el país frente a Chávez; sin embargo, sabemos que existirían demasiados escenarios posibles que el régimen podría artificialmente producir para impedir su derrota y el declive de su proyecto revolucionario, podría ocurrir desde la suspensión de las elecciones, hasta la irresponsabilidad de provocar una confrontación fraticida para suspender las garantías y abortar las elecciones, como desatar los mil demonios auto infringiéndose un golpe de estado; todo esto es factible por la desesperación que se respira y percibe en el seno del gobierno; lo que ocurre es que implica un riesgo muy alto para quienes lo intenten deliberadamente por encima de la comprobada vocación democrática de la mayoría del país que realmente desea vivir en paz y libertad. De tal manera que todas esas salidas nos lucen suicidas y excesivamente peligrosas para todos los involucrados. Lo sensato, lo prudente, lo conveniente para la estabilidad de la nación, es realizar las elecciones auspiciando un clima apropiado para dirimir las diferencias políticas naturales que existen en la sociedad venezolana, lo cual nos luce perfectamente probable, posible, que no inevitable.
Es definitivamente un gran enigma sin respuesta previsible cual será el primer movimiento que hará Chávez frente al gran dilema-desafío de ser reelecto o eyectado del poder, pensamos que parte de tratar a todo evento de continuar controlando el CNE, será precisamente el de intentar dividir a la oposición auspiciando innumerables sucesos insospechados, lo cual es relativamente sencillo de posibilitar, simplemente financiando algunas iniciativas y eventos políticos de cierto impacto que logren dividir al electorado opositor, paralelamente pareciera tratar de auspiciar aún más la abstención, y provocar escenarios artificiales de violencia aislada pero efectiva para sugerir e infundir temor, miedo en los opositores que están decididos a votar; por lo demás intentará ejecutar maniobras de toda índole que lo coloquen de nuevo en la palestra de la cual ha sido aparentemente desplazado por Manuel Rosales; es de esperar que de realizarse las elecciones también se teme que organice y ejecute todo un despliegue para tratar de aplicar una operación “morrocoy” obstaculizando el proceso y la afluencia de votantes, embotellamientos tipo embudo en las zonas donde se sabe derrotado, retrasos deliberados, saboteos de las actividades de algunos centros, aplicación de tácticas dilatorias para cansar y agotar a los votantes en las colas de votación, intimidación a los electores, y toda clase de artimañas posibles y fáciles de implementar que le permitirían obtener mejores resultados de los que tendría en condiciones de normalidad institucional. Todo este cuadro hace presagiar que la pelea será muy dura, muy difícil, esto no será pan comido como algunos ingenuos parecieran asegurar. Lo peor que podría sucederle a la oposición es que los invada el triunfalismo y los inmovilice frente a tantos riesgos a los que se expondrán con toda seguridad ¿alguien lo duda?
Además, no deben los auténticos demócratas venezolanos de la oposición olvidar jamás, que se enfrentan a un sujeto sin ningún tipo de escrúpulos, a quien “no le importa nada” con tal de lograr sus fines políticos, un individuo peligrosamente obsesionado en imponerles un régimen político castro socialista ajeno a vuestras ideocincracia, según algunos expertos, pareciera estar bajo los efectos de un raro “delirio de grandeza”, quien según sus antecedentes sabemos que ha sido capaz incluso de pasar por encima de la Constitución Nacional y de las leyes, de conspirar durante largos años para dar un golpe de estado cometiendo crímenes brutales contra venezolanos inocentes, ordenando usar las armas contra sus propios compañeros de la Fuerza Armada Nacional, con ocasión de las dos intentonas golpistas fallidas en las que participó, y de las cuales tanto se envanece y vanagloria, presentándolas orgullosamente como gestas históricas gloriosas, como que si en esos fatídicos episodios sangrientos no se hubieran violado las leyes y sacrificado inútilmente vidas de venezolanos indefensos, que fueron sorprendidos alevosamente.
Hoy el presidente en ejercicio, convertido en líder revolucionario, “convenientemente sobreseído” de las causas de rebelión militar y traición a la patria, por la cuales debió ser enjuiciado, condenado e inhabilitado políticamente, envalentonado, persigue implacable y despiadadamente a la disidencia política nacional, sin compasión alguna; es el líder indiscutible de una facción sectaria y decadente, de una “casta de seudo izquierdistas auto proclamada “revolucionaria” que lo secunda en su excluyente y delirante proyecto revolucionario, y que les han sumergido a todos los venezolanos en un dilema que no podrán evadir: ¿Aceptarán inertes y pasivamente los venezolanos se les imponga por voluntad de un sector mercenario e ideo logizado del país, un modelo seudo revolucionario militarista de corte castro socialista neo marxista, disfrazado de progresista y nacionalista, o impedirán que lo consumen quienes quieren más y mejor democracia, luchando, trabajando y aglutinándose unidos en torno a un proyecto político democrático, moderno, unitario que devuelva la confianza y la esperanza a la gran mayoría de los venezolanos, que se encuentran decepcionados, desalentados, desmotivados y hasta resignados, para así lograr reavivar las inmensas posibilidades de desarrollo, paz y progreso colectivo que todos necesitan?.Creemos que esta lucha será definitivamente de largo aliento, pero es evidente que la pregunta simple a la que se enfrentan en lo inmediato los venezolanos es : ¿Desean instaurar en su país una “Revolución Roja Rojita” o evolucionar hacia la construcción de una “Democracia Multicolor”; no se por qué pero nosotros, sentimos sinceramente que la mayoría de los venezolanos desea vivir en un país multicolor, en donde se pueda respirar con el corazón expandido hasta la inmensidad no monocolor.
Este escenario podría producirse, lo cual supone presagiar que en Venezuela continuará por mucho tiempo la situación de permanente conflictividad política, y constante inestabilidad, los venezolanos vivirán los próximos años instantes verdaderamente cruciales, las aguas sociales estarán turbulentamente encrespadas durante largo tiempo, la sociedad venezolana deberá sortear grandes dificultades y conflictos antes de lograr un clima de verdadero sosiego colectivo. Los venezolanos se están enfrentando actualmente a una grave crisis de identidad, ya no saben que son, ni que han sido, ni que quieren ser, y pugnan duramente para que emerja un proyecto de país compartido en instantes en que se les trata de imponer un modelo político que les resulta ajeno, extraño, y delirante. Tal vez el próximo presidente se deberá enfrentar a la necesidad de disolver la Asamblea Nacional y convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para lograr recuperar la democracia confiscada a la nación.
De tal manera que en la política no hay verdades absolutas, “todo es posible”, particularmente ya nada nos sorprende de esta situación política que vivimos; nos encontramos con que la realidad puede cambiar de un momento a otro. Es perfectamente posible derrotar a Chávez en las próximas elecciones presidenciales. La verdad es que la mayoría de los venezolanos rechazan a Chávez por su manera violenta de ser , de actuar y de pensar, aunque es evidente que ha logrado articular un movimiento político de relativo respaldo que lo apoya incondicionalmente y que en virtud del manejo hábil que de la situación de crisis social, que ha podido aprovechar, al irrumpir como un mecías salvador de la patria, hasta ahora ha sacado importantes dividendos políticos de ello, lo cual lo convierten en un sujeto poderoso pero no invencible, es más, ya ha sido derrotado varias veces, pero ha podido prevalecer a pesar de sus sonados fracasos. Lo ha logrado por haber sabido y podido imponer el ritmo favorable a los acontecimientos políticos, pero no tiene por qué ser siempre así, ahora está en su peor momento político, es vulnerable a pesar del poder desmedido que maneja, en virtud de los resultados magros de su gestión administrativa y el rechazo que produce su estilo violento de actuar. Es verdad que hay gente que lo idolatra ciegamente, pero también es cierto que provoca un efecto contrario en buena parte de la población que ya no tolera su actitud arrogante, su inaceptable estilo estridente de dirigirse al país y su permanente desafío de confrontación con el resto de la población que no lo apoya.
Chávez es perfectamente derrotable electoralmente si la mayoritaria oposición que lo adversa hiciera lo adecuado; pero en la competencia política gana quien mejor sepa articular y ejecutar una estrategia eficaz. Particularmente consideramos que para la oposición venezolana debería ser viable que no fácil, derrotar a Chávez en unas elecciones presidenciales, porque sería entonces el país frente a Chávez; sin embargo, sabemos que existirían demasiados escenarios posibles que el régimen podría artificialmente producir para impedir su derrota y el declive de su proyecto revolucionario, podría ocurrir desde la suspensión de las elecciones, hasta la irresponsabilidad de provocar una confrontación fraticida para suspender las garantías y abortar las elecciones, como desatar los mil demonios auto infringiéndose un golpe de estado; todo esto es factible por la desesperación que se respira y percibe en el seno del gobierno; lo que ocurre es que implica un riesgo muy alto para quienes lo intenten deliberadamente por encima de la comprobada vocación democrática de la mayoría del país que realmente desea vivir en paz y libertad. De tal manera que todas esas salidas nos lucen suicidas y excesivamente peligrosas para todos los involucrados. Lo sensato, lo prudente, lo conveniente para la estabilidad de la nación, es realizar las elecciones auspiciando un clima apropiado para dirimir las diferencias políticas naturales que existen en la sociedad venezolana, lo cual nos luce perfectamente probable, posible, que no inevitable.
Es definitivamente un gran enigma sin respuesta previsible cual será el primer movimiento que hará Chávez frente al gran dilema-desafío de ser reelecto o eyectado del poder, pensamos que parte de tratar a todo evento de continuar controlando el CNE, será precisamente el de intentar dividir a la oposición auspiciando innumerables sucesos insospechados, lo cual es relativamente sencillo de posibilitar, simplemente financiando algunas iniciativas y eventos políticos de cierto impacto que logren dividir al electorado opositor, paralelamente pareciera tratar de auspiciar aún más la abstención, y provocar escenarios artificiales de violencia aislada pero efectiva para sugerir e infundir temor, miedo en los opositores que están decididos a votar; por lo demás intentará ejecutar maniobras de toda índole que lo coloquen de nuevo en la palestra de la cual ha sido aparentemente desplazado por Manuel Rosales; es de esperar que de realizarse las elecciones también se teme que organice y ejecute todo un despliegue para tratar de aplicar una operación “morrocoy” obstaculizando el proceso y la afluencia de votantes, embotellamientos tipo embudo en las zonas donde se sabe derrotado, retrasos deliberados, saboteos de las actividades de algunos centros, aplicación de tácticas dilatorias para cansar y agotar a los votantes en las colas de votación, intimidación a los electores, y toda clase de artimañas posibles y fáciles de implementar que le permitirían obtener mejores resultados de los que tendría en condiciones de normalidad institucional. Todo este cuadro hace presagiar que la pelea será muy dura, muy difícil, esto no será pan comido como algunos ingenuos parecieran asegurar. Lo peor que podría sucederle a la oposición es que los invada el triunfalismo y los inmovilice frente a tantos riesgos a los que se expondrán con toda seguridad ¿alguien lo duda?
Además, no deben los auténticos demócratas venezolanos de la oposición olvidar jamás, que se enfrentan a un sujeto sin ningún tipo de escrúpulos, a quien “no le importa nada” con tal de lograr sus fines políticos, un individuo peligrosamente obsesionado en imponerles un régimen político castro socialista ajeno a vuestras ideocincracia, según algunos expertos, pareciera estar bajo los efectos de un raro “delirio de grandeza”, quien según sus antecedentes sabemos que ha sido capaz incluso de pasar por encima de la Constitución Nacional y de las leyes, de conspirar durante largos años para dar un golpe de estado cometiendo crímenes brutales contra venezolanos inocentes, ordenando usar las armas contra sus propios compañeros de la Fuerza Armada Nacional, con ocasión de las dos intentonas golpistas fallidas en las que participó, y de las cuales tanto se envanece y vanagloria, presentándolas orgullosamente como gestas históricas gloriosas, como que si en esos fatídicos episodios sangrientos no se hubieran violado las leyes y sacrificado inútilmente vidas de venezolanos indefensos, que fueron sorprendidos alevosamente.
Hoy el presidente en ejercicio, convertido en líder revolucionario, “convenientemente sobreseído” de las causas de rebelión militar y traición a la patria, por la cuales debió ser enjuiciado, condenado e inhabilitado políticamente, envalentonado, persigue implacable y despiadadamente a la disidencia política nacional, sin compasión alguna; es el líder indiscutible de una facción sectaria y decadente, de una “casta de seudo izquierdistas auto proclamada “revolucionaria” que lo secunda en su excluyente y delirante proyecto revolucionario, y que les han sumergido a todos los venezolanos en un dilema que no podrán evadir: ¿Aceptarán inertes y pasivamente los venezolanos se les imponga por voluntad de un sector mercenario e ideo logizado del país, un modelo seudo revolucionario militarista de corte castro socialista neo marxista, disfrazado de progresista y nacionalista, o impedirán que lo consumen quienes quieren más y mejor democracia, luchando, trabajando y aglutinándose unidos en torno a un proyecto político democrático, moderno, unitario que devuelva la confianza y la esperanza a la gran mayoría de los venezolanos, que se encuentran decepcionados, desalentados, desmotivados y hasta resignados, para así lograr reavivar las inmensas posibilidades de desarrollo, paz y progreso colectivo que todos necesitan?.Creemos que esta lucha será definitivamente de largo aliento, pero es evidente que la pregunta simple a la que se enfrentan en lo inmediato los venezolanos es : ¿Desean instaurar en su país una “Revolución Roja Rojita” o evolucionar hacia la construcción de una “Democracia Multicolor”; no se por qué pero nosotros, sentimos sinceramente que la mayoría de los venezolanos desea vivir en un país multicolor, en donde se pueda respirar con el corazón expandido hasta la inmensidad no monocolor.
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