POR:ELIDES J.ROJAS L.
Y si hay algún cambio es en la robadera, las mentiras y la manipulación. Son mejores
Un grupo de militares golpista se apodera del país, años después de haber intentado asesinar al presidente constitucional del momento y luego de salir de la cárcel enteritos, con buen respaldo popular y con el apoyo secreto de importantes empresario e influyentes políticos que, a su manera, ayudaron a crear al monstruo.
El chavismo reformista, mas no socialista, contó con dinero y aviones de los industriales más pesados del país, de los dueños de medios y hasta corporaciones y bancos del exterior. La jugada de siempre. Los alzados prometían acabar la corrupción, devolver el orden y disciplina perdidas y reinstalar las instituciones masacradas por componendas y desviaciones. ¿Y la revolución? Nada de eso. Militares con mano dura y honestidad a toda prueba. Eso se creía que eran. Comunistas, piticastristas, jalamecates de Castro, nunca.
Ese asunto del izquierdismo aparece mucho después. Ya instalados en el poder por varios años, traicionando a los financistas y socios originales y con un buen muestrario de mal gobierno, a pesar del realero que han manejado siempre, necesitaron, como todavía lo necesitan, un enemigo fenomenal que eternamente esté al acecho de los buenos militares criollos. Listo. Nada mejor que el viejo esquema de gobierno del anciano moribundo de Cuba, siempre dispuesto a vender su sabiduría con tal de que lo mantengan a él, a su familia, a sus herederos políticos y, si queda algo, soltar las respectivas migas para un pueblo empobrecido y sometido a punta de labia, armas, represión, mentiras, guerras monstruosas, magnicidios y golpes. Y claro, ese imperialismo infaltable en este cuento.
¿Cómo puede haber una revolución en un país, cuya cúpula gubernamental hace arreglos con todo el que pueda serle útil, sea de derecha o lo que sea, para mantenerse en el poder utilizando el inmenso poder que le otorgan los dólares del imperio. Ese mismo billete, unos 800 mil millones de dólares han servido para comprar presidentes, comprar respaldos, intentar tumbar otros gobiernos, desestabilizar naciones, hacer propaganda en todas partes, drenar hacia socios mil millonarios que, además cooperan en las redes de corrupción guardando los reales de funcionarios y otros próceres del proceso.¿Revolución? Si acaso hay una revolución es en el método del asalto y la mentira. Más descarado el robo, en total impunidad, en medio del servilismo institucional y, para completar el cuadro, con entreguismo absoluto ante cualquiera, sea ruso o norteamericano, que quiera venir a ganarse unos reales y a pagar buenas comisiones.
¿Revolución? Será de hambre ¿Qué ha cambiado de verdad en Venezuela en estos 10 años? Nada. Pura propaganda, cambios de nombres y, efectivamente, más pobres y hambre. Más choros y más delincuentes sueltos. ¿Revolución? Hasta donde se sabe, la mejor parte está en Barinas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario