POR:GERARDO BLYDE.
"Sólo votando comenzaremos a recuperar la democracia y la libertad ".
A una semana del fin de una campaña electoral signada por el abuso constante del Presidente-candidato, que ha violado desde la prohibición constitucional que marca que los funcionarios públicos no pueden participar en campañas políticas, hasta las normas sobre publicidad y propaganda dictadas para este proceso por el CNE, debemos todos hacer varias reflexiones.
Estoy convencido de que a la mayoría de los rectores del CNE no les interesa mostrar imparcialidad, ni siquiera para cubrir las formas. Al desechar las denuncias en contra del Presidente-candidato por infracciones públicas, notorias y diarias a las reglas, y, en cambio, abrir procedimientos en contra de los candidatos de oposición, evidencian groseramente su parcialidad. ¿Por qué lo hacen? La razón es la misma por la cual jamás han dado los resultados definitivos de los votos emitidos el 2D: no les interesa verse como imparciales pues ello produce abstención en parte del electorado opositor que, ante la ausencia de un árbitro imparcial, desconfía del voto. Por ello es tan importante este próximo 23 no dejarnos entrampar por la desconfianza que el mismo árbitro genera. Por el contrario, aun en las condiciones más adversas, hay que salir a votar. Esa es nuestra única arma como ciudadanos. Todos los comandos de cada candidato, en cada municipio y estado del país, han venido seleccionando y entrenando a los voluntarios que serán los testigos de mesa en el próximo proceso. Aún existe en muchos municipios necesidad de completar ese ejército civil de voluntarios que le brindan a la democracia un día de sus vidas para ser los garantes de que la voluntad de cada elector sea respetada.
En anteriores procesos, a estas alturas (una semana antes de la elección) la oposición aún se debatía entre si debía ir a votar o abstenerse, haciéndose mutuas y duras acusaciones. Ese clima, y la desconfianza que el propio árbitro genera con acciones como las producidas esta semana, no permitía a los candidatos asumir las campañas a plenitud, teniendo que dedicarse a explicar por qué debíamos ir a votar. En el elector esto producía desánimo y en consecuencia abstención. Adicionalmente, si no hay ánimo de participación, resulta muy difícil encontrar el cien por ciento de los testigos necesarios para vigilar la voluntad de todos los electores en todas las mesas de todos los centros electorales del país.
Debemos tener claro que mientras Chávez domine toda la institucionalidad del país, será casi imposible tener a un árbitro electoral imparcial, y en consecuencia, un árbitro que no produzca acciones que decepcionen y abonen el terreno a la abstención de nuestras filas. Debemos además estar conscientes de que la vacuna en contra de cualquier intento de desconocer la voluntad popular consiste en tener las actas de cada mesa y en vigilar todo el día que el proceso de votación se lleve a cabo conforme a derecho. Debemos saber que para tener las actas de cada mesa y para que se vigile todo el proceso en todo el país, se requieren voluntarios que se entrenen como testigos sin ninguna improvisación y con cabal conocimiento de sus funciones.
En muchos municipios ya la totalidad de los testigos requeridos han sido entrenados y acreditados. En muchos otros aún se requiere de más voluntarios para ser testigos. Si quiere darle un día de su vida a la libertad y a la democracia, acérquese al Comando de Campaña de su candidato y ofrézcale, no a su candidato, sino al país, un día como testigo. Si no le es posible hacerlo, haga su propio operativo de uno por veinte. Haga una lista de 20 personas de su círculo más cercano y desde ahora llámelas y pregúnteles si ya saben cómo se vota, si ya tienen su chuleta lista.
En aquellos minoritarios espacios en los que para un cargo no se logró la unidad, toca a los electores votar aún con más fuerza y no dejarse vencer por la rabia o la desesperanza. No perdamos el foco de donde está el adversario. La abstención como castigo a los dirigentes políticos, siempre ha terminado castigándonos a todos los electores de un estado o un municipio.
Hace cuatro años se castigó con abstención a Salas Feo en Carabobo, a Mendoza en Miranda, a Ocariz en Petare, entre otros. Lejos de castigarlos a ellos, terminaron los carabobeños, mirandinos y petareños castigados por gestiones públicas deficientes, con aumento de la inseguridad, con servicios públicos deteriorados y disminución de su calidad de vida. Ese castigo no funciona. Si no hay unidad para un cargo en donde usted viva, igual vote para ese cargo por quien a usted le parezca que pueda hacer una mejor gestión y tenga posibilidades reales de ganar, y vote también por el resto de los cargos a elegir el 23N. No se castigue a sí mismo. Sólo votando comenzaremos a recuperar la democracia y la libertad.
1 comentario:
Ya en una ocasion exprese que es VOTANDO que se logran las cosas y no quedandose en sus casas.
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