POR:MARTA COLOMINA.
Cuando escribimos esta entrega (jueves 20-11) han transcurrido nueve horas de un aguacero torrencial en todo el país, que cae sobre cerros reblandecidos por las constantes lluvias de días anteriores. Por Globovisión nos enteramos de que varios puentes se han derrumbado en diferentes regiones y vemos unas impactantes imágenes del río Guaire a punto de desbordarse. La mayoría de las emisoras privadas de radio transmitían informaciones sobre numerosos damnificados, casas y ve- hículos tapiados, mientras los medios públicos difundían el cierre de campaña de los candidatos oficiales. Empieza una cadena y pensamos (como seguramente pensó usted) que era para declarar emergencia nacional e informar lo que estaban haciendo los organismos del Estado para paliar los daños y el caos provocado por tan interminable diluvio. Apareció Chávez acompañado de su invitado de honor Nguyen Minh Triet, presidente de Vietnam, para anunciar el acuerdo conjunto de construir una fábrica de bombillos ahorradores que “no serán sólo para Venezuela” sino para los países amigos (léase Bolivia, Ecuador, etc.) “porque allí esos bombillos están muy escasos”. Chávez anuncia el enlace con el estado Falcón, donde estará la fábrica nonata, pero la conexión satelital falla a causa de la lluvia “que está cayendo en el país”, dice tranquilamente. Añade que no nos preocupemos porque todo está en calma y sigue el relato de la imaginaria fábrica de bombillos, mientras la crecida de los ríos sigue derrumbando puentes, destruyendo carreteras y cegado vidas humanas. El funcionario que informa sobre el fondo para financiar el proyecto, finaliza con el grito de “patria, socialismo o muerte”, monstruosa frase que es coreada también por el presidente vietnamita. En la hora que duró la cadena, miles de venezolanos atrapados por el desbordamiento del Guaire o por las trombas del diluvio que tapió a personas y a varias casas en Baruta y en otros barrios de Caracas y del país, (Yaracuy, Trujillo y Mérida han sido muy azotados) no podían comunicar su desesperada situación por ningún medio audiovisual para así llamar la atención de las autoridades competentes. Tragedia que incluiría a unas 10 víctimas mortales.
Mientras en Venezuela el interés informativo estuvo centrado en las elecciones regionales, la crisis financiera mundial ha vuelto a herir gravemente los mercados bursátiles y los precios del petróleo. La semana ha sido de desplomes en Wall Street que han arrastrado a las bolsas asiáticas y europeas, cada vez más temerosas de los indicadores crecientes de recesión en Asia, EEUU y Europa. La industria automovilística norteamericana tendrá que ser declarada en quiebra si no recibe urgente ayuda financiera oficial, con lo cual desaparecería el símbolo más históricamente gráfico del AMERICAN WAY OF LIFE. Con las bolsas se han derrumbado los precios del petróleo, como adelanto de la fuerte caída que se avecina en la demanda. El jueves el WTI cayó a $49,62, el nivel más bajo en 3 años; el Brent a $48,08; el de la OPEP a menos de $45 y el venezolano a poco más de $40. Los países OPEP han perdido $700 mil millones por la caída petrolera.
Lo que viene, nos dicen los expertos, es más inflación, más impuestos, más desabastecimiento a causa de la destrucción del aparato productivo nacional y del drástico recorte de divisas para las importaciones, y una creciente conflictividad laboral y social. Razones más que suficientes para salir a votar.
"… Es más inflación, más impuestos, desabastecimiento, conflictividad…"
La cronista, en día tan señalado como hoy, exhorta fervorosamente a sus lectores a que todos vayamos a votar muy temprano, porque lo que está en juego es el futuro del país y de la Democracia. Su voto cuenta y cuenta mucho, de modo que si para el momento de leer esta entrega usted todavía no ha sufragado, vaya a su centro electoral aunque haya lluvia, o colas, o las dos cosas juntas, y cumpla con Venezuela, con su futuro y el de su familia.Cuando escribimos esta entrega (jueves 20-11) han transcurrido nueve horas de un aguacero torrencial en todo el país, que cae sobre cerros reblandecidos por las constantes lluvias de días anteriores. Por Globovisión nos enteramos de que varios puentes se han derrumbado en diferentes regiones y vemos unas impactantes imágenes del río Guaire a punto de desbordarse. La mayoría de las emisoras privadas de radio transmitían informaciones sobre numerosos damnificados, casas y ve- hículos tapiados, mientras los medios públicos difundían el cierre de campaña de los candidatos oficiales. Empieza una cadena y pensamos (como seguramente pensó usted) que era para declarar emergencia nacional e informar lo que estaban haciendo los organismos del Estado para paliar los daños y el caos provocado por tan interminable diluvio. Apareció Chávez acompañado de su invitado de honor Nguyen Minh Triet, presidente de Vietnam, para anunciar el acuerdo conjunto de construir una fábrica de bombillos ahorradores que “no serán sólo para Venezuela” sino para los países amigos (léase Bolivia, Ecuador, etc.) “porque allí esos bombillos están muy escasos”. Chávez anuncia el enlace con el estado Falcón, donde estará la fábrica nonata, pero la conexión satelital falla a causa de la lluvia “que está cayendo en el país”, dice tranquilamente. Añade que no nos preocupemos porque todo está en calma y sigue el relato de la imaginaria fábrica de bombillos, mientras la crecida de los ríos sigue derrumbando puentes, destruyendo carreteras y cegado vidas humanas. El funcionario que informa sobre el fondo para financiar el proyecto, finaliza con el grito de “patria, socialismo o muerte”, monstruosa frase que es coreada también por el presidente vietnamita. En la hora que duró la cadena, miles de venezolanos atrapados por el desbordamiento del Guaire o por las trombas del diluvio que tapió a personas y a varias casas en Baruta y en otros barrios de Caracas y del país, (Yaracuy, Trujillo y Mérida han sido muy azotados) no podían comunicar su desesperada situación por ningún medio audiovisual para así llamar la atención de las autoridades competentes. Tragedia que incluiría a unas 10 víctimas mortales.
Mientras en Venezuela el interés informativo estuvo centrado en las elecciones regionales, la crisis financiera mundial ha vuelto a herir gravemente los mercados bursátiles y los precios del petróleo. La semana ha sido de desplomes en Wall Street que han arrastrado a las bolsas asiáticas y europeas, cada vez más temerosas de los indicadores crecientes de recesión en Asia, EEUU y Europa. La industria automovilística norteamericana tendrá que ser declarada en quiebra si no recibe urgente ayuda financiera oficial, con lo cual desaparecería el símbolo más históricamente gráfico del AMERICAN WAY OF LIFE. Con las bolsas se han derrumbado los precios del petróleo, como adelanto de la fuerte caída que se avecina en la demanda. El jueves el WTI cayó a $49,62, el nivel más bajo en 3 años; el Brent a $48,08; el de la OPEP a menos de $45 y el venezolano a poco más de $40. Los países OPEP han perdido $700 mil millones por la caída petrolera.
Aunque Venezuela recibirá hasta diciembre un promedio de $92 el barril, al iniciarse enero tendrá que acudir a las reservas del BCV y a las del Fonden (si es que hay alguna en ese pozo sin fondo) para enjugar el déficit fiscal y atender las crecientes importaciones. Nuestra crisis comenzó en plena era de las vacas gordas. En el tercer trimestre se contrajo el consumo y la ya muy reducida inversión extranjera; aumentó la deuda por créditos petroleros otorgados a los países del ALBA; Sidor comenzó a arrojar pérdidas ($166 millones) y a caer su producción. Además la negativa de Ecuador a honrar los intereses de su deuda externa, obligarían a Venezuela (que es su fiador por decisión de Chávez) a pagar unos $800 millones. Mientras tanto la AN sigue aprobando créditos adicionales sin control.
Lo que viene, nos dicen los expertos, es más inflación, más impuestos, más desabastecimiento a causa de la destrucción del aparato productivo nacional y del drástico recorte de divisas para las importaciones, y una creciente conflictividad laboral y social. Razones más que suficientes para salir a votar.
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