Señor Presidente Hugo Chávez, respetuosamente como ciudadanos del mundo, le demandamos simplemente esto:
Debata públicamente ante las cámaras de televisión en vivo, con el candidato de la oposición Manuel Rosales; hágase su fraternal adversario, no su enemigo irreconciliable, estréchele gallardamente la mano, extiéndasela delante de todo el país y el mundo, bríndele una sonrisa sincera ante las cámaras, perdónele compasiva y cristianamente lo que haya de ser perdonado, respételo como persona, como su conciudadano y su interlocutor; y fájese a debatir ideas, programas, propuestas, soluciones, no a librar batallas y guerras entre hermanos, es la fórmula para garantizar la democracia.
Le demandamos que a partir de hoy la única consigna que debe usar en su léxico, sea: “que los venezolanos todos sin excepción mediante la aplicación constante de la solidaridad, la unidad, la tolerancia y la convivencia pacífica, encontrarán el camino seguro para conquistar a perpetuidad la paz, lo demás se les dará por “añadidura”.
Presidente Chávez usted ha confesado ser cristiano, ha reconocido públicamente que su comandante es “Jesús el cristo, el hijo de Dios”, y le creemos. La Biblia nos dice: “Buscad primero el reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura”. Encontremos en Venezuela todos los hispanoamericanos un motivo más para orar por la paz en el mundo. Hay que orar por nuestros hermanos venezolanos, quienes vivirán en los próximos días instantes cruciales en su historia, tan cargada de momentos trágicos y difíciles, pero tan meritorios para las causas más nobles de la humanidad.
Presidente, si usted lo hace, se ganará nuestro respeto más profundo como hombre público democrático, aunque no compartamos su particular visión política del mundo. Le diremos: “No estamos de acuerdo con su opinión pero moriríamos para que usted tenga el derecho a expresarla”. Usted ha pregonado la idea de que todos los suramericanos pertenecemos a una misma patria, entonces somos sus compatriotas y conciudadanos, jamás sus “enemigos”, por eso le exigimos y demandamos respetuosa y democráticamente, que cumpla con su palabra y respete a todos quienes somos sus compatriotas, y nos muestre su talante democrático, haciendo lo que se espera de un demócrata de verdad, debatir democráticamente con sus oponente legítimo sin desmerecer su condición personal, sin exponerlo al desprecio público, sin discriminarlo, ni ofender su dignidad como persona porque también tiene el mismo derecho suyo a aspirar a ser electo como Presidente; y usted debe no sólo reconocérselo, sino que garantizarle su ejercicio pleno debatiendo con él, permitiéndole la oportunidad de discutir sus ideas frente a sus electores, de cara al país; porque en el supuesto de que usted sea un mejor exponente argumentando sus ideas y defendiendo sus puntos de vista, lo peor que le puede ocurrir es que usted ratifique y mantenga el respaldo popular del que tanto se ufana.
Convénzanos a todos Señor Presidente, de que usted es un “águila” debatiendo y que sus ideas son mejores, que son posibles, viables, ejecutables; acepte el desafío de Manuel Rosales a debatir ya, sin pretextos, sin dilación, sin eludir el compromiso que tiene frente a sus nacionales, hágalo por la democracia, pero principalmente, por el amor que asegura tener para haber “hecho todo”; por respeto a su propia consciencia; por su vocación de servicio a los demás; por su ambición histórica de trascender y dejar una huella indeleble en su paso por la vida, y la de sus congéneres; y por la grandeza de espíritu que le imploran que demuestre con sacrificio verdadero por el prójimo, hágalo por todos sus compatriotas ante esta difícil hora que atraviesan gracias a sus ideas y ejecutorias, que usted quiere continuar implementando, pero sin debatir y sin consultarles nada, sino dándolo todo como sobreentendido y aceptado.
No se gane usted Presidente, más “enemigos gratuitos”, le llegó la hora de concertar, de conciliar, de concensuar, de acordar, de debatir. Seremos los primeros en escucharle atentamente todo lo que quiera expresarnos debatiendo con su adversario Manuel Rosales, hoy su legítimo adversario, mañana posiblemente “su Presidente”, tal vez por negarse usted a debatir, a lo mejor su futuro inmediato Señor Presidente Chávez, será dejar de ser presidente por no atreverse a debatir gallarda y dignamente como esperamos, con su adversario, cuando sus conciudadanos y las exigencias históricas electorales se lo exigían.
Recuerde Señor Presidente y no olvide nunca, que siempre es mejor combatir y luchar con dignidad y con honor, incluso cuando nos toca perder, también hay que asimilarlo, porque no todo debe mirarse desde el minúsculo cristal, de una sola visión. Asuma esta responsabilidad ante el mundo y ante su país, si ha de ser usted vencedor venza debatiendo, o pierda debatiendo, pero debata. Se lo exige también su condición de Estadista democrático, aspirante a seguir gobernando con el respeto de todos quienes lo elijan, pero incluso de quienes no compartimos su particular visión del mundo, porque no nos consideramos sus enemigos, sólo somos sus compatriotas.
Señor Presidente Hugo Chávez, finalmente, prepárese física, mental y espiritualmente para asumir con gran dignidad y decoro cualquier “decisión legítima” que tomé el soberano pueblo de Venezuela, éste próximo 3 de Diciembre. Cualquiera sea el resultado usted debería asumirlo con gran serenidad y absoluto acatamiento. Si el pueblo Venezolano libremente decide que usted es el ciudadano que debe gobernar a todos los Venezolanos, estos próximos seis años, pues no habrá fuerza humana capaz de impedir esa manifestación expresa de voluntad, y usted tendrá otra nueva oportunidad para continuar realizando su labor gubernamental, y cumplir su papel histórico en la Venezuela moderna que todos soñamos. Pero si el pueblo Venezolano decidiera lo contrario, y usted se empeñara en ir contra su voluntad, desconociendo mediante artificios o maniobras estratégicas un legítimo resultado electoral, pudiera ser catastrófico, no sólo para su ya aquilatada carrera política, la cual le reconocemos, sino para las instituciones democráticas del país, que resentirían seriamente un grave retroceso histórico. Desconocer la libérrima expresión de la voluntad del pueblo en cualquier sentido, constituiría una gravísima amenaza para la estabilidad de la nación, y para la paz de todos los venezolanos, lo cual no es deseable para nadie que crea en la democracia como sistema de gobierno más perfectible.
Lo deseable Señor Presidente, es que todos los venezolanos tengan garantizadas sus esperanzas de vivir todos como hermanos, siendo todos dignos compatriotas, conciudadanos y no enemigos. Por eso pensamos sinceramente que usted tiene la mayor dosis de responsabilidad por todo lo que está ocurriendo señor Presidente. Especialmente por este delicado clima de violencia y preguerra fraticida, que usted ha sembrado y fomentado irresponsablemente, en las almas de muchos venezolanos, que ahora se odian a muerte.
Un debate público y en vivo, entre usted y Manuel Rosales, transmitido en cadena nacional de radio y televisión, sería extraordinariamente útil para ayudar a clarificar y definir la enrarecida situación política tan compleja, que se está experimentando actualmente en el país, serviría además, para auspiciar bajar las naturales tensiones que existen en el seno de la sociedad venezolana. La responsabilidad mayor sin duda pesa sobre su conciencia Señor Presidente.
Pedimos a Dios Todopoderoso que lo ilumine, le de la sabiduría, la integridad, el valor, y la inteligencia indispensable, para decidir la mejor decisión que usted pueda y deba tomar, que no puede ser otra que dar el mayor y mejor ejemplo democrático a sus conciudadanos, debatiendo con su adversario electoral, para así garantizar la paz de toda la nación, y creando un verdadero clima de autentica tolerancia entre compatriotas que somos todos no unos cuantos. Como sus compatriotas jamás le desearemos mal; que pensemos que usted está equivocado no significa que no le respetemos como Presidente, y que no lo amemos como ser humano, a fin de cuentas usted y nosotros somos prójimos, somos hermanos y conciudadanos.
Debemos convivir con nuestras naturales y lógicas diferencias, hacer lo contrario es ir contra la humanidad y contra Dios, es terminar promoviendo una interminable y nociva anarquía, es fomentar el caos, el desorden, el bochinche, el enfrentamiento fraticida. Existe el derecho que ha creado el hombre para regular la vida en sociedad, y lo civilizado en democracia es debatir, dialogar, consensuar, acordar; también disputar, pero respetándonos y sobre todo, jugando “limpio”. De usted el ejemplo Señor Presidente y cúbrase de gloria debatiendo, la historia se lo reconocerá ganando o perdiendo. ¡Muchas Gracias Señor Presidente por leer estas demandas! Los ciudadanos del mundo le enviaríamos rosas de felicidad, si las acepta.
Debata públicamente ante las cámaras de televisión en vivo, con el candidato de la oposición Manuel Rosales; hágase su fraternal adversario, no su enemigo irreconciliable, estréchele gallardamente la mano, extiéndasela delante de todo el país y el mundo, bríndele una sonrisa sincera ante las cámaras, perdónele compasiva y cristianamente lo que haya de ser perdonado, respételo como persona, como su conciudadano y su interlocutor; y fájese a debatir ideas, programas, propuestas, soluciones, no a librar batallas y guerras entre hermanos, es la fórmula para garantizar la democracia.
Le demandamos que a partir de hoy la única consigna que debe usar en su léxico, sea: “que los venezolanos todos sin excepción mediante la aplicación constante de la solidaridad, la unidad, la tolerancia y la convivencia pacífica, encontrarán el camino seguro para conquistar a perpetuidad la paz, lo demás se les dará por “añadidura”.
Presidente Chávez usted ha confesado ser cristiano, ha reconocido públicamente que su comandante es “Jesús el cristo, el hijo de Dios”, y le creemos. La Biblia nos dice: “Buscad primero el reino de Dios y lo demás se os dará por añadidura”. Encontremos en Venezuela todos los hispanoamericanos un motivo más para orar por la paz en el mundo. Hay que orar por nuestros hermanos venezolanos, quienes vivirán en los próximos días instantes cruciales en su historia, tan cargada de momentos trágicos y difíciles, pero tan meritorios para las causas más nobles de la humanidad.
Presidente, si usted lo hace, se ganará nuestro respeto más profundo como hombre público democrático, aunque no compartamos su particular visión política del mundo. Le diremos: “No estamos de acuerdo con su opinión pero moriríamos para que usted tenga el derecho a expresarla”. Usted ha pregonado la idea de que todos los suramericanos pertenecemos a una misma patria, entonces somos sus compatriotas y conciudadanos, jamás sus “enemigos”, por eso le exigimos y demandamos respetuosa y democráticamente, que cumpla con su palabra y respete a todos quienes somos sus compatriotas, y nos muestre su talante democrático, haciendo lo que se espera de un demócrata de verdad, debatir democráticamente con sus oponente legítimo sin desmerecer su condición personal, sin exponerlo al desprecio público, sin discriminarlo, ni ofender su dignidad como persona porque también tiene el mismo derecho suyo a aspirar a ser electo como Presidente; y usted debe no sólo reconocérselo, sino que garantizarle su ejercicio pleno debatiendo con él, permitiéndole la oportunidad de discutir sus ideas frente a sus electores, de cara al país; porque en el supuesto de que usted sea un mejor exponente argumentando sus ideas y defendiendo sus puntos de vista, lo peor que le puede ocurrir es que usted ratifique y mantenga el respaldo popular del que tanto se ufana.
Convénzanos a todos Señor Presidente, de que usted es un “águila” debatiendo y que sus ideas son mejores, que son posibles, viables, ejecutables; acepte el desafío de Manuel Rosales a debatir ya, sin pretextos, sin dilación, sin eludir el compromiso que tiene frente a sus nacionales, hágalo por la democracia, pero principalmente, por el amor que asegura tener para haber “hecho todo”; por respeto a su propia consciencia; por su vocación de servicio a los demás; por su ambición histórica de trascender y dejar una huella indeleble en su paso por la vida, y la de sus congéneres; y por la grandeza de espíritu que le imploran que demuestre con sacrificio verdadero por el prójimo, hágalo por todos sus compatriotas ante esta difícil hora que atraviesan gracias a sus ideas y ejecutorias, que usted quiere continuar implementando, pero sin debatir y sin consultarles nada, sino dándolo todo como sobreentendido y aceptado.
No se gane usted Presidente, más “enemigos gratuitos”, le llegó la hora de concertar, de conciliar, de concensuar, de acordar, de debatir. Seremos los primeros en escucharle atentamente todo lo que quiera expresarnos debatiendo con su adversario Manuel Rosales, hoy su legítimo adversario, mañana posiblemente “su Presidente”, tal vez por negarse usted a debatir, a lo mejor su futuro inmediato Señor Presidente Chávez, será dejar de ser presidente por no atreverse a debatir gallarda y dignamente como esperamos, con su adversario, cuando sus conciudadanos y las exigencias históricas electorales se lo exigían.
Recuerde Señor Presidente y no olvide nunca, que siempre es mejor combatir y luchar con dignidad y con honor, incluso cuando nos toca perder, también hay que asimilarlo, porque no todo debe mirarse desde el minúsculo cristal, de una sola visión. Asuma esta responsabilidad ante el mundo y ante su país, si ha de ser usted vencedor venza debatiendo, o pierda debatiendo, pero debata. Se lo exige también su condición de Estadista democrático, aspirante a seguir gobernando con el respeto de todos quienes lo elijan, pero incluso de quienes no compartimos su particular visión del mundo, porque no nos consideramos sus enemigos, sólo somos sus compatriotas.
Señor Presidente Hugo Chávez, finalmente, prepárese física, mental y espiritualmente para asumir con gran dignidad y decoro cualquier “decisión legítima” que tomé el soberano pueblo de Venezuela, éste próximo 3 de Diciembre. Cualquiera sea el resultado usted debería asumirlo con gran serenidad y absoluto acatamiento. Si el pueblo Venezolano libremente decide que usted es el ciudadano que debe gobernar a todos los Venezolanos, estos próximos seis años, pues no habrá fuerza humana capaz de impedir esa manifestación expresa de voluntad, y usted tendrá otra nueva oportunidad para continuar realizando su labor gubernamental, y cumplir su papel histórico en la Venezuela moderna que todos soñamos. Pero si el pueblo Venezolano decidiera lo contrario, y usted se empeñara en ir contra su voluntad, desconociendo mediante artificios o maniobras estratégicas un legítimo resultado electoral, pudiera ser catastrófico, no sólo para su ya aquilatada carrera política, la cual le reconocemos, sino para las instituciones democráticas del país, que resentirían seriamente un grave retroceso histórico. Desconocer la libérrima expresión de la voluntad del pueblo en cualquier sentido, constituiría una gravísima amenaza para la estabilidad de la nación, y para la paz de todos los venezolanos, lo cual no es deseable para nadie que crea en la democracia como sistema de gobierno más perfectible.
Lo deseable Señor Presidente, es que todos los venezolanos tengan garantizadas sus esperanzas de vivir todos como hermanos, siendo todos dignos compatriotas, conciudadanos y no enemigos. Por eso pensamos sinceramente que usted tiene la mayor dosis de responsabilidad por todo lo que está ocurriendo señor Presidente. Especialmente por este delicado clima de violencia y preguerra fraticida, que usted ha sembrado y fomentado irresponsablemente, en las almas de muchos venezolanos, que ahora se odian a muerte.
Un debate público y en vivo, entre usted y Manuel Rosales, transmitido en cadena nacional de radio y televisión, sería extraordinariamente útil para ayudar a clarificar y definir la enrarecida situación política tan compleja, que se está experimentando actualmente en el país, serviría además, para auspiciar bajar las naturales tensiones que existen en el seno de la sociedad venezolana. La responsabilidad mayor sin duda pesa sobre su conciencia Señor Presidente.
Pedimos a Dios Todopoderoso que lo ilumine, le de la sabiduría, la integridad, el valor, y la inteligencia indispensable, para decidir la mejor decisión que usted pueda y deba tomar, que no puede ser otra que dar el mayor y mejor ejemplo democrático a sus conciudadanos, debatiendo con su adversario electoral, para así garantizar la paz de toda la nación, y creando un verdadero clima de autentica tolerancia entre compatriotas que somos todos no unos cuantos. Como sus compatriotas jamás le desearemos mal; que pensemos que usted está equivocado no significa que no le respetemos como Presidente, y que no lo amemos como ser humano, a fin de cuentas usted y nosotros somos prójimos, somos hermanos y conciudadanos.
Debemos convivir con nuestras naturales y lógicas diferencias, hacer lo contrario es ir contra la humanidad y contra Dios, es terminar promoviendo una interminable y nociva anarquía, es fomentar el caos, el desorden, el bochinche, el enfrentamiento fraticida. Existe el derecho que ha creado el hombre para regular la vida en sociedad, y lo civilizado en democracia es debatir, dialogar, consensuar, acordar; también disputar, pero respetándonos y sobre todo, jugando “limpio”. De usted el ejemplo Señor Presidente y cúbrase de gloria debatiendo, la historia se lo reconocerá ganando o perdiendo. ¡Muchas Gracias Señor Presidente por leer estas demandas! Los ciudadanos del mundo le enviaríamos rosas de felicidad, si las acepta.
5 comentarios:
Gracias por tu visita.Las rosas significan en este caso demandas ciudadanas, sinceras y respetuosas; solicitudes democráticas, que hacemos en nombre de muchos venezolanos pacíficos, que sólo aspiran vivir en paz; y contienen implicitamente un sutil mensaje de paz,una sugerencia humilde de convivencia, y de tolerancia, que pensamos, es lo que más necesitamos los venezolanos.Tu comentario es muy ocurrente y de un sano humor, así lo tomo; pero en verdad la situación en el país es muy delicada. Sólo pretendo contrastar la oferta electoral de tener a un país monocolor, rojo, que trata de imponer una facción política gobernante, con un país distinto, que aspiramos sea multicolor y plural, con plena diversidad y multiplicidad. Los venezolanos somos parecidos a ese ramo de rosas, somos multicolores; tenemos distintas ideologías, eso es lo natural,lo lógico y lo deseable, no integramos una sola tendencia, una sola ideología, un solo partido,una sola religión, ni tenemos un solo líder, existen muchos y muy capaces. Créeme amigo Teodoro, las rosas representan más que solicitudes,son exigencias, demandas a quien tiene la mayor responsabilidad de liderazgo en este instante. Más allá de que el Presidente decida debatir o no con su oponente, lo importante es hacerle saber nuestra "digna opinión" sobre lo que pensamos debe hacerse para evitar confontaciones fraticidas; deseamos el dialogo entre adversarios y no la guerra entre hermanos de un mismo pueblo.Por eso abogamos porque se dialogue entre gobierno y oposición, para garantizar la autentica discución política democrática y no la imposición de un interminable monólogo que sólo conduce al odio y la ruptura, hacia un terrible cisma social.Somos muchos los ciudadanos que aspiramos ese diálogo. No deseamos soluciones violentas,deseamos soluciones electorales, pacíficas, democráticas; por eso preferimos mandarle simbolicamente rosas al Presidente y no como parecieran desear algunos,enviarle erroneamente batallones armados encolerizados para derrocarlo ilegitimamente, que lo que traerían sería más derramamiento de sangre inutil; como tampoco avalamos ayer ni avalaremos mañana, la promulgación de decretos apócrifos conculcadores de los derechos ciudadanos.Aquí mi hermano necesitamos es más, y mejor democracia, a nosostros no nos importa el signo ideológico del partido que elija el pueblo para que ejerza el poder, sólo aspiramos que se respete la Constitución y las leyes, eso seria suficiente para normalizar la vida de toda la sociedad y estabilizar a la República.Pero para que eso sudeda el gobierno también tiene que poner de su parte y fomentar unas elecciones transparentes y garantizar el ejercicio pleno de los derechos ciudadanos,sin escamotear nada,por eso tiene la obligación de facilitar una salida política a la crisis que está en ebullición y en puertas, y debe promover el debate para facilitar soluciones y apagar toda amenaza de enfrentamiento entre dos visiones irreconciliables, lo cual es verdaderamente injustificable, más aún si se dispone de los medios civilizados de resolución de conflictos como lo es el derecho,las leyes,la diplomacia, la política que es una ciencia, para ejercerlos adecuadamente como corresponde a dirigentes de alto nivel, que aspiran dirigir los destinos de su pueblo.¿Entonces por qué no auspiciarlos, fomentarlos, sugerirlos? ¿que es lo que debe hacerse entonces para resolver esta grave y delicada situación preelectoral? No amigo mio, las rosas podrán pudrirse incluso en la nevera, pero las demandas del pueblo venezolano jamás se perderán,no pueden ser guardadas en la heladera, no pueden ser diferidas, porque los derechos no se mendigan se conquistán.Y si el presidente que desea que el pueblo lo reelija en el poder, se ruhusara a escuchar sus justas demandas de dialogo, que las ha hecho con el debido respeto, si se hace oidos sordos y las manda a "la nevera", estamos seguros que entonces el pueblo le sabrá reclamar su indiferencia. No habrá fuerza humana capaz de impedir que el pueblo cumpla su voluntad soberana. Nosotros sugerimos el dialogo, el debate democrático entre dignos adversarios.Mis respetos y un gran saludo.
Valiente y sensata petición, Arcángel: ¡ojalá tus palabras pudieran ser escuchadas en Miraflores!
Arcángel, no te olvides de registrar tu blog en http://www.to2blogs.com
un saludo
"AMEN". Ojalá Dios ilumine al Presidente y a sus seguidores. Tenemos fe en su espíritu cristiano.Gracias por tu visita y sugerencia. Un gran saludo.
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