domingo, septiembre 21, 2008

BOLIVIA SE DA TREGUA EN LA CRISIS ESTATAL


Mediadores internacionales participan en el conflicto del altiplano
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Bolivia, un país marcado constantemente por disturbios y derrocamientos presidenciales a través de movimientos sociales que reclaman mejoras estructurales y económicas, hoy vuelve a acaparar la atención mundial.

Cortes de rutas en las regiones más productivas de Bolivia, masacre en el departamento de Pando, territorio amazónico y opositor donde murieron casi dos decenas de personas; estado de sitio en esa región y posterior detención del prefecto (gobernador) Leopoldo Fernández, son algunos de los hechos que mantienen al país en una profunda crisis estatal que concluyó esta semana en una disposición de diálogo nacional con mediación internacional.

Sergio Molina, master en Ciencias Políticas y ex director de Comunicación del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, explica que para entender el panorama boliviano es necesario destacar que ha cambiado el proceso cualitativamente, ya que los enfrentamientos actuales se han llevado a cabo por movimientos civiles y no por grupos militares.

Adicionalmente, Molina cataloga la crisis actual como un episodio inesperado porque a sólo un mes del referendo revocatorio del 10 de agosto, donde el presidente Evo Morales fue ratificado con más de 67% de los votos, se dieron lugar una serie de enfrentamientos sociales.

Precisamente este triunfo oficialista es el punto de partida para que los grupos más radicales consideraran que ha llegado el momento del desempate político -muchos analistas denominan como un "empate catastrófico" la paridad que impera en el país- y por tanto, esos sectores decidieron convocar un referendo constitucional considerado ilegal por la oposición boliviana, evalúa Molina.

En ese mismo contexto Jorge Kafka, licenciado en Ciencias Políticas, de Bolivia, explica que la victoria oficialista en el revocatorio le otorgó al Gobierno central la legitimidad que se le cuestionaba por meses, desarrollando una estrategia que les ha permitido retomar su proyecto constitucional (de tendencia indigenista y socialista) y bajo esos criterios la oposición ha reaccionado, desarrollándose los conflictos vívidos en Pando.

Kafka también afirma que la situación actual estaría enmarcada dentro de la clasificación de "guerras modernas" impulsando básicamente a la sociedad a una confrontación interna donde se dejan a un lado los objetivos militares, teniendo una responsabilidad compartida entre el Gobierno y la oposición.

Sin embargo, no pueden quedar por fuera las batallas que las fuerzas de poder de Bolivia han desarrollado desde mediados de 2007 por mantener su estatus político y profundizar sus ideologías, tal es el caso de las cuatro principales regiones de oposición (Pando, Beni, Tarija y Santa Cruz) que llevaron a cabo un referendo autonómico que la Constitución vigente no contempla, así como la imposición de un proyecto de Constitución oficialista aprobado sin la participación de la representación de la oposición.

Todo esto representa en sí mismo un hecho controversial, porque en las modificaciones constitucionales primero se plantea el texto de la Carta Magna y luego los estatutos autonómicos, pero en Bolivia se invirtió el orden, explica un analista político con participación en organismos internacionales que prefirió el anonimato.

Tregua sin negociación El diálogo nacional llevado a cabo desde el jueves pasado entre el oficialismo y la oposición con la mediación de la Iglesia católica, diplomáticos de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de Naciones Unidas (ONU) le genera al presidente Morales un apoyo internacional en materia democrática que le servirá de herramienta política para futuras acciones.

Aunque Molina considera positivo el diálogo nacional, explica que lo más probable es que el Presidente distienda la negociación con el único propósito de evitar mayores enfrentamientos sociales, pero sin obtener acuerdos sustantivos para Bolivia como "la tenencia de la tierra, la Constitución política y las autonomías, siendo temas definitivos en la historia política de Latinoamérica".

Asimismo, Molina señala que el diálogo nacional resulta más una suerte de tregua entre los enfrentamientos de los habitantes del departamento de Pando, que un verdadero deseo de las fuerzas de poder por sentarse a negociar y ceder en sus posturas extremistas.

Por otro lado, el analista explica que aunque el proceso social en Bolivia es difícil de predecir, es excesivo señalar (como lo ha hecho el Gobierno) que existe una conspiración norteamericana para derrocar a Morales, y en ese sentido recalca que la expulsión del embajador de Estados Unidos en Bolivia, Philip Goldberg, fue más una acción de política interna que externa.

Molina reiteró que un golpe de Estado en las circunstancias actuales es poco probable, aunque no descarta a corto plazo hechos de violencia esporádica como lo sucedido en el departamento de Pando y por ende más deterioro institucional que socave la democracia.

Fuerza Armada alza la voz Las declaraciones del comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia, Luis Trigo, en contra de la intromisión del presidente Hugo Chávez en territorio altiplánico generó alerta nacional e internacional. Sin embargo, Molina considera que tiene que ver más con la intención de tranquilizar internamente a la institución castrense que con mostrar una posición ideológica y política del comandante.

Finalmente, Molina tacha de inadmisibles las declaraciones del presidente Chávez cuando da consejos y órdenes a las tropas bolivianas, y por eso asegura que surgen declaraciones militares, pero es enfático al señalar que a partir de ese comunicado seguirá la constitucionalidad del Ejército y la Policía bolivianos que ejerce el Poder Ejecutivo a través del presidente Morales.

Fuente: http://www.eluniversal.com/index.shtml

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