"Este nuevo liderazgo que surgirá de esta crisis, deberá comprender y asimilar la nueva urgente aspiración colectiva, que será la de dirigir a la nación hacia la paz, la convivencia y la coexistencia pacífica".
En la hora presente en que Venezuela padece y sufre estoicamente ante el intento fallido del gobierno del Sr. Chávez de conculcar los derechos ciudadanos, e instaurar un régimen totalitario, resurge de nuevo con inusitada energía emperanzadora la juventud venezolana que asume el protagonismo, al irrumpir como un río crecido e indomable para mostrar de nuevo la voluntad de su siempre inconmensurable e indoblegable espíritu de lucha, quien se ha rebelado cívicamente, pacíficamente ante las arbitrariedades y abusos del régimen oprobioso, dejándolo desnudo ante el país y el mundo, como lo que es, un gobierno conducido con saña por un individuo déspota que intenta en vano liquidar la democracia en Venezuela.
Ese nuevo liderazgo juvenil que emergerá como consecuencia de la premura nacional provocada por los errores del gobierno autocrático y la clase política, es más capaz de lo que muchos creen y esperaban, y desbordará la capacidad de maniobra y manipulación tanto de la dirigencia sectaria e inmoral de la pésima camarilla enquistada en el gobierno, y también –afortunadamente- de los dirigentes derrotados, desprestigiados y sin credibilidad de la oposición radical, que aún sueñan con recuperar espacios de poder y su otrora convocatoria perdida de que disfrutaron, sus pasados días de gloria, que no les serán devueltos gratuitamente.
Ese nuevo liderazgo juvenil, no contaminado, aún incipiente, apenas se ha insinuado, pero necesita madurar, porque ha nacido por cesárea, en un parto prematuro, muy forzado, y la criatura deberá estar un tiempo en la incubadora, pero ya ha mostrado su potencial, su formidable fuerza, su caudaloso poderío, habrán algunos aún muy sorprendidos, –siempre lo intuimos- otros en cambio dispuestos a endosárselo, y pretendiendo en vano cobrar sus méritos, pero no podrán, nadie podrá. Ni quienes lo cuestionan y aconsejan porfiadamente y convenientemente desde el gobierno para que no aflore, ni se exteriorice y cristalice, ni quienes intentan en vano maniatarlo para usarlo en su provecho personal; será como un tsunami, nadie podrá detenerlo, y arrastrará todo a su paso en el futuro, a gobierno y a oposición, para hacer posible el cambio necesario, y hacer surgir algo distinto, que llene las expectativas legítimas de la gran mayoría de los venezolanos que rechazan a ambos bandos tercos, empeñados en una absurda confrontación, culpables de hacernos creer que unos son mejores que otros, pero sólo nos han convencido de su nocividad.
Este nuevo liderazgo que surgirá de esta crisis, deberá comprender y asimilar la nueva urgente aspiración colectiva, que será la de dirigir a la nación hacia la paz, la convivencia y la coexistencia pacífica. Hoy en día, cada vez más personas estamos conscientes de que ni el viejo liderazgo, ni el actual, nos garantizan el equilibrio, para alcanzar juntos estas preciadas aspiraciones esenciales y así lograr la felicidad colectiva mutuamente, sino que nos conducen torpe y porfiadamente a la guerra fraticida sin comprender la necesidad del dialogo, y se han declarado la guerra a muerte por sus odios ancestrales inconfesables pretendiendo arrastrarnos a todos sus conciudadanos inocentes con ellos, pero no lo conseguirán. La juventud venezolana lo impedirá con su nuevo liderazgo naciente, porque tiene en su seno las reservas morales, intelectuales, mentales y espirituales indispensables para alcanzar estas nobles aspiraciones colectivas que anhela toda la nación.
1 comentario:
Manana, lo que se pulveriza es la autocracia dirigida desde Cuba. Los ciudadanos venezolanos mostraran de lo que estan hechos.
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