POR: ARCANGEL VULCANO
No hemos sido jamás propensos a ofrecer pronósticos electorales; entre otras razones porque consideramos que es una imperdonable falta de respeto al conglomerado de nuestros conciudadanos que integramos el electorado, y que deberíamos decidir libremente quienes nos deberían gobernar sin recibir ningún tipo de presiones indebidas e injustificables. Sin embargo, no ignoramos la importancia de las encuestas como lógicos mecanismos técnicos científicos para calibrar las tendencias de la opinión pública ; ni somos ajenos a la realidad tangible que nos ofrecen las mediciones estadísticas que nos muestran las encuestas serias, sobre la intención de voto en un momento determinado.
No somos tampoco aficionados a pronosticar resultados electorales, porque siempre hemos pensado que en la compleja, difícil y a veces inverosímil actividad política “uno más uno no es igual a dos” y que “nada está jamás escrito y menos decidido en la víspera” de la controversial actividad política, las elecciones se ganan con votos, y las personas votan secretamente como mejor les parezca. Creemos que en la actividad política ocurre algo muy similar a lo que pasa por ejemplo en el apasionante deporte del fútbol, en el que es frecuente escuchar expresiones como: “Los partidos hay que jugarlos”; y ya sabemos que los partidos se ganan, se pierden o se empatan; pero siempre hay que jugarlos; a veces gana quien no juega bien, o quienes hacen trampas, otras se impone la lógica, y de ves en cuando hay sorpresas; a veces los partidos terminan indeseablemente en brutales tánganas que degeneran con saldos de muertos y heridos; hemos visto a los árbitros huir despavoridos de los estadios perseguidos por tumultuosas barras bravas ; no faltan quienes lanzan botellas, pedazos de hielo, antorchas, véngalas, piedras y toda clase de objetos contundentes al terreno de juego perjudicando el espectáculo; pero en el fútbol siempre ganan quienes meten los goles, y la pasión por el deporte jamás se termina con un partido, mañana siempre podrá jugarse de nuevo. En el fútbol se suele repetir que “los goles son amores”; y en la política podríamos afirmar que los votos también son amores. ¡Los votos son amores como los goles! En verdad los votos son amores.
Este próximo 23 de noviembre Ganarán las elecciones quienes lleven a votar a sus partidarios masivamente; así de simple. Nosotros no nos confiaríamos jamás en el voto espontáneo, sino que creemos es en el voto procurado, trabajado, conquistado, a través de la persuasión en las campañas electorales exitosas, logrando la movilización masiva, organizada y sistemática del electorado, mediante el apropiado apoyo logístico; pero sabiendo que el electorado jamás es cautivo a todo evento, hay que carretearlo, transportarlo,llevarlo y traerlo, facilitarle los medios lícitos para que ejerza su derecho, enseñarlo a votar, a resistir en las colas, a no desmoralizarse y a ganar espacios democráticamente; todo lo cual pareciera una contradicción con lo argumentado anteriormente sobre las presiones indebidas; pero acotamos, que siempre debe hacerse la motivación pero respetando el derecho al voto secreto del elector, a su libre decisión para elegir por quienes votar.
No hemos sido jamás propensos a ofrecer pronósticos electorales; entre otras razones porque consideramos que es una imperdonable falta de respeto al conglomerado de nuestros conciudadanos que integramos el electorado, y que deberíamos decidir libremente quienes nos deberían gobernar sin recibir ningún tipo de presiones indebidas e injustificables. Sin embargo, no ignoramos la importancia de las encuestas como lógicos mecanismos técnicos científicos para calibrar las tendencias de la opinión pública ; ni somos ajenos a la realidad tangible que nos ofrecen las mediciones estadísticas que nos muestran las encuestas serias, sobre la intención de voto en un momento determinado.
No somos tampoco aficionados a pronosticar resultados electorales, porque siempre hemos pensado que en la compleja, difícil y a veces inverosímil actividad política “uno más uno no es igual a dos” y que “nada está jamás escrito y menos decidido en la víspera” de la controversial actividad política, las elecciones se ganan con votos, y las personas votan secretamente como mejor les parezca. Creemos que en la actividad política ocurre algo muy similar a lo que pasa por ejemplo en el apasionante deporte del fútbol, en el que es frecuente escuchar expresiones como: “Los partidos hay que jugarlos”; y ya sabemos que los partidos se ganan, se pierden o se empatan; pero siempre hay que jugarlos; a veces gana quien no juega bien, o quienes hacen trampas, otras se impone la lógica, y de ves en cuando hay sorpresas; a veces los partidos terminan indeseablemente en brutales tánganas que degeneran con saldos de muertos y heridos; hemos visto a los árbitros huir despavoridos de los estadios perseguidos por tumultuosas barras bravas ; no faltan quienes lanzan botellas, pedazos de hielo, antorchas, véngalas, piedras y toda clase de objetos contundentes al terreno de juego perjudicando el espectáculo; pero en el fútbol siempre ganan quienes meten los goles, y la pasión por el deporte jamás se termina con un partido, mañana siempre podrá jugarse de nuevo. En el fútbol se suele repetir que “los goles son amores”; y en la política podríamos afirmar que los votos también son amores. ¡Los votos son amores como los goles! En verdad los votos son amores.
Este próximo 23 de noviembre Ganarán las elecciones quienes lleven a votar a sus partidarios masivamente; así de simple. Nosotros no nos confiaríamos jamás en el voto espontáneo, sino que creemos es en el voto procurado, trabajado, conquistado, a través de la persuasión en las campañas electorales exitosas, logrando la movilización masiva, organizada y sistemática del electorado, mediante el apropiado apoyo logístico; pero sabiendo que el electorado jamás es cautivo a todo evento, hay que carretearlo, transportarlo,llevarlo y traerlo, facilitarle los medios lícitos para que ejerza su derecho, enseñarlo a votar, a resistir en las colas, a no desmoralizarse y a ganar espacios democráticamente; todo lo cual pareciera una contradicción con lo argumentado anteriormente sobre las presiones indebidas; pero acotamos, que siempre debe hacerse la motivación pero respetando el derecho al voto secreto del elector, a su libre decisión para elegir por quienes votar.
Si los partidos políticos han realizado adecuadamente su trabajo de activismo, de apoyo y motivación, y si logran que la clase media vote masivamente, esta sin dudas podrá pasarle sus facturas acumuladas a los gobernantes locales y al mismo régimen; podrá decidir si aplicará sin misericordia el voto castigo, o si premiará algunas de las exitosas gestiones gubernamentales regionales; sabrá implementar la economía del voto; pero la historia será distinta si prefieren en masa vegetar en casa frente a los televisores monitoreando el proceso electoral, comiendo parrilla, bebiendo cerveza, jugando dominó y aguardando cómodamente los resultados que ofrezca el CNE por la madrugada; podrán entonces acostumbrarse a comer cotufas viendo en la televisión a Chávez encadenarse, e irse preparando para cuando nos "clave" su apetecible y añorada reelección presidencial indefinida.
Se preguntan algunos conocidos analistas: ¿Dónde habrá más abstencionistas? ¿En las filas del chavismo o de la oposición? Y se responden correctamente: De la respuesta a esta pregunta dependen los resultados electorales
A pesar de admitir que no haremos ningún pronóstico electoral sobre el probable resultado de los comicios del 23 de noviembre en Venezuela, pensamos que existen poderosas razones por las cuales esta vez si habrá una importante participación de los conciudadanos venezolanos en las urnas que auspician romper con la respetable tendencia abstencionista, y que en esta ocasión los moverá a votar masivamente, que no son otras que la necesidad y las ansias de concretar cambios posibles en democracia y en paz, sin violencia, ni amenazas de guerras fraticidas, ni infundiéndonos el temor de borrarnos de la faz de la tierra a quienes no pensemos igual que el presidente de turno; pero sobre todo para procurarse mejores gobiernos regionales y municipales, que en su gran mayoría y salvo honrosas excepciones han sido pésimos.
En Venezuela los venezolanos podremos salir de nuestras casas a votar masivamente, procurando cambios positivos, entre ellos: Combatir efectivamente la inseguridad galopante y la delincuencia desatada, desenfrenada, que actúa impunemente a sus anchas y que está matando, robando, acosando y hostigando sin control a diario a los venezolanos trabajadores e inocentes, por culpa de la displicencia, inoperancia, negligencia, impericia y la pésima gestión del gobierno de Chávez, sus Ministros, gobernadores y alcaldes, que sólo se justifican con pretextos y evasivas.
Los venezolanos saldremos también a votar para garantizarnos la vigencia del sistema democrático que está en riesgo, procurando elegir a los mejores gobernantes regionales y municipales que podamos (estén en donde estén); votaremos masivamente para intentar mejorar los pésimos servicios públicos en general, entre ellos el de electricidad para evitar los frecuentes apagones; mejorar los servicios de agua, salud, educación, aseo urbano. Votaremos para que nuestros gobiernos locales trabajen duro para resolver los problemas que más nos afectan cotidianamente, y así determinar, diseñar e implementar soluciones eficaces para reducir la inflación, el desempleo, el alto costo de la vida y la escasez de productos básicos.
Los venezolanos en general sin distinciones ideológicas queremos que haya mayor y mejor productividad, y estamos contestes en que para lograrlo juntos debemos crear riqueza no sólo repartir la que tenemos (Petróleo), por tal motivo, deberíamos es diversificar la economía monoproductora, y sabemos que no podremos hacerlo precisamente en un régimen socialista totalitario y militarista, restrictivo y conculcador de la propiedad privada, colectivista, de corte comunista, intervencionista, que restrinja las actividades privadas que garantiza nuestra Constitución Nacional. Sistema socialista al cual por cierto, ya rechazamos votando masivamente contra la reforma constitucional propuesta por Chávez el pasado 2 de diciembre, y que insiste en imponernos. Los venezolanos sabemos que viviendo en democracia verdadera, con plenitud de libertades y garantías económicas y con el disfrute de todos los derechos sociales , bajo la supervisión -eso si- de un estado democrático regido por el derecho, apegado a la Constitución y a las leyes, que se someta auténticamente a una justicia ciega, imparcial, independiente y autónoma (no intervenida), auspicioso del desarrollo, la tecnología, la ciencia, los valores humanos, el trabajo creador y productivo, inspirado y orientado por la fe en Dios y en los excelsos ideales promulgados por nuestros libertadores, para que fomente y apoye con todo su poder financiero y logístico la actividad empresarial privada y cooperativa, seria y responsable socialmente, podremos así construir una sociedad regida por supremos ideales, guiada en principio por el amor superior a Dios todopoderoso. Una sociedad que sea educada, cívica, moral, desarrollada, progresista, moderna, futurista, humanista, solidaria, libre, más justa, equitativa, próspera y en pleno despliegue de las potencialidades colectivas.
El próximo 23 de noviembre podremos lograr juntos una gloriosa gesta histórica de participación popular masiva en las urnas electorales, para conquistar un mejor destino, inspirados por el extraordinario espíritu cívico y democrático que siempre ha impulsado a todos los venezolanos de buena voluntad, y que debe servirnos a todos los venezolanos en este instante crucial de nuestra historia para impulsarnos vigorosos y fortalecidos por el ejemplo de nuestros ancestros y gloriosos libertadores, con gran esperanza de cambio posible aquí en Venezuela; y así asimilar, digerir y aprovechar una hermosa posibilidad y oportunidad que tenemos todos unidos para construir colectivamente un mejor porvenir para Venezuela concurriendo masivamente a votar en paz y con esperanzas de mejorar y resolver nuestras principales diferencias y problemas, civilizadamente juntos todos.
El próximo 23 de noviembre los venezolanos tendremos la inigualable oportunidad de decidir con nuestros votos que son amores como en el fútbol, un camino apropiado para fortalecernos en nuestras convicciones e ideales democráticos. Debemos edificar unidos un mejor futuro para todos los venezolanos de buena voluntad. ¡Si podemos, claro que podemos!
Para lograrlo juntos, unidos, en paz y sin traumas, debemos hacer exactamente lo mismo que nos sugirió el libertador Simón Bolívar en Pativilca; cuando en virtud de su precario semblante y aspecto decaído, por causa de sus padecimientos de salud, creyéndole derrotado y acabado, el diplomático colombiano Mosquera quien lo visitaba compadeciéndose de su lamentable estado demacrado, le preguntó al grande héroe:"¿ Y ahora que piensa hacer Libertador? a lo que el genio de América respondió sin vacilaciones: "¡TRIUNFAR!". Eso es lo que debemos hacer este próximo 23 de noviembre los venezolanos que amamos la democracia y la libertad, ¡TRIUNFAR! por encima de todas las dificultades, adversidades, arbitrariedades, abusos, atropellos, excesos y ventajismos del gobierno que nos viola cínicamente y reiteradamente nuestros legítimos derechos.
Debemos entonces sin pretextos los venezolanos, el próximo 23 de noviembre VOTAR MASIVAMENTE Y TRIUNFAR; lo haremos cuidando entre todos los votos en las mesas, vigilando el proceso, garantizando así su transparencia, con la presencia activa, y evitando a todo evento cualquier posibilidad de fraude. Debemos hacerlo unidos recordando que los votos son amores, debemos votar masivamente para TRIUNFAR.
Se preguntan algunos conocidos analistas: ¿Dónde habrá más abstencionistas? ¿En las filas del chavismo o de la oposición? Y se responden correctamente: De la respuesta a esta pregunta dependen los resultados electorales
A pesar de admitir que no haremos ningún pronóstico electoral sobre el probable resultado de los comicios del 23 de noviembre en Venezuela, pensamos que existen poderosas razones por las cuales esta vez si habrá una importante participación de los conciudadanos venezolanos en las urnas que auspician romper con la respetable tendencia abstencionista, y que en esta ocasión los moverá a votar masivamente, que no son otras que la necesidad y las ansias de concretar cambios posibles en democracia y en paz, sin violencia, ni amenazas de guerras fraticidas, ni infundiéndonos el temor de borrarnos de la faz de la tierra a quienes no pensemos igual que el presidente de turno; pero sobre todo para procurarse mejores gobiernos regionales y municipales, que en su gran mayoría y salvo honrosas excepciones han sido pésimos.
En Venezuela los venezolanos podremos salir de nuestras casas a votar masivamente, procurando cambios positivos, entre ellos: Combatir efectivamente la inseguridad galopante y la delincuencia desatada, desenfrenada, que actúa impunemente a sus anchas y que está matando, robando, acosando y hostigando sin control a diario a los venezolanos trabajadores e inocentes, por culpa de la displicencia, inoperancia, negligencia, impericia y la pésima gestión del gobierno de Chávez, sus Ministros, gobernadores y alcaldes, que sólo se justifican con pretextos y evasivas.
Los venezolanos saldremos también a votar para garantizarnos la vigencia del sistema democrático que está en riesgo, procurando elegir a los mejores gobernantes regionales y municipales que podamos (estén en donde estén); votaremos masivamente para intentar mejorar los pésimos servicios públicos en general, entre ellos el de electricidad para evitar los frecuentes apagones; mejorar los servicios de agua, salud, educación, aseo urbano. Votaremos para que nuestros gobiernos locales trabajen duro para resolver los problemas que más nos afectan cotidianamente, y así determinar, diseñar e implementar soluciones eficaces para reducir la inflación, el desempleo, el alto costo de la vida y la escasez de productos básicos.
Los venezolanos en general sin distinciones ideológicas queremos que haya mayor y mejor productividad, y estamos contestes en que para lograrlo juntos debemos crear riqueza no sólo repartir la que tenemos (Petróleo), por tal motivo, deberíamos es diversificar la economía monoproductora, y sabemos que no podremos hacerlo precisamente en un régimen socialista totalitario y militarista, restrictivo y conculcador de la propiedad privada, colectivista, de corte comunista, intervencionista, que restrinja las actividades privadas que garantiza nuestra Constitución Nacional. Sistema socialista al cual por cierto, ya rechazamos votando masivamente contra la reforma constitucional propuesta por Chávez el pasado 2 de diciembre, y que insiste en imponernos. Los venezolanos sabemos que viviendo en democracia verdadera, con plenitud de libertades y garantías económicas y con el disfrute de todos los derechos sociales , bajo la supervisión -eso si- de un estado democrático regido por el derecho, apegado a la Constitución y a las leyes, que se someta auténticamente a una justicia ciega, imparcial, independiente y autónoma (no intervenida), auspicioso del desarrollo, la tecnología, la ciencia, los valores humanos, el trabajo creador y productivo, inspirado y orientado por la fe en Dios y en los excelsos ideales promulgados por nuestros libertadores, para que fomente y apoye con todo su poder financiero y logístico la actividad empresarial privada y cooperativa, seria y responsable socialmente, podremos así construir una sociedad regida por supremos ideales, guiada en principio por el amor superior a Dios todopoderoso. Una sociedad que sea educada, cívica, moral, desarrollada, progresista, moderna, futurista, humanista, solidaria, libre, más justa, equitativa, próspera y en pleno despliegue de las potencialidades colectivas.
El próximo 23 de noviembre podremos lograr juntos una gloriosa gesta histórica de participación popular masiva en las urnas electorales, para conquistar un mejor destino, inspirados por el extraordinario espíritu cívico y democrático que siempre ha impulsado a todos los venezolanos de buena voluntad, y que debe servirnos a todos los venezolanos en este instante crucial de nuestra historia para impulsarnos vigorosos y fortalecidos por el ejemplo de nuestros ancestros y gloriosos libertadores, con gran esperanza de cambio posible aquí en Venezuela; y así asimilar, digerir y aprovechar una hermosa posibilidad y oportunidad que tenemos todos unidos para construir colectivamente un mejor porvenir para Venezuela concurriendo masivamente a votar en paz y con esperanzas de mejorar y resolver nuestras principales diferencias y problemas, civilizadamente juntos todos.
El próximo 23 de noviembre los venezolanos tendremos la inigualable oportunidad de decidir con nuestros votos que son amores como en el fútbol, un camino apropiado para fortalecernos en nuestras convicciones e ideales democráticos. Debemos edificar unidos un mejor futuro para todos los venezolanos de buena voluntad. ¡Si podemos, claro que podemos!
Para lograrlo juntos, unidos, en paz y sin traumas, debemos hacer exactamente lo mismo que nos sugirió el libertador Simón Bolívar en Pativilca; cuando en virtud de su precario semblante y aspecto decaído, por causa de sus padecimientos de salud, creyéndole derrotado y acabado, el diplomático colombiano Mosquera quien lo visitaba compadeciéndose de su lamentable estado demacrado, le preguntó al grande héroe:"¿ Y ahora que piensa hacer Libertador? a lo que el genio de América respondió sin vacilaciones: "¡TRIUNFAR!". Eso es lo que debemos hacer este próximo 23 de noviembre los venezolanos que amamos la democracia y la libertad, ¡TRIUNFAR! por encima de todas las dificultades, adversidades, arbitrariedades, abusos, atropellos, excesos y ventajismos del gobierno que nos viola cínicamente y reiteradamente nuestros legítimos derechos.
Debemos entonces sin pretextos los venezolanos, el próximo 23 de noviembre VOTAR MASIVAMENTE Y TRIUNFAR; lo haremos cuidando entre todos los votos en las mesas, vigilando el proceso, garantizando así su transparencia, con la presencia activa, y evitando a todo evento cualquier posibilidad de fraude. Debemos hacerlo unidos recordando que los votos son amores, debemos votar masivamente para TRIUNFAR.
1 comentario:
Creo que el abstencionismo esta mayormente del lado oficialista.
El fenomeno que he llamado Efecto Podemos le puede hacer mucho daño, a pesar de mis vaticinios.
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