POR:ARCANGEL VULCANO.
“-Ya tengo un plan para los que pierdan, la isla La Borracha, ahí lo que hay es pura piedra y serpientes, pa' llá van" Así textualmente lo expresó el Sr Hugo Chávez a sus partidarios el pasado domingo en un acto político transmitido por el canal del estado. Igualmente aseguró Chávez:”Vi una isla y le dije a los pilotos: "Muchachos, esa isla cuál es (...) entonces le dimos la vuelta, buscamos en el mapa. Una isla que se llama La Borracha. Es pura piedra y parece que hay muchas serpientes (...) El que pierda (...) le podemos dar la misión de desarrollar un proyecto endógeno en la isla La Borracha. Müller, ¿qué te parece esa idea? A sembrar papa (...)"
Sin entrar a profundizar en las verdaderas motivaciones del Sr Chávez, para recurrir a este curioso recurso de ofrecer una especie de plan de castigo de confinamiento en una isla inhóspita, desierta y pedregosa repleta de serpientes venenosas, a sus candidatos a gobernadores y alcaldes, quienes pudieran eventualmente resultar como perdedores en las elecciones del 23 de noviembre; pero a estas alturas del partido, esa confesión parece una debilidad del devaluado líder del proceso seudo revolucionario, y nos lo hace lucir como muy apurado, nervioso y visiblemente preocupado por el posible resultado electoral adverso del próximo 23 de noviembre, día en el que asegura que su partido PSUV y sus candidatos ganarán todas las gobernaciones, alcaldías y consejos legislativos regionales.
No parece entonces cierta sino fingida tanta seguridad y confianza expresada por la brutal propaganda, porque no se entiende por qué el endiosado Jefe supremo, debe ahora estar apelando a semejantes amenazas contra sus propios candidatos, a no ser que tuviera el temor cierto y potencial de experimentar la derrota amenazándole con hacerlo sufrir muy pronto su peor descalabro electoral y padecer el fuerte impacto de sus agrias consecuencias.
Pero en todo caso, lo destacable es que tal vez sin ni siquiera meditarlo, presentirlo ni sospecharlo el Sr Chávez al amenazar a los probables derrotados que le son afectos, ha quedado en evidencia ante el país y el mundo “mismo”, al no advertir que él al reconocer también su derrota y fracaso del pasado dos de diciembre por el descalabro electoral, ha quedado emblematizado para siempre como el primer náufraco autocondenado e inquilino de la isla de “La Borracha” y que debió ocupar desde entonces, antes que sus propios candidatos impuestos, porque de haberse auto aplicado el castigo en virtud de la máxima popular que reza: que “la salsa que es buena para el pavo es buena para la pava”; pues simplemente él ufanado y arrogante caudillo llanero, también merecería por su confesa derrota el castigo del confinamiento; más aún, si consideramos que la derrota fue garrafal, porque se la propinó únicamente a él y sin atenuantes el glorioso y libertario pueblo de Venezuela el dos de diciembre, mandándolo no precisamente a vivir confinado a “la isla La Borracha” a convivir con las serpientes, sino que imponiéndole el castigo de no poder ser reelegido jamás tal y como ambicionaba.
Al Chávez desencajado, ahora que se atreve a amenazar a sus propios candidatos con confinarlos en islas desiertas, es oportuno recordarle al engreído, que debería auto aleccionarse, y en vez de aspirar castigar a los demás, sería útil que se impusiera por su bien no un castigo, sino una tarea de mejoramiento personal, intentando cada día mejorar como simple mandatario que es, siendo más prudente y comedido, sobre todo a la hora de dirigirse a sus conciudadanos; para que no vaya a ocurrirle que por consecuencia de sus recurrentes arbitrariedades algún día sus paisanos, ya cansados de sus excesos e irrespetos, le impongan de verdad un merecido castigo, y le ordenen cumplirlo en algún lugar indeseable, y no precisamente a “la isla La Borracha”, en donde de acuerdo a su óptica minúscula de la realidad venezolana, entonces debió dar el ejemplo y haber cumplido ya el castigo rodeado de serpientes, y que ahora tanto ofrece a sus incondicionales, por haber perdido como en efecto perdió el dos de diciembre, siendo desde entonces el autocondenado inquilino confinado en la inefable isla “La Borracha”, por lo que podríamos denominarlo por causa de su confesión de derrotado como el náufrago de la isla "La Borracha".
“-Ya tengo un plan para los que pierdan, la isla La Borracha, ahí lo que hay es pura piedra y serpientes, pa' llá van" Así textualmente lo expresó el Sr Hugo Chávez a sus partidarios el pasado domingo en un acto político transmitido por el canal del estado. Igualmente aseguró Chávez:”Vi una isla y le dije a los pilotos: "Muchachos, esa isla cuál es (...) entonces le dimos la vuelta, buscamos en el mapa. Una isla que se llama La Borracha. Es pura piedra y parece que hay muchas serpientes (...) El que pierda (...) le podemos dar la misión de desarrollar un proyecto endógeno en la isla La Borracha. Müller, ¿qué te parece esa idea? A sembrar papa (...)"
Sin entrar a profundizar en las verdaderas motivaciones del Sr Chávez, para recurrir a este curioso recurso de ofrecer una especie de plan de castigo de confinamiento en una isla inhóspita, desierta y pedregosa repleta de serpientes venenosas, a sus candidatos a gobernadores y alcaldes, quienes pudieran eventualmente resultar como perdedores en las elecciones del 23 de noviembre; pero a estas alturas del partido, esa confesión parece una debilidad del devaluado líder del proceso seudo revolucionario, y nos lo hace lucir como muy apurado, nervioso y visiblemente preocupado por el posible resultado electoral adverso del próximo 23 de noviembre, día en el que asegura que su partido PSUV y sus candidatos ganarán todas las gobernaciones, alcaldías y consejos legislativos regionales.
No parece entonces cierta sino fingida tanta seguridad y confianza expresada por la brutal propaganda, porque no se entiende por qué el endiosado Jefe supremo, debe ahora estar apelando a semejantes amenazas contra sus propios candidatos, a no ser que tuviera el temor cierto y potencial de experimentar la derrota amenazándole con hacerlo sufrir muy pronto su peor descalabro electoral y padecer el fuerte impacto de sus agrias consecuencias.
Pero en todo caso, lo destacable es que tal vez sin ni siquiera meditarlo, presentirlo ni sospecharlo el Sr Chávez al amenazar a los probables derrotados que le son afectos, ha quedado en evidencia ante el país y el mundo “mismo”, al no advertir que él al reconocer también su derrota y fracaso del pasado dos de diciembre por el descalabro electoral, ha quedado emblematizado para siempre como el primer náufraco autocondenado e inquilino de la isla de “La Borracha” y que debió ocupar desde entonces, antes que sus propios candidatos impuestos, porque de haberse auto aplicado el castigo en virtud de la máxima popular que reza: que “la salsa que es buena para el pavo es buena para la pava”; pues simplemente él ufanado y arrogante caudillo llanero, también merecería por su confesa derrota el castigo del confinamiento; más aún, si consideramos que la derrota fue garrafal, porque se la propinó únicamente a él y sin atenuantes el glorioso y libertario pueblo de Venezuela el dos de diciembre, mandándolo no precisamente a vivir confinado a “la isla La Borracha” a convivir con las serpientes, sino que imponiéndole el castigo de no poder ser reelegido jamás tal y como ambicionaba.
Al Chávez desencajado, ahora que se atreve a amenazar a sus propios candidatos con confinarlos en islas desiertas, es oportuno recordarle al engreído, que debería auto aleccionarse, y en vez de aspirar castigar a los demás, sería útil que se impusiera por su bien no un castigo, sino una tarea de mejoramiento personal, intentando cada día mejorar como simple mandatario que es, siendo más prudente y comedido, sobre todo a la hora de dirigirse a sus conciudadanos; para que no vaya a ocurrirle que por consecuencia de sus recurrentes arbitrariedades algún día sus paisanos, ya cansados de sus excesos e irrespetos, le impongan de verdad un merecido castigo, y le ordenen cumplirlo en algún lugar indeseable, y no precisamente a “la isla La Borracha”, en donde de acuerdo a su óptica minúscula de la realidad venezolana, entonces debió dar el ejemplo y haber cumplido ya el castigo rodeado de serpientes, y que ahora tanto ofrece a sus incondicionales, por haber perdido como en efecto perdió el dos de diciembre, siendo desde entonces el autocondenado inquilino confinado en la inefable isla “La Borracha”, por lo que podríamos denominarlo por causa de su confesión de derrotado como el náufrago de la isla "La Borracha".
1 comentario:
En cuanto a ello sostengo por tesis que en verdad existe CONSPIRACION pero esta viene tanto de fuera como DE ADENTRO.
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