
POR:ARCANGEL VULCANO.
Distintas reacciones a favor y en contra de esa controversial y apresurada medida no se han hecho esperar. Ya
fue rechazada el lunes por el dirigente de la cámara de comerciantes de la capital, Víctor Maldonado, quien consideró el anuncio como una “arbitrariedad” que atenta contra el derecho a la propiedad. El dirigente empresarial visiblemente consternado dijo a la televisora local Globovisión que las declaraciones en la víspera por Chávez deja al descubierto la “fragilidad del Estado de derecho”, y revela el “peligro en que se encuentran los derechos y garantías ciudadanas, entre los cuales está el derecho de la propiedad”. Igualmente indicó que la suspensión de las obras de El Sambil constituye un “sablazo” a una de las inversiones más importantes que se ha hecho en Caracas en los últimos años. También sostuvo que “cerca de 3.000 empleos directos y otros indirectos quedaron en riesgo por la decisión del mandatario”.
“El que haya una posibilidad de que un gobernante con tanto poder como para decidir cualquier día sobre una inversión de tres años y de bastante envergadura, lo único que implica es la arbitrariedad y el desbalance de poderes”, agregó.
Por su parte el arquitecto venezolano Gaspar Arancibia afirmó que “coincidía con Chávez en cuanto a que ese edificio estaba mal concebido debido a que no hay calles adecuadas en la zona para nivel de tráfico que podría generar el centro comercial, pero sostuvo que es “muy tarde” para detener la obra”. Así mismo expresó: “El presidente no puede tomar decisiones de ese tipo. Ellas tienen que ser hechas por los gobiernos municipales…porque si todo depende del presidente, nosotros necesitaríamos contar con un número similar de presidentes para resolver muchos de nuestros problemas locales “, añadió.
Arancibia expresó que el cambio de la obra para levantar un hospital o una universidad significará un “gasto enorme”. Es conocido que en los últimos dos años Chávez ha nacionalizado la mayor telefónica y siderúrgica del país, el sector eléctrico, los proyectos petroleros de la Faja del Orinoco, y las empresas cementeras, como parte de un plan para establecer en el país el modelo socialista; en fin, Chávez pareciera sufrir de expropiación manía.
Nuestra opinión es que el Sr Chávez acaba de cometer uno de lo más graves errores políticos, expropiando en vivo y en directo un importante centro comercial como sin duda lo es El Sambil de la Candelaria. En primer lugar, porque se encuentra sumergido en una campaña electoral para aprobar una enmienda constitucional persiguiendo instaurar la reelección perpetua, que le permitan postularse a la presidencia de la república cada vez que lo desee, y esta controversial y polémica decisión podría resultarle muy inconveniente, porque en las actuales circunstancias políticas podría causar lógicas reacciones negativas en los potenciales votantes indecisos, quienes pudieran espantarse y ahuyentarse al percibir que están en riesgo derechos como el de la propiedad privada. Por otra parte, se espera que el próximo año, el país podría estar enfrentando una aguda situación económica como consecuencia de la vertiginosa caída del precio del petróleo, con los consabidos efectos e impactos negativos que se producirían; por lo que decisiones como esta expropiación no contribuyen a crear mayor inversión, ni productividad, ni confianza, ni seguridad jurídica, ni crecimiento en la oferta de necesarios empleos.
Es por lo que no se comprende cómo un presidente se equivoque garrafalmente y se arriesgue a decidir expropiaciones de esa naturaleza, inoportunamente, extemporáneamente, inconvenientemente desde todos los puntos de vista; de un modo tan arbitrario, abusivo y sin considerar sus reales atribuciones y competencias, obviando los correspondientes permisos de construcción, los proyectos aprobados, las consabidas gestiones municipales, los naturales riesgos que afrontan los inversionistas, las diferentes solicitudes de crédito de los pequeños comerciantes que ya adquirieron locales comerciales y se endeudaron para financiarlos; Chávez se salta a la torera todas las distintas instancias administrativas encargadas de ventilar este tipo de asunto; la ingeniería municipal, las autoridades de catastro, el mismísimo Alcalde; es casi inaudito lo visto el domingo, todo un inescrupuloso exceso transmitido en vivo.
Por lo demás, es inexplicable, que se expropie una obra casi terminada para ser inaugurada y por motivos injustificables, en una forma y desde un escenario tan poco convencional, desde un programa de televisión dominical. Imaginamos que el Alcalde Jorge Rodríguez, luego de su plausible comienzo en sus funciones, al iniciar su difícil desempeño con la iniciativa de recoger la basura de la ciudad capital y ocuparse de los más urgentes problemas cotidianos, debió caerle esta decisión inesperada del Sr Chávez como un balde agua fría en plena víspera de la navidad, su expresión en el rostro denotaba el más absoluto desconcierto, hoy lo hemos visto tratando de justificar lo injustificable, ¡que linda manera de festejar la navidad!
Nos resulta incomprensible, que estando a punto de explotar una grave crisis económica por las causas que conocemos y que todos tememos; en vez de crear el indispensable y necesario clima de confianza, se auspicie por el contrario la desconfianza. El mensaje negativo que está enviando Chávez es de una preocupante inseguridad jurídica, de precariedad en la aplicación de las normas, de inestabilidad, nos asegura con su decadente actitud que no existe en el país respeto por los legítimos derechos ciudadanos consagrados en la Constitución Nacional, que la propiedad privada no sólo no se respetará más, sino que por lo demostrado hasta ahora por El Grinch, no será garantizada, ni existirá como la conocemos en lo adelante.
El Sr Chávez actuando irresponsablemente, emotivamente, emocionalmente, tal vez dejándose arrastrar por sus inocultables pasiones y odios, ha quedado desde ya emblematizado ante sus conciudadanos como un detestable Grinch anti navideño, que persigue a los empresarios emprendedores que invierten y arriegan sus capitales en Venezuela; como un resentido que constriñe y restringe la libre iniciativa privada; luce como El Grinch saboteador de la navidad y economía venezolana, y que pareciera amargarle el éxito ajeno.
Por culpa de El Grinch Chávez, por causa de sus políticas económicas colectivistas (comunistas) que aplica a la economía venezolana, que han golpeado y afectado fuertemente el aparato productivo nacional, colocándonos caprichosamente en riesgo a todos los venezolanos, por su expropiación manía, lamentablemente en Caracas en donde se podrían haber creado miles de empleos directos e indirectos en el Centro Comercial El Sambil, ya no se podrá, en virtud del capricho y los devaneos de El Grinch, porque es más fácil expropiar, confiscar, destruir que construir. A fin de cuentas, en razón de esta desafortunada decisión del mandamás, es que al menos, en virtud de sus torpezas televisadas, cada día más venezolanos comienzan a comprender, que quien nos desgobierna no para de cometer garrafales errores que nos afectan directamente a todos.¡Feliz Navidad! muy a pesar de las arremetidas de El Grinch, que parece enfermo de expropiación manía.