El pasado 2D se cumplió el primer aniversario de la gran derrota electoral del tte coronel, cuando una mayoría le dijo NO a la reforma de la Constitución Nacional presentada por él y su grupete militar. Con esta reforma, el rufián del Palacio de Misia Jacinta, pretendía garantizarse la reelección presidencial indefinida. Ignorando los resultados del pasado 2D-2007, el tte coronel ha iniciado una nueva campaña destinada a impulsar una enmienda constitucional que le permita coronar su pretensión reeleccionista. Enmienda ésta, que al igual que la derrotada reforma, no tiene ningún contenido revolucionario y socialista, pero sí un gran sello personalista, autoritario y militarista.
Chávez una vez más se abroga la representatividad de las mayorías, al afirmar que las masas le han solicitado que siga al frente de la revolución. Las preguntas que surgen son: ¿Cuales masas? y ¿Cual Revolución? Primeramente, él fue quien “autorizó” a su partido y al pueblo para que iniciasen el proceso de la enmienda destinada a modificar el Art. 230 de la Constitución de la República (El período presidencial es de seis años. El Presidente o Presidenta de la República puede ser reelegido o reelegida, de inmediato y por una sola vez, para un nuevo período). Dicha propuesta solo ha contando con el respaldo incondicional de la mayoría genuflexa de la Asamblea Nacional y de los serviles feligreses de su logia bolivariana (PSUV). Instancias en cuyo seno nadie discute, nadie disiente, solo obedecen las ordenes del caudillo poseedor de una “sabiduría ilimitada” según ellos. Segundo, de ¿cual revolución hablan?, si en estos diez años de desgobierno se han producido graves retrocesos en áreas tan importantes como la salud, la educación, la seguridad personal, la vivienda, la cultura, la inflación (27%) y la ciencia. Su tan publicitada “revolución bolivariana”, basada en la bisutería ideológica del socialismo del Siglo XXI, no ha pasado de estatizar algunas empresas (capitalismo de Estado) y de establecer programas de bienestar social (las misiones), las cuales a pesar de ser políticamente atractivas para esos sectores, no constituyen una solución estructural al problema de la pobreza, ya que las mismas no resuelven la distribución injusta de la riqueza. Al mismo tiempo, ha permitido el surgimiento de una nueva oligarquía financiera, la boliburguesía, grupo explotador nada distinto a aquellos surgidos durante los gobiernos adecos-copeyanos; igualmente ha profundizado los vínculos con los principales inversionistas extranjeros mediante la continuidad de políticas de corte neoliberal, antipopulares y lesivas a los intereses nacionales (empresas mixtas).La cuestión de fondo es ¿por qué el inquilino de Miraflores tiene tanta prisa para lanzar su propuesta reformista a fin de entronizarse en el poder de por vida?, ¿por qué emprende esta huida hacia delante?. Aquí encontramos dos razones principales, entrelazadas entre sí. Por un lado, sabe que tiene el piso político movido, como quedo demostrado en las derrotas experimentadas en varios lugares neurálgicos del país el pasado 23N. Revolcón electoral que refleja una disminución del apoyo popular no solo en las zonas ampliamente pobladas, sino en importantes núcleos de votantes de los sectores más pobres, como fue el caso del Petare. Segundo, el desplome de los precios del petróleo (debajo de los 35 dólares el barril) generará una gravísima crisis económica en el país en el 2009. Ello presagia una grave contracción económica, un elevado desempleo y altísimos niveles de inflación; ello obviamente, constituye una amenaza contra el proyecto socialmilitarista por varias razones: i) le es imposible mantener el actual gasto público por largo tiempo, a pesar de las multimillonarias reservas de divisas de las cuales dispone la nación y ii) las restricciones presupuestarias afectarán el clientelismo y la corrupción con que el régimen aspira seguir domesticando a los sectores populares y lograr de esta forma su apoyo electoral.El tte coronel, esta como el Creón que Sófocles dibuja en Antígona, obsesionado por las ideas de mando y obediencia, de autoridad y sumisión. Señores, el falso mesías está desnudo, solo tiene una ambición, que no es otra que una desmedida ansia por el poder. Todos unidos a fin de derrotar, una vez más, las ambiciones imperiales de nuestro reyezuelo caribeño
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