Editorial de El Nacional:
Que le vaya bien...
En otra demostración clara y patética de que estaba nervioso y descontrolado por el posible resultado del referéndum del próximo año, el Presidente le advirtió a sus seguidores que estaba dispuesto a hacer "sus maletas" y a contar "mis meses, mis años y prepararme para quien viene después. Si pierdo saldré a reconocerlo". Eso no se lo cree ni Cristo resucitado, pero es un mensaje claro y expreso de que, al fin, está cogiendo mínimo y acepta la posibilidad de que en la nueva convocatoria electoral reciba una rotunda derrota.
Desde hace tiempo los votantes venezolanos le están enviando claras advertencia al Presidente sobre su altanera forma de gobernar y contra su propuesta de socialismo cubano, que busca eliminar no sólo la propiedad privada de los grandes medios de producción, sino de la pequeña propiedad popular que la gente ha ido consolidando y construyendo con su sudor y esfuerzo.También está en peligro la supervivencia de la clase media, la mayoría de ella producto de la apertura de las universidades hacia todos los estratos sociales desde los años 60.
Hoy Chávez pretende arrebatarle a los venezolanos sus años de estudio y de esfuerzos personales y familiares, destinados a mejorar no sólo su vida particular sino la de sus padres, hermanos e hijos. También les desconoce sus aportes a la sociedad, su entrega a proyectos científicos y humanísticos y su voluntariado social, reconocido por organizaciones de las Naciones Unidas.
Pero como los bolivarianos son, en su mayoría, unos improvisados no se dan cuenta de la inmensa y rotunda necesidad de tener una clase media sensibilizada socialmente, que conoce los límites del capitalismo voraz pero que exige a cambio un clima de libertad, de apertura a las iniciativas de los sectores privados y un combate permanente contra la corrupción.
No es posible que para obtener un simple documento, un permiso, la rectificación de una partida de nacimiento o la aprobación de un contrato de obras haya que pagar todo tipo de comisiones. Esta corrupción generalizada es lo que está echando abajo la palabrería revolucionaria.
¿Por qué nos vamos a preocupar si el Presidente hace sus maletas como Pérez Jiménez hizo las suyas al huir por el aeropuerto de La Carlota? Que se vaya, pero que no espere tanto tiempo para recoger sus corotos. En su partido, el PSUV, ya las gallinas están cantando como gallos y eso sí es grave. Cuando a un jefe lo bailan y entretienen mientras sus colaboradores pasan raqueta, entonces es tiempo de irse. Mírese en el espejo de Perón en Argentina. A usted se le está pasando el tiempo.
En la medida en que la oposición toma el control de las alcaldías y gobernaciones que tuvieron los bolivarianos en sus manos, los venezolanos honestos nos damos cuenta de que la cruzada que usted propuso hace diez años contra la corrupción ha resultado una gran estafa. Váyase, haga sus maletas a tiempo, porque la corrupción, como la basura en Caracas, lo va a dejar sin salida.
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