
POR: ARCANGEL VULCANO.
Aunque todavía es muy pronto para extraer conclusiones como consecuencia de los más recientes acontecimientos ocurridos en Honduras, en el caso de la actuación del presidente depuesto José Manuel Zelaya y algunos de sus confesos amigos colaboradores, hoy día refugiado en la embajada brasileña en Tegucigalpa, si podemos exponer algunas percepciones e impresiones preliminares sobre este asunto tan controversial.
Salta a la vista en este caso la imprudente, indebida y descarada injerencia directa del Señor Hugo Chávez desde Venezuela, así como la curiosa colaboración de la embajada brasileña para resguardar a Zelaya. Chávez por un lado ha expresado: “El gobierno de facto de Roberto Micheletti debe “entregar el poder” en Honduras sin provocar una masacre”.Estas afirmaciones, en apariencia bien intencionadas, revelan varias cosas: La primera, es que queda al descubierto, quien comanda el plan del retorno de Zelaya a Honduras y quienes colaborarón con él. La segunda, es que esos interesados “amigos” expresan con claridad las intenciones y eventuales objetivos de ese plan, nos revelan para qué regresó Zelaya, para pedir que se le entregue el poder provocando una crisis política y amenazando con desatar los demonios de la violencia en las calles, si no renuncia el régimen y se restituye de inmediato a Zelaya, sin previa negociación ni condiciones. El problema parece concentrarse entonces en la forma como lo piden ¿amenazando con provocar una masacre? Tenemos la impresión, de que las intenciones de los declarados amigos de Zelaya (léase ALBA) son producir forzadamente un creciente e interminable conflicto callejero contra el gobierno provisional, subversivamente, intentando alterar el orden público y sistemáticamente la paz ciudadana en Honduras, empleando las acciones de algunos grupos violentos preparados gradualmente artificialmente, auspiciando, promoviendo y ejecutando manifestaciones masivas en las calles por parte de algunos de sus partidarios más fanatizados y radicales (carne de cañón), para intentar presionar al gobierno provisional de Micheletti, a las Instituciones y las Fuerzas Armadas hondureñas, hasta el punto de lograr asfixiarlas, intentando que se vean obligados a renunciar y ceder el poder, pretendiendo acorralarlas, cercándolas con la presión de todos los organismos internacionales y los “gobiernos” de los países que se han pronunciado a favor de la reinstalación en el poder del derrocado presidente.
Ciertamente, el gobierno provisional y las instituciones hondureñas, mediante la ejecución de este inédito, taimado y sorpresivo plan de retorno y refugio en la embajada brasileña, están inesperadamente colocados frente a un inmenso desafío político, y habrá que esperar para ver cómo reacciona la sociedad hondureña en general, para poder conocer el desenlace de estos difíciles y complejos acontecimientos en Honduras.
Chávez ha enfatizado en sus palabras, unas osadas intenciones: “Esperamos que los golpistas entreguen el poder y no vayan a masacrar a ese pueblo o a intentar una locura. El mundo está a la expectativa. Es un hecho que sin duda coloca la situación de Honduras en un nivel distinto”, al declarar durante un acto público. Por eso, creemos que es muy obvio, que Chávez espera sin ningún riesgo (como es su costumbre) y cómodamente sentado allá en su sala operacional de Miraflores, mientras los hondureños se enfrentarían riesgosamente en las calles batiéndose furiosamente por el poder, unos defendiendo a Zelaya y otros al Gobierno; pero Chavez, está seguro en Venezuela, desde donde comanda las acciones políticas y mediáticas controlando todas las abundantes emisoras de televisión, de radio y sus petrodólares, que tiene a su libre disposición, procurando un desenlace explosivo de esos peligrosos acontecimientos, y que ha desatado deliberadamente e irresponsablemente, intentando provocar y producir una confrontación fraticida, que conduzca a un estallido social en Honduras, que concluya con una probable confrontación sangrienta que llama "masacre"; pero supone que de los más fanáticos partidarios de Zelaya en las calles, forzando así a una crisis política que conduzca a la renuncia de todos los poderes públicos, precipitando entonces a la convocatoria de su receta preferida, su panacea para todos los males sociales, una Asamblea Constituyente ¿No se les parece esta aguda crisis política a situaciones ocurridas antes en otros lugares? ¿recuerdan su inolvidable frase, "yo provoqué la crisis"? ¿no es acaso su agenda bolivariana seudorevolucionaria populista, el jarabe amargo que ya otros pueblos nos hemos tragado obligados por los delirios de grandeza del gran Gurú iluminado de la paz mundial -que se cree y siente que es- el nuevo adalid de los oprimidos, el defensor de la paz en "el mundo mesmo", el pacificador comprador de armas, el auto declarado "subversivo de miraflores", el amigo de los pueblos, el redentor de los pobres, el portador de "la espada de Bolívar que camina por América latina" ?

"El derrocado mandatario se refugió en la embajada de Brasil en Tegucigalpa ante la sorpresa del régimen de facto, que exigió su entrega" -Anuncian los principales medios- Zelaya ha regresado a Honduras es verdad, pero no para ejercer inmediatamente el poder, sino para exigir que se lo restituyan bajo las amenazas de sus taimados amigos de hacer una revolución violenta del pueblo que asegura que ama y lo apoya, con lo cual tácitamente reconoce que no lo puede ejercer por ahora; pero tiene planes confesos para ello junto a sus poderosos e influyentes amigotes; pero entonces ¿Cuál es su condición actual, la de asilado o la de refugiado político? Esta anómala situación deberá responderla y esclarecerla la cancillería de Brasil, particularmente los mejores expertos diplomáticos brasileños, considerados por los entendidos en la materia como los más aventajados de Latinoamérica. Nosotros modestamente observamos algunos aspectos que se caen por maduros. Pensamos que al entrar Zelaya a territorio hondureño -según confiesan sus amigos- escondido en la maletera de un carro para refugiarse inmediatamente en una embajada, admite que debió hacerlo así porque de otro modo hubiera sido inmediatamente capturado y conducido a prisión por las autoridades hondureñas, quienes tienen orden judicial de captura para enjuiciarlo por "sus presuntos delitos cometidos durante el ejercicio de su cargo en abierta violación de la Constitución y las leyes", por lo que debió escoger otra forma, la cual fue seleccionar la sede de alguna embajada, la brasileña, para resguardarse de sus potenciales captores impidiéndoles el libre acceso a él, protegido por las normas del derecho internacional, que establecen claramente que las sedes de las embajadas son territorio inviolables de los respectivos países; lo cual significa que Zelaya se encuentra oficialmente en territorio de Brasil, y no en territorio Hondureño, sino refugiado en el territorio de un país extranjero, que le está facilitando temporalmente hospedaje y resguardo, basta para comprobarlo ver a Zelaya con un muro de por medio, él no traspone las alambradas.
Hacemos varias interrogantes en virtud de este hecho particular. ¿Por qué los confesos amigos de Zelaya seleccionaron la embajada de Brasil y no otra, será acaso que considerarón que Lula tenía mejor prestancia, prestigio, influencia y disposición ? La respuestas parece ofrecérnosla de nuevo su interesado amigo Chávez:“Hay que felicitar al presidente Zelaya y reconocer su coraje. Hay que apoyar lo que está exigiendo, que es la presencia de organismos internacionales para evitar una masacre y el retorno de la democracia a ese país. El plan parece ser entonces, que había que lograr no sólo ingresar a Zelaya a Honduras, sino de algún modo lograr impedir su captura y confinamiento en prisión, por lo que se decidió resguardarlo en la embajada brasileña, la del país en apariencia más imparcial, pero también el país más poderoso para negociar frente a un adversario más débil, había que garantizarle a Zelaya un sitio en donde el régimen de gobierno hondureño se encuentre impedido de entrar para capturarlo; porque se ha podido entregar para ser enjuiciado, pero desde una cárcel era más difícil poder comandar y ejecutar las subsiguientes acciones que seguramente se tienen planificadas. La idea que tienen pareciera ser, la de usar a los organismos internacionales, motivándolos a intervenir en Honduras, presionando al gobierno provisional a renunciar, alegando que la crisis es insostenible y generar un vacio de poder, para auspiciar una solución política, que podría ser la convocatoria a una Asamblea Constituyente, pero restituyendo a Zelaya en el cargo, para así controlando el poder, lograr eficazmente influir luego en los resultados.

Las otras interrogantes que inmediatamente surgen: ¿Fue un Plan únicamente ideado por Zelaya, o contó con la colaboración previa de otros presidentes a parte de Chávez, cual es la responsabilidad y los riesgos latentes y potenciales que ha asumido Brasil al verse directamente involucrado en el retorno de Zelaya? La primera pregunta, parece haberse respondido por causa de la más reciente actuación tanto de los presidentes integrantes del Alba, y de representantes de gobiernos de otros países como por ejemplo Usa, Argentina y Brasil, quienes han expresado claramente y sin ambigüedades sus posiciones al respecto; nos quedan serias dudas sobre la particular situación diplomática en la que ahora se encuentra la embajada brasileña, en virtud de que el gobierno de Brasil al igual que otros gobiernos del continente habían manifestado públicamente el retiro de sus respectivos embajadores y la ruptura de relaciones diplomáticas, comerciales y de negocios, creando una situación inédita, e irregular, porque no habiendo oficialmente embajadores en esas embajadas ni representantes de negocios en vista de tal ruptura de relaciones, ¿cómo es que se mantenían operativas sin presencia de representantes diplomáticos y de negocios, no es que habían roto sus relaciones? ¿En calidad de qué se mantenía entonces abierta la embajada brasileña, acaso continuaron operando allí para esperar poder colaborar en los planes de retorno y reestablecimiento de Zelaya en el poder; es Brasil cómplice de esos planes hoy abiertamente develados por Chávez públicamente ? “Zelaya se refugió en la maleta de un carro” y en “tractores” y pasó varios controles sin ser descubierto hasta llegar a Tegucigalpa, dijo Chávez.“Una acción heroica, casi en soledad, arriesgando la vida”, resumió.
Por su parte, el ministro de Defensa del Gobierno de facto de Honduras, Lionel Sevilla, confirmó que Zelaya ingresó a Honduras, presuntamente procedente de Nicaragua, en un automóvil de una nación sudamericana, que especificó “no es Venezuela”.
Posteriormente, Micheletti especificó que había entrado al país “en un automóvil blindado de un amigo”.

"Zelaya dijo a la Agencia AP que durante 15 horas utilizó varios transportes que lo llevaron por varias regiones del país, aunque evitó dar detalles, porque aseguró que recibió colaboración de distintas personas que de ser identificadas podrían ser dañadas". Los abogados, solemos repetir: "A confesión de parte relevo de pruebas". Es muy obvio que Zelaya fué y está siendo ayudado por sus confesos amigos del Alba y otros países que le han expresado su apoyo, y que de ser hoy día identificados podrían sufrir las consecuencias de esas colaboraciones; pero y nos preguntamos, ¿Quiénes deberán responder si el pueblo hondureño resulta seriamente dañado por la ejecución casi suicida de estos planes, de él y sus amigos, los cuales dice proteger ocultando sus identidades ante su propio pueblo, del que espera una reacción social peligrosamente explosiva para reinstalarlo en el poder?
Esta situación, se nos parece cada día más a un fétido pantano plagado de ambiciones, es un pantanal hondureño, en eso lo han convertido las desmedidas ambiciones de poder que se manejan en el continente, toda una tragedia, es una desgracia. ¡Qué Dios proteja a los hermanos hondureños! Los están conduciendo deliberadamente e irresponsablemente hacia un desastre, hacia la confrontación fraticida, hacia un pantanal hondureño, ¡que lamentable! No estuvimos conformes en la forma como salió Zelaya; pero hoy tampoco estamos conformes con la forma como entró. Creemos en las gestiones de paz que se han estado auspiciando desde varios entes, entre ellos el acuerdo político llevado adelante por el presidente de Costa Rica Óscar Arias, así como, los principales organismos internacionales que promueven una salida electoral a la crisis política en Honduras. Abogamos por encontrar una solución pacífica y civilizada, deberían abrirse los anchos caminos del diálogo político.