sábado, noviembre 24, 2007

BACHELECT A CHÁVEZ:"Lo que el Rey quiso decirle a chávez, fue "aprenda a escuchar""


"El rey Juan Carlos de España no sólo le dijo “¡Por qué no te callas!” al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en la pasada Cumbre Iberoamericana de Santiago, sino también, “aprenda a escuchar”, según contó hoy la presidenta de Chile, Michelle Bachelet en una entrevista que publica El Mercurio".

“El ‘aprenda a escuchar’ no ha salido en ningún lado. Lo que él (el rey) quiso decir fue ‘usted tuvo su tiempo, ahora deje el tiempo al presidente Zapatero“, precisó la mandataria chilena en una entrevista que publica hoy el suplemento “Sábado”, del diario El Mercurio.

Bachelet se defendió de las críticas que señalan que actuó con debilidad como conductora del debate en la sesión de Clausura de la Cumbre, el pasado 10 de noviembre, en la que ocurrió el ya célebre incidente.

A su juicio, son críticas malintencionadas “o por ignorancia sobre cómo se hacen las cosas en el mundo multilateral, donde jamás se interrumpe cuando un presidente habla“.

“En la ONU todos hablamos 15 minutos, pero hubo un presidente -que no identificó- que habló 55 y el secretario general de la ONU no le dijo ’se le acabó el tiempo, váyase“, ejemplificó.

Agregó que cuando se produjo el altercado en la Cumbre Iberoamericana, “yo sí dije presidente Chávez, usted tuvo su tiempo, ahora es el turno del presidente Zapatero”.

“Yo creo que cuando uno está en una Cumbre como ésta, o en cualquier otro ámbito multilateral, hay que respetar no sólo en la forma en que se dicen las cosas, sino los tiempos que se han asignado. Respetar las reglas del juego, que son para todos iguales“, subrayó.

La mandataria chilena también reiteró sus críticas a la actitud del presidente venezolano en su visita a Santiago, donde a su llegada cuestionó el tema central de la Cumbre, la cohesión social, y apoyó la demanda de Bolivia a Chile de un acceso al Pacífico.

Tal como había señalado el jueves en una entrevista a un canal de televisión, Bachelet recordó que el gobernante venezolano, en la Cumbre Iberoamericana anterior, suscribió la Declaración de Montevideo, donde se establecía que el tema de la próxima cita, en Santiago, sería la cohesión social.

“Por lo tanto, decir ahora que no le parecía era no asumir que él mismo era responsable del tema. Y obviamente el tema del mar es bilateral y así se lo hice saber al presidente Chávez. Así es que creo que su intervención inicial fue poco afortunada, efectivamente“, añadió.

Agregó que en la Cumbre también “le planteé al presidente Chávez que hay millones de latinoamericanos que se están viendo directamente afectados por el alza de los precios del petróleo y que como presidenta de un país latinoamericano esperaba que en la Cumbre de la OPEP Venezuela jugara un papel importante para revertir ese proceso“.

“Según la prensa, el presidente Chávez habría planteado (en la OPEP) que 100 dólares por barril es un precio justo y se ha manifestado partidario de que la OPEP se transforme en un agente geopolítico, lo que podría continuar incrementando los precios“, añadió.

Eso “me parece mal porque, de ser así, se dañarán aún más las condiciones de vida de muchos latinoamericanos“, concluyó.

Fuente: Noticias24.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fauto MASÓ: Algo cambió

Mucha, muchísima gente piensa votar. Por fin. Ahora también todos los opinadores piden no abstenerse. El país no abandonará a los estudiantes, los que ya triunfaron por el hecho de haber despertado a una oposición dormida y comenzar a forjar una alianza entre estudiantes y excluidos. Hoy, la democracia, la verdadera justicia social, la defensa de la soberanía, no la representa el chavismo.

Los estudiantes pretenden borrar con el pasado, es decir, con Chávez. Aportan a la política una actitud moral, un rechazo a la injusticia. No defienden a los ricos, sino a Venezuela. Sin que lo adivinaran tantos que se quejaban de la falta de liderazgo, surgió una multitud de nuevos líderes. En los últimos años creció la abstención porque la democracia estaba enferma, se llegó al absurdo de que la mayoría apoyase a quien había dirigido un golpe de Estado. No hay nada más destructivo para la democracia que la abstención.

La verdadera derrota de Chávez consistirá en devolverlo, con una especie de máquina del tiempo, a la época en que viajaba por el interior sin encontrar eco, hasta que Luis Miquelena lo convenció de cambiar su discurso. Ahora sabemos que esa decisión fue una estratagema para acabar con el sistema democrático. En esta campaña, la oposición ha afrontado un ventajismo antidemocrático; el verdadero fraude ha sido siempre la utilización asquerosa de los recursos de un Estado petrolero. El Gobierno no permite que la oposición utilice el Poliedro o el Teatro Teresa Carreño, funcionarios públicos participan descaradamente en la campaña y la televisión de señal abierta apoya a Chávez, con alguna que otra excepción .

Sólo hay una respuesta ante tanto abuso. Salvar a la democracia, crear grandes partidos y lograr que los chavistas sinceros retornen al redil de la democracia. Resulta asombroso que en unos días, casi en unas horas, los estudiantes transformaron el clima político del país y comenzaron a convocar a los pobres a una vida realmente mejor, a tener el derecho a un trabajo digno, a no depender de un puesto en el Gobierno. Chávez y el estéril discurso abstencionista derrotista representan ahora el pasado, la reacción, el colonialismo mental.

Sin que nos percatáramos, ocurrió una revolución democrática ante nuestros ojos. Chávez cuenta con todos los recursos para movilizar a sus electores, pero el fervor, la pasión por la justicia, la generosidad, la representa un movimiento estudiantil que toma sus decisiones democráticamente y realmente no tiene miedo. Discutieron entre ellos, practicaron la democracia y decidieron votar. En cambio, Chávez ordena y manda. Como sabe cualquiera que haya vivido una revolución, éstas no nacen de una constitución, sino de la punta de las bayonetas. Lenin y Fidel dictaron su texto legal después de ganar a plomo el poder y sus partidarios soportaron años de penuria porque creían en el hombre nuevo.

Chávez impondrá su atrabiliaria versión atrasada del socialismo sólo a la fuerza. Nos esperan tiempos difíciles. Frente al fracaso y el desabastecimiento, quizá el Gobierno ceda a la tentación de cercar aún más a los medios independientes. Defender a Globovisión es defender hoy la democracia, porque el chavismo colocó a esa planta de televisión en la mira, está olvidando que el país cambió. Si gana el Sí por un margen menor que en el pasado, el Gobierno habrá sido derrotado. Hasta al propio Chávez le conviene que el No se imponga. Ocurra lo que ocurra, el país rechazará cualquier actitud de resignación. No pasarán, pues.