POR:CARLOS BLANCO // TIEMPO DE PALABRA
"Es posible que Chávez se enfrente al dilema de autócratas militares: irse o reprimir más"
"Es posible que Chávez se enfrente al dilema de autócratas militares: irse o reprimir más"
LA REVOLUCIÓN SE EVAPORA.
La etapa superior de la revolución bolivariana es la septicemia. El proceso que ha encabezado Chávez está en un momento de pudrición acelerada. Cuando fue a Cuba hace pocos días, no fue sólo a aquel patético homenaje al Che, sino que se llevó a la plana mayor de su movimiento -unas 200 personas- para hacer una discusión a fondo de la estrategia hacia la nueva Constitución y para evaluar el estado del "proceso". También participó la élite cubana que codirige a su provincia ideológica venezolana. Chávez habló y habló, volvió a hablar y siguió hablando; la nube química que le mandó el imperio para dejarlo con los pulmones deshilachados no fue otra cosa que su logorrea incontenible en esa secretísima reunión en Cuba. Los que asistieron vinieron convencidos de que -al menos por el momento- las campanas doblan por una revolución que huele a naufragio.
LOS HECHOS QUE GOLPEAN.
En la reunión cubana se evidenciaron algunas cuestiones que acosan al régimen. La primera es la relativa a la pérdida de apoyo popular. Los jefes del PC cubano, que tienen un kilometraje respetable cuando de auscultar el rechazo popular se trata, expusieron con claridad que el "proceso" pierde apoyo en forma rápida. La piñata petrolera fue eficaz; ejerció el atractivo de una noche de lujuria, cuando se piensa que la noche es joven y no acabará nunca. Sin embargo, lo que ocurre es que poco después la resaca comienza a hacer de las suyas, hay que ir de regreso a la casa, hay que presentarse a la oficina a las 7:30 de la mañana y son en este momento las 5:00 de la madrugada, llegaron las cuentas del mes, el bebé recién nacido llora y está meado, toda la ropa interior está sucia y el futuro no existe.
No hay dinero que pueda comprarles a los ciudadanos la ilusión de un futuro estable, aunque hoy estén zambullidos en dinero, si no hay empleo seguro ni educación de calidad, ni salud al alcance de todos ni oportunidades de solaz. En Venezuela crece la conciencia de que el festín, aunque se aproveche, finalizará en una hecatombe. Ese presentimiento lo tienen los dueños de las Hummer que, inexplicablemente, tienen ahora vergüenza de que les vean sus lujosos tanquecitos de guerra.
El soberano ha sacado los pañuelos blancos, ya los agita en el aire, como quien comienza a despedirse de la nave bolivariana que se aleja hacia ninguna parte, con su enloquecido capitán a bordo y con una tripulación que no encuentra cómo amarrarlo.
En la sala de máquinas revolucionaria, los engranajes chirrían y el aceite escasea. La economía se descose. Dentro del conjunto de preocupaciones importantes del liderazgo chavista se encuentra la situación de Pdvsa, completamente desmadejada. La producción está más de un millón de barriles por debajo de lo que proclama el Gobierno; el consumo interno crece aceleradamente sin cubrir los costos de producción y más de 200 mil barriles andan regalados a los "hermanos" vividores que se multiplican a costillas del delirante. Apenas 1,5 millones de barriles se venden a precios internacionales, por lo tanto cualquier crujida en los precios -que no se anticipa hoy- puede acabar con el aura redentora del Bonaparte barinés.
Aun con esta lluvia de dólares, la inflación se escapa de control (la más alta de América Latina) y la mesa del venezolano, que no puede ser servida con las proclamas de Fidel ni con la sopa fermentada de los discursos de Ahmadinejad, no tiene leche, tampoco huevos o azúcar. Inflación y escasez están allí; por cierto, factores poco mencionados pero eficaces para provocar el estallido del 27 de febrero de 1989.
LOS MILITARES
Otro factor considerado por el chavismo es el descontento militar. La formación de los militares los hace proclives a prestarle atención a su situación de largo plazo. Saben que con la incorporación de la milicia, aunque sea con 200 a 300 mil efectivos, el sistema de seguridad social entra en colapso; de allí el deseo presidencial de suprimirlo e integrarlo al viejo y revivido sistema que está quebrado.
Por otra parte, los militares han perdido su futuro, no sólo como militares activos sino hasta como militares retirados. Si se retiran -o los retiran- de la FAN por no estar de acuerdo con la orientación de Chávez, no pueden dedicarse a la actividad civil de su elección: comprenden muy bien que también en la vida civil se les hará imposible desenvolverse, porque el estigma de su institucionalismo los hará objeto de hostigamiento y persecución.
Además, hay otro elemento muy importante. Chávez emplea a los militares, especialmente a los de la GN, para la represión, la cual no hará más que incrementarse en la medida en que lo haga el descontento. Sin embargo, los oficiales saben que la responsabilidad en la violación de derechos humanos es personalísima, y que ya no se puede invocar "la obediencia debida" para justificar la comisión de esos delitos. Esto es lo que explica la retracción de los militares en toda América Latina en cuanto a participar en acciones represivas contra los civiles.
Como Chávez sabe que los militares están remisos a participar en su delirio, intenta fortalecer -otra vez- las policías bajo su mando, así como a los círculos del terror y a los feroces cubanos de la inteligencia policial de Fidel. De allí la brutalidad de la Policía Metropolitana contra los estudiantes el pasado jueves y el terrible simbolismo de cómo los antiguos subordinados del comisario Henry Vivas golpearon sin clemencia alguna a su hijo. Testimonio de un odio que se ha destapado y quién sabe cómo y cuándo cesará.
ADIÓS ASAMBLEA.
Un elemento adicional del descontento chavista, que ya no es sólo en la base sino en su equipo dirigente, se refiere a la liquidación fáctica de la AN. Inicialmente, Chávez ordenó que la votación para el referendo fuese en un solo "bloque"; ante el rechazo, quiere poner varios: un "bloque" de modificaciones constitucionales -el suyo- que sea el que gane, y otros "bloques" para que saquen menos votos y el circo pueda tener no una, sino tres pistas. También estima que es un elemento de confusión y división de las posturas oposicionistas.
Con esa movida lo que ha hecho es lanzar al pozo séptico a la AN, su principal instrumento de operación política. Salvo los de siempre, que descubren una genialidad en cualquier cosa que diga el caudillo, así tengan que desdecirse cada seis horas, los diputados han encontrado un nuevo motivo de disentimiento, aunque sea sordo. No les importa ser considerados meras marionetas, pero estiman que el caudillo debería tener cuidado de no restregárselos en la cara con tanta impudicia.
Es posible que Chávez se enfrente al dilema clásico de los autócratas militares: irse o reprimir más. Claro, hay una tercera vía: reprimir intensamente y luego, con las tablas en la cabeza, repudiado por los civiles y "convencido" por los militares, renunciar.
Fuente:www.eluniversal.com carlos.blanco@comcast.net
4 comentarios:
ND / El Universal
El miedo del todopoderoso
Chávez tiene demasiada prisa porque sabe que es ahora o nunca
Viendo la brutalidad policial contra la marcha estudiantil y el descaro de quien funge como viceministro de Seguridad Ciudadana (el mismo que como dirigente estudiantil de la ULA lanzó bombas, atacó a policías, quemó todo lo que impedía su paso y tardó años en graduarse) se puede concluir que el Gobierno no sólo carece de la "moral" que pregona, sino que está asustado.
Quien conozca los antecedentes del viceministro -de los que pueden dar fe profesores y estudiantes merideños- debe suponer que Chávez le asignó ese cargo para que aplicase la violencia que con tanta eficacia ejerció por largos años en la ULA.
Por eso no sorprende que cuando los estudiantes pacíficos llegaron hasta la cuadra anterior al CNE- hasta donde el oficialismo había extendido el "permiso"- vieron que en la entrada del CNE estaban grupos chavistas armados de piedras y botellas que lanzaban contra los marchantes. ¿La perspicaz visión del viceministro Tarek El Assaimi no percibió la violencia de sus copartidarios? ¿Quién les permitió llegar allí, lugar prohibido para quienes con anterioridad habían anunciado su marcha? ¿Tampoco vio
El Assaimi la brutalidad policial contra el estudiante Henry Vivas (hijo del preso político, comisario Henry Vivas) a quien varios PM golpearon salvajemente hasta arrancarle dos dientes y cuya golpiza sólo cesó al percibir que estaba siendo transmitida por Globovisión? (brutalidad, por cierto, que fue calificada por el ministro Carreño como un "comportamiento patriótico").
Por eso las críticas "moralizantes" contra la decisión estudiantil de encadenarse en las escaleras del CNE son una mueca grotesca en boca de un Gobierno represivo y totalitario, al igual que la pretendida "institucionalidad" de quienes,con su obediencia a Chávez, han convertido el CNE en una oficina electoral al servicio de Miraflores.
Chávez pensaba que las encuestas le favorecerían a medida que se fuera acercando el 2D, pero ha ocurrido todo lo contrario, tal como informa Alfredo Meza (El Nacional 01-11-07). Por eso lanza desesperadamente el anzuelo de votar en tres bloques los disparatados y anticonstitucionales artículos de su propio paquete (un bloque) y dos con los salidos de la AN.
Otro truco que Chávez saca de la manga creyendo que los venezolanos no percibiremos que sus 33 artículos-entre los que está su reinado perpetuo, adobado con el señuelo de la jornada de 6 horas- constituirán un solo paquete mortal. Chávez sabe que no podrá ganar si ordena votar en bloque, porque los sondeos le indican que hasta los rojos podrían votar "No", o abstenerse. Relata Meza que los encuestadores concluyen que la abstención favorecería a Chávez, pero si la oposición logra vencer la justificada desconfianza en el CNE,Chávez podría ser derrotado. Chávez se enfrenta entonces, o a una abstención masiva (con lo que su liderazgo quedaría maltrecho) o a una derrota, si la votación es masiva a favor del "No", lo que podría dificultar el fraude del CNE.
El miedo le viene a Chávez no sólo por vía de las encuestas, sino de las protestas del pueblo. Ese mismo que ha votado por él con la esperanza de un trabajo estable, escuela decente para sus hijos, hospitales con médicos e insumos y una vivienda en cuyo barrio los policías les protegiesen del hampa. Pero nada de eso ha ocurrido. Los pobres son marcados con tinta indeleble en Mercal para que no regresen a la cola por otro kilo de leche, antesala de la cartilla de racionamiento. Además Barrio Adentro ya no es lo que era. Los módulos están cerrados y no pueden acudir a los hospitales porque están en ruinas.
El país es un caos. La GN y la policía entran en la UN Táchira disparando contra los estudiantes. Las noticias de Venezuela al mundo perfilan el talante represivo del régimen de Chávez y la degradación de la FAN y de los poderes públicos. Los dirigentes de Primero Justicia que protestaban pacíficamente en la sede del TSJ fueron desalojados por la GN, y a la salida fueron asaltados por funcionarios de organismos de seguridad. Chávez ha trastocado la democracia y moral pública en sus contrarios.
Patricia Poleo recuerda que "mientras Rodrigo Granda se pasea por La Habana y Caracas, el militar digno que lo capturó, teniente coronel Quintero Aguilar, paga condena larga en años en el penal de Ramo Verde". Patricia cuenta también que la Disip apareció recientemente llena de panfletos
Chávez tiene demasiada prisa. Es ahora o nunca. Porque también en los cuarteles hay panfletos y murmullos de los "altos" rojitos -civiles y militares- que conspiran porque el emperador les quita la posibilidad de llegar algún día al poder, mientras cientos de protestas trancan autopistas en todo el país y los estudiantes están dispuestos a impedir que un alucinado les niegue su porvenir y el porvenir de Venezuela. Por eso está asustado.
Opinión
Alberto BARRERA
ND / El Nacional
Te la calas
No estás de acuerdo, te jodiste. No te lo crees, no me importa. No te parece, ¿y? Igual, te la chupas. No piensas lo mismo, bien bueno: ¡te la tienes que calar!
Vivía yo en el centro de Caracas, cerca de la esquina de crucecita, en un viejo edificio de tres o cuatro pisos, con un patio interior adonde se asomaban las ventanas y las miserias domésticas de cada apartamento.
La vida comunitaria era necesariamente promiscua. No había manera de no enterarse de que el hijo menor de los González, del 2-B, andaba en malos pasos, expulsado del liceo, vainas de drogas, seguramente. Todos estábamos obligados a escuchar la melancólica tragedia del vecino del 3-A, contador desempleado que, fatigosamente, buscaba empleo cada día. No había cortina que pudiera evitarnos seguir, demasiado de cerca, el problema de hemorroides que sufría la abuelita de 1-B. Supongo que el pudor, una rigurosa piedad íntima, nos impidió saludablemente organizar una red vecinal.
Recuerdo de manera particular una madrugada de sábado con el televisor prendido en el piso de arriba. Después de la una, el sonido de la pantalla se extendía como un Dios sobre todo el edificio. Tocaba todas las sombras. No había manera de huir. Después de intentar por todos los medios tradicionales, incluyendo el patriótico golpeteo de escoba en el techo, ya harto y agotado, abrí la ventana, me asomé al patio interior y lancé un grito: "¡Al menos, bájale volumen!".
Esperé, durante algunos segundos, una reacción. Nada.
Sólo el sonido del televisor, titilando, eterno. Hasta que por fin se oyó la respuesta: –¡Ven y bájaselo tú! O si no, ¡te la calas! Ahí comienza mi memoria adulta de la intolerancia patria, de ese rasgo de nuestra identidad que, como tantas veces, solemos confundir.
Nos gusta regalarnos una imagen más benigna de nosotros mismos, bastante más flexible de lo que, por momentos, pareciéramos ser. En el fondo, nos sentimos profundamente roussonianos. Creemos que, de manera original y silvestre, somos buenos; comprensivos y amables con el otro, laxos y abiertos, tolerantes por naturaleza. Sospecho que quizás somos, más bien, lo contrario.
Nuestro uso del verbo calar puede ser un buen indicio. El verbo calar tal vez nos delata.
¿No te gusta? ¡Pues entonces te la calas! Es casi un himno de nuestra habla cotidiana. Un axioma que expresa perfectamente nuestra reacción inmediata, nuestro bote pronto, ante la diferencia. En esas pequeñas palabras reunidas, casi inocentes, una tras otra, se esconde sin embargo una temperatura, un clima, una manera de relacionarse con el otro, con lo ajeno, con lo divergente. No estás de acuerdo, te jodiste. No te lo crees, no me importa. No te parece, ¿y? Igual, te la chupas. No piensas lo mismo, bien bueno: ¡te la tienes que calar! Probablemente esa actitud vive, en los momentos actuales, sus años de apogeo. Se acopla de manera perfecta con la cultura militar que ha ido sometiendo a nuestra sociedad.
Con la cultura que cree más en la obediencia que en la imaginación, que prefiere la disciplina al debate, que promueve el personalismo y suprime la pluralidad. Detrás de todo el manejo político con el que se ha llevado la propuesta de reforma de la Constitución, respira esa misma frase, esa misma concepción de la sociedad, de la vida y de las relaciones. Yo tengo el poder y hago lo que quiero. Yo tengo el poder y tú te la calas.
Cualquier detalle de la realidad puede devolvernos tranquilamente a ese mismo verbo. Detrás de la diplomacia petrolera no hay otra cosa que esa misma frase, intermitente, repicando: somos ricos, se la calan. Detrás de todos los procedimientos ilegales con los que el Gobierno viene secuestrando el Estado, está también la misma sentencia: que se la calen.
Nosotros tenemos la popularidad. Detrás de la insólita devoción de la mayoría parlamentaria, a quienes la historia jamás absolverá, que le quita el poder al pueblo para entregárselo ciegamente a un solo dirigente, también se encuentra esa misma soberbia inflexible, ese absoluto desdén por el otro: se la tienen que calar. Nosotros somos mayoría.
Hace unos días, en una magnífica crónica aparecida en las páginas de este diario, el periodista Hernán Lugo contaba cómo, para explicar por qué la autoridad no permitía llegar la marcha de los estudiantes hasta la Asamblea Nacional, un diputado argumentaba que el oficialismo había tardado 30 años en llegar a Miraflores y que, ahora, los demás se la tenían que calar. Ese es el milagro de la crónica. Sin proponérselo, puede desnudar la realidad. Una breve situación de pronto logra mucho más que tantas entrevistas y reportajes. Ahí está, limpia y directamente, la idea de poder que tiene el Gobierno. Ahí están sus ansias y sus perspectivas.
Ahí, su verdadera definición de la democracia.
Si no te gusta, te la calas. En esa frase, ya hay una dictadura. Sobre esa frase, quizás, ya comienza otro país.
ALBERTO FRANCESCHI
Viene Piedra y Candela
Aunque se me engarroten los dedos escribiéndolo, o se me seque la lengua diciéndolo, repetiré que aquí no viene ningún totalitarismo, sino piedra y candela pura, hasta sacar del gobierno a esta caterva de vivianes de oficio, verdaderos estafadores políticos, que pretenden imponernos, solo porque les da la gana a su hartazgo de arribistas sociales, una ideología estatista cien veces fracasada en su pretendida vocación libertadora, que sustentó apenas, como resultado de inenarrables sacrificios y millones de víctimas, a castas privilegiadas de esbirros de sistemas políticos policiales.
Eso ya lo sabemos todos, pero hay muchos venezolanos que consideran que todavía quedan espacios para convencer a estos truhanes de las bondades del diálogo y la convivencia entre estos bicharracos y quienes se resignan a padecerles indefinidamente.
Por eso, y ante las disparidades de criterios entre quienes quisiéramos ver el final de esta pesadilla, hay que huirle como de la peste a las discusiones falsas y polarizantes, que dividen a la mayoría nacional y así poder salir cuanto antes de este ridículo gobierno de piratas, asaltantes, coberos y abusadores compulsivos.
Votar o no votar, no puede, ni debe, ser un dilema.
Ir a votar NO a TODA la Reforma, en el referéndum, o abstenerse, mientras se vote con esas máquinas trucadas, de ese CNE de esbirros de Chávez, que cuentan siempre al revés, no puede enfrascarnos en una división suicida.
Tenemos un mes para poner el país patas arriba y acentuar el desgobierno y la parálisis y con ella la derrota de la reforma.
Ellos, empezando por el mandamás, con sus piraterías, están en veloz carrera hacia el caos económico, que se los lleva en los cachos.
Inflación acelerada, escasez, regulaciones, especulaciones cambiarias, todas hijas de la inseguridad jurídica y del agotamiento del control cambios, que ya vuela en pedazos, generarán la implosión política y terminarán arrastrando a la explosión social y a la crisis militar, aunque juren que no.
Poco importa que Chávez llegue al Referéndum y haga su trampota…esta puede ser la última. Todo se encamina al colapso de su régimen. Lo importante es saber como evitar que nos arrastre a todos a peldaños más profundos del infierno del caos económico y hasta del belicismo, al que echará mano en el clímax de su parodia bolivariana.
Y para lo que ya está en desarrollo, lo que mas importa es estar unidos EN UNA SOLA TACTICA contra la reforma castrista. Por eso creo que nuestro mayor enemigo es la dispersión a la que nos llevan los patrocinantes de opciones políticas, reiteradamente equivocadas en sus tácticas o en la designación de sus portavoces equívocos.
Por eso no hay mejor decisión, hasta para equivocarse, que la amplia consulta sobre lo que ha de hacerse. Si por ejemplo la mayoría quisiera ir a votar NO, entonces votamos.
Pero, con el mismo razonamiento, si la mayoría prefiere obtenerse, habrá que imponer, como en el 4 D, 2005, un clima de rechazo tal a las tramoyas del CNE chavista, que logremos que ellos apenas terminen por arrastrar al voto solo a un 10 % del electorado, con lo cual Chávez, aunque gane con sus cifras pírricas, tendrá que meterse su Reforma en el bolsillo.
La prueba de madurez que les exigimos, a quienes tienen el privilegio de haber sido escogidos por los medios como portavoces de la oposición y de la resistencia antidictatorial, es que se pongan de acuerdo, como a finales de noviembre de 2005, cuando se generó un rechazo unánime al fraude gubernamental.
Si esto sucediera de nuevo, no les extrañe que se trataría de una abstención convertida en boicot activo.
Una abstención masiva, implica que se plantea de inmediato, exigir la renuncia del dictador, tanto como si se hubiese dado una alta votación de todos en contra de la Reforma.
Pero alerto que es sencillamente criminal, trasladar el dilema de votar en contra o abstenerse, a la conciencia individual de todos los que nos oponemos a esta piltrafa de régimen.
Quienes dirigen, o andan en plan de querer dirigir la repulsa antigubernamental, DEBEN PONERSE DE ACUERDO y lanzar una sola consigna, en plena sintonía con lo que la inmensa mayoría quiera. Y eso puede saberse 8-10 días antes de la fecha límite, como resultó de aquel mar de fondo abstencionista, que arrastró, a toda la oposición, a la abstención el 4 D 2005, o al voto contra Chávez, en el revocatorio del 15 -08-2004.
Quienes consideramos abstenernos y quienes quieran ir a votar contra Chávez, en ese nuevo fraude, ( si es que el gobierno llega a diciembre con su plan de Reforma y no adelanta sus manotazos de fascismo rojo, que pueden también convertirse en su ruina inmediata ) debemos discutir el tema de la unidad con absoluta lealtad.
No habría una discusión verdaderamente leal, si no estamos dispuestos a considerar la hipótesis, de ir a votar en contra de la Reforma, incluso siendo nuestra convicción, que hacerlo es una soberana pendejera. Pero si eso nos une a la gran mayoría, entonces nos tragamos ese sapo podrido.
Solo reclamamos que los partidarios de ir a votar, no cometan el disparate de colocarse en contra de la inmensa mayoría si esta prefiere abstenerse, como creemos puede suceder.
Mantener una consigna de participación, aún contra la evidente mayoría, solo puede compadecerse con una conducta ruin de alcahuetería progubernamental.
Idénticos calificativos serían valederos contra quienes sostuvieran la línea de abstención, en aislamiento sectario, so pretexto de mayor pureza o radicalidad opositora, si la evidencia fuese que la mayoría prefiriera ir a votar NO.
Dejemos entonces las cosas absolutamente claras.
Nuestra propuesta, es que la unidad represente la gran palanca para salir del gobierno, por medio de la abstención y el boicot de todos a ese Referéndum, o así sea participando en el mismo y votando en contra, donde el presidente hará su mierda de fraude, con lo cual puede quedar con el rabo al aire… y esa hipótesis no puede descartarse.
Lo único que le sirve al gobierno es la división y quien diga que la abstención es una política divisionista de quienes la preferiríamos, solo esconde una miserable patraña progubernamental.
Idéntica acusación falsa podríamos hacer a quieres prefieran ir a votar en contra y sin embargo no admitimos que sean calificados con ningún improperio, que vulnere su integridad como opositores.
Hay grandes esperanzas de que el gobierno salga con las tablas en la cabeza de este nuevo proceso fraudulento, porque hasta ahora EN UNIDAD, se impulsa la repulsa contra la Reforma, sin hacer eje en lo táctico, de lo que habría que hacer el próximo 2 de diciembre.
Pero hacia el 20 de este mes, como máximo, debemos definir lo que haremos juntos.
Yo sostengo que la negativa a participar en ese fraude del 2 D, puede generar unas condiciones de ingobernabilidad tales, que en los días previos se sature el ambiente con un clima de boicot general a la dictadura.
Estoy convencido que este gobierno es derrotable y a corto plazo. Nos consta que quienes nos han dirigido por 8 años y medio, a pesar de haber fracasado una y otra vez, conservan sin embargo una rara patente de corzo, para ocultar su condición de mariscales de derrotas. Ojala sea distinto esta vez, y si nos llevaran a otro fracaso, por lo menos que quede claro quienes fueron los responsables. Pero con sinceridad auspicio y espero, que esta vez no nos lleven al desastre acostumbrado.
Este gobierno, miserable y hambreador, tiene los días contados y si no es así, de todas maneras hay que contárselos, por que lo peor que puede ocurrirnos, es acostumbrarnos a ellos, o resignarnos a soportar sus fraudes, su hegemonía y sus atropellos.
Detrás de esta discusión y sus resultados, se observa una densa lluvia de piedras y un candelorio que nadie podrá apagar…
En cuanto a mi se refiere, aunque estoy de acuerdo con algunas y aclaro otras "propuestas". No estoy de acuerdo con la gran mayoria de las que se proponen... Entiendo que de ser aprobadas seria el principio del fin del propio gobierno del Presidente Chavez.
Se esta creando una bomba de tiempo con el caramelito de la "reeleccion" solo para el Presidente pero no para Alcaldes, Gobernadores, Consejales y Diputados.
Tambien es una bomba de tiempo el incrementar mayor poder para el presidente, disminuyendo el Poder de esos mismos Alcaldes, Gobernadores, etc.
Es una bomba de tiempo que se le puede explotar en sus propias manos.
Crear descontento interno castrando las aspiraciones de los mismos que simpatizan por Chavez... Eso crea ambiente de CONSPIRACION CONSTANTE.
A eso sumale las milicias paralelas al Ejercito... Descontento.
Y de ñapa: El cercenar la libertad de expresion en los estados de excepcion... Cuando ello se decreta cuando hay inestabilidad, conspiracion, golpes de Estado, etc.
En ese sentido... ¿Quien ha sido el mas afectado en los ultimos 9 años con conspiraciones, golpes de Estado, planes desestabilizadores, etc?
La oposicion?
El Presidente Chavez?
Reitero y hago un llamado: Estas reformas son "cuchillo pa la garganta" del mismo Presidente. Esta es una conspiracion en su contra.
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