sábado, septiembre 08, 2007

"ESA BRIZNA DE PAJA"


Por: ELÍAS PINO ITURRIETA.


Se me ocurre que no sea hojarasca sino roca, o inclemente animal político...

Como se anuncia públicamente como brizna de paja sacudida por el viento, parece sospechoso dudar de que sea otra cosa más pesada y menos volátil, más sedentaria y menos frágil, más plomiza y menos perecedera, más contumaz y menos fugaz. A confesión de partes relevo de pruebas, se dice en el trajín de los tribunales para pasar a otros asuntos susceptibles de averiguación. Sin embargo, la realidad invita a las cavilaciones cuando sus señales indican un comportamiento chocante con la autodefinición. No es que uno quiera aferrarse al vicio que ya va para una década de ponerse a criticar las intenciones de la brizna de paja. En esta ocasión es ella misma, ese átomo volandero, esa partícula vaporosa, esa sutil pieza caracterizada por la debilidad, la que concede espacio a las abundancias de la duda. Ahora sucede, estimados lectores, que la brizna de paja se quiere constitucionalizar. ¿No es una insólita metamorfosis? ¿No significa descender de los cielos y protegerse de los chiflones para fabricar una sólida mansión en la tierra? ¿No es la negación de las cualidades proclamadas?


Transitorio.

Una brizna, según el Diccionario de la Real Academia, es la parte delgada de algo o un filamento o hebra, especialmente de plantas y frutos. Y el viento, de acuerdo con la misma fuente, es una corriente de aire producida por la atmósfera en atención a causas naturales. En consecuencia, nuestra brizna se ha querido presentar como el objeto más transitorio que sus oyentes puedan imaginar. ¿Acaso su rumbo no depende de un capricho atmosférico? ¿No permanece expuesta a un riesgo parecido al de los tres cochinitos cuando el lobo sopló su esmirriada cabaña de rastrojos?

Al comunicar en su tarjeta de presentación que es apenas una brizna de paja no deja de trasmitir alivio, tal vez invite a un sencillo movimiento de pulmones o a implorar el paso de un huracán para que la borre del horizonte al reinar la calma, pero algo sucede con la potencia del bofe y con el fuelle de las trombas. Por alguna enigmática anemia dejan de funcionar y la brizna de paja permanece en su lugar como si cual cosa burlándose de los elementos, desafiando las leyes de la naturaleza, sorteando rayos y centellas.


Muy curiosa.

Es una brizna de paja muy curiosa y empecinada. Determina la evolución de las constelaciones y las pone en movimiento según su voluntad. En oportunidades se convierte en lluvia torrencial para castigar a quienes se incomodan con su influencia, o en apacible brisa para prodigar favores a los acólitos. Aumenta de peso de acuerdo con las ganas sin descender del firmamento, hasta el extremo de desafiar las leyes de la gravedad en estaciones de borrasca. Marcha a gusto por las latitudes del real antojo para volver de nuevo al centro de su cielo favorito. Se vuelve oscuro nubarrón o arco iris hospitalario según el ánimo que en el momento la posea, con una autonomía capaz de retar a los ascendientes del entorno y al más acucioso de los entendimientos. Seguramente los científicos se encuentren en aprietos para explicar las causas de un fenómeno tan insólito. Seguramente falte en los manuales de Física la fórmula que desentrañe el misterio. Por fortuna, el servicial diccionario nos ofrece pistas para saber a qué atenernos. Así como nos ayudó con el significado de los vocablos brizna y viento a través de los cuales intentamos una aproximación al rompecabezas, también puede suministrar aclaratorias sobre la voz paja que completa la autodefinición pregonada por la errante partícula de marras. Así como el vocablo paja significa masturbación, de acuerdo con la docta Academia, también alude a realidades lamentables como la mentira, o la fanfarronería o la necesidad, ocasionalmente patológica, de decir y repetir necedades en discursos o tertulias. Es lo que se lee en la edición de 2001.

Como ahora pretende establecimiento permanente sin descender del éter, o del Olimpo en cuyo seno se siente recompensada con justicia y desde el cual camina entre nubes de algodón -un portento vedado a las fuerzas comunes de la madre natura y a los simples mortales-, crecen los recelos sobre la identidad de la brizna de paja sacudida por el viento.

Se me ocurre que no sea hojarasca sino roca, o inclemente animal político en lugar de filamento precario, porque hasta la fecha ninguna de las briznas de paja que han paseado el universo permaneció inamovible frente a los accidentes, ni puso en marcha un plan para constitucionalizarse.

No hay comentarios.: