Por: JUAN FRANCISCO ALONSOEL.
Hacia otra Carta Magna.
La renovación de la dirigencia del país también se vería impedida
La propuesta presidencial de reformar la Constitución para permitirle al jefe del Estado presentarse a la reelección tantas veces como desee ha sido rechazada por sectores académicos, opositores y hasta por algunos oficialistas, como el ex viceministro de Planificación, Roland Denis Boulton.
Desde los primeros dos grupos se acusa al primer mandatario, Hugo Chávez, de buscar "perpetuarse en el poder"; y desde el último se advierte que el planteamiento refuerza los cuestionamientos que durante años se vienen haciendo sobre el talante democrático de la llamada "revolución bolivariana".
Denis en su artículo "Luego de las advertencias¿consideraciones concretas sobre la propuesta de reforma constitucional", publicado el pasado 28 de agosto en la web pro gubernamental Aporrea, señaló que la pretensión presidencial de modificar el artículo 230 de la Carta Magna "abre el peligro de convertir esta humilde república en una autocracia social-liberal".
Sin embargo, más allá de los fundados temores en torno a la posible eternización hay quienes señalan que el planteamiento refleja el fracaso que ha cosechado el Presidente a la hora de consolidar su proyecto.
El politólogo y catedrático de la Universidad Metropolitana, Andrés Stambouli, es uno de los que sostiene la anterior afirmación. "La reelección indefinida la motiva la gran fragilidad que tiene el régimen en términos de haberse institucionalizado, de haber construido un partido fuerte y un liderazgo que no dependa de Chávez (...) No creo que Chávez busque perpetuarse, sino consolidar su bloque de poder", señaló.
El especialista sustentó su análisis en el discurso que el mandatario pronunció, en un acto del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) el 23 de junio en el Poliedro, donde dijo: "Fidel Castro me ha dicho que si yo muero, esta revolución se la lleva el viento (...) Me doy cuenta de que lamentablemente tiene razón, si yo me muero esta revolución se la lleva el viento, porque no tenemos un partido, una gran maquinaria".
El mandatario también ha justificado la reforma bajo el argumento de que hay que darle continuidad a su proyecto hasta que éste "ya no tenga retorno". No obstante, desde 1999 ha cambiado a más de un centenar de ministros y a cinco vicepresidentes, lo cual no contribuye al mantenimiento de una política.
Sobre el particular, el constitucionalista Rafael Chavero aseguró recientemente: "Si un gobernante en 14 años (que es lo que va tener Chávez en el poder cuando termine su actual mandato) no puede consolidar unas políticas públicas mediamente decentes, pues es el más mediocre de los gobernantes".Relevo detenido Aunque admitió que la reelección indefinida podría representar un riesgo para la alternabilidad, descartó que Venezuela siga a Cuba, donde Castro tiene cinco décadas mandando ininterrumpidamente.
"La reelección aumenta las posibilidades de que Chávez conserve el poder, pero no lo asegura, pues cada siete años habrá elecciones y hasta en las condiciones más adversas la oposición podría vencerlo, hay numerosos ejemplos de eso en el mundo", aseveró.
Por su parte, el ex vicepresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Alirio Abreu Burelli, advirtió que la modificación del artículo 230 obstaculizará la renovación de la dirigencia política del país. "Hay que recordar situaciones como las que vivió la Unión Soviética con la nomenclatura, donde las personas que tomaron una posición a principios de la revolución continuaron en ellas hasta 70 años después (...) La reelección indefinida frena los nuevos liderazgos, pues tienen que enfrentarse a quien está en el poder, el cual puede recurrir a la ventaja que ofrece el ejercicio de ese poder para matenerse aferrado a él", aseveró.
Precisamente por esto, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, a quien la Constitución de su país le permite optar por su cargo las veces que quiera, propuso modificar esto. En julio, el mandatario galo afirmó: "Es preciso limitar los mandatos, ya que la energía se emplea en durar (en el poder) y no se la destina a actuar".
En las últimas semanas varios especialistas han recordado que la mayoría de los países con regímenes presidenciales (aquellos donde el jefe del Estado también dirige el Gobierno, como en Venezuela) en los que el Presidente puede reelegirse continuamente son dictaduras.
El caso más reciente es el de Belarús, donde el presidente Alexander Lukashenko, quien llegó al poder a través de elecciones en 1994 y es tildado como "el último dictador de Europa", modificó la Constitución dos veces para extender su estancia. En el último cambio, hecho en 2004, estableció la reelección sin límites y eso le permitió postularse para un cuarto período en 2006. La Unión Europea calificó esos comicios de "poco transparentes".
Fuente:www.eluniversal.com
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