jueves, septiembre 06, 2007

"¡A VOTAR!"


Por: CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ .

Pregonar la abstención tiene graves insuficiencias que favorecen al Gobierno

Tenemos en nuestras manos el arma más poderosa para enfrentar el proyecto de Estado comunista que quieren imponer: el voto. La más poderosa y la única deseable. El argumento de que "van a hacer fraude" no corresponde a ningún gran descubrimiento de la pupila zahorí de algunos, pues es presupuesto esencial de todo aquél que se enfrenta a una dictadura. Los dictadores son por definición tramposos y mantienen escasos recursos institucionales para hacer cumplir la voluntad popular.

Todos tienen derecho a unas elecciones pulcras como en Noruega o Dinamarca, pero lamentablemente no se les puede complacer por el momento. Atraviesa ese razonamiento una profunda veta de ingenuidad, como aquellas discusiones que hacía la izquierda de los sesenta y setenta.

Entonces se consideraba que concurrir a la "farsa electoral", participar en las "costras sindicales", el Parlamento burgués o los concejos municipales, escribir en la gran prensa o ir a la televisión "del sistema", era "hacerle el juego". Eso le daba una gran comodidad a éste al condenar a las fuerzas que lo impugnaban a la marginalidad eterna. ¡Y en eso llegó el chavismo! Las campañas y los comicios son coyunturas estelares para la difusión de programas, mensajes y cuestionamientos a la acción del poder. Marx quedó extasiado frente al referéndum que invistió a Luis Napoleón Bonaparte, la única experiencia de sufragio universal que conoció.

La experiencia histórica demuestra que las fuerzas democráticas deben participar en los resquicios electorales que abran los déspotas, por amañados que sean. Desde los ochenta la casi totalidad de las autocracias que sucumbieron fueron víctimas de propios intentos de fraude. Que no se hubiera cantado el trapicheo del revocatorio de 2004 no es imputable al hecho de participar, sino a la inhibición en el momento crucial.

Las trapisondas electorales tienen límites y los funcionarios no son todopoderosos, como se ha demostrado en todas partes, incluso en Venezuela. El fraude o lo que fuera se paró en los límites de los estados Zulia y Nueva Esparta y de las cincuenta alcaldías que obtuvo la oposición, a diferencia de quienes planteaban -y seguramente plantearán de nuevo- que no había que concurrir a la elección de gobernadores y alcaldes.

Pregonar abstención para diciembre tiene otras graves insuficiencias que favorecen a un Gobierno que -por ahora- concurre a la consulta con una alta apatía en su filas -también miedo- y además en minoría, pues a gran parte del chavismo tampoco le gusta la "reforma". Si lo dejan solo, el Gobierno lo aprobará con el 15%, tal como ocurrió con la Asamblea Nacional y los opositores tendrán que dedicar su tiempo a cantar odas a la ilegitimidad y al 350.

No hay comentarios.: