sábado, mayo 31, 2008

"El PSUV: Nacido para perder"


POR:GUILLERMO A.ZURGA.


Todo parece indicar, que el partido político socialista unido de Venezuela – PSUV, ha sido un “parto” político contra natura y se encamina – antes de nacer completamente – a ser un partido político perdedor. El sentido de grandeza, de permanencia y de éxito que el gobierno le ha querido imprimir al PSUV, basado en los petrodólares y por la ventaja misma de ser gobierno, se quedará en un sueño de grandeza que no podrá hacerse realidad. Las razones para tal aseveración, son las siguientes: • En el proceso de la fundación del partido del gobierno, PSUV, se empieza por violar una premisa electoral elemental de una democracia, como lo es la de asumir o pretender hacernos creer, que el votante de un proyecto político, es un militante per sé de ese partido político que apoya circunstancialmente al gobierno. Quizás en ello se basaron equivocadamente los chavistas para aspirar una inscripción global en el PSUV, cercana a los 7 millones de afiliados, cifra esta similar a la obtenida como resultado de la reelección del presidente en diciembre de 2006.

• No existen ni han existido partidos políticos exitosos fundados por gobierno alguno en el poder, para continuar en el poder. Los partidos políticos se fundan antes, para lograr el poder. Ni siquiera el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores de Adolf Hitler se fundó siendo éste, el poderoso Fuher y omnipotente “dueño” de la Alemania fascista de esos tiempos.

• Todo partido político tiene una ideología clara y específica que “vender” entre los habitantes que pudieran inscribirse en él. En el caso del PSUV, que supuestamente tiene la ideología al “Socialismo del Siglo XXI”, es conocido que este “socialismo” no tiene una doctrina clara ni específica, ni explicación teórico practica convincente alguna, que aclare de que se trata. Es mas, ideológicamente, la militancia del chavismo está tan confundida, que algunos analistas confunden al gobierno de Hugo Chávez, como una especie de gobierno capitalista de estado, como un fascismo, o como comunista. Muy pocas personas le ven como un verdadero gobierno socialista.

• Por lo general, para el “bautizo” de un nuevo partido político, se utiliza un clímax o punto de mayor popularidad o necesidad para lanzarse al ruedo político, que este gobierno no tiene ni tenía, en el momento en que se anunció su creación. Es decir, por lo general, se va de menos a más, hasta lograr lo que logran los partidos políticos “normales”. Se empieza con poca gente y se crece, hasta su tamaño máximo. Este partido político empezó con expectativas gigantescas de 7 millones de afiliados y creo que hoy, no llegan a los 3 millones, en un universo de 15 millones de votantes.

• En Venezuela, incluyendo a los partidos de la oposición, existen varios partidos políticos populares de izquierda que se dicen son igualmente socialistas, y prácticamente tienen la misma ideología del PSUV, con supuestas diferencias en el tipo de liderazgo, en la organización u otras intrascendentes; razón por la que algunos se preguntan: ¿Porqué no puedo militar en un partido político de mi preferencia y seguir apoyando o no al gobierno? • La inscripción en un partido político por parte de un ciudadano, es y debe ser una decisión personal soberana, que alguien toma, democrática y libremente sin presiones, ni condiciones. Lo hace por verdadera convicción y responsabilidad. En el caso del PSUV, esto no es así, dado que la mayoría de sus miembros son empleados o allegados a la administración publica, y pareciera que solo existen las siguientes justificaciones que les motivan a inscribirse en el PSUV: • La primera es el miedo a perder el cargo o privilegio. La segunda es por lealtad al líder, que si bien es cierto tiene seguidores, es no menos cierto que esa sería una decisión basada solo en la emotividad, y no en la sensatez. La tercera es el miedo a la persecución y/o a represiones. La cuarta, es por razones ideológicas, que como acoté anteriormente, el chavismo no las tiene clara. La quinta es por la viveza criolla de algunos, de hacer carrera política en un partido que ya tiene el poder, lo cual es simplemente oportunismo.

• Ninguna de estas justificaciones está normalmente presente en la creación de un partido político democrático. Unos muy pocos se han inscrito en el PSUV, por verdadera vocación ideológica. La mayoría lo ha hecho por conveniencia, negocio y/o por el poder, lo cual sin duda, es un ventajismo y representa una gran debilidad, que ya se estaría evidenciando.

• Un partido político democrático y popular, como supuestamente sería el PSUV, no debe sentir ningún temor de escoger a sus representantes para su organización interna, y/o como representantes a elecciones nacionales o regionales, por votación directa por la base. Eso no será posible en el PSUV por el carácter totalitario y unipersonal de manejar los asuntos políticos del país de parte del presidente Hugo Chávez, quién ha demostrado hasta la saciedad que no es un demócrata convencido, sino que utiliza a la democracia para sus fines.

• El 2-D de 2007 le fue rechazada a Hugo Chávez su propuesta de cambio de la constitución, para convertir a Venezuela en una república socialista y centralista, con permanencia indefinida de él como presidente de Venezuela. Se dice que un número importante seguidores del chavismo también la desaprobó. No obstante, el presidente insiste en seguir impulsándola por otras vías; lo cual nos obliga a hacernos la siguiente pregunta: ¿Cuánta gente del chavismo está dispuesta a sacrificar su libertad y su futuro por un presidente que no les oye, ni les escucha; ni respeta constitución, opiniones ni leyes? • El gobierno ha dilapidado algo más de 700 millardos de dólares, sin haber resuelto ni medianamente los problemas de pobreza, educación, seguridad ciudadana, de vivienda, de servicios básicos, ni de corrupción. Además, se ha endeudado dos o tres veces más. Estas enormes fallas nos inducen a hacernos la siguiente pregunta: ¿Debe un pueblo apoyar a un gobierno que ha fracasado abiertamente en su gestión administrativa después de 9 años? • El liderazgo del PSUV es mediocre, conformado mayoritariamente por militares y militaristas allegados al líder, cuyo mayor merito ha sido el de haber acompañado a Hugo Chávez en un golpe de estado frustrado. Con algunas excepciones, no tienen el carisma, la preparación, ni el argumento como para aglutinar mayorías en defensa de ese partido político, evidentemente, nacido para perder.

• La computadora de alias Raúl Reyes, ha dado información que compromete seriamente al presidente Hugo Chávez y a su gobierno de tener vínculos cercanos con el narco terrorismo colombiano, lo que pudiera desembocar en colocar a Venezuela al margen de la ley internacional, como una nación terrorista; lo cual nos induce a hacernos la siguiente pregunta: ¿Cuántos de los chavistas defenderían al presidente de estas acusaciones, las cuales al parecer están bien sustentadas? ¿Cuántos de ellos se inscribirían en el PSUV? • Hugo Chávez Frías, quién es el creador, presidente y jefe indiscutido del PSUV, por sus propias torpezas personales y errores políticos y administrativos reiterativos ha caído en una espiral de derrotas y descrédito, seguidas de un aislamiento político regional e internacional, que presagian momentos cada vez más difíciles para el y su proyecto político, razón por la que es de esperarse, que el PSUV en lugar de crecer se reduzca; y en lugar de victorias, tenga derrotas electorales; y finalmente muera por inanición antes de desarrollarse completamente.

CONSIDERACIONES FINALES. De acuerdo con los sondeos de opinión y encuestas recientes, todo parece indicar que a pesar de su gran tamaño (inducido), en noviembre de 2008, el PSUV obtendría una derrota política importante, donde perderían muchas gobernaciones y alcaldías, pintando de nuevo al país con un arco iris en colores e ideologías. Se producirá una recomposición política del país de tal magnitud, que obligaría al chavismo a rectificar, moderarse e intentar negociar, para no caer.

De no rectificar el gobierno central, por razones obvias, la situación política venezolana empeorará y la ingobernabilidad se acentuará, hasta las próximas elecciones parlamentarias en 2009/2010, donde sin dudas, se produciría una segunda derrota crítica y determinante para el gobierno, en la cual perderían la mayoría de la Asamblea Nacional. Vista la importancia de la misma, con la ayuda de la cual se produce el control de las demás ramas del poder del estado venezolano, por el poder ejecutivo, para garantizar su hegemonía en el País, violando constantemente las leyes y la constitución que evitan el juicio político que debería hacerse al presidente por diferentes motivos legítimos.

De darse las elecciones parlamentarias, lo cual personalmente dudo que suceda, con Hugo Chávez como presidente, esta segunda derrota que sufriría el partido político del gobierno PSUV, podría ser tan catastrófica y suficiente como para llamar a nuevas elecciones presidenciales, antes del 2012, vista la ilegitimidad que tendría Hugo Chávez como presidente de Venezuela, por el poco apoyo político que le quedaría, por lo que sería el fin del proyecto político del socialismo del siglo XX, el fin político de su líder máximo, y razón, por la que fuera del gobierno, el PSUV habría nacido para perder, hasta que llegue el día de su extinción total, o reacomodo como “partido político democrático”; si es que aprendiesen la lección.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Argelia Ríos // El revolcón "rctvista" de noviembre

Chávez no admite siquiera la disidencia popular expresada en votos
A juzgar por la forma como pretende abordar el reto electoral de noviembre, es claro que la experiencia de RCTV no le sirvió de aprendizaje al Presidente de la República. A un año de su arbitraria decisión de cierre -y pese a los onerosos costos que ella le generó-, el mandatario se propone continuar actuando de acuerdo al mismo patrón de conducta empleado para apuñalar al canal de Bárcenas.

Entonces Chávez desatendió el retumbante clamor de la opinión pública en contra de la injusta medida, con la misma altanería con que hoy pretende utilizar el resultado de los comicios regionales y locales como un trampolín para desconocer el veredicto popular del 2D, e introducir de nuevo -mediante artificios legislativos- la reelección indefinida de su mandato y todas las demás reformas reprobadas por el soberano, a través del sagrado ejercicio del sufragio.

Así, lo que el país está viendo es la reafirmación de un deshonesto modo de proceder en el cual la intolerancia frente al disentimiento trasciende del campo estrictamente político. Es un hecho que Chávez no admite siquiera la disidencia popular expresada en votos, tal cual como lo revela su intención de tomar las veredas torcidas de la revolución para insistir en su propósito perpetuista.

El tema pone de relieve los sensibles riesgos a los que el jefe del Estado se someterá por causa de su afán de vincular las elecciones regionales a la reelección indefinida y al proyecto constitucional negado por los electores. Para todos aquellos que rechazaron la reforma el pasado diciembre, noviembre es la oportunidad de ratificar el NO y de rescatar el poder del veto popular, al que Chávez busca aniquilar explorando los caminos del contrabando.

En lo que al oficialismo se refiere, las pretensiones reformistas desmejorarán las ya precarias condiciones con que los rojos asistirán a la cita regional. Bien se sabe que muchos chavistas votaron por el NO que Chávez planea desconocer después de noviembre y si acaso los resultados le sonríen. Agréguese además, el impacto que la insistencia producirá entre quienes optaron entonces por abstenerse y entre quienes se sumarán a las filas del desencanto, tras las ficticias elecciones internas de este domingo. Ni hablar de los efectos del asunto en el mundo militar, que también rechazó la reforma, y cuyo papel será tan crucial como el del pasado 2D.

Si Chávez equivocó en los cálculos al cerrar a RCTV a espaldas de la opinión pública, es evidente que hoy se expone al mismo revolcón. Por lo visto, nunca entendió lo que ocurrió hace un año. Ese día el soberano descubrió a un Presidente arrogante para quien la opinión del pueblo no tiene valor alguno. En noviembre Chávez sabrá hasta dónde está dispuesto a llegar el electorado para recobrar la autoridad de su veredicto. Si el costo del caso RCTV fue el fracaso de la reforma, basta imaginar el costo de esta obscena insistencia.

argelia.rios@gmail.com